El 4 de julio en Estados Unidos – Un apunte

A lo largo del tiempo, me he ido dando cuenta que los «males» sociales y económicos que mis compañeros lectores han denunciado a menudo ignora raíces históricas por un sentido de «reverencia» que creo no encaja con un espíritu liberal de las cosas. Los liberales pueden quejarse de los males, pero niegan cualquier conexión con algo inherente en el «sistema» constitucional imperante y, en no pocas ocasiones (en el caso norteamericano), afirman de que todos estos males se deben a una «desviación» de las intenciones «originarias» de los «padres fundadores» de los EEUU. En consecuencia, es muy común leer todo tipo de exhortaciones invitándonos a «recuperar el sistema constitucinal original de EEUU» y cada año, esto se intensifica cuando se acerca el 4 de julio. Cada 4 de julio, leemos frases elocuentes sobre lo fértil que es esta tierra, sobre las grandes ventajas económicas y políticas «que no tiene ningún otro ciudadano del mundo» y citas esporádicas y desordenadas de los padres fundadores, ignorando sus contextos porque la intención es demostrar que aquellos principios son suficientes para las necesidades actuales.

Pero si analizamos la obra de los padres fundadores, podemos ver que no eran los «visionarios» que pintan sus bien intencionados admiradores, aunque sí eran unos gran pensadores.

De interés peculiar entre los fundadores sobre las condiciones sociales de su época y los problemas del futuro que pensaron iban a surgir es James Madison, el arquitecto principal de la Constitución. Madison no era ningún escritorzuelo mercenario, al servicio de un electorado egoísta; tampoco era un pedagogo obsecuente para ganar pasta (a diferencia de los «liberales» que hoy son conocidos en España). Madison era honesto y un pensador muy franco, con visión de futuro para poder pronosticar los problemas que se avecinaban para el país con la intención de mejorar el camino. Demos, pues, en este 4 de julio, audiencia a la voz de Madison.

La cuestión del sufragio era de gran importancia para Madison. Con mucho trabajo, él y sus contemporáneos diseñaron un sistema que aún sigue en vigor y cuya intención principal era mantener las «turbas» bajo control para que los impulsos «de las masas» no estallaran al estílo francés y europeo en general. Pero también era necesario ceder a los instintos republicanos. Sin embargo, debemos recordar que aquél sistema funcionó tan bien porque tomó en cuenta la distribución d propiedad en las colonias y la esperanza universal de adquirirla. Tales condiciones, dijo Madison, eran la raíz que inspiró tanto sentimiento popular en EEUU a favor de la propiedad privada. Una y otra vez, Madison dijo que el sentimiento a favor de la propiedad privada era imprescindible para tener un gobierno republicano. Esto contrastaba con el «viejo mundo», con Europa, donde no había ninguna esperanza para adquirir propiedad.

Pero Madison no era ningún tonto y se dio cuenta en sus conclusiones que la clase de los «desheredados», sin propiedad, iba a seguir en aumento cada generación. Iban a pasar de ser una minoría a una gran mayoría; que serían reducidos a cobrar menos y menos sueldo, que poco a poco la «felicidad» y el bienestar iban a desaparecer para la mayoría del mundo «obrero» que se estaba gestando. Se llegaría al momento histórico en el que la mayoría no solo no tendría propiedad, sino que tampoco tendrían la esperanza de adquirirla.

Esa marcha sin prisa pero sin pausa hacia la pobreza ya fue denunciada por Madison como una de las consecuencias de las raíces económicas que están detrás de la fundación de los EEUU.

Lo cierto es que EEUU nunca ha tenido tan pocas esperanzas en el sentido económico como ahora. Cada vez hay menos propietarios, los asalariados «pobres» de las grandes ciudades ya son la gran mayoría de la población, sus salarios están estancados y hoy por hoy hablar de «trabajo honesto» para poder ganar un buen sueldo es una burla para mucha gente. La desigualdad en EEUU es palpable y no se ven estos niveles entre los «ricos» y los «pobres» desde el siglo XIX. Por eso la inmoralidad, barrios enteros de pobreza palpable en las grandes ciudades, la corrupción, todos esos vicios están a la orden del día entre el pueblo llano y no tan llano, porque ya llega a los gobiernos en todos sus niveles.

En una ocasión digna de recordar, el padre de la patria John Adams dijo que si a los pobres obreros se les pagaba un sueldo solamente lo suficiente para cubrir sus necesidades más básicas, su condición era idéntica a la de un esclavo. Es la pura realidad. ¿Qué diferencia hay entre un esclavo al que le dan techo, cama y comida (miserable) y un obrero que trabaja de sol a sombra por vivir en un pisucho sucio, en un barrio marginal, sin poder «vivir» más allá de comer por lo menos una vez al día y poco más?

