¿Eres realmente feliz?

Hace unos días estuve pensando en aquella famosa frase española, de Unamuno, que rezaba «¡qué inventen ellos!» y a pesar de que tiene connotaciones negativas por parte de convencidos europeístas que ha tenido España, la frase no es tan descabellada como pueda parecer a la mente moderna y curiosa. Teniendo esa frase en mente, escribí el siguiente comentario en mi muro de Facebook:

«Es realmente sorprendente lo mucho que ciertas ideas han calado profundamente en el subconsciente de las “clases populares” (por llamarlas de alguna manera) ciertas ideas que les ha hecho mucho daño. Se han inculcado una serie de ideas que en nada les ha beneficiado, entre ellas, que todos tengan que tener un título universitario, tener casa en hipoteca y en “barrio x”, tener coche, tener tantas cosas y ¿para qué? ¿Realmente sois más felices con tantas “cosas” tangibles que en nada impresionan a quienes en teoría queréis impresionar? Porque no nos hagamos los tontos: tu podrás tener un título en Derecho, pero a la mayoría de las empresas les gusta contratar a los hijos de los que ya son abogados establecidos. Y digo abogado, pero podría poner casi cualquier otra carrera. El objetivo de tu vida, al menos para los liberales clásicos, siempre fue “búsqueda de la felicidad” en libertad. Sin embargo, de manera que aumenta el progresivo endeudamiento, cada vez hay más depresión. Os han comido el coco durante años diciendo que “tenéis” que ir a la universidad, que tenéis que “trabajar en trabajos prestigiosos” (y por eso os quejais ahora cuando los fontaneros y mecánicos de coche ganan más , muchísimo más que vosotros en una oficina de mala muerte metidos 8 horas al día o más sufriendo en el fondo, llevando una vida de “desesperación callada” en palabras de Oscar Wilde».

A lo largo de la historia del liberalismo, ha habido distintas visiones sobre qué es «la buena vida» para un ciudadano.

Fue en 1776, año en el que EEUU declaró su independencia de Inglaterra, que el filósofo liberal Jeremy Bentham afirmó su famoso principio de utilidad: «La mayor felicidad para el mayor número de personas es la medida del bien y del mal».

En América, la alianza entre el capitalismo y el consumismo, una alianza indeseable a mi juicio, ha sido el principio que ha conducido aquí el concepto de la felicidad. Con la llegada de oleadas de inmigrantes en el siglo XIX, el objetivo era la búsqueda de placer, de la prosperidad en una tierra de oportunidades en aquél entonces.

La historia de la búsqueda de la felicidad en América y luego en la Europa actual es la de una estrecha alianza entre el capitalismo y el consumismo. Quiero insistir que son dos conceptos muy distintos – el capitalismo NO ES «consumismo». El capitalismo trata sobre ahorro de capitales y generación de riqueza real. Yo soy un capitalista a lo decimonónico – creo en una moneda muy fuerte, crédito limitado y ahorros. Podéis llamarme «germánico» por eso, pero yo prefiero «cristiano» simplemente.

Sin embargo, durante los últimos años, algunos investigadores han empezado a ver en esta relación una lealtad equivocada. ¿Ha traído felicidad a las masas desheredadas del mundo occidental perseguir tantos bienes materiales? Esta pregunta es más para la ciencia que para los filósofos, ya que me fio mas de los números y lo que expresa la gente en las encuestas científicas antes que cuestiones subjetivas.

Imagínate, si puedes, dos alternativas muy diferentes para tener una sociedad próspera. En una, el crecimiento económico, la prosperidad y la riqueza cada vez aumentan la felicidad humana, bienestar y satisfacción. En la segunda, la prosperidad y la felicidad no tienen relación y, de hecho, la prosperidad, más allá de cierto punto, está asociada al surgimiento de patologías sociales. ¿Cuál ejemplo se acerca más a la realidad?

Lo que nos están diciendo los científicos sociales en este nuevo terreno es bastante importante. Dos líderes en este campo, Ed Diener y Martin Seligman llevaron a cabo una investigación en estos estudios del 2004.

Lo fascinante es lo siguiente: Una vez que los países alcanzan un PIB de más de 10.000 dólares anuales, más crecimiento no significa un incremento en la felicidad ni en el bienestar. Aquí puedes ver un estudio que compara el nivel de felicidad entre los países. Como podréis apreciar, en México la gente está más feliz a pesar de que es un país bastante más pobre que EEUU o países europeos.

Diener y Seligman informan que las gentes con los niveles de bienestar y felicidad más altos no son los que viven en los países más ricos sino los que cuentan con instituciones políticas que son efectivas, donde se protegen los derechos humanos, donde la corrupción es baja y la confianza mutua es lo normal.

Más demoledor aún para la idea de que la felicidad aumenta con más sueldos elevados son los informes estadísticos que se han ido elaborando desde la IIª Guerra Mundial. De manera que los sueldos se han ido disparando en EEUU y otros países occidentales, los niveles de satisfacción con la vida y la felicidad se han estancado o incluso reducido.

Eso no es todo. Diener y Seligman afirman que también han aumentado las cifras de depresión en Occidente más de 10 veces durante un periodo de 50 años, y los porcentajes de personas que sufren ansiedad también aumentan. El niño americano de la media durante los años 80 denunciaba sentir más ansiedad que los niños que recibían tratamiento psiquiátrico en los años 50. De manera que también ha ido decayendo el nivel de confianza en tus vecinos, también ha ocurrido lo mismo con respecto a las instituciones políticas.

