Neoliberales: Salid del armario

Algunos lectores recordarán como hace unos meses, no pocas personas me comentaron que el «neoliberalismo» había muerto. «Se acabó vuestra época», me espetaron. La verdad es que debo darles mérito cuando lo tienen: y es que, al menos reconocen que existe algo que se llama «neoliberalismo» (si bien no entienden lo que realmente significa el concepto neoliberal y serlo). Esto lo tengo que decir porque hace un par de días, en Facebook, tuve un choque, un encontronazo desagradable, con una «señorona» del Partido de la libertad individual que me negaba rotundamente que tal concepto existiera. Eso, cuando no me llamó «hijo de puta» y «topo comunista». No, no es broma, desgraciadamente. Es otro ejemplo más de los fascistas metidos en las asociaciones liberales españolas. Al final de esta entrada, colgaré las capturas de pantalla que hice en las que podréis ver el «talante» tan «liberal» y «tolerante» (sobre todo esto) de la señorona en cuestión. No sé, yo fui ser tolerante con ella en todo momento, pues hay que compadecerse de las mujeres en sus etapas menopáusicas y ya si tienen pintas de caciques españolas enchufadas…las pobres…

Bueno, ahora vamos a lo serio como siempre.

Decían que el «neoliberalismo» ha muerto. Otros han dicho que la izquierda está volviendo a sus raíces populistas. «Que se vayan al infierno todos esos neoliberales». Esa es la reacción de no pocos comentaristas, desde la izquierda a buena parte de la derecha en todas sus variantes. Y eso en el mejor de los casos, porque luego hay otras ocasiones en los que nos desean la muerte: «Tú, Bloomberg y todos vuestros amiguetes neoliberales deberiais morir», sentenciaba hace poco un «libertarian» en Facebook «anti-estatista».

La verdad es que cuanto más leo sobre lo que la gente «cree» que es el neoliberalismo y los neoliberales, más molesto quedo. Lo cierto es que el neoliberalismo es algo que llevo en las venas y he estudiado muchísimo acerca de lo que es y lo que no es.

Hoy, lo cierto es que iba a publicar aquí un manifiesto liberal pero he estado mareado en estos días por quizá la combinación del frío polar y otros factores que ahora no vienen a cuento. Por eso colgaré el manifiesto en la próxima entrada. Para sentirme mejor, decidí ayer entonces subir al campus de Columbia y encontrarme con mi antigua «pandilla» de autodenominados «neoliberales» a principios de este siglo (aunque realmente los inicios del 2000 seguía el neoliberalismo de los 80 y 90 en pleno apogeo). Entonces, decidí ir a la mansión (town house) de Riverside Drive donde solíamos reunirnos los de la Derecha para hablar sobre estrategia política en una época más inocente (antes del brutal ataque terrorista del 11 de septiembre perpetrado por islamistas saudíes). Y es que, a partir de ese ataque, todo para mí cambió y ya no era sobre estrategia lo que se discutía conmigo sino sobre tácticas y defensa militar – es decir, la guerra contra el terrorismo que sigo defendiendo ahora y siempre lo haré hasta el día que me toque morir. Prefiero que se me recuerde por alguien que aprobó el uso de los «drones» contra terroristas en Pakistán antes que un amigo de gente como Edward Snowden y otros enemigos de Occidente y nuestros intereses.

Como, de hecho, yo ya tenía escrito el manifiesto desde hacía varios años, aportaré algunas pinceladas cuando proceda. Transcribo aquí la conversación que mantuve con el amigo «neoliberal» en un intercambio de ideas sobre café americano aguado y luego unos chupitos de whiskey que nunca vienen mal en el frío polar de Nueva York.

«Alfredo, leyendo algo que escribiste en el Spectator hace años, dijiste que nosotros «ya no somos amigos automáticos de los sindicatos ni de todo tipo de gobierno» y que tampoco «ahora tampoco nos tenemos que oponer «porque sí» a las FFAA o a las grandes empresas». ¿A qué vino eso?

Ah, sí, bueno, de hecho es un mensaje que siempre intento inculcarle a la gente que se interesa por nuestras ideas. En nuestra búsqueda de soluciones para los problemas actuales, siento una profunda desconfianza hacia todo tipo de respuestas facilonas o automáticas, dogmáticas, sean estas progresistas o conservadoras. Yo no sé si aprendí a ser tan escéptico gracias al calvinismo, pero nunca me han gustado los dogmas, el pensamiento único, las respuestas interesadas. Y es que, tampoco son actitudes liberales hacia la vida.

