Mientras iba andando por la calle el otro día observando la fauna de consumidores masivos (compulsivos) me vino a la mente las veces que he criticado aquí yo la Revolución francesa. Pero los liberales siempre lo cuestionamos todo, especialmente nuestros propios planteamientos porque no nos fiamos de nada que no esté respaldado por la razón absoluta, por el rigor lógico y, todo hay que decirlo cómo no, por nuestra pasión humana y deseos. Pero esto último es lo de menos. Lo imprescindible es hacer bien las cosas, aprender a pensar, a salir de los límites que nos han impuesto desde sectores interesados. Y entonces hace tiempo, cuando ya me empezaban a llegar correos criticándome por «girar a la izquierda» y llamar a compañeros como Pedro, autor de La república heterodoxa o a Daniel García, autor del ciudadano Jack «jacobinos y mala gente», «elementos que corrompen el alma» entre otros cumplidos, empecé a investigar por mi propia cuenta, ir abandondando dogmas que uno tiene por puro reflejo e instinto de clase social. Desde siempre, dada mi posición, habia reaccionado contra la Revolución francesa pero en realidad, la conocía poco. Conocía más bien las críticas de Burke contra todo aquél proceso, pero ¿conocía YO realmente todo aquello? Pues no. Entonces hice lo que todo liberal debe hacer – investigar por mi propia cuenta y no dejarme seducir por prejuicios personales o intereses de clase. En una palabra: liberarme.
En general, hay dos puntos de vista sobre la Revolución francesa. Existe un linaje entero de autores que va desde Alexis de Tocqueville a Burke criticando el proceso. Esta línea de pensamiento, en realidad muy conservadora, dice que la guillotina, la furia latina, el ruido, los excesos, todo eso era evitable y si hubiesen resistido como los colonos ingleses, se habría evitado todo eso llegando al mismo resultado que consiguieron en los Estados Unidos.
Tocqueville explica cómo la centralización fue establecida por encima de «una diversidad de normas y autoridades» que eran los escombros del feudalismo. Pero todo esto dio lugar a problemas que España también ha tenido desde siempre: enchufismo, favoritismos políticos, absolutismos varios. Todos los países dominados por el catolicismo han sufrido estos terribles problemas sociopolíticos.
El «Tercer Estado» componía la mayoría de los 28 millones de habitantes en Francia. «¿Qué es el Tercer Estado? Es todo», escribió Sieyés en enero de 1789. Pero no debemos olvidar que este «tercer» no era un nombre sino un número y que este «todo» en realidad estaba compuesto de distintos grupos que jugarían su papel en dicha revolución francesa.
En vísperas de la revolución, una gran proporción de campesinos alquilaba tierra de los terratenientes. Alquilaban tierra sin poder realmente ser accionista de la misma ni tampoco abastecerla. El propietario se veia obligado a ser proveedor de muchas cosas y luego dividian la producción entre partes. Era un sistema miserable que provocaba más pobreza.
Ese sistema miserable era mas habitual en las regiones más pobres como Bretaña, Lorena y en el centro-sur del país. Incluso entre granjeros, había grandes diferencias de condición: los explotadores de cereales en la cuenca parisina y el norte no tenían nada en común con los granjeros de las zonas montañosas o el «bocage».
Independientemente de su condición, los campesinos tenían que pagar impuestos: la «taille» al Estado, también a la iglesia y los impuestos «señoriales» al terrateniente. Como explicaban varios historiadores, incluído el propio Tocqueville: «No había una sola acción de la vida rural que no exigiera del campesino algún pago – entre ellos, el más odiado era el derecho exclusivo de la aristocracia para cazar.
El sistema feudal pesaba y extendía sus garras sobre toda fuerza de la naturaleza, sobre todo lo que creciera, sobre todo lo que se moviera, respirara; los ríos con sus peces, el fuego en el horno para hacer pan, el viento que movía los molinos para moler maíz, el vino, y la caza.
Los que no tenía tierras a menudo se veían humillados hasta niveles horroríficos incluso para la sensibilidad de la época – los pobres eran realmente pobres: los niños casi desnudos, la tasa de mortalidad infantil por las nubes, miserables realmente. Millones de manos que podrían trabajar, hambrientos y miserables por el execrable sistema déspota feudal.