En vez de los sueldos o ingresos, Diener y Seligman subrayan la importancia de las relaciones personales a la felicidad: «La calidad de las relaciones sociales de las personas es imprescindible para su bienestar personal. La gente necesita relaciones positivas y pertenencia social para sostener su vida y ser felices. Necesitan relaciones sociales a largo plazo. Esto es una necesidad humana fundamental. La gente necesita vínculos sociales en relaciones leales, no simples relaciones cotidianas con desconocidos. En otras palabras, el materialismo a ultranza es un veneno para la felicidad.

La otra visión del liberalismo, directamente opuesta a la materialista, es la idea anglosajona y hasta incluso española de la austeridad dentro de un marco de libertad personal. En este sentido, recomiendo el libro de Lizabeth Cohen, La república de los consumidores. En este libro, Cohen ilustra sobre el surgimiento de la sociedad de masas y consumidores en EEUU desde la IIª Guerra Mundial: «Los americanos después de la Segunda Guerra Mundial vieron su nación como un modelo para el mundo – una sociedad comprometida con el consumo masivo y lo que se suponía eran sus beneficios. El consumo masivo no solo aportó maravillosas cosas para comprar: las televsones, los aire acondicionados, y los ordenadores que han transformado la vida americana durante los últimos 50 años. También dictó las dimensiones más centrales de la sociedad postguerra, incluida su política económica (como las políticas públicas y los consumidores de masas se reforzaban) así como la cultura política y de valores americanos.

Cohen también denuncia que a pesar de cualquier bendición percibida del consumismo americano, éste también ha traído consecuencia profundas contra los ideales democráticos y de justicia social.

La creación de una república de consumidores representaba el éxito de una visión de América y su propósito sobre otra. La otra visión es la de vivir sencillo pero con los pensamientos siempre en alerta, una tradición que se inició con los Puritanos en USA. En la historia americana hay una tensión permanente entre el ideal de los ilustrados sobre una prosperidad sin límites y la idea puritana de ser libre, pero materialmente sencillo.

El concepto de una vida sencilla llegó con los primeros colonos puritanos y sigue siendo uno de los ideales en EEUU en competencia con la visión más moderna del crecimiento rápido a toda costa. Se percibe cierta hostilidad en esta visión hacia el lujo y la riqueza, no en un sentido envidioso sino más bien de felicidad. ¿Realmente te da tanta felicidad todas esas «cosas»? Igualmente, se percibe un respeto hacia la naturaleza y una preferencia por lo rural sobre lo urbano, el deseo de ser autosuficiente mediante la austeridad y los ahorros, una preferencia estética por lo sencillo y funcional, entre otras cosas.

Entonces, yo os lanzo una pregunta – ¿valoras más tu felicidad personal dentro de cierta sencillez o simplemente la adquisición de bienes materiales aún cuando eso significa hacer grandes sacrificios con tu vida, tu libertad y bienestar mental? ¿Por qué quieres ser abogado, por ejemplo? ¿Realmente te gusta el Derecho o simplemente piensas que es una profesión en la que puedes ganar mucho dinero?

El dinero es necesario en esta vida y valoro a toda persona que genere dinero constantemente, pero esto va más allá de generar dinero. No necesitas ser abogado o médico para generarlo. Aquí en EEUU (pero también en España en menor medida) se ha inculcado la idea, a ultranza, de que todos deben ser de ciertas profesiones. Ser «abogado» se percibe como algo «mejor» a ser fontanero, a pesar de que un fontanero en EEUU cobra muchísimo más que un abogado nuevo al mercado y joven. Ah y trabajan menos horas al día. A mí en lo personal, no pocas personas me dicen cosas como «Alfredo, qué tranquilo te veo siempre, qué bien vives, ¿cómo lo haces»? Pues en mi caso ha sido simplemente contar con un conocimiento altamente valorado en este mercado (e incluso en España) – la formación matemática. Eso me permite llevar una vida bastante cómoda sin grandes sacrificios y vivir donde yo quiera. De ninguna manera pienso por ejemplo trabajar por las tardes si lo puedo evitar. Mucha gente envidiaria mi horario laboral – que además es un horario mio propio – de 9.30 de la mañana a 2 de la tarde o 3 como mucho tardar. Eso sí, trabajo sábados por las mañanas también.

No sé, yo veo mucha infelicidad a mi alrededor. Veo jóvenes metidos en oficinas más de 8 horas al día cobrando sueldos de risa y saliendo destrozados del trabajo haciendo lo que no quieren realmente, sin ganas de hacer nada por la tarde. Veo mucha infelicidad o insatisfacción generalizada quizá por una serie de falsas expectativas que tenéis de la vida. Una de las cosas que no vas a ver en EEUU son niños jugando por la calle. En España, esto también va pasando, pero no de manera tan acusada como en EEUU donde se hace más vida en casa propia sin interacción con nadie.

No puedo decidir por vosotros, obviamente, pero sí me gustaría saber qué pretendes hacer con tu vida. ¿Crees necesario y que merezca la pena sacrificar tanto por tener más cosas materiales tangibles que al final no te da felicidad? En mi opinión, muchos de vosotros estariais mejor en algún oficio – cerrajeros, fontaneros, electricistas, cocineros, limpiadores, pintores…¡hay muchas opciones! Más de la mitad de vuestros problemas laborales y socioeconómics tienen que ver con falsas expectativas y una sobrevaloración de lo que realmente sois.