Esa desconfianza, de hecho, ha sido una de las grandes contribuciones del neoliberalismo. Pero lo que ha pasado últimamente, sobre todo con los chavales más jóvenes que nosotros es que ciertas palabras las asocian con cosas que ellos perciben que les perjudica. También ha habido un declive general en la calidad de los argumentos que aportamos, debido a la penetración de locos y extremistas en círculos liberales.

«Hahaha. Recuerdo esos episodios, Alfredo. Recuerdo como por ejemplo optaste una vez por preferir la victoria de un Demócrata antes que un Republicano y yo te dije «por Dios, Alfredo. Estás facilitando la elección de un sociata, un monstruo que quiere subir los impuestos en NY y ser liberticida. Por eso creo que incluso aquí muchos dicen que eres insoportable y un «gilipollas» porque a veces haces cosas que perjudican a la derecha, desde ese punto de vista».

Bueno, yo no creo en ser diferente solo por serlo o lucirme. Creo que se debe ser diferente cuando nos ayuda a conseguir una verdad que la Derecha NO quiere captar ni aceptar. Mira el tema de la religión. No he parado de decir que al igual que la Derecha es reaccionaria y automáticamente «pro» religión (cristiana), la izquierda también suele reaccionar con odio y ser «anti» religiosa. Y me pongo a pensar en todos los progres que adulan a Martin Luther King…¿qué demonios creen que era Luther King sino un gran reverendo cristiano protestante de buena fe, con buenísimas, excelentes intenciones para las gentes de su raza? Martin Luther King era cristiano y usó los valores cristianos para «vender» su movimiento en un EEUU abrumadoramente (en esa época, no ahora) blanco anglosajón y protestante. Luego está el tema de los sindicatos. Si yo critico a los sindicatos de profesores en esta ciudad, no lo hago para ser un hijo de puta desalmado, sino precisamente porque lo que más me apasiona y me duele es el tema educativo y que los niños no están recibiendo la educación que se merecen. No ya por culpa de los sindicatos únicamente, aunque contribuyen a esa mediocridad también y lo critico. Hay profesores excelentes, pero luego hay profesores malos, incompetentes, protegidos por el sindicato. Yo creo en las reformas, mientras sean racionales y basadas en el respeto.

«Uno de los temas que veo mucho en tu escrito es la crítica a la mediocridad , que la gente debe ser un poco más emprendedora.»

Bueno, había extremos a finales de los 70 por ejemplo. Había un estancamiento generalizado en Occidente y estaba claro que hacía falta una explosión de innovación. Surgieron personas como Bill Gates y el de Apple, trabajando desde sus sótanos o garajes. Pero como en toda revolución económica capitalista, las cosas han ido demasiado lejos. Todas estas personas, grandes personas, excelentes aportadores, empezaron solamente a preocuparse con ganar mas y mas y mas dinero, hasta tal punto que ya sobraba bastante y perdía su sentido. Muchos caímos en esa trampa excesiva. ¿Tú no te acuerdas la cantidad de artículos de lujo que comprábamos en esas épocas, desde sombreros de miles de dólares y abrigos de 8 mil? Había exceso, ciertamente, pero ahora hay que frenar un poquito en esta carrera porque la gente tiene fatiga.

«Haha, vaya que me acuerdo y también me acuerdo de un sombrero de lujo que te compraste y como la organización internacional socialista te quiso tirar huevos en el campus y te insultaba llamándote criminal y asesino. Pero también una crítica común contra nosotros es que solo nos habiamos centrado desde siempre en las clases mas pudientes o como mucho menor, las medias, pero nunca los obreros ni los marginados como los progresistas».

Bueno, eso se debe a dos extremos. En los 70 las cosas estaban al revés. Solo se centraban en los más pobres, pero nunca en los emprendedores ni en los más ricos. Ahora es un poco al revés la cosa y hace falta, por supuesto, hacerle frente a este problema de la pobreza creada por los excesos empresariales y obviamente los neoliberales criticamos eso también.

De todas formas, insisto, yo de hecho creo que los «neoliberales» hemos ganado, no perdido. Pero en algunos casos hemos ganado demasiado. Por ejemplo, los extremos de pobreza que ya hemos comentado, el aumento de la desigualdad.

Es obvio que tampoco hemos ganado a nivel de gobierno ni contra la excesiva burocracia, ni contra ciertos sindicatos interesados en resultados muy estrechos. No creo que nadie me pueda discutir, siendo serios, que debe ser una posibilidad despedir a profesores u otros funcionarios incompetentes. Contra esto nadie discrepa, nadie serio.

Hay dos grandes problemas en la educación y en el servicio público que nadie quiere mencionar. Habia una época en la cual hasta los más nobles y ricos de este país querían ser funcionarios y aceptaron el reto de Kennedy: «Pregunta lo que tú debes hacer por tu país». Muchísima gente inteligente e incluso de orígenes pudientes querían trabajar para el Estado y mejorar las cosas en este país.

Las raíces de los neoliberales NADA tienen que ver con «abolir el Estado» sino hacer que funcione MEJOR. Por ejemplo, mira el caso de la sanidad nacional. De toda la vida, los «neoliberales» hemos defendido el acceso de todos a la sanidad e incluso un sistema nacional.

«Pero, ¿cómo hemos llegado al punto en el que defender estas cosas nos hace ahora ser tachados de «socialistas» en el mejor de los casos o peor, «totalitarios estatistas»? Y por otra parte, ¿cómo hemos llegado a que la gente asocie a los neoliberales con un capitalismo salvaje, sin ningún estado ni ayuda a los pobres?»

Es una falta de cultura, principalmente. La gente, en cualquier rincón del mundo, suele ser ignorante de los matices y los detalles. Ni saben realmente dónde se originó el neoliberalismo y qué defendía, ni saben que nada tiene que ver con el «libertarianismo».

En mi país pasa lo mismo. En España, la gente cree que los neoliberales somos «anti impuestos». Es absurdo. Justamente hace unos días, dije que el «anti impuestos» no debe ser un dogma y que se bajarán cuando se deba y se pueda, y se tendrán que subir cuando no.

Una de las reformas que es realmente neoliberal, una de las mas famosas en EEUU es la exigencia del «means testing» para recibir ayudas del gobierno. Mucha gente dice que es cruel, pero creo que gracias a un riguroso «means testing» que impuso Bill Clinton en los 90, miles y miles de personas no tuvieron más remedio que salir a la calle a trabajar para mantener sus beneficios. Para mí, ese es el verdadero espíritu neoliberal. No es «quitarte la ayuda», es dársela a quien realmente lo necesite y que también éste contribuya algo al país a cambio de sus ayudas, aunque sea en un trabajo de sueldos mínimos.

Tampoco me gustan nada las subvenciones, muchas veces obviadas o ignoradas por no pocos «libertarian», que reciben las grandes empresas en Occidente. Odio eso. Odio gastar dinero de los contribuyentes, de la clase media por ejemplo, en las grandes empresas. Me vuelve loco.

«Alfredo pero por lo que yo recuerdo, algunas sátiras de la izquierda contra ti eran muy crueles. En algún momento dado, no se sintió al menos un dia dolido o afectado por los constantes ataques?»

No, jamás. Porque se debe asumir que cuando estás en primera linea de fuego y haces cosas que afectan a terceros, van a reaccionar. De eso se trata nuestro sistema libre, los valores que debemos defender siempre — valores en los que incluso un cretino, un descerebrado, pueda insultarte. Ellos se retratan y eso me da mucha más satisfacción que silenciarles. Usted ha visto en mi propia web como entran a veces personajes a decirme palabrotas y yo les dejo muchas veces porque quedan en lo que son: ridículos sin argumentos. ¿Qué más me da a mí que un tipo fumando un porro con su pelo largo me llame «cabrón»? ¿O que se burle de mis gafotas de los años 50? ¡Da igual! Yo también me río mucho de ellos. Son patéticos y jamás harán algo serio en su vida.

Pero además hay cierta pasión en lo que te digo, porque hay un movimiento que tiene raíces y es mi deseo recuperar lo que pasaba en EEUU en los años 80 con respecto a los «libertarians». No solo NO eran aceptados en círculos «liberales» sino que además se les consideraba poco más que una secta de utópicos con problemas mentales. Porque no nos engañemos, hay que estar un poco «pa alla» para creerse realmente en los dogmas de Rothbard o tener como líderes a un señor como Ron Paul.

Mira si hay algo que yo he aprendido tras tantos años de ataques por parte de todos los bandos es esto: nunca tengas miedo de parecer «malo» si es por una buena causa que sabes que vas a ganar porque la razón de la época o los acontecimientos te dan la razón.

Para los neoliberales, el papel del Estado es más limitado que en el sistema socialista o «socialdemócrata», pero fuertísimo en sus funciones legítimas, que son:

-Fuertes para mantener el Estado de derecho,

-Fuertes para mantener las finanzas y la moneda en un estado de solidez absoluta,

—Fuertes a la hora de invertir en la educación para que se generen más oportunidades y asi seguir con el desarrollo intelectual y los descubrimientos.

