¿Detroit en bancarrota o Democracia en bancarrota?

Leyendo esta entrada escrita por Pedro, inmediatamente me vino a la mente un ejemplo de esos atropellos en EEUU, esta vez en la ciudad de Detroit, aunque partiendo de factores distintos. Tampoco pude evitar recordar una vez más lo asquerosamente antidemocrática que es la derecha española y sus portavoces en España. De los que seguís la política española, ¿quién no conoce el hecho de que en el fondo, salvo excepciones contadísimas, casi todos los que dicen ser «del PP» defienden el franquismo si se toman unas copas de más y sin el más mínimo sonrojo? Y, de los que no defienden el franquismo, suelen decir algo así como «hombre, tampoco era una dictadura muy dura, hay dictaduras peores com la de Castro», lo cual equivale a decir que una violación en la que se penetra a una mujer solo un par de veces tampoco es para tanto ya que hay violaciones en las que se penetra mucho más y esas son peores. Es un argumento estúpido, absurdo e injustificado. ¿Por qué toleramos que la gente diga tantas estupideces sin rebatirles?

Y aquí en EEUU ha habido un atropello a lo democrático.

El pasado 5 de noviembre, los ciudadanos de Detroit eligieron a un nuevo alcalde y en menos de un mes, tendrá lugar la ceremonia de su investidura. Pero el futuro de esa conocida ciudad americana y sus ciudadanos no se va a definir por sus votantes ni por lo que votaron en el día de las elecciones. Se está forjando en los tribunales federales en concursos de acreedores y por un «manager» (gestor) de emergencia que carece de TODA legitimidad democrática.

Ayer, martes, un juez federal — Steven Rhodes, sentenció que Detroit puede declararse en bancarrota. A pesar de reconocer que las negociaciones con acreedores fuera de los tribunales no había cumplido con el requisito legal de buena fe, el juez abrió el camino para que el gestor no elegido y su bufete de abogados empiecen a elaborar un «plan de ajuste» que obviamente exige recortes en las pensiones garantizadas a empleados ya jubilados y una venta rápida de activos de la ciudad hasta tal punto que la ciudad podría acabar en manos de muy pocos inversores.

Lo que ha hecho el juez no es solamente iniciar el proceso de bancarrota. Esto es solo un principio. El proceso ha sido diseñado de tal manera que la ciudad está en riesgo ahora mismo y sus residentes más vulnerables, los pensionistas por ejemplo, podrían perder gran parte de sus pensiones públicas. No estoy hablando de gente «rica». Hablo de gente modesta como los bomberos, los policías y otros empleados de la ciudad. Esas pensiones están en peligro. Es un día muy oscuro para las personas que cumplieron las normas, trabajaron honradamente y ahora están en riesgo de perderlo todo.

Obviamente, no seré yo el que diga que Detroit, como muchas otras ciudades occidentales, se enfrenta a retos fiscales. Pero los problemas fiscales no se resuelven con tácticas antidemocráticas que provocan que hasta Franco o Fidel Castro parezcan líderes liberales y democráticos al lado de estos.

La decisión judicial otorga la autoridad absoluta para conducir los asuntos de Detroit a Orr, el «gestor de emergencia» elegido por, sí, lee esto — elegido a dedo por el gobernador republicano de Michigan, Rick Snyder. Un gobernador del «tea party» que no pudo conseguir ni siquiera el 10% de los votos de Detroit. Yo entiendo que no es fácil para un republicano captar el voto negro, pero ¡¡hasta yo puedo sacar más de un 10% de sus votos!! Y lo digo así porque es bien conocida la anécdota de mi universidad — solo capté el 14% de votos negros durante unas primarias para el Senado universitario y solo un 16 o 17% del voto latino en el campus.

A pesar de que solamente casi un 5% de los votantes de Detroit dieron su voto de confianza a Snyder para dirigir su ciudad, ahora es él, a través de su gestor personal, con la aprobación total del juez federal, el que está tomando decisiones decisivas en Detroit.

¿Y qué ha dicho el alcalde elegido, el demócrata Mike Duggan? Un señor que ganó el 55% de los votos el pasado mes de noviembre?

«Mi única autoridad será la autoridad que pueda darme el alcalde y su gestor si les puedo convencer que tengo alguna».

Duggan dijo que hará todo lo posible para defender a Detroit y su futuro en este proceso. «Debemos asegurarnos que los pensionistas sean tratados con justicia y cobren las pensiones que se ganaron».

A pesar de ser el elegido, no tendrá la última palabra ni siquiera sobre los sueldos de bomberos y policías.

¡Esto no es lo que debe ser una democracia seria en un país libre!

Esto no es la voluntad del pueblo de Detroit.

Esto lo sabemos porque el gestor también fue rechazado en las urnas en el 2012.

Hay que recordar algo más: NO ha sido la ciudad de Detroit la que ha pedido el concurso de acreedores sino el gestor no elegido e impuesto por el gobernador del estado.

Está claro que hoy es un gran día para la parte indeseable de cierta derecha nada liberal real: desmembrar poderes locales y democráticos del electorado, congelar activos, acabar por completo con los pocos empleos que existen en Detroit y de esa manera destrozar familias enteras, calumniar a los líderes de raza negra insinuando que los negros no pueden gobernar y echarle la culpa a los jubilados y sus pensiones por la crisis de deuda desorbitada.

El problema principal que ha sufrido Detroit no ha sido tener funcionarios, como siempre afirman los más extremistas en ciertos sectores de la Derecha. Lo que ha provocado que Detroit hoy sea la peor ciudad de EEUU ha sido la desindustrialización. Ese fenómeno ha tenido como consecuencia el cierre de cientos y cientos de factorías y ha dejado en el paro o en el subempleo a miles de sus ciudadanos. No solo Detroit ha sufrido esto, que conste.

Demasiadas ciudades americanas se enfrentan a retos parecidos a los que han desestabilizado a Detroit. La respuesta antidemocrática de Snyder podría servir como modelo para otras respuestas a retos parecidos porque es mucho más fácil echarle la culpa a las víctimas y de esa forma denegarles sus libertades y pervertir lo poco que queda de la Democracia seria y sólida en Occidente.

Hay mucho más en juego en Detroit y otros lugares del planeta más allá de su hoja presupuestaria.

Nuestro entendimiento sobre lo que es «democracia» está siendo subvertido.

Los votantes de Michigan mandaron una clara señal el pasