Democracia: Es que no hay otra – ¡democracia o muerte!

Es un gran honor dirigirme a mis lectores siempre – porque es un honor para mí que todavía existan personas que me aguanten, que sean compañeros mios y que siempre estén preparados para ayudar en lo que puedan. A esos, a los combatientes que he tenido aquí siempre, os lo agradezco. Juntos podemos hacer muchas cosas y lo seguiremos haciendo hasta que consolidemos una gran fuerza liberal en este país. Algunos me pidieron que profundizara más sobre mi última entrada sobre la democracia y así lo haré. Porque yo no sirvo a ningún empresario, ningún interés poderoso y financiero, a ningún lobby. Mis únicos jefes sois vosotros los compañeros. Esta semana, he estado con jóvenes asiáticos – japoneses y coreanos. Me invitaron a un restaurante japonés de «alto standing» en Madrid y por supuesto, tanto por mi imparable curiosidad de siempre y la amabilidad de mi anfitrión, degusté mucha comida para mí «exótica» pero riquísima. En la mesa, hablamos sobre el gran liberal japonés Ozaki Yuko. ¡Un héroe! ¡Un gran personaje japonés tan diferente a lo que hoy pasa por liberalismo en mi triste país llamado, aún, España! Ozaki Yukio pudo vivir para ver el establecimiento sólido de la democracia en Japón. Y el Japón moderno es una demostración increíble de los beneficios que pueden traer la democracia y un capitalismo, sí, un capitalismo REGULADO y ordenado. La estabilidad japonesa, su prosperidad y su progreso son ejemplos no solamente para países en vías de desarrollo que quieren gozar de más libertades, pero también para el resto del mundo desarrollado. Los japoneses entienden muy bien que el éxito económico y político no pueden darse por sentados: hay que luchar para conseguirlo.

¿Y cuales son las características de una democracia?

Cada país tiene que estar preparado para adaptar las instituciones a su manera, dentro de su cultura y tradición. Pero sea cual sea la cultura, existen tres condiciones generales. Primero, el gobierno debe ser fruto del consentimiento de una mayoría, expresándose en elecciones libres y habituales dentro de un periodo específico y conocido por todos. Hay que recordar también que en una democracia real, siempre tiene que haber cierta oposición organizada (si bien es verdad que los límites a la oposición es un tema muy amplio para el debate). No toda oposición vale, ni toda debe ser permitida. En segund lugar, la libertad exige un sistema jurídico IGUAL para todos – ricos y pobres, de cualquier raza o condición sexual. Debe sostener los derechos plasmados en algún texto constitucional, y debe mantener cierto marco para que puedan operar las empresas libremente, pero ordenadamente también. Algunos hablan de la independencia de la justicia como condición necesaria para la democracia, pero yo creo que es más importante hablar de el compromiso con la democracia que tengan. En tercer lugar, una economía liberal respeta la propiedad privada hasta cierto punto para permitir el comercio, pero en absoluto elimina los controles públicos sobre las actividades.

Pero algunos dicen que para tener una democracia, es absolutamente imprescindible contar con una economía poco regulada. No, no es necesario tener una economía «libre» para tener una democracia, aunque ha habido mucho debate entre liberales sobre este aspecto. La Dama de Hierro, por ejemplo, opinaba que sin «comercio libre» no había democracia. Yo, sin embargo, discrepo. Pero sí pienso que una economía de mercado, eso sí, repito, REGULADA, es democrática y puede en circunstancias aumentar el poder del pueblo. Pero una economia libre no es una condición suficiente para la democracia política. En la URSS, por ejemplo, surgió primero la democracia política y luego, la democracia económica (aunque se desmadró terriblemente).

Todo esto que comento parece muy obvio hoy, pero la historia del mundo debe eliminar cualquier tendencia al estancamiento y a dar las cosas por sentadas. Hace muy poco tiempo, la gente ya daba por sentado que su nivel de vida iba a aumentar, sus derechos y su calidad de vida. Pero ahora estamos dando marcha atrás a lo que éramos. Durante siglos, en Occidente y durante muchos más siglos también en Oriente, la idea de «progreso» ni siquiera se contemplaba. ¡Era impensable!