En España, la situación actual de pobreza no es ni de lejos comparable. Pero sí hay un rasgo común en todo esto: tenemos unos «nobles» privilegiados que han convertido a nuestra patria en un solar y que, en tan solo un par de días, decidieron cargarse lo poco que quedaba de nuestra Constitución, derechos laborales y economía o determinadas ofertas sociales al servicio del pueblo.
Estando más informado ahora que hace años, no me queda otro remedio que decir que la Revolución francesa fue muy necesaria y que aquí en España, si bien quizá no hace falta una guillotina, sí hace falta una gran revolución social para restaurar la democracia que hemos perdido. Un poco de «terror liberal» no estaría mal (liberal de verdad, no lo que pasa por liberal en España).
A todo esto, comparto el vídeo de la Proclama del héroe liberal asturiano Rafael del Riego.
¡VIVA LA PROCLAMA DEL GENERAL RIEGO! JUSTA Y LIBERAL. TODO POR LA PATRIA Y LA LIBERTAD.
Buenas:
Hablando de la Revolución Francesa: fue dirigida por la burguesía, lo que pasa es que se perdió el control. Me gusta la revolución por haber acabado con el Antiguo Régimen, pero todavía durante el siglos XIX tuvimos que soportar reyes absolutistas e incluso en el siglo XX. Lo de Fernando VII y los Carlistas en esa época es de Juzgado de Guardia. Vaya reyes en general…
No es necesaria una revolución social. Tan solo es necesario que el capital extranjero que ha depositado enormes sumas de dinero en España y viendo el panorama, que también están perdiendo le digan al gobierno: «mira majo, o arreglas esto o nos vamos». Google News se ha largado desde la nueva ley de propiedad intelectual que hace que se pueda denunciar a cualquier webero o bloggero que escriba un enlace a contenido de un servidor de noticias, por ejemplo. Este país ha llegado al nivel de indecencia intolerable.
Si el capital se pusiera patas arriba contra los gobiernos de España esto cambiaba, pero los empresarios españoles son unos cómplices de esto. No hay más que ver el compadreo con las eléctricas. ¿Y los bancos-caja? Una caja para esconder todo lo que puedan robar y más. ¿Cómo se ocurre en un país dejar el control de cajas a políticos que no tienen nada que ver ni con la sociedad, ni son accionistas?. Solo sirve para que roben. Están destruyendo un montón de empresas de cogeneración, aumenta el desempleo por leyes que ellos hacen, pero les da igual. Con total de asegurarse un puesto como «asesor» en las compañías eléctricas en el futuro…
En este país gobiernan las empresas constructoras (que han perdido todo gracias a su avaricia algunas) y las energéticas que están destruyendo con sus altos costes a muchas empresas en connivencia con el Estado. Todos lo sabemos, no quieren un nuevo modelo productivo basado en la industria, pues a m… España, por culpa de estos granujas.
Con lo grande que podía ser España sin tanto político miserable…
Ahora encima intentan cobrar hasta de eso de internet, pero no lo hacen para cobrar sino para limitar la libertad de expresión. Bienvenidos a la nueva China. Capar internet para que la gente no pueda opinar, leer contenidos no controlados por los lobbies y mantenerse en el poder engañando a 4 sectarios que tienen el culo seboso y grasiento de cobrar sueldos por enchufismo dentro de cada partido.
Tendrá que haber nobleza, y lo que quiera, pero yo si fuera una persona de esa gente me quitaba todos los privilegios de mi título. En el mundo el título te lo da el trabajo, el merecimiento de tu esfuerzo, no de quién seas ni si eres de una familia X o Y. El problema es cuando ni siquiera te lo dan, o no lo hay por unos políticos manirrotos destruyenaciones. Entonces, agur Ben Hur. Si España se hunde en la miseria por décadas, la emigración es la solución.
Aún siendo yo (que no lo soy ni por asomo…) un descendiente de Rockefeller, el que hizo la empresa fue quien la hizo; los demás vivieron cómodamente de lo que uno hizo y lo tuvieron más fácil. Solamente creo en algo acabado en «cracia», me-ri-to-cra-cia.
La Democracia que tenemos es un travestismo de una dictadura encubierta. España tendría que dar un giro copernicano (de 180 º) para que fuese un lugar idóneo para vivir, tener dinero y trabajo y que nuestros representes realmente no se lucraran y fueran controlados por el poder judicial. Y vuelvo a reiterar, las leyes y la justicia están por encima de los políticos. Entonces, ¿por qué son los políticos los que hacen leyes o al menos porqué no son vetadas por los jueces?