—Fuertes para crear un marco general que incite a la empresa libre dentro de los límites legales.

— Fuertes militarmente para defender a la nación contra ataques internos y externos.

-Fuertes para ayudar a los más vulnerables de nuestras sociedades.

No hay nada «libertarian» en esos pilares. Por suerte, no creo que la gente sospeche que yo sea libertarian o que tú, viniendo de Singapur, lo seas también. En tu caso, menos, vas a entender más el neoliberalismo antes que el libertarianismo friki.

A lo mejor todo eso le suena muy seco o «médico» a mis lectores. Se me acusa con frecuencia de no ser suficientemente «humano» o «conectar». Bien, lo digo de otra manera: lo que hace a un hombre, a una familia, una comunidad, una cultura o una nación son los valores con los que se rigen en sus vidas diarias, porque los valores no solo inspiran las políticas, sino también a las personas.
——————–
De postre (no te atragantes), el «diálogo» con una «libegal» española. ¡Qué nivel! Si eso es lo que hay en los partidos liberales en España, imaginaos lo que hay en las asociaciones como el Instituto Juan de Mariana. ¡Luego se quejan cuando se les dice que huelen demasiado a la derecha española, rancia, casposa, de sacristía y sotana, de toda la vida! Fijaos en los comentarios donde defiende a Juan Ramón Rallo y al Instituto Juan de Mariana. La señorona no está de broma, no. Son así de fanáticos y sectarios en el «liberalismo» español.

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18 comentarios

  1. El Moli de Getafe · ·

    Para los austriacos un neoliberal era cualquiera que no fuera estrictamente como ellos, primero acusaron de neoliberales a los pertenecientes a las otras escuelas alemanas y luego calificaron así a los de Chicago.

    En realidad, para un austriaco apenas hay un matiz entre un keynesiano y un seguidor de Milton Friedman.

    El propio Friedman se calificó a sí mismo de neoliberal, y aceptaba que no vivíamos ya en los tiempos de Adam Smith y David Ricardo.

    Y entonces todo se confundió, y fueron también neoliberales los dictados del FMI y aquello del Consenso de Washigton.

    Y era todo lo mismo, todo era monetarismo y nadie diferenciaba entre Margaret Thatcher y Carlos Solchaga.

    Y apareció el neokeynesianismo, y con Clinton se dijo que aún era neoliberal.

    Y para muchos quedó en simple insulto, y en el mismo párrafo te podían llamar neoliberal, neoconservador y facha.

  2. El Moli de Getafe · ·

    Por cierto, algunos ya salimos del armario allá por 1987 o 1988.

    ¿ Se acuerdan de «Antoñito» Hernández Mancha y aquella moción de censura que le planteó a Felipe González ?

    ¿ Se acuerdan que él mismo se reivindicó como seguidor de Milton Friedman ?

    Pues alguno fuimos de los primeros en avalar su candidatura en aquel Congreso que ganó a Miguel Herrero y Rodríguez de Miñon y José María Aznar.

    Luego, ya saben, Felipe González le emparentó con Pinochet y «Antoñito» no supo responder.

  3. Moli:

    «En realidad, para un austriaco apenas hay un matiz entre un keynesiano y un seguidor de Milton Friedman.»

    Nos ven igual de «estatistas» y enemigos. Bueno es que de hecho, en parte lo somos pues somos «enemigos» de lo que representa la Escuela Austriaca.

    «El propio Friedman se calificó a sí mismo de neoliberal, y aceptaba que no vivíamos ya en los tiempos de Adam Smith y David Ricardo.»

    Aha, correcto. Luego todavía hay algunos ignorantes que dicen que «nadie» se califica como neoliberal, lo cual es falso.

    Hernández Mancha: Una gran persona cuyos escritos me parecen muy acertados.

  4. Jack Zero · ·

    Tengo entendido, que desde que Hayek fundara en 1947 la sociedad de Mont Pelerin, los autores partidarios del liberalismo económico se escindieron en dos ramas: los que pretendían seguir llamándose “liberales”, como hicieron Mises y Hayek, y los que preferían llamarse a sí mismos “neoliberales”, con Lippman y Erhard a la cabeza. La diferencia principal entre unos y otros es que los segundos consideraban que el sistema de «laissez-faire» había fracasado y el liberalismo clásico del XIX necesitaba una renovación, y los primeros consideraban que no había fracasado y que no había nada que cambiar.