Y, sí, en este sentido, no pocos españoles antaño tenían una idea correcta de las cosas. En España (al menos en los círculos cotidianos), poca gente se solía impresionar si alguien decia «soy titulado de Oxford y Harvard». Esto era así porque en España, lo que realmente la gente valoraba era tu persona, tu perfil en relación con lo que ellos valoraban. En USA, los WASP (la élite de antaño) tampoco se solían impresionar cuando los hijos de «comuneros» (no lo quiero decir de forma despectiva, simplemente lo uso para distinguir de orígenes conocidos) conseguian su título en Harvard ya que eso solo era un trámite y lo que realmente interesaba era tu perfil, tu estílo de vida, etc.

Es fascinante saber que en la lista de los diez países más felices del mundo, salen no pocos países escandinavos. Cuentan con poblaciones homogéneas, no tienen que preocuparse del masivo endeudamiento que tanto daño ha hecho a los useños, españoles, británicos, etc; tienen buenos niveles educativos, buena sanidad y suelen ser pacíficos entre ellos. No son paraísos, porque eso no existe en este planeta. Pero habrá que mirar qué características tienen los países más felices del mundo y ver si lo que valoramos es la felicidad o el materialismo a coste de la felicidad o la calidad de vida.

¿A qué juegas tú, estimado lector? ¿A quién quieres impresionar y qué estás haciendo para mejorar tu propia vida y generar riqueza de manera que no te veas obligado a sufrir tanto en esa locura de «buscar empleo» en redes?

15 comentarios

  1. Excelente artículo, Don Alfredo. Yo creo que hay multiples maneras de ser «feliz», estar sosegado, tranquilo. De lo que me he convencido después de muchas experiencias vitales, dentro y fuera de España es que lo que nos hace infelices sobremanera es estar comparandonos constantemente con los demás. Ser lo suficientemente valiente para tener una opinion propia, ser consecuente con nuestros actos y dedicarnos a hacer lo que nos gusta y pelear por ello, en los momentos Buenos y en los momentos difíciles. ¿Qué no se sabe que le gusta? Entonces se es una pesona sin alma, vacía, sin ningún sentido.

    Hay que ser menos inmovilista, leer más y ver menos entretenimiento basura. Estamos demasiado acostumbrados a seguir un patron ( el que sea ) social que alimenta un sentimiento de culpa ante el fracaso, al que no somos capaces de enfrentarnos.y por eso somos poco propensos al riesgo y a la Aventura, que a veces dan los mejores frutos y las experiencias más memorables.

    El consumismo solamente alimenta constantemente nuestro ego, nuestro «yo» insaciable y cuando más intentamos saciarlo más infelices somos. Ahora que vivo en Corea, me he dado cuenta como una sociedad que ha aumentado en muy poco tiempo sus estandares ecónomicos hasta colocarse en un puesto alto del ranking, la gente vive estresada, agobiada y en un estadio de competición que no tiene ni pies ni cabeza, y las tasas de suicidio aumentando cada año, y lo que es más terrible, desde edades muy tempranas.

    Sin embargo, la diferencia que apunta entre «capital» y «consumo» es clave. El dinero da una independencia económica y una libertad de movimiento que no tendriamos sin él. Ser autosuficiente aunque no se tengan dos casas y un coche, creame que es una bendición.

  2. leak · ·

    Estoy de acuerdo en que la búsqueda de la verdadera felicidad es todo un arte y también en que nuestras sociedades hasta lo hacen más difícil de lo que debiera ser. Solamente advierto que, en sociedades post industriales desarrolladas (o medianamente desarrolladas) se ha renunciado al «good enough» y en eso, creo, tiene mucho que ver el hecho de que existe una sensación de que todos debemos alcanzar la opulencia en materia de recursos y «reconomiento social».

    Piénsese en aquellos que salen de la universidad hoy por hoy (yo lo fui hace unos años); para ellos tener empleo de tipo «entry level» se reconoce importante, pero es insuficiente, no sólo financieramente sino a nivel espiritual. Si no hay oportunidades de ascenso más o menos inmediatas, no tiene sentido, es como si se fuese insultado. Lo que quisieran muchos de los actuales egresados universitarios comuneros (me incluyo, de alguna manera) es tener el estilo de vida de generaciones previas en que un empleo o un negocio era más que suficiente como para mantener una familia y tener una vida adecuada (de nuevo el good enough) con algunos lujos modernos. Claro está en que, mientras la lista de lujos modernos sigue expandiéndose, siempre parece que «los de arriba» tienen más y eso se sigue viendo como injusto. Lo que muchos desean es tener el reconocimiento social que tienen los de la «buena familia», haciendo lo que ellos hacen y eso, nunca será del todo posible, a menos que la cantidad de bienes materiales sea grande y me refiero a cifras superiores a, no se, digamos 10 o 15 millones de dólares y/o a ingresos automatizados independientes superiores al millón de dólares por año.

    En resumen, es un tema altamente complejo. En mi caso, yo busco libertad de horarios y no ser un típico empleado de 9-5, porque sufrí mucho no pudiendo controlar mi esquema de vida durante la universidad y no quiero pasar 30-40 años así. Aspiro a la tan mentada libertad financiera y a relativamente poco gasto permanente, aunque con la posibilidad de gastar mucho si lo necesito o lo deseo y supongo que hay otros que aspiran a lo mismo.

  3. Javier:

    Gracias por su comentario, porque como siempre, dice cosas interesantes.

    «De lo que me he convencido después de muchas experiencias vitales, dentro y fuera de España es que lo que nos hace infelices sobremanera es estar comparandonos constantemente con los demás».

    Una gran verdad. Gran parte de los problemas mentales que tiene la gente con respecto a qué profesión desempeñar o qué prestigio tener tiene que ver con eso de compararse a los demás. Me ha gustado mucho esto que comenta porque además resume todo el texto de una manera poderosa.

    «Ser lo suficientemente valiente para tener una opinion propia, ser consecuente con nuestros actos y dedicarnos a hacer lo que nos gusta y pelear por ello, en los momentos Buenos y en los momentos difíciles. ¿Qué no se sabe que le gusta? Entonces se es una pesona sin alma, vacía, sin ningún sentido.»

    Mucha gente sacrifica esto con tal de tener algo más de dinero cada mes. Lo entendería si de lo que se tratara fuera de vivir, algo vital e imprescindible, pero ¿para tener un iphone de más? Pues no…no lo veo…

    «Hay que ser menos inmovilista, leer más y ver menos entretenimiento basura. Estamos demasiado acostumbrados a seguir un patron ( el que sea ) social que alimenta un sentimiento de culpa ante el fracaso, al que no somos capaces de enfrentarnos.y por eso somos poco propensos al riesgo y a la Aventura, que a veces dan los mejores frutos y las experiencias más memorables.»

    Sin lugar a dudas. Hay mucho miedo al concepto del «fracaso» entre quienes no deberían sentir realmente tal temor. Mire por darle un ejemplo, la cantidad de gente que llama a los jóvenes que fracasan en el colegio «fracasados de la vida», cuando lo cierto es que es perfectamente posible no ser buen estudiante ni erudito, pero llevar una vida feliz y vivir de oficios que no requieren tanta formación.

    «Ahora que vivo en Corea, me he dado cuenta como una sociedad que ha aumentado en muy poco tiempo sus estandares ecónomicos hasta colocarse en un puesto alto del ranking, la gente vive estresada, agobiada y en un estadio de competición que no tiene ni pies ni cabeza, y las tasas de suicidio aumentando cada año, y lo que es más terrible, desde edades muy tempranas.»

    He leído algo al respecto sí. Es otro buen ejemplo que aporta. Creo que tanta competitividad interna no es buena para nada. Cuando morimos, no podemos llevar nada de nuestras posesiones materiales al cielo o infierno o donde se crea que vayamos. Lo único que la gente recordará de nosotros son las memorias que dejamos atrás, nuestros actos.

    «Sin embargo, la diferencia que apunta entre “capital” y “consumo” es clave. El dinero da una independencia económica y una libertad de movimiento que no tendriamos sin él. Ser autosuficiente aunque no se tengan dos casas y un coche, creame que es una bendición.»

    A veces pienso en la cantidad de gente que conozco que tiene dos coches, dos casas hipotecadas, niños pequeños y están con el agua al cuello todos los meses. Eso es un «sinvivir» para mí. Si uno consigue vivir por debajo de lo que ingresa, preferiblemente muy por debajo, es una bendición como usted bien dice.

    ——————-
    Leak:

    «Solamente advierto que, en sociedades post industriales desarrolladas (o medianamente desarrolladas) se ha renunciado al “good enough” y en eso, creo, tiene mucho que ver el hecho de que existe una sensación de que todos debemos alcanzar la opulencia en materia de recursos y “reconomiento social”.

    Sí, desde luego. Me ha gustado lo de «good enough» porque antiguamente, antes de tanto consumismo, esa era la actitud. «Ya he conseguido comprar mi casita, he conseguido el sueño americano» y punto. Ahora, no basta tener una casita en propiedad sino que le encontramos fallos a todo constantemente – uyy pues hay mejores calles que esta, uyy pues mi amigo se ha comprado una casona por la playa….y así siempre la mayoría actual está pendiente de querer tener «más y mejor». Me gustaría que retornaran en cierta medida a ser conformes con lo que tienen, como nuestros abuelos hacían viviendo además con mucho menos y en tiempos muchísimo más difíciles pero a la vez sencillos.

    «Piénsese en aquellos que salen de la universidad hoy por hoy (yo lo fui hace unos años); para ellos tener empleo de tipo “entry level” se reconoce importante, pero es insuficiente, no sólo financieramente sino a nivel espiritual. Si no hay oportunidades de ascenso más o menos inmediatas, no tiene sentido, es como si se fuese insultado.»

    Sí, es exáctamente lo que veo aquí en EEUU y me imagino que en España, pues más de lo mismo.

    «Lo que quisieran muchos de los actuales egresados universitarios comuneros (me incluyo, de alguna manera) es tener el estilo de vida de generaciones previas en que un empleo o un negocio era más que suficiente como para mantener una familia y tener una vida adecuada (de nuevo el good enough) con algunos lujos modernos».

    Bueno, esto desde luego lo puedo comprender y, de hecho, simpatizo con tal deseo porque lo veo lógico, después de tantos años de barraje en el que se nos ha dicho que «para tener un buen trabajo y una familia, hay que estudiar». Algo patentemente falso como trágicamente hemos visto para una gran masa de personas.

    «Claro está en que, mientras la lista de lujos modernos sigue expandiéndose, siempre parece que “los de arriba” tienen más y eso se sigue viendo como injusto. Lo que muchos desean es tener el reconocimiento social que tienen los de la “buena familia”, haciendo lo que ellos hacen y eso, nunca será del todo posible, a menos que la cantidad de bienes materiales sea grande y me refiero a cifras superiores a, no se, digamos 10 o 15 millones de dólares y/o a ingresos automatizados independientes superiores al millón de dólares por año.»

    Excelente apunte – de manera que los lujos se han ido ampliando así como «los de arriba», los que se han quedado en algo que ellos perciben como «mediocre» piensan querer más, piensan que ellos también tienen que tener lo de los demás y así viven tristes, con la sensación de que al final no van a alcanzar eso jamás.

    «En resumen, es un tema altamente complejo. En mi caso, yo busco libertad de horarios y no ser un típico empleado de 9-5, porque sufrí mucho no pudiendo controlar mi esquema de vida durante la universidad y no quiero pasar 30-40 años así. Aspiro a la tan mentada libertad financiera y a relativamente poco gasto permanente, aunque con la posibilidad de gastar mucho si lo necesito o lo deseo y supongo que hay otros que aspiran a lo mismo.»

    ¿Qué fue lo que estudió? Me interesaría saberlo si no le molesta compartirlo…

    Saludos

  4. leak · ·

    Don Alfredo:

    En absoluto me molesta compartirlo. Soy un titulado en lo que en mi patria se denomina ingeniería en electrónica, aunque la orientación del grado es hacia las telecomunicaciones, así que para que se de una idea estoy más cerca de un ingeniero de telecomunicación español que de un ingeniero electrónico industrial español, pero tampoco es que la diferencia sea tan amplia. En cualquier caso, no me dedico a las telecomunicaciones, sino a la informática, al menos de momento.

    PS: También completé hasta más o menos la mitad de una titulación en física.

  5. Pues ahí tiene un filón con bastante posibilidad de autonomía. Y esa es otra de las claves: mucha gente no sabe o cree que no puede generar una clientela, cuando lo cierto es que hasta un empleador, en caso de ser asalariado, es un «cliente».

  6. leak · ·

    Sin duda, tengo posibilidad de autonomía. Estoy en proceso de iniciar una empresa que venda un software como servicio a empresas, grupos e individuos que desarrollan software. Business to business, que le dicen. También tengo intenciones de ser un inversor de riesgo en energía y robótica cuando tenga los fondos suficientes.

    Y si eso no resulta, voy a intentar emplearme, pero manteniendo la mentalidad de que mi empleador es mi cliente. Yo le ofrezco mi producto y el o élla aceptan o no.

  7. Por curiosidad, ¿qué tal está el «índice de vida» en su patria en relación con los sueldos medios que cobra la gente en las ciudades? Sé que es una pregunta muy general pero me interesaría tener una idea para comparar unos datos que manejo.

  8. Alfredo,

    A mi me ha gustado mucho lo que has escrito. Tú sabes como soy yo, soy austero y no me gusta el consumismo. El dinero, para mí, no representa la posibilidad de tener muchas cosas sino la posibilidad de tener libertad, de no tener las ataduras y el servilismo que tienen aquellos que necesitan imperiosamente encontrar un trabajo ya para vivir. El dinero me vale para poder decirle a un jefe lo que quiera con libertad sabiendo que no me voy a morir de hambre si me despide. Como ves un estado del bienestar también puede dar libertad a las personas si está bien pensado (y no servilismo como se dice muchas veces en la derecha), que es un poco lo que pasa en los modelos nórdicos.
    De todas formas es un pensamiento de persona sin hijos. Imagino que si tengo hijos las cosas cambiarán porque las necesidades de mis hijos entrarán como factor a considerar y perderé parte de esa libertad. Por eso tampoco quiero ser absolutista con mis planteamientos vitales actuales, porque sé que son particulares.

    Me gustaría, si tienes tiempo, que vieses esta entrevista que le hizo Jordi Évole al presidente Uruguayo José Mújica:

    http://www.atresplayer.com/television/programas/salvados/temporada-8/capitulo-12-entrevista-jos-mujica_2014051600360.html

    Mújica es conocido por ser el presidente «más pobre del mundo» porque es un tipo terriblemente austero. En la entrevista en varias ocasiones habla contra el consumismo y a favor de la austeridad personal (que él llama sobriedad).
    Habló de la necesidad de hobbies, de que hemos venido al mundo para desarrollarnos personalmente y no para acaparar cosas. Hizo un buen análisis del tiempo y el dinero para explicar que cada vez que compras algo realmente estás invirtiendo el tiempo que te costó ganar el dinero que cuesta eso, y que si es algo que no necesitas realmente lo que estás haciendo es vendiendo tu vida.
    Mújica fue un guerrillero Tupumaro en su juventud, por tanto de extrema-izquierda y marxista (aunque heterodoxo). Y fíjate como su discurso se puede parecer mucho al que haces tu aquí. Esto es lo que dices siempre de que los marxistas y los liberales clásicos os podéis entender en muchas cosas.

    Saludos,

  9. Una cosa más. No sólo es Mújica a quien me has recordado, también me has recordado a mi amigo de EQUO Florent Marcellesi, investigador ecologista defensor del decrecentismo que siempre usa esa frase de «trabajar menos para vivir mejor». Él tiene una propuesta: Jornadas laborales de 21 horas:

    Trabajar menos para vivir mejor ¿21 horas?

    La idea, más o menos, es que no necesitamos consumir ni producir tanto y que con ese tiempo de trabajo sería suficiente y seriamos más felices.
    Sé que está probablemente en tus antípodas ideológicas pero no deja de ser curioso como hay muchas cosas que se tocan incluso en las antípodas.

    Saludos,

  10. David James · ·

    Comentario respecto a la felicidad: el dinero no motiva (Phil Crosby, gurú de la calidad). Estudié ingeniería no por ganar dinero, sino porque me gustaba estudiar. Lo hice de mayor, porque en mi familia no me incentivaron para estudiar. Mi padre pensaba como Ud., D. Alfredo, que ya había bastantes estudiantes y que yo provenía de una familia pobre y ya desde el instituto me decía que para qué estudiar…

    Sin embargo, voy a replicarle en un aspecto: porque pertenezcas a una familia «bien» no quiere decir que sepas en tu profesión igual que el que empezó la dinastía. El padre de John Davidson Rockefeller Sr era un vendedor, el padre de Onassis estaba preso en Turquía y se fue a América con los bolsillos vacíos… hoy en día ¿qué descendiente de Onassis está a la altura del patricarca que inició la dinastía? Son solo dos ejemplos de gente que surgieron de la nada. Según su teoría, todos los que no vengan de familia bien posicionada no tienen opciones y esto no es así. Carl Friedrich Gauss es considerado el mejor matemático de la historia y su padre tampoco quería que estudiara…

    ¿Para mí que es la felicidad? No consiste en tener todas las horas del mundo para el ocio y poseer un trabajo libre, sino hacer aquello que me gusta. Y lo que verdaderamente me apasionaría sería realizar desarrollo de ingeniería a nivel de investigación. He llegado tarde, pero ya me podían dar todos los millones del mundo que no los cambiaría por poder haber desarrollado esa carrera profesional aunque hubiera sido mal pagada.

    Las motivaciones de las personas son muy diversas: a algunos les gustan las tabernas y a otros nos gustaría estar desarrollando proyectos de investigación sin descanso (yo me pasé una nochevieja toda la noche desde la una de la madrugada, desarrollando un proyecto y no tenía ninguna envidia a la gente que estaba por ahí celebrando el año nuevo). No hay mayor felicidad para mí que desengranar una pequeña porción de la naturaleza y acercarme infinitésimamente al conocimiento de Dios.

    Cada vez que veo a personas emborracharse en un bar me dan pena y pienso en lo patética que es la gente haciendo eso, pero bueno, es mi pensamiento particular. Si tuviera más ocio, me centraría en el estudio de nuevas herramientas matemáticas y físicas. Para mí, ésa es la felicidad.

    Saludos,

  11. Alexander · ·

    Hola Alfredo.

    Las dos ultimas entradas han sido bastante interesantes. Voy a resumir mi posicion de ambas:

    Ya Nino Becerra hablo de este fenomeno. Con el aumento de la productividad, mucha gente ya no es necesaria,lamentablemente. Si quieres ser un profesional, asegurate que estaras en el 1% mas brillante; de lo contrario, ni siquiera pienses en entrar a la universidad, a menos wue quieras perder 5 anos de tu vida y ganar un sueldo de mierda. Si no estas interesado en ciencias duras, el porcentaje de gente exitosa se reduciria aun mas, ya que incluso hoy las barreras naturales de las ciencias duras son muchisimo mas que carreras como el derecho. Un tecnico me comentaba que el solo estudio carrera tecnica, y que se puede dar una gran vida aqui, mientras que su hija universitaria siempre le para pidiendo dinero porque su sueldo no le alcanza.

    Saludos desde Sydney.

  12. Hola Pedro:

    «Tú sabes como soy yo, soy austero y no me gusta el consumismo.»

    Doy fe de ello.

    «El dinero, para mí, no representa la posibilidad de tener muchas cosas sino la posibilidad de tener libertad, de no tener las ataduras y el servilismo que tienen aquellos que necesitan imperiosamente encontrar un trabajo ya para vivir. El dinero me vale para poder decirle a un jefe lo que quiera con libertad sabiendo que no me voy a morir de hambre si me despide. Como ves un estado del bienestar también puede dar libertad a las personas si está bien pensado (y no servilismo como se dice muchas veces en la derecha), que es un poco lo que pasa en los modelos nórdicos.»

    Sí, aquí hay una serie de cosas interesantes que muchos liberales no suelen subrayar, pero desde luego son parte del liberalismo clásico interesado por mejorar la calidad de vida de las muchedumbres, como bien sabes en el siglo XIX nuestro ideario era levantarle ese terrible peso a las masas con una serie de reformas y los que más se oponían eran los caciques, en muchos casos alentados por el romanismo papal y sus intereses terrenales en un contexto tan feudal como fue España hasta hace no mucho.

    Comparto en cierta medida tu caracterización del dinero, aunque siempre hay un punto subjetivo que me hace preguntar «¿cuánto dinero realmente te da libertad»? ¿Solo para comer y pagar tu vivienda, por ejemplo? ¿O es algo más?

    Servilismo – cualquier tipo de servilismo, para mí, es terrible, tanto al Estado como a un patrón. Pero tienes toda la razón en que un sistema racional de cierto bienestar social para nada es servilismo al estado.

    «De todas formas es un pensamiento de persona sin hijos. Imagino que si tengo hijos las cosas cambiarán porque las necesidades de mis hijos entrarán como factor a considerar y perderé parte de esa libertad. Por eso tampoco quiero ser absolutista con mis planteamientos vitales actuales, porque sé que son particulares.»

    Sí, por supuesto, aunque yo soy crítico con aquellas personas que tienen hijos cuando no se lo pueden permitir y llevar una vida cómoda en términos financieros. A mí me da mucho coraje pensar que una madre trae un hijo a este mundo cuando no le puede dar ni de comer. Eso es crueldad. Comprendo que existe en la mayoría de personas cierta tendencia a querer tener hijos. Lo que llaman el «reloj biológico», especialmente de la mujer, pero es preocupante la cantidad de niños pobres en el mundo, traídos aquí por puro azar en contra de su voluntad ya que muchos de ellos no habrían elegido nacer.