Justicia y Ley contra la anarquía que impera en España en manos de unos canallas que dicen representarnos y luego solo saben robar.
Reverte lo dice mejor que yo…
http://liberalismo-org.blogspot.com.es/2014/12/la-dictadura-de-la-casta-expolio-del.html
Saludos,
Hola,
Creo que es Pérez-Reverte quien dice que el problema de España es que no hubo una época de guillotina y, por tanto, no hubo una verdadera revolución liberal. Esta frase la repite mucha gente y realmente creo que es una simplificación grande, pero parte de razón tiene.
Me ha hecho gracia la referencia al campesinado francés porque en España pasó algo distinto: Los campesinos preferían en absolutismo al primer liberalismo, y lo preferían porque en ciertas zonas de España existía un contrato vitalicio por el que los campesinos y sus hijos no podían ser echados de sus tierras, siempre que pagasen un porcentaje de la cosecha al terrateniente (a veces en especie). Cuando llegó el liberalismo esto se trato con torpeza, se eliminaron este tipo de contratos vitalicios y pasaron a ser mercantiles, y por tanto el campesino perdió la seguridad.Al cambiarse ese «diezmo» en especie por diezmo en metálico, muchos también sufrieron los problemas de tener que vender más producto, con la consecuente bajada de precio.
Posteriormente los demócratas españoles quisieron acabar con esta situación transfiriendo la propiedad de la tierra a los campesinos, de forma parecida a como se hizo en la Francia de la III república. Quien lo intentó fuertemente fue la II república, pero no pudo llevarlo a cabo. El problema campesino acabó en España muriendo solo, por el puro desplazamiento del sector primario del centro de la economía.
Yo siempre he dicho que no se puede pretender que en Francia (o en España) se hubiese llegado al liberalismo de la misma manera que en los EEUU o R.U. Nuestras monarquías eran absolutas, nuestra tierra limitada, la religión católica campaba a sus anchas y marcaba las leyes y la moral pública, etc. Francia necesitó una revolución centralizada y quirúrgica, y por eso sucedió así.
Probablemente de no haber tenido etapas y tendencias jacobinas, Francia hubiese quedado como España, con un liberalismo que prácticamente no abolió privilegios y que permitió unos cambios tan sutiles que los antiguos nobles se convirtieron en los nuevos burgueses sin perder nada de poder real y sin generarse cambios sustanciales en las relaciones de poder entre clases sociales.
Bueno, me voy a corromper almas por ahí 😉
Saludos,
Buenas,
El Nuevo Régimen, (y su plasmación política en el liberalismo), respondía a las necesidades de las clases sociales nacientes, mayoritariamente urbanas: Una nueva burguesía industrial-mercantil y millones de campesinos que dejaban el campo para trabajar en la ciudad como proletarios. Pues bien, esas nuevas mayorías se levantaron en casi toda Europa contra los antiguos amos y su economía feudalista y rentista, tales como los aristócratas, terratenientes rurales, clero y viejo ejército. A muchos de ellos les cortaron la cabeza magistralmente, (especialmente durante la Revolución francesa y su expansión napoleónica). Las cosas ya nunca fueron iguales: La economía, la política, la cultura, la sociedad y sus mayorías sociales habían cambiado.
Pero este proceso nunca se dio en España…
Por ello, yo también suscribo las palabras del compañero Pedro. La historia de España lleva arrastrando consigo un lastre histórico. Llegamos tarde o estuvimos ausentes de las grandes revoluciones burguesas que han configurado los Estados-nación modernos. Ni la revolución francesa, ni la revolución industrial tuvieron lugar en nuestro territorio, marcado en su pasado reciente por campesinos minifundistas, (o de siervos latifundistas), y por su profunda ignorancia de la verdadera modernidad. Esto es; la ruptura y avance civilizatorio que supuso el Estado Moderno surgido tras la Revolución de 1789.
Por si esto fuera poco, la Constitución de Cádiz y la II República fueron oportunidades fallidas lastradas por la ausencia de tolerancia y del respeto a la diferencia. El último intento de revolución de nuevas mayorías, (la II República), fué tumbado a sangre y fuego por las castas del Ancien Régime. Y así estamos, con una oligarquía financiera y terrateniente, que ha sido la clase doninante en este país, tanto bajo la monarquía borbónica como durante el franquismo. De ahí que en España pervivan todavía vestigios semi-feudales (latifundios, caciquismo ligado a la especulación inmobiliaria, papel de la iglesia en la enseñanza, etc.) así como una inconclusa revolución democrática.