Es posible controlar una minoría de esclavos; pero una gran cantidad, una mayoría, no durarán mucho bajo el yugo mortificante. Por eso Madison ya había pronosticado el nacimiento de un gravísimo problema nacional por estos motivos así como su posible colapso.

Aristóteles también afirmaba que en una democracia perfecta, los «pobres» usarían el sistema para quitarle propiedades a los más ricos. En consecuencia, dos soluciones: reducir la pobreza o reducir la democracia. Aristóteles optaba por la primera.

James Madison también detectó el mismo problema, pero, a diferencia de Aristóteles, quiso reducir la democracia. Para Madison, el reto principal para un gobierno era «proteger a la minoría propietaria contra la mayoría». Como decía su compañero John Jay con más franqueza todavía: «Los que son dueños de este país también deben ser sus gobernantes».

Por eso, diseñó un sistema bastante «anti»democrático. Pocos europeos lo saben, pero hoy por hoy, sobre el papel por lo menos, la Europa continental occidental es bastante más «democrática» que EEUU. Madison puso el poder en manos de los «más capaces» (propietarios), aquellos que «tienen la riqueza de la nación en sus manos». Los demás se verían limitados: los negros obviamente no podían votar, no se podía elegir a los senadores con el voto popular como ocurre ahora, entre otras barreras.

Termino con esto:

Ya sé que muchos esperaban una entrada positiva, alabando a los fundadores con las típicas frasecillas y clichés de siempre pero respeto mucho más a mis lectores como para tomarles el pelo.

A lo largo de la historia de EEUU, lo cierto es que el poder político ha estado siempre en manos de aquellos que son dueños del país. Ha habido variaciones de esa misma temática, como el «New Deal» de Roosevelt. Roosevelt tuvo que responder al hecho de que el público ya no iba a tolerar las condiciones imperantes que duraron hasta los años 30. El poder siguió en manos de «los ricos», pero ahora estaban limitados por un contrato social. Volverá a ocurrir cuando las condiciones imperantes en EEUU ya resulten intolerables para la mayoría. No queda mucho. No obstante, sigo pensando que pese a todo esto, EEUU sigue siendo un país excepcional y con un futuro mucho mejor que Europa.

3 comentarios

  1. Hola,

    Creo que es conveniente, en todos los casos, circunscribir las cosas a su época. Por supuesto que los padres fundadores de EEUU defendían cosas hoy intolerables, pero es que era el siglo XVIII. Hay que analizar a los personajes históricos por el avance que estos supusieron y yo creo que no cabe duda alguna que todo lo que pasó en EEUU a finales del XVIII fue un gran avance para la humanidad.

    Quería comentar algunas frases:

    «Una y otra vez, Madison dijo que el sentimiento a favor de la propiedad privada era imprescindible para tener un gobierno republicano»

    Madison tenía razón. Fíjate, en Francia finalmente se pudo consolidar la república (la III república) cuando se creó una base de campesinos propietarios de su propia tierra. Antes de eso las ventajas liberales no le servían para nada a un campesinado pobre, que no podía ejercerlas.
    En la España de la II república los republicanos de Azaña pensaban más o menos lo mismo. La reforma agraria pretendía repartir los latifundios entre los campesinos para edificar así una clase pequeño-propietaria que fuese muy repúblicana. Lamentablemente llegaron tarde porque la pobreza ya estaba cronificada en los campos de Andalucía y Castilla y las ideologías revolucionarias se habían expandido.

    «John Adams dijo que si a los pobres obreros se les pagaba un sueldo solamente lo suficiente para cubrir sus necesidades más básicas, su condición era idéntica a la de un esclavo»

    Sí, esto es básicamente así. Si un hombre se ve entre un salario de miseria y el paro y el hambre por el otro lado, entonces ese hombre es técnicamente un esclavo. A mi me gusta mucho como desarrollan las sociedades del norte de Europa (de cultura luterana) esta idea: Para ellos las ayudas del estado (para la emancipación de los jóvenes, por ejemplo) son fundamentales para ser libres y para que el hombre se pueda desarrollar. Esto choca mucho con la idea de la derecha de España o EEUU, que tiende a pensar lo contrario sin valorar los hechos.