    «Mújica es conocido por ser el presidente “más pobre del mundo” porque es un tipo terriblemente austero. En la entrevista en varias ocasiones habla contra el consumismo y a favor de la austeridad personal (que él llama sobriedad).»

    Me ha gustado bastante la entrevista, sobre todo lo de la «sobriedad» – que, por si acaso no lo sabías (y muy pocos españoles lo saben), en todos los libros sobre los españoles en el siglo XIX, se les caracterizaba por ser un pueblo tremendamente sobrio, grave y austero. El otro día estuve leyendo un libro escrito por un escocés sobre el Madrid de 1830. Habla de la gravedad española, de lo muy poco que comía la gente para ahorrar en comparación con ingleses y que «los españoles apenas vacían la botella de vino de una sentada y si lo haces, te miran como un bruto salvaje».

    Estoy completamente de acuerdo con Mújica en cuanto a lo de «ser franco». Ojalá mucha más gente fuera tan franca y sencilla. Es verdad también otra cosa que dice sobre los uruguayos que se podría ampliar a los españoles – no somos tan «trabajadores» como los asiáticos, no somos hormigas. Eso es totalmente cierto y no lo veo como crítica, sino como realidad. Cada país tiene sus peculiaridades y no creo que nos podemos convertir en chinos culturalmente de la noche a la mañana (ni tenemos por qué).

    «Habló de la necesidad de hobbies, de que hemos venido al mundo para desarrollarnos personalmente y no para acaparar cosas. Hizo un buen análisis del tiempo y el dinero para explicar que cada vez que compras algo realmente estás invirtiendo el tiempo que te costó ganar el dinero que cuesta eso, y que si es algo que no necesitas realmente lo que estás haciendo es vendiendo tu vida.»

    Sí. Sí. Sí. Esas palabras las podría compartir perfectamente un puritano protestante. Si no lo necesitas realmente, ¿para qué lo compras? Me gusta que Mújica no tiene móvil de última generación (yo tampoco) y me ha provocado algunas críticas por parte de «nuevos ricos» que no pueden ofrecerme más que sus bienes materiales. «Alfredo, ¿y eso que no tienes movil de tal o cual marca? ¿No te lo puedes permitir»? De permitirme, sí que puedo, otra cosa es querer lo que no necesito. Tampoco tengo tele.

    «Esto es lo que dices siempre de que los marxistas y los liberales clásicos os podéis entender en muchas cosas.»

    Sí – podemos entendernos en muchas cuestiones porque partimos de una base contraria al feudalismo y queremos mejorar la vida de los ciudadanos. O, como decía Thatcher sobre Gorbachev, «we can do business together». Siempre habrá ese tipo de trato con marxistas heterodoxos, mucho mas que con totalitarios de cualquier signo.

    «La idea, más o menos, es que no necesitamos consumir ni producir tanto y que con ese tiempo de trabajo sería suficiente y seriamos más felices.
    Sé que está probablemente en tus antípodas ideológicas pero no deja de ser curioso como hay muchas cosas que se tocan incluso en las antípodas»

    No me gusta el concepto de «no producir» y sí esto ya parece más contrario a mis ideas pero por otra parte es incuestionable que vivir no es lo mismo que trabajar necesariamente.

    Saludos

  13. David James:

    «Sin embargo, voy a replicarle en un aspecto: porque pertenezcas a una familia “bien” no quiere decir que sepas en tu profesión igual que el que empezó la dinastía. El padre de John Davidson Rockefeller Sr era un vendedor, el padre de Onassis estaba preso en Turquía y se fue a América con los bolsillos vacíos… hoy en día ¿qué descendiente de Onassis está a la altura del patricarca que inició la dinastía? Son solo dos ejemplos de gente que surgieron de la nada. Según su teoría, todos los que no vengan de familia bien posicionada no tienen opciones y esto no es así. Carl Friedrich Gauss es considerado el mejor matemático de la historia y su padre tampoco quería que estudiara…»

    Hm, creo que me ha entendido mal. Por supuesto que suele pasar eso en que ya cuando pasan varias generaciones en una dinastía, ésta acaba degenerando. No digo que TODOS los que no vengan de familia bien posicionada no tengan opciones o no deban contemplar los estudios, pero son los menos. La gran masa de personas, lo siento, no pertenece en la universidad para luego sufrir. Y no se preocupe porque cuando nace alguien con el cerebro de un Gauss, suelen ser las propias universidades las que los reclutan o ellos mismos se dan a conocer. Para tener una mente inteligente en absoluto es necesario ir a la universidad. La universidad, de toda la vida, ha sido simplemente un trámite social, nada más. Es solo después de la IIª Guerra Mundial cuando se empezaba a asociar «Harvard» con «super inteligente». Antes, no era más que un club social. Evitariamos muchos sufrimientos y malentendidos si «las masas» se dieran cuenta que no es donde estudies sino QUÉ y QUIÉN eres realmente lo que suele determinar tu posición en la vida.

    «¿Para mí que es la felicidad? No consiste en tener todas las horas del mundo para el ocio y poseer un trabajo libre, sino hacer aquello que me gusta. Y lo que verdaderamente me apasionaría sería realizar desarrollo de ingeniería a nivel de investigación. He llegado tarde, pero ya me podían dar todos los millones del mundo que no los cambiaría por poder haber desarrollado esa carrera profesional aunque hubiera sido mal pagada.»

    Comparto esto. Para mí la felicidad no es tanto «el ocio» sino dedicarme exclusivamente a la investigación que me gusta. El ocio siempre es secundario para mí, aunque tampoco lo rechazo. Me gusta el equilibrio.