Saludos.
Buenas:
Al final, D. Alfredo va a tener razón. Uno de los hechos diferenciales de España con Alemania e Inglaterra fue la religión. El catolicismo fue otro de los impedimentos para el avance.
Esto fue arrastrado desde siglos atrás y al capitalista, al inversor se le ve como alguien que se aprovecha de la masa social. Eso está profundamente arraigado en el sentir popular. Por eso la revolución industrial se desarrolló en esos dos países (y en EEUU), mientras aquí con un borreguismo caciquil, del campesinado y mundo rural se apoyó a la causa carlista, que era retrógrada y autoritaria y que quería volver al Antiguo Régimen.
El desarrollo de los ferrocarriles en España se dio en manos privadas, pero fue tal la especulación que acabó en desastre y fue uno de los motivos de la revolución de 1.868 donde se destronó a Isabel II. No nos merecíamos esta clase de gobiernos autoritarios (se supone que Isabel era del partido cristino-liberal cuando luchó contra los carlistas), pero en la práctica todos hacían como ahora: vivir bien ellos ignorando a quiénes gobernaban, mientras que en EEUU, Francia e Inglaterra se daba más prioridad a la gente que emprendía y había condiciones para desarrollar medios productivos y tejido empresarial.
Efectivamente, vivimos en un país atrasado y medio tercermundista. El índice de industrialización está cayendo cada vez más. La UE ha advertido a España que no cumple ese indicador, pero los gobiernos solo saben hacer leyes para favorecerse a ellos mismos y si España revienta, ellos viven bien, y como dijo una diputada del PP, familiar del encarcelado Fabra, «que se jodan», respecto a los parados. Ése es el pensamiento del político y sindicalista corrupto y encastado: solo pensar en ellos, que viven gracias a estar en una burbuja de ideación de que «España está superbién» (para ellos), y el resto, si se muere de hambre o no tiene para comer no es su problema sino de los españoles que gastamos más de lo que tenemos o ideas absurdas similares.
España es un problema por la corrupción de la clase política y por no tener cuadros dirigentes que sepan llevar la nave española a buen puerto. Y porque no ha existido justicia y ley de verdad para investigar todos los procesos de corrupción y llevar a todos a la cárcel.
Solo en mi ciudad sé de casos de corrupción, simplemente por tener contratados servicios a dedo a empresas «amigas» del partido político. Si la gente piensa que los que trabajan en la función pública son todos funcionarios, entonces es que no conoce casos. La mayoría son gente enchufada por los partidos y sindicatos. Eso se llama corrupción a gran escala. ¿De qué me vale a mí que salga una página web donde se da la transparencia de todo lo que gasta el Estado y las demás administraciones si luego las empresas que han realizado los trabajos no ha sido por licitación pública sino por dedocracia?
Y lo peor ya de la corrupción es que empresas importantes privadas estén controladas por gente que han estado en política. Sé de un caso y lo podría explicar, pero no lo haré. Seguro que Uds. saben de alguno… Luego si se abren procesos de selección para entrar a esa empresa, automáticamente si tú no eres afín al partido de esa persona, no entras a trabajar aunque seas el mejor. Hasta ese extremo ha llegado la corrupción y la «mierda» de la bazofia política.
Además, estamos en una situación de total abuso. Empresas donde igual una persona ha estado 20 años, de repente hacen un ERE. Luego contratan a gente a través de otra empresa por menos dinero. Yo no sé si eso es legal pero son cómplices los sindicatos y el Estado. y el problema es que la persona que sale, con toda su experiencia, no la contrata nadie tal y como está el panorama. Eso lo sé de primera mano.
Tenemos muchos problemas en España. Guillotinas, no sé, pero un escarmiento grande a toda la clase política debería darse. Los políticos no nos sirven a los ciudadanos, están para servirse ellos a sí mismos y aprovecharse de sus cargos para arramblar con todo lo que pueden. De vez en cuando sale alguien honrado y lo quitan, por ejemplo, Manuel Pizarro, nº 2 por las listas de Madrid antes de las elecciones. La gente con ética, los gestores, las buenas personas, no son bien vistas en política.