    Sin embargo, aunque el término “neoliberal” lo inventó Rüstow y lo difundió Ludwig von Mises, este término dejó de emplearse para designar personas concretas desde la década de los sesenta del siglo XX. Desde entonces, el término “neoliberal” no designa algo concreto, se ha vuelto un término muy vago y muy difuso, una especie de término-paraguas bajo el cual cada uno ha metido lo que le ha parecido pertinente meter… especialmente sus enemigos. (especialmente por parte de izquierdistas, progresistas, comunistas, antisistema, grupos antiglobalización, anarquistas, etc.) Ya que el neoliberalismo como movimiento o corriente unificada no existe actualmente.

  5. Jack Zero:

    «Tengo entendido, que desde que Hayek fundara en 1947 la sociedad de Mont Pelerin, los autores partidarios del liberalismo económico se escindieron en dos ramas: los que pretendían seguir llamándose “liberales”, como hicieron Mises y Hayek, y los que preferían llamarse a sí mismos “neoliberales”, con Lippman y Erhard a la cabeza. La diferencia principal entre unos y otros es que los segundos consideraban que el sistema de “laissez-faire” había fracasado y el liberalismo clásico del XIX necesitaba una renovación, y los primeros consideraban que no había fracasado y que no había nada que cambiar.»

    Esto es verdad. Básicamente, hubo una división entre «bandos», pero esta diviisión además tenía que ver con distintas valoraciones de carácter ético o moral que afectaban qué variante del liberalismo. Todos los que participaron en el Coloquio Lippman eran autodenominados «neoliberales» y efectivamente, rechazamos el «laissez-faire». Siempre hemos defendido el Estado y el orden liberal dentro de éste.

    «Sin embargo, aunque el término “neoliberal” lo inventó Rüstow y lo difundió Ludwig von Mises, este término dejó de emplearse para designar personas concretas desde la década de los sesenta del siglo XX. Desde entonces, el término “neoliberal” no designa algo concreto, se ha vuelto un término muy vago y muy difuso, una especie de término-paraguas bajo el cual cada uno ha metido lo que le ha parecido pertinente meter… especialmente sus enemigos. (especialmente por parte de izquierdistas, progresistas, comunistas, antisistema, grupos antiglobalización, anarquistas, etc.)»

    Esto es así porque como normalmente los «neos» suenan fatal, todo movimiento con algún interés que no sea este tipo de liberalismo lo usan como algo «negativo», para identificar a un «enemigo» (aunque ni ellos mismos saben en qué consiste realmente el neoliberalismo histórico)

    «Ya que el neoliberalismo como movimiento o corriente unificada no existe actualmente.»

    Yo creo que existió como algo «unificado» en EEUU por lo menos hasta principios de este siglo. Ahora ya nadie tiene claro, es verdad, los términos y piensan que «neoliberal» es lo que ellos quieren que sea.

  6. sociata latinoamericano · ·

    Sr. Coll: en Latinoamérica neoliberales son los que promueven el estado mínimo y el libre comercio. Muchos han tratado de desmarcarse, pero no han podido quitarse el adjetivo y ya lo aceptan con repugnante hidalguía. Hace unos años atrás eran los amos del universo latino.

    P.D.: No se equivocó con el gordito Christie.

  7. leak · ·

    ¿Lo aceptan por Centroamérica sociata? Por estos lares, nadie se identifica como neoliberal. Incluso el Partido Liberal Libertario considera, como el P-Lib, que dicha etiqueta no tiene sentido alguno.

    En esta parte de Latinoamérica, alguien que no es «progresita» y «popular» es indefectiblemente neoliberal y fascista (no importa que eso sea absolutamente imposible). Yo me considero liberal, pero bueno, qué es ser liberal es una pregunta con una multitud de respuestas…

  8. Jack Zero · ·

    «Yo creo que existió como algo “unificado” en EEUU por lo menos hasta principios de este siglo. Ahora ya nadie tiene claro, es verdad, los términos y piensan que “neoliberal” es lo que ellos quieren que sea».

    Cierto. El neoliberalismo como corriente unificada no existe actualmente. Aunque sí ha existido, y sus primeros integrantes se denominaron a sí mismos “neoliberales”. Los más conocidos fueron Alexander Rüstow, Louis Rougier y Walter Lippmann. El más famoso fue el conocido ministro de Economía alemán Ludwig Erhard, quien se llegó a llamar a sí mismo “neoliberal” sin ningún tapujo (por aquella época dicho término no era peyorativo), aunque académicamente se concrete más llamándole “ordoliberal”, que es una variante del neoliberalismo de la época.

    El Neoliberalismo tiene teorías y escritos propios, pero tan sólo hasta la década de los sesenta aproximadamente. Un ejemplo de escrito neoliberal es «The Good Society», de Walter Lippman.

    Pero como he dicho, hoy en día el término “neoliberal” no designa algo concreto. Se ha convertido en un término muy vago e impreciso, que se usa de forma gratuita y a menudo inadecuada, en el cual cada uno incluye lo que le ha apetece incluir, especialmente sus enemigos. Es un término sobre todo “exógeno”, es decir, se lo aplican otras personas desde fuera, pero no se lo aplican ellos mismos. De la misma manera que los esquimales se llaman a sí mismos “inuit” y detestan que los demás les llamen “esquimales”, que es como les han estado llamando tradicionalmente los que no son como ellos (otros términos similares: “payo”, “iroqués”, “cafre”…)

    Con los neoliberales sucede otro tanto: algunos se llaman a sí mismos “liberales clásicos”, “ordoliberales”, “monetaristas”, “partidarios del libre mercado”, o «liberales» a secas, etc., pero por lo general, ninguno acepta que se le llame “neoliberal” y se molestan bastante si se les llama así. Aunque lo cierto es que el término ha pasado a ser más bien una forma muy cómoda y fácil de designar a los partidarios actuales del libre mercado.

    No obstante, actualmente, quién decide qué autor es neoliberal y cuál no, es el mundo académico económico, que estudia pormenorizadamente las ideas y trayectorias de cada economista. Por ejemplo, el entorno académico económico está mayoritariamente de acuerdo en que todos los autores de la Escuela de Chicago son neoliberales o se les puede calificar como tales. Al margen de que ellos se quieran llamar así o no.

    Moli de Getafe:

    “El propio Friedman se calificó a sí mismo de neoliberal, y aceptaba que no vivíamos ya en los tiempos de Adam Smith y David Ricardo.”

    ¿Tienes fuentes para comprobar si Friedman se definió a sí mismo como neoliberal?. Algunos afirman lo contrario; que Friedman nunca se definió como tal.

  9. El Moli de Getafe · ·

    Ya los estoy buscando.

    Un avance :

    «Libertad de Elegir : Hacia un nuevo liberalismo económico», publicado por Grijaldo en 1990.

  10. El Moli de Getafe · ·

    Perdón :

    … publicado por Grijalbo en 1980.

    Otro avance :

    «El neoliberalismo y sus perspectivas», dado a conocer por Friedman en 1951.

  11. Leak: Si usted no se siente para nada identificado con los «valores» «libertarian» entonces es muy probable que sea neo-liberal.

    Jack Zero:

    «Aunque sí ha existido, y sus primeros integrantes se denominaron a sí mismos “neoliberales”. Los más conocidos fueron Alexander Rüstow, Louis Rougier y Walter Lippmann. El más famoso fue el conocido ministro de Economía alemán Ludwig Erhard, quien se llegó a llamar a sí mismo “neoliberal” sin ningún tapujo (por aquella época dicho término no era peyorativo), aunque académicamente se concrete más llamándole “ordoliberal”, que es una variante del neoliberalismo de la época.»

    Totalmente correcto – todo lo que ha comentado aquí. Existe un «ordo» liberalismo…y también solía ser sinónimo con «neoliberal» en países de habla inglesa. Digamos que es un liberalismo «estatista» y «dirigido», es totalmente lo contrario al liberalismo «laissez faire», anárquico.

    «El Neoliberalismo tiene teorías y escritos propios, pero tan sólo hasta la década de los sesenta aproximadamente. Un ejemplo de escrito neoliberal es “The Good Society”, de Walter Lippman.»

    Me encanta este libro. Es excelente.

    «Pero como he dicho, hoy en día el término “neoliberal” no designa algo concreto. Se ha convertido en un término muy vago e impreciso, que se usa de forma gratuita y a menudo inadecuada, en el cual cada uno incluye lo que le ha apetece incluir, especialmente sus enemigos.»

    Sí, siempre se usa en sentido peyorativo – hay términos ahora que se han ido convirtiendo en despectivos a pesar de que su significado originario era lo contrario.

    «Por ejemplo, el entorno académico económico está mayoritariamente de acuerdo en que todos los autores de la Escuela de Chicago son neoliberales o se les puede calificar como tales. Al margen de que ellos se quieran llamar así o no.»

    Ciertamente — y a pesar de que los ministros de economía de Cliinton, por ejemplo, no eran de esta escuela y sin embargo en práctica eran incluso mas «neoliberales» que los ministros de Reagan.

  12. Hola,

    A ver, estos debates son muy habituales y creo que siempre acaban en el mismo punto. Una palabra no significa lo que puramente sus defensores creen sino lo que el común de la sociedad entiende por ella. Será por una deformación o por lo que sea, pero esa es la realidad. Si al usar una palabra la gente entiende algo distinto a lo que tu quieres decir la palabra no vale para nada, y eso hay que aceptarlo y no empeñarse en usar las palabras.

    Creo que tú, Alfredo, usas la palabra «neoliberal» con el significado que quizá tuvo hace 70 años, en un momento en que hubo una especie de «tercera via» entre los liberales pre-Crack del 29 y los keynesianos posteriores. Lamentablemente el significado que hoy tiene neoliberal para el 90% de la población no es ese.
    Neoliberalismo es más o menos lo que expresa sociata en su comentario, excepto por un matiz: El estado mínimo se concentra el los gastos sociales, porque en cambio el estado puede ser máximo en gasto militar u otro tipo de gasto.
    Fundamentalmente el neoliberalismo popularmente conocido tiene estas características:

    – Defensa de la desregulación financiera.
    – Despreocupación por la pobreza y el pleno empleo y obsesión con la inflación y el valor de la moneda.
    – Defensa de la eliminación de araceles y de promocionar el libre comercio independientemente de las condiciones de los países comerciantes
    – Privatización de los servicios públicos del estado para convertirlos en un nicho para los negocios de empresas privadas
    – Disminución de los impuestos progresivos y cambio hacia impuestos planos, mientras se evoluciona hacia una menor presión fiscal.
    – Uso del estado para favorecer a las grandes empresas, tanto en materia fiscal como legislativa.

    Más o menos esto es lo que se entiende por neoliberalismo y esto es algo que difícilmente se puede cambiar de la mentalidad colectiva.

    Yo creo que tú, Alfredo, no eres neoliberal en este sentido, porque me consta que no defiendes todas estas cosas (aunque alguna sí). Hacerte llamar neoliberal tan solo confundirá a tus lectores, porque cambiar el significado de algo tan solidificado como este significado no es posible.

    Por supuesto y aunque no lo he dicho, soy absolutamente contrario a estas ideas y, para mí, este neoliberalismo que he definido es el enemigo principal a batir en esta época, causante de los grandes males de nuestra época y creador de una degeneración de la moral social que es francamente preocupante.

    Saludos,

  13. El Moli de Getafe · ·

    Pues yo, Pedro, le acepto su definición de «neoliberalismo» y no veo razón para renegar de uno solo de esos puntos que usted señala.

    Eso sí, me da la sensación de que no ha llegado usted a profundizar en el asunto y desconoce los razonamientos para apostar por el libre comercio con independencia de las condiciones de los países o la despreocupación por la pobreza y el pleno empleo cuando se lucha obsesivamente contra la inflación y se defiende el valor de la moneda.

    No, nadie se levanta por la mañana y se dice : «Hoy, voy a ser más … que ayer y me voy a comer los niños aún más crudos».

  14. Pedro:

    “Una palabra no significa lo que puramente sus defensores creen sino lo que el común de la sociedad entiende por ella.”

    Esto tiene solución – no hay nada permanente ni eterno en la vida. Es una cuestión educativa. Si mañana mismo la mayoría de liberales en España, por ejemplo, defendieran el liberalismo que defiendo yo, verías como cambiarían las definiciones. Ante todo, es una cuestión también de percepción antes que educativa. Uno se empeña en usar las palabras que cree que mejor le define y cuando hablas con las personas de manera individual te lo entienden. Otra cosa es lo que las “masas” perciben y ahí es mas complicado por depende de factores que no podemos controlar: medios de comunicación, etc.

    Neoliberalismo NO ES “estado mínimo” necesariamente. Este es otro grave error. Nosotros JAMÁS hemos abogado por esto como si fuera un dogma. Hace tiempo señalé esto sobre eso del “gobierno limitado”: “A mí me gusta el modelo legislativo que ellos desprecian – esto es, que sea la legislación la que determine exáctamente los límites del gobierno, no un concepto “alto-abstracto”, como si de Derecho Divino se tratara. Salvo que reconozcan abiertamente que odian la democracia, tendrán entonces que aceptar y reconocer que el deber principal de una Constitución es darle poder a quienes NO lo tienen naturalmente o no lo tendrían en ausencia de dicha constitución.”

    “Más o menos esto es lo que se entiende por neoliberalismo y esto es algo que difícilmente se puede cambiar de la mentalidad colectiva.”

    Con las acciones de las personas y la educación, soy más positivo.

    “Yo creo que tú, Alfredo, no eres neoliberal en este sentido, porque me consta que no defiendes todas estas cosas (aunque alguna sí). “

    Has acertado plenamente. Yo NO defiendo ni me siento identificado con la mayoría de cosas en esa lista – salvo lo de la inflación, el valor de la moneda.