    «Volverá a ocurrir cuando las condiciones imperantes en EEUU ya resulten intolerables para la mayoría. No queda mucho»

    Al final, y más allá de las propuestas políticas, esa conclusión no es muy diferente de la teoría de Marx: Si se genera una clase privilegiada, estructuralmente habrá un conflicto latente y aparecerá la lucha de clases, que tendrá un resultado de cambio, que podrá ser violento o no.
    De todas formas las hegemonías culturales no son tan fáciles de romper. EEUU, a diferencia de Europa, lleva demasiado tiempo sin cuestionarse los mecanismos del mercado, la existencia de élites privilegiadas, etc. Y eso puede ser difícil de cambiar a no ser que las condiciones de pobreza sean muy duras.

    Saludos,

  2. sociata latinoamericano · ·

    Interesante. Antes la eleccion del presidente era de tercer grado. Hoy es de segundo grado, siendo clave el compromisario.

    PD. Muy buena su anterior entrada, Sr. Coll.

  3. Me alegro que le haya gustado, sociata.
    —————-
    Pedro:

    «Creo que es conveniente, en todos los casos, circunscribir las cosas a su época. Por supuesto que los padres fundadores de EEUU defendían cosas hoy intolerables, pero es que era el siglo XVIII. Hay que analizar a los personajes históricos por el avance que estos supusieron y yo creo que no cabe duda alguna que todo lo que pasó en EEUU a finales del XVIII fue un gran avance para la humanidad.»

    Sí, pero es que incluso en los contextos de época, hay peores y mejores. No es comparable por ejemplo Madison con Napoleón o el Rey británico tirano de la época. Tampoco con los inquisidores del XVIII. Pero efectivamente, fue el inicio de un gran avance, gracias a un puñado de hombres con visión de las cosas (que la mayoría NO tenía).

    «Madison tenía razón. Fíjate, en Francia finalmente se pudo consolidar la república (la III república) cuando se creó una base de campesinos propietarios de su propia tierra. Antes de eso las ventajas liberales no le servían para nada a un campesinado pobre, que no podía ejercerlas.»

    Sí, es un buen ejemplo de ello, aunque creo que Madison tenía en mente una sociedad de pequeños propietarios adinerados y para eso fue diseñado el gobierno useño original. Porque no nos engañemos, muy «democráticos» no eran y menos a favor del sufragio universal.

    «En la España de la II república los republicanos de Azaña pensaban más o menos lo mismo. La reforma agraria pretendía repartir los latifundios entre los campesinos para edificar así una clase pequeño-propietaria que fuese muy repúblicana. Lamentablemente llegaron tarde porque la pobreza ya estaba cronificada en los campos de Andalucía y Castilla y las ideologías revolucionarias se habían expandido.»

    Esto lo hizo Lincoln también con el «Homestead Act» (precisamente porque Lincoln también se anticipaba este gran problema). En menor medida, fue lo que también impulsó el «derecho a comprar» vivienda protegida durante el mandato de Thatcher. Se razonaba que si a esos inquilinos se les convertía en propietarios, era mucho menos probable que votaran socialista.

    «A mi me gusta mucho como desarrollan las sociedades del norte de Europa (de cultura luterana) esta idea: Para ellos las ayudas del estado (para la emancipación de los jóvenes, por ejemplo) son fundamentales para ser libres y para que el hombre se pueda desarrollar. Esto choca mucho con la idea de la derecha de España o EEUU, que tiende a pensar lo contrario sin valorar los hechos.»

    Sí, muy de acuerdo con esto y lamento la pérdida de esta forma bastante protestante de pensar. En la cultura protestante, tradicionalmente hemos detestado la dependencia en estructuras esclavistas o liberticidas. Por eso no es de extrañar que fueron sociedades protestantes las que desarrollaron todo tipo de ayudas para la EMANCIPACIÓN real y efectiva, precisamente porque si de verdad somos indivdualistas (y yo lo soy), no podemos defender que el individuo vea su futuro determinado por sus limitaciones familiares, entre otras taras. EEUU es un país bastante individualista, pero los nórdico-escandinavos lo son aun más, gracias a la derecha de sus países, mucho más consecuentes.

    «EEUU, a diferencia de Europa, lleva demasiado tiempo sin cuestionarse los mecanismos del mercado, la existencia de élites privilegiadas, etc. Y eso puede ser difícil de cambiar a no ser que las condiciones de pobreza sean muy duras.»

    Lo serán si todo sigue como ahora. Los que van a empezar a cuestionarse seriamente este sistema son los hijos de las oleadas-avalanchas migratorias que han llegado en los últimos lustros. Será normal porque son los que menos oportunidades van a tener en un mundo de pobreza creciente.

    Saludos

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