Saludos,
James:
«Tan solo es necesario que el capital extranjero que ha depositado enormes sumas de dinero en España y viendo el panorama, que también están perdiendo le digan al gobierno: “mira majo, o arreglas esto o nos vamos”.
Je, eso no lo harían ni con la borrachera más intoxicada del mundo y lo sabemos perfectamente. El capital extranjero siempre intenta colaborar con cualquier tipo de gobierno. No crea usted que se meten pajaritos en la cabeza sobre justicia social y demás. Les importa un bledo la justicia y lo único que les interesa es ganar, sea con el modelo chino de esclavitud o con el nuevo modelo europeo de «trabaja mas horas de gratis y te quito más y más derechos laborales». Al revés – yo creo que todos los gobiernos democráticos deben sentarse en una mesa y decirle, advertirle seriamente al capital – «esto es lo que hay, o lo aceptas o NO TE DEJAMOS INVERTIR». Verá usted lo rápido que cambiarían las cosas. Pero lo cierto es que no existe tal unidad, pues siempre hay países como por ejemplo Reino Unido o la propia Alemania, dispuestos a venderse más y más a coste de su propia gente. Por eso para que estas cosas tengan su efecto, hará falta una revolución social unitaria entre los pueblos afectados.
«Google News se ha largado desde la nueva ley de propiedad intelectual que hace que se pueda denunciar a cualquier webero o bloggero que escriba un enlace a contenido de un servidor de noticias, por ejemplo. Este país ha llegado al nivel de indecencia intolerable.»
En esto estoy de acuerdo totalmente.
«Si el capital se pusiera patas arriba contra los gobiernos»
Vaya «democracia», ¿no? ¿Es eso lo que usted quiere? ¿Que el capital que nadie elige democráticamente coaccione a los estados democráticos? Si es así, ahora será un paraíso para usted.
«Con lo grande que podía ser España sin tanto político miserable…»
Bueno, yo soy de los que piensan que en democracia los políticos son un fiel reflejo de su pueblo. Los políticos españoles suelen ser clavaditos a la población general española, con todo lo malo.
«Tendrá que haber nobleza, y lo que quiera, pero yo si fuera una persona de esa gente me quitaba todos los privilegios de mi título. En el mundo el título te lo da el trabajo, el merecimiento de tu esfuerzo, no de quién seas ni si eres de una familia X o Y. El problema es cuando ni siquiera te lo dan, o no lo hay por unos políticos manirrotos destruyenaciones. Entonces, agur Ben Hur.»
Sería una propuesta muy razonable y de hecho es algo que se deben plantear. Bajo mi sistema, si mantendrían los títulos nobiliarios actuales (ya ve, luego algunos me siguen acusando de «Rojo», pues vaya «rojo») pero sin ningún privilegio. Sería simplemente un certificado nada más, equivalente a una partida de nacimiento pero simplemente subrayando los orígenes interesantes de la persona. No conllevaría jamás un solo privilegio político. Incluso, el Palacio pasaría a ser de titularidad totalmente pública y los monarcas vivirían con su dinero pero no en los palacios. Los palacios serian museos para los turistas que nos visitan y les cobraría entrada para generar más ingresos.
@Pedro:
Espero que ya hayas corrompido muchas almas, sí. La mía está negra ya y todo por tu culpa y la de Daniel García.
Sí, en efecto de no haber sido por los jacobinos en el caso francés, no se habría llegado a los niveles tan altos de políticas como se llegó en Francia y aquí quedaron en círculos muy reducidos de «frikis» que además eran insultados por la población en general y el poderío asqueroso eclesiástico papista.
Al compañero Daniel también le diré lo mismo y algo más a todos:
Precisamente si uno profundiza sus estudios del liberalismo y sigue sus objetivos (bueno, los objetivos que deberíamos tener con fines políticos) verá diferencias marcadas en los distintos liberalismos pero lo que llama la atención del liberalismo francés si se estudia es que afirma – libertad, igualdad y fraternidad. Y es que, no se puede realmente ser libre sin que exista la igualdad.
Los colonos ingleses en EEUU lucharon por objetivos tangibles, prácticos, porque al final eran ingleses y el pueblo inglés es conocido por su sentido de lo práctico, no por abstracciones racionales. Los colonos ingleses eran profundamente conservadores y por eso tomaron más de la «experiencia histórica» para coartar derechos de las clases más bajas en vez de optar por declaraciones universales de los derechos del hombre.
Saludos
«»Si el capital se pusiera patas arriba contra los gobiernos”
Vaya “democracia”, ¿no? ¿Es eso lo que usted quiere? ¿Que el capital que nadie elige democráticamente coaccione a los estados democráticos? Si es así, ahora será un paraíso para usted.»»
Si Ud. es empresario, e invierte en una central de cogeneración (es que eso me ha mosqueado mucho), sustituyendo sus calderas o lo sistemas antiguos por otros, gastándose una millonada que piensa reinvertir y luego le viene una ley emanada de un politicastro que está compinchado con alguien del sector eléctrico, ¿no sería justo, ético y razonable emprender acciones desde alguna asociación (como ya se está haciendo) para parar eso? ¿Eso es ir en contra del sistema democrático? Que no, Alfredo, que las leyes sigo insistiendo que deberían ser vigiladas desde el poder judicial, que hay mucha ley en el poder legislativo que beneficia a unos pocos y si esos tribunales fueran verdaderamente INDEPENDIENTES, habría ley PARA EL PUEBLO, y no PARA ALGUNOS. Control y ley al legislativo y que los jueces que veten o supervisen las leyes no se sepa ni quiénes son, es decir, que sea «el Tribunal» para que nadie venga con un sobre a sobornar. Así de «jacobino» soy…
Si Ud. cree que todos los capitalistas son unos usureros o están en contra de los gobiernos o hacen cosas para debilitar los gobiernos, en su beneficio, se equivoca. Algunos habrá, no digo que sí, pero no todos son iguales, lo mismo que los políticos, los hay honrados, pero no llegan a presidentes de gobierno. Yo soy un pobre empresario al que me deben dinero ciertos caraduras y para colmo he declarado esas facturas con su IVA e IRPF a Hacienda por retardo, por lo que, a pesar de ser un hombre perteneciente a la clase media-baja, el Estado me debe dinero y no al revés. A lo mejor soy el único tonto del país…Sí, porque en España, el que es honrado, ciertamente es tonto.
«»Con lo grande que podía ser España sin tanto político miserable…”
Bueno, yo soy de los que piensan que en democracia los políticos son un fiel reflejo de su pueblo. Los políticos españoles suelen ser clavaditos a la población general española, con todo lo malo»»
Bien, según su última respuesta, está claro que yo no soy español. Mi pregunta es, ¿de dónde seré? a lo mejor algún día lo sé.
Saludos,
David James:
Cuanto más le leo, más convencido estoy de que usted debería leer La rebelión de Atlas. Hágase un regalo y cómpreselo estas Navidades. Creo que es el empujoncito que usted necesita para convertirse en un objetivista.
Por cierto, leyendo este artículo recordé lo que comentabamos el otro día:
http://elpais.com/elpais/2014/12/09/opinion/1418147771_406990.html
La metáfora es genial.
La esencia del artículo y de uno de los problemas de España radica en este párrafo:
«Tendemos a creer que los alemanes o los nórdicos son más honrados que nosotros por algún tipo de variable cultural o genética, pero es falso. No es que no sean pícaros, es que gozan de instituciones bien diseñadas que no dejan espacio a la posibilidad de picaresca. Conviene decirlo claro: el problema no son las manzanas, el problema es el cesto.»
Francisco, no sé exactamente a qué se refiere de lo que expongo. Yo no soy objetivista, soy cosmopolita. Para mí no existe ningún sentir nacional, no estoy aferrado a ninguna tierra, y con total sinceridad, si le ha molestado lo que he puesto sobre que «yo no soy español», era en el sentido de cómo actúa la gente aquí según el reflejo de los políticos que aludía D. Alfredo.
El capitalismo laissez-faire ahora no funciona. Si hubiera sido una persona del siglo XIX igual creería en él, pues en aquel contexto funcionaba.
Si yo tuviera que irme de España a trabajar donde fuese con unas buenas condiciones económicas, no me acordaría de España por ser mi patria sino por ser el lugar donde tengo recuerdos del pasado. El nacionalismo es el cáncer de los débiles y la mejor excusa para crear guerras.
Sin más, no me interesa el objetivismo.
[…] REFLEXIONES SOBRE LA REVOLUCIÓN FRANCESA […]