    “Hacerte llamar neoliberal tan solo confundirá a tus lectores, porque cambiar el significado de algo tan solidificado como este significado no es posible.”

    Como ya digo, soy mucho más optimista. Las cosas y significados cambian con el tempo. Mira por ejemplo la palabra “gay” — ¿sabes lo que significaba hace 100 años? En inglés significaba “soy feliz” (“ He is a gay man” ) era “es un hombre feliz”. Hoy nadie en su sano juicio se autodenominaría asi para decir que está feliz – la palabra gay ahora solo se usa exclusivamente para homosexuales. Y yo creo que sí es posible cambiar las cosas si usas mucho una palabra y creas corrientes o tendencias de ideas.

    Saludos

  15. Molí,

    No, se equivoca Molí, no es que desconozca los razonamientos para justificar apoyar esas cosas, que no los desconozco, es que creo que A/ Son falacias creadas para consumo propagandístico y como justificación para defender algo que se defiende por propio egoísmo y B/ Conozco los resultados de esas políticas sobre la igualdad, la industrialización de los países, los servicios públicos y el bienestar colectivo.
    Así pues se trata de un rechazo consciente,meditado y poco dubitativo.

    Alfredo,

    Yo creo que te equivocas con la cuestión de los términos. Cambiar en Europa o en latinoamérica lo que neoliberalismo significa necesita de un esfuerzo mediático muy potente, por un lado, y de cambiarle la definición a lo que hoy llamamos «neoliberalismo» y llamarlo de otra manera.
    Ahora mismo ni hay esa voluntad mediática (porque más o menos nos aclaramos con lo que neoliberalismo significa) ni hay término alternativo aceptado para llamar a neoliberalismo.
    El esfuerzo creo que carece de sentido. Es mucho mejor usar otro término que se pueda manejar
    y explicar mucho mejor.

    Y esto no te lo digo por un capricho, yo mismo lo hago.Yo evito definirme de «socialista» porque lo que el imaginario colectivo identifica por socialista es o bien política del PSOE o bien «socialismo realmente existente» y ninguna de ambas cosas son las que yo defiendo. Y no es ceder, es evitar confusiones absurdas.
    Mis amigos de EQUO, por ejemplo, también tienen ese debate conmigo. «Ecologismo» significa una cosa distinta a nivel técnico que a nivel del imaginario colectivo y yo siempre les digo que hacen mal persistiendo en su uso continuo en el mensaje. Ellos dicen que ecologismo no significa lo que la gente entiende y que van a conseguir, poco a poco, que la gente lo entienda, pero la cuestión es que mientras la gente lo entiende van pasando los años.
    Este caso al menos tiene algún sentido, porque no es más que un mal uso, pero en el caso de neoliberal es un término que ha cogido un significado ya propio y que tiene una dificultad mucho mayor de corregirse.
    ¿Seguro que no hay un término mejor?

    Saludos,

  16. Pedro:

    «Ahora mismo ni hay esa voluntad mediática (porque más o menos nos aclaramos con lo que neoliberalismo significa) ni hay término alternativo aceptado para llamar a neoliberalismo.
    El esfuerzo creo que carece de sentido. Es mucho mejor usar otro término que se pueda manejar y explicar mucho mejor.»

    Ah, bueno, yo creo que has malentendido. NO es mi intención iniciar ninguna campaña a favor de tal o cual término sino simplemente dejar bien claro que el neoliiberalismoexiste, sí ha existido, que es un término académico y que algunas peersonas sí se han autodenominado así.

    «Ellos dicen que ecologismo no significa lo que la gente entiende y que van a conseguir, poco a poco, que la gente lo entienda, pero la cuestión es que mientras la gente lo entiende van pasando los años.»

    Creo que subestimas lo rápido que cambian las cosas sociales, no obstante. Es posible que en tan solo un año de gobierno «ecologista», la gente cambiaría por completo su entendimiento. ¿Tú no crees que España es hoy, por ejemplo, un pueblo completamente, radicalmente distinto a lo que fue tan solo hace 20 años o 10? La gente cambia sus entendimientos rápidamente en la sociedad de la información instantánea.

    «¿Seguro que no hay un término mejor?» Por supuesto — liberal a secas.

  17. Andeca · ·

    Al hilo de «The Good Society» aprovecho para decir que creo que no soy el único que echa en falta una buena lista de lecturas recomendadas para los seguidores del blog.

  18. Andeca: Por mi no hay ningún problema con esa propuesta.

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