Sí, claro – ya sé que durante siglos se han producido grandes obras artísticas, música, literatura y ciencias. Pero ¡únicamente la civilización que puso la ciencia, la tecnología y el comercio por encima de todo fueron las que más ayudaron al progreso para el beneficio de todos los pueblos! Principalmente, por supuesto, fueron los pueblos protestantes, entregados a la razón, la lógica y el progreso del ser humano – o sea, su libertad. Algunos (y no pienso dar nombres para que nadie se sienta demasiado aludido) hablan de «no estar siempre centrado en el crecimiento económico». ¡Bazofia! A esos les digo esto: únicamente el crecimiento económico sostenible es lo que nos permitirá mejorar nuestras vidas. El secreto de nuestro éxito solo podrá resumirse en una palabra: libre comercio, ORDENADO y con un sentido de justicia social.

Hoy, desafortunadamente, el progreso político y la libertad no están avanzando en todo el mundo. Por eso, para nosotros el sentido debe ser claro, la orientación – no hay otra que luchar activamente por tener más y mejor democracia.

Los acontecimientos en Iran, Siria y Rusia este pasado verano nos han recordado que no todo va bien en la geopolítica. Decir que la democracia será inevitable en todas partes es llevarnos al engaño. Sí, es verdad que otras doctrinas como el comunismo han muerto, pero eso no significa que antes tuviera toda la razón. Sin embargo, durante décadas gobernaron.

No fue la población soviética esclavizada bajo Stalin las que nos tenían convencidos que la democracia occidental era mejor. Los propios soviéticos lo sabían. En última instancia, sus dirigente se dieron cuenta que la capacidad militar occidental nunca pudo ser aplastada y que la voluntad democrática de nuestros pueblos nunca pudo ser destruida.

Pero las cosas ahora no van bien en muchos países occidentales y necesitamos recuperar el espíritu de transición en España. Tenemos que reconstruír nuestro sistema y economía para que sirva realmente al pueblo.

En la Europa del este, en Asia, en África – hay que seguir trabajando también con la juventud de esos pueblos para profundizar en la democracia.

Eso sí, para mantener la libertad pienso que la OTAN debe seguir reforzada. Me opongo a cualquier recorte del gasto militar porque el riesgo a la seguridad es un precio demasiado alto que no estoy dispuesto a asumir.

DEFENDER LAS IDEAS

Hace tiempo, en relación a las constantes provocaciones y manifestaciones de libegalismo rancio en España, alentados desde organismos anti-sociales y anti-democráticos como el Instituto Juan de Mariana o la FAES, dije así: «JAMÁS un pueblo tuvo cosas tan vitales que defender, y convicciones tan profundas por las cuales luchar. Nos debe acompañar la razón más profunda de que las ideas valen mucho más que las armas, por muy sofisticadas o poderosas que éstas sean».

Nuestro campo de batalla seguirá siendo LAS IDEAS. Tenemos que continuar proclamando el caso práctico y lógico para defender la democracia, el estado social y democrático, con un capitalismo bien regulado que sostenga la prosperidad de nuestro pueblo.

Tenemos que decir, alto y claro, que somos antifascistas. Que nos oponemos a cualquier manifestación de reacción, de personas que pretenden usar su moral personal para regular la vida de los demás y que, en definitiva, en el movimiento liberal no caben fascistas, no caben falangistas ultrareligiosos, extremistas e indeseables intolerantes como el ex-falangista y católico, miembro de Hazteoir – el gallego vigués Javier Prieto, también conocido como «Elentir» y autor de esta página. Se llama Francisco Javier Prieto Ramírez y hace apología del racismo, publicado en Libertad Digital (por supuesto). Que en el mundo liberal español se permitan personajes así en movimientos que se hacen llamar liberal es, realmente, esperpéntico y vomitivo.

Tampoco es aceptable contar con gente como Juan Ramón Rallo – se hace llamar «liberal» y sin embargo frivoliza sobre el hambre infantil y por supuesto, colabora con el falangista vigués «Elentir» (Elmentir sería mas apropiado).

Como ellos, hay muchos en el mundo libegal español a los que debemos nombrar, identificar sus ideas y que sean los propios jóvenes lectores los que decidan qué tienen realmente de «liberal» o «democrático». Cualquiera con un mínimo de cultura política sabe que no son ni una cosa ni la otra.

Tenemos que dejar esto claro donde quiera – en nuestras facultades, en las universidades, en los canales de la televisión, en reuniones internacionales de liberales, para que el mundo sepa que nuestra conciencia no será silenciada. Hay un antiguo refrán que reza «la primera victima de los totalitarios es la verdad» y la verdad es lo que gentuza como los libegales y otros indeseables siempre han temido más.

Nacionalismo

Debemos defender la democracia sin ir contra el sentimiento natural del pueblo – a menudo, aunque nosotros nos pueda parecer raro como liberales internacionalistas, eso es un sentimiento nacional. Hay gente que asocia el nacionalismo con pulsos antidemocráticos y es totalmente cierto que ha habido demagogos y dictadores de todo tipo que han explotado el prejuicio xenófobo (al igual que explotan muchos otros prejuicios).

Pero en una democracia el orgullo nacional no tiene por qué ser contrario a la libertad. Puede incluso mantenerla. Incluso, el gran avance de los liberales en el siglo XIX fue acompañado por un sentimiento de conciencia nacional al igual que en la URSS los que más lucharon por el liberalismo eran profundamente patrióticos.

Lo cierto es que la mayoría de gente no lucha por algo que le resulta ajeno. Cuanto mas profundo el sentimiento nacional o local, más lucharán.

Por supuesto, esto no descarta nuestro propio internacionalismo. No solo lo defendemos también sino que es necesario para cooperar contra las agresiones ilegales, aliviar la pobreza y el hambre, etc. Lo único que digo es que no debemos ignorar los sentimientos de muchos seres humanos irracionales.

Jóvenes – nunca en mi vida me he sentido tan realmente liberado como ahora. Nunca me he sentido que hay tanto en juego. Y nunca he visto una generación tan comprometida por cambiar las cosas como ahora – porque incluso las actitudes sobre el maltrato animal en España están cambiando para mejor. El otro día, mientras desayunaba en una gran cafetería madrileña comentaron en las notícias que solo el PP (qué «raro») se oponía a una nueva ley revolucionaria contra el maltrato a los animales. Enseñaron imágenes como las del toro de la vega, entre otras imágenes que realmente me revuelven el estómago ante tanto abuso Y CRUELDAD TAN MEZQUINA contra un animal indefenso que no les ha hecho nada. Pero la gente, jóvenes y no tan jóvenes en la cafeteria comentaban «qué hijos de puta los del PP». No les faltaba razón. Las cosas TIENEN QUE CAMBIAR en este país para mejor. Ya no es aceptable hostiar a los niños. Ya no es aceptable abusar de animales en el nombre de la «tradición». Ya no es aceptable insultar a los homosexuales por la calle. Ya no es aceptable imponer dogmas religiosos a los demás. ¡Se tiene que acabar con todo ese tipo de imposiciones y abusos!

Voy a terminar con una cita del poeta inglés Kipling:

«Cuando el mundo duerme y parece que no hay esperanza para despertarse de una pesadilla larga que nos hace gemir, de repente todos los hombres se levantan por el ruido de grilletes rompiéndose, y todo el mundo sonríe a su vecino y le dice «tu alma es tuya!»

¡Gracias por leer!

12 comentarios

  1. Hola,

    A ver, voy a decir algunas cosas dispersas:

    – Japón es un país muy interesante pues a pesar de haber estado gobernado por los conservadores casi toda su historia y tener un sistema capitalista sólido, es un país TREMENDAMENTE IGUALITARIO. El coeficiente de Gini, que mide la igualdad de ingresos, sitúa a Japón entre los países más igualitarios del mundo (creo que el 2º o 3º), muchos años incluso por encina de Noruega y Suecia.
    No en vano me dijeron una frase una vez que decía que «hay cuatro sistemas económicos en el mundo: El capitalismo, el comunismo, Japón y Argentina».
    Ahora, Japón tiene un enorme problema y es su altísimo endeudamiento. Está aguantando con deudas públicas de más del 200% del PIB ¿cómo aguantan? Pues por dos razones, porque tienen un banco central (financiariza la deuda) y, sobre todo, porque casi toda su deuda pública es propiedad interna del país, y eso estabiliza enormemente la situación.

    – Dices que hay que estar fijándose constantemente en el crecimiento, y yo ahí discrepo contigo. Discrepo porque el crecimiento, al final, es un parámetro económico que puede ser manipulado y desnaturalizado: Hemos conocido países que han crecido mucho y luego se han hundido estrepitosamente a causa de un crecimiento irreal, otros crecen mucho pero, a la hora de la verdad, ese crecimiento se lo quedan unos pocos, y no repercute en el país. Yo no quiero crecimientos económicos que solo beneficien a la élite.
    Thomas Pikkety dijo el otro día que tendremos que acostumbrarnos por mucho tiempo a crecimientos pequeños pero que, gestionándose bien, se puede mejorar la calidad de vida así. Y de ahí voy a lanzar una pregunta ¿se puede mejorar con crecimiento 0? ¿Y con decrecimiento? Cuidado porque son preguntas clave porque, al final, eso va a llegar, por la simple y natural situación de que el crecimiento demográfico llegará un momento en que será negativo.
    El sistema económico actual se sostiene solo con el crecimiento continuado y eso va a haber que corregirlo para que no colapse cuando los crecimientos escuálidos o incluso los decrecimientos lleguen.Y se puede, pero hay que regular muy bien.

    – Yo soy absolutamente opuesto al nacionalismo en todas sus expresiones, sin embargo lo que tu conceptualizas no es nacionalismo, sino algún tipo de «patriotismo» que no necesita de la nación política para existir. El otro día me discutía alguien que eso no era posible, que ese patriotismo solo sucede cuando hay una idea política detrás. Pues yo creo que no y hay un ejemplo de eso: Asturias. Creo que no se puede ser más «territorial» que un asturiano y, en cambio, no son nada nacionalistas. Ese es el sentimiento que me gusta.

    Saludos,

  2. El Moli de Getafe · ·

    Con lo que hay que tener mucho cuidado es con eso de la Teoría del Decrecimiento, muy propia de quienes no confían en la iniciativa privada y quieren extender como un pecado original a toda la sociedad la tanta veces ya demostrada limitada capacidad de la planificación centralizada.

    Otros que sí creemos en la capacidad de los individuos para sobreponerse a lo adverso no tenemos ninguna duda en que inventáremos nuevas industrias que sustituyan a las ahora envejecidas y veremos nuevas etapas de altos crecimientos.

    Por ejemplo, ¿ alguien hubiera podido planificar desde un ministerio lo de la actual revolución de la industria del petróleo o no fue durante muchos años esto que hoy empezamos a disfrutar el sueño de unos aventureros locos ?

  3. Perdona Molí, si los países han desarrollado (los occidentales) ha sido gracias a que durante todo el siglo XIX y XX ha sido el estado quien ha creado las infraestructuras necesarias para la creación de riqueza ¿quién ha creado el ferrocarril, las autopistas, la electrificación, las líneas telefónicas, etc, etc? El estado. Sin «planificación centralizada» el capitalismo no se habría desarrollado como hizo. Mucho cuidado.

    Respecto al decrecmiento. Pues hombre, es que el decrecimiento va a llegar tarde o temprano, si no es por planificación lo será por propia reducción de la población. No digo que sea el horizonte, pero para cuando llegue eso (por población, recursos o lo que sea) las fuerzas motrices del mercado no van a funcionar.
    En cualquier caso era una teorización no un escenario a corto plazo.

    Saludos,

  4. Pedro – me interesaría saber qué entiendes exáctamente por «nacionalismo», porque hay muchas interpretaciones. En todo caso, sí, me refiero más a un patriotismo pero creo que éste no es posible sin cierta idea de pertenencia a una nación ¿no crees?

    Con respecto al crecimiento, pues hay muchas formas de crecer y no todas son destructivas. Y sí, hay que regular MUY BIEN.

    Muy cierto lo de Japón y es digno de recordarlo para que la gente entienda que SÍ es posible capitalismo e igualdad. Yo TAMPOCO quiero beneficios solo para las élites, Pedro. Nunca he querido eso. Precisamente es todo lo contrario a lo que defiendo.

    Saludos

  5. El Moli de Getafe · ·

    Que no, que no se puede ver todo como una foto fija y que una de las principales características del hombre es su capacidad de adaptación.

    Que somos menos españoles, ya vendrán de otras naciones; que somos más viejos, pues nos jubilaremos más tarde; que peligra el actual sistema de la Seguridad Social, pues acabáremos cambiándolo por otro.

    Claro que lo que seguramente aquí chirrían los conceptos de planificación y reparto que tanto gustan a la izquierda, pues es muy difícil planificar lo que aún ni se ha imaginado y repartir lo que todavía no está creado.

  6. Pues lo siento mucho pero Miss Margaret tenía toda la razón, ese el verdadero liberalismo, por lo que te vuelvo a repetir que tu usas el nombre de «liberal» de forma fraudulenta, tu de liberal no tienes nada, tu eres estatita completo y adoctrinado.

    ¡¡¡Menos estado y mas libertad individual!!!!

  7. ramrock: Liberalismo sin estado NO ES liberalismo, es anarquía. El hombre o mujer que se haga llamar liberal y no defienda la existencia del estado y que éste tenga el monopolio de la violencia (algo que también defendía la Dama de Hierro por cierto), entonces NO ES liberal, es otra cosa y nada bueno para la libertad real, para la democracia, para los derechos humanos.

    Eso de «menos estado y mas libertad individual» es un engaño y una gilipollez. Mi lema es más bien este: «Más democracia, menos privilegios para algunos», más competencia real, más oportunidades, más orden, más transparencia en las cuentas de políticos».

    «Menos estado» no significa que vayas a tener más «libertad individual». A menudo, menos estado es todo lo contrario – significa la tiranía de lo privado, del magnate, del empresario sin escrúpulos, del explotador, del abusador, del que amenaza solo por contar con mas capital. ¿Tú a qué intereses sirves, ramrock? Por cierto, me habias dicho varias veces que ni te ibas a asomar por aquí pero parece que te da morbo.

    Fraude ya tenemos con vosotros los libegales — los del «no al dinero público» excepto para Juan Ramón Rallo, los del «no al estado» excepto para que trabajen los vuestros. Sinvergüenzas, mentirosos e hipócritas.

  8. En USA la palabra Liberal es sinónimo de progre, y los progres son de izquierda o son militantes o votantes del partido demócrata,y el partido demócrata es de izquierda.

    Por lo tanto usted no es liberal,sino progresista.

    El liberalismo es de derecha no de izquierda.

  9. «Pero algunos dicen que para tener una democracia, es absolutamente imprescindible contar con una economía poco regulada. No, no es necesario tener una economía “libre” para tener una democracia, aunque ha habido mucho debate entre liberales sobre este aspecto».

    Una economía libre es un aspecto más de una sociedad libre. Pero la libertad económica no implica que una sociedad sea libre per se. Sobre todo cuando el poder público es débil y son las empresas privadas las que ganan demasiado poder. Entonces nos encontramos con una minoría que esclaviza a una mayoría en nombre de esa misma libertad económica.

    «Algunos (y no pienso dar nombres para que nadie se sienta demasiado aludido) hablan de “no estar siempre centrado en el crecimiento económico”. ¡Bazofia! A esos les digo esto: únicamente el crecimiento económico sostenible es lo que nos permitirá mejorar nuestras vidas. El secreto de nuestro éxito solo podrá resumirse en una palabra: libre comercio, ORDENADO y con un sentido de justicia social».

    Por supuesto. Cuando hablamos de «crecimiento económico» nos referimos al aumento del bienestar de una población, que que es algo no físico, y que no está constituido únicamente por recursos finitos como puedan ser los factores físicos. Esto es; recursos naturales y/o energéticos. En otras palabras, por crecimiento económico, debemos referirnos a aquello que hace que una población pueda «vivir bien». Esto es; tener una vida digna y las necesidades básicas garantizadas (aliemento, vivienda, sanidad y educación), no si Amancio Ortega o Bill Gates han ganado 6.200 millones en bolsa el último año.

    «Debemos defender la democracia sin ir contra el sentimiento natural del pueblo – a menudo, aunque nosotros nos pueda parecer raro como liberales internacionalistas, eso es un sentimiento nacional. Hay gente que asocia el nacionalismo con pulsos antidemocráticos y es totalmente cierto que ha habido demagogos y dictadores de todo tipo que han explotado el prejuicio xenófobo (al igual que explotan muchos otros prejuicios)».

    Es que no hay que confundir el nacionalismo chovinista y su rechazo del “otro”, que casi siempre es germen de violencia, con el patriotismo, entendido como el sentimiento sano y generoso, de lealtad o vinculación afectiva a la tierra donde uno vive o ha nacido.

    Existen grandes equívocos que se producen con el término nacionalismo se deben a su ambigüedad. Se suele creer que el nacionalismo es el amor a la nación o a la patria, y ¿cómo no tener en la mayor estima a la propia patria?. Pero eso no es ser nacionalista. Ser nacionalista es pretender hacer coincidir la frontera nacional con los límites de un Estado. Que etnicidad y ciudadanía sean una y la misma cosa. Y eso conduce a aberraciones como tratar de abolir las diferencias nacionales dentro de un Estado (uniformización cultural) o a pretender que cada nación o etnia, por minúscula que sea, tenga su propio Estado.

    Una cosa es el concepto nacionalista de nación y otra cosa es el Estado. Son diferentes. A veces los nacionalismos se identifican con los límites de un Estado, como el nacionalismo francés, pero en otras ocasiones hay un nacionalismo sin Estado, que crea un concepto de nación distinto. Más etnocéntrico y metafísico, pero igualmente peligroso.

    Pero un patriotismo centrado en la defensa de la libertad y de la justicia es una alternativa viable a la ideología nacionalista. El Patriotismo basado en instituciones democráticas y representativas siempre es necesario. Pero eso sí, entendido como un contrato. El día que esas instituciones se convierten en opresoras y corruptas, el pueblo soberano tiene el derecho y el deber de rebelarse contra ellas. Pero el patriotismo de esencias nacionalistas, misticismo, banderitas y tribalismo, a menudo es un invento de las oligarquías para mantener bajo la bota a un pueblo, la más de las veces, analfabeto.

    Totalmente de acuerdo con resto de la entrada.

    Saludos.

  10. @helpizo: Es que no se puede ser liberal sin ser progresista realmente. Van mano a mano. El Partido Demócrata NO ES «de izquierda», qué chistoso.

    El liberalismo jamás ha sido «de derechas» realmente, por mucho que algunos derechistas se etiqueten de esa manera para engañar y para no llamarse por lo que son: fascistas.

  11. Estimado Daniel:

    «Una economía libre es un aspecto más de una sociedad libre. Pero la libertad económica no implica que una sociedad sea libre per se. Sobre todo cuando el poder público es débil y son las empresas privadas las que ganan demasiado poder. Entonces nos encontramos con una minoría que esclaviza a una mayoría en nombre de esa misma libertad económica.»

    Sí, correcto. Es lo que vimos por ejemplo con el Chile de Pinochet o el propio Singapur (modelo para no pocos libegales ultraderechistas).

    «Por supuesto. Cuando hablamos de “crecimiento económico” nos referimos al aumento del bienestar de una población, que que es algo no físico, y que no está constituido únicamente por recursos finitos como puedan ser los factores físicos. Esto es; recursos naturales y/o energéticos. En otras palabras, por crecimiento económico, debemos referirnos a aquello que hace que una población pueda “vivir bien”. Esto es; tener una vida digna y las necesidades básicas garantizadas (aliemento, vivienda, sanidad y educación), no si Amancio Ortega o Bill Gates han ganado 6.200 millones en bolsa el último año.»

    Ah, sí – un matiz muy importante. En efecto, nosotros estamos para facilitar que la población tenga ese tipo de cosas garantizadas. Incluso, si para ello hace falta meter caña a las empresas privadas, se hará sin problemas para nosotros. Eso es algo que no aceptan muchos en la derecha más extrema, pero son minoría y no van a salirse con la suya.

    «Ser nacionalista es pretender hacer coincidir la frontera nacional con los límites de un Estado. Que etnicidad y ciudadanía sean una y la misma cosa. Y eso conduce a aberraciones como tratar de abolir las diferencias nacionales dentro de un Estado (uniformización cultural) o a pretender que cada nación o etnia, por minúscula que sea, tenga su propio Estado.»

    Sí, esto es cierto también y es una de las enfermedades del nacionalismo extremo.

    «El día que esas instituciones se convierten en opresoras y corruptas, el pueblo soberano tiene el derecho y el deber de rebelarse contra ellas. Pero el patriotismo de esencias nacionalistas, misticismo, banderitas y tribalismo, a menudo es un invento de las oligarquías para mantener bajo la bota a un pueblo, la más de las veces, analfabeto.»

    Totalmente de acuerdo con esto, Daniel. El misticismo y el tribalismo se usa para dividir a los hombres y subyugarles con mitos e ilusiones que nada tienen que ver con ellos y sí con la oligarquía. Lo mismo ocurre con la religión institucional.

    Nuestro patriotismo liberal debe evitar símbolos de nacionalismo – nosotros no somos de banderitas, cruces, etc. Lo que sí hay que hacer es lo que comentas – fortalecer las instituciones que nos hacen orgullosos de la cultura cívica-política liberal que defendemos. Una política liberal celebra las voces disidentes dentro de este sistema injusto y defendemos la generación de una rica cultura cívica nueva sin negar el espíritu de nuestra tradición radical.

    El patriotismo es aceptable cuando sea fruto de la razón, de una decisión concienciada sobre la base de instituciones orgánicas en vez de impuesta por el estado o para servir intereses de oligarcas. Por ejemplo, por eso precisamente NO voy a decir que «apoyo a la policía» incondicionalmente. En el contexto que tenemos, apoyar a la policía es apoyar la injusticia.

    Saludos

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