    «Las motivaciones de las personas son muy diversas: a algunos les gustan las tabernas y a otros nos gustaría estar desarrollando proyectos de investigación sin descanso (yo me pasé una nochevieja toda la noche desde la una de la madrugada, desarrollando un proyecto y no tenía ninguna envidia a la gente que estaba por ahí celebrando el año nuevo). No hay mayor felicidad para mí que desengranar una pequeña porción de la naturaleza y acercarme infinitésimamente al conocimiento de Dios.»

    Amén a esto.

    «Cada vez que veo a personas emborracharse en un bar me dan pena y pienso en lo patética que es la gente haciendo eso, pero bueno, es mi pensamiento particular. Si tuviera más ocio, me centraría en el estudio de nuevas herramientas matemáticas y físicas. Para mí, ésa es la felicidad. »

    Nunca entendí a esa gente que se emborracha hasta tal punto de caerse en el suelo del bar, pero comprendo que si tu mente no da para otras cosas o no tiene otras inquietudes, es normal. Digamos que algunos se emborrachan con el alcohol, mientras otros nos «emborrachamos» con el pensamiento y las ideas.

    Saludos
    ————–
    Alexander:

    «Ya Nino Becerra hablo de este fenomeno. Con el aumento de la productividad, mucha gente ya no es necesaria,lamentablemente. Si quieres ser un profesional, asegurate que estaras en el 1% mas brillante; de lo contrario, ni siquiera pienses en entrar a la universidad, a menos wue quieras perder 5 anos de tu vida y ganar un sueldo de mierda. Si no estas interesado en ciencias duras, el porcentaje de gente exitosa se reduciria aun mas, ya que incluso hoy las barreras naturales de las ciencias duras son muchisimo mas que carreras como el derecho. Un tecnico me comentaba que el solo estudio carrera tecnica, y que se puede dar una gran vida aqui, mientras que su hija universitaria siempre le para pidiendo dinero porque su sueldo no le alcanza. »

    Correcto. Es exáctamente así. Veo colas y colas de universitarios parados, abogados llorando penas, en miseria absoluta viviendo en el sótano de la casa de sus padres a los 30 años. Despreciarán a los mecánicos de coche, pero estos suelen ser felices y ganan bastante más sin problemas. Es lo que tiene crear una sociedad de falsas expectativas, controladas por lo que dice el materialismo y el consumo en vez de tomar el control de sus vidas en libertad. La libertad real es la responsabilidad a ti mismo, tomar control sobre tus propios actos sin estar constantemente tomando en cuenta lo que te «dicten» los demás.

    La mayoria de personas infelices viven por los demás y sacrifican su propia persona. Eso no es ser libre

  14. Alfredo,

    «¿cuánto dinero realmente te da libertad”? ¿Solo para comer y pagar tu vivienda, por ejemplo? ¿O es algo más?»

    Bueno me resulta difícil de cuantificar pero creo que aquí hay dos niveles. Hay un primer nivel que es lo «básico», es decir, poder comer, tener una vivienda (poder pagar un alquiler al menos), ropa, poder pagar transporte, servicios básicos en la vivienda, sanidad etc. Eso es fundamental y hay que poder responder ante eso, y para eso es importante tener unos mínimos ahorros o recursos.
    Pero luego hay un segundo nivel, que ya son necesidades que no son básicas aunque pueden ser importantes para uno: El consumo, cierto ocio «caro», etc. Y aquí entra la «sobriedad» de la que hablaba Mujica, porque aquí ya no son las circunstancias las que te hacen tener que ser servil, eres tú el que provocas tu propio servilismo.
    La idea es tener suficiente dinero para el primer grupo pero poder prescindir del segundo si es necesario, y para eso debes priorizar una serie de valores antes que el puro materialismo consumista.

    «aunque yo soy crítico con aquellas personas que tienen hijos cuando no se lo pueden permitir y llevar una vida cómoda en términos financieros. A mí me da mucho coraje pensar que una madre trae un hijo a este mundo cuando no le puede dar ni de comer»

    Tienes razón en casos extremos pero sabes que las cosas cambian y hay personas que tuvieron hijos en situaciones económicamente más o menos buenas y que luego, por cualquier cuestión, se han quedado sin trabajo, sin clientes o sin recursos y se han visto viviendo en un estado de necesidad que no preveían.
    Hay una frase que me dicen muchas personas que es «nunca es un buen momento para tener un hijo», porque siempre querrías tenerlo todo claro, atado y asegurado pero la vida, desgraciadamente, es incertidumbre.

    «No me gusta el concepto de “no producir” y sí esto ya parece más contrario a mis ideas»

    Hmm, la idea no es «no producir» sino producir «menos» que ahora, fundamentalmente enfocado hacia «productos». El menor tiempo y gasto de recursos fabricando cosas se puede emplear en más ocio, mejores servicios, actividades del cuarto sector, etc. Estas ideas están muy relacionadas con la eficiencia y el ahorro.

    Saludos,

  15. leak · ·

    Alfredo:

    No es para nada fácil hablar de índice en este país, hoy por hoy. Nuestras mediciones estatales de índole social están todas bajo sospecha hace años debido al mal manejo y a la corrupción, pero le diría que con la inflación que supera el 30% anual, con tendencia creciente, y la corrección sobre los precios de los servicios públicos, no hay forma de que la población esté mayoritariamente en buen estado financiero. Económicamente, quizás esté un poco mejor, pero financiaramente no. Los sueldos nunca alcanzan en un contexto inflacionario.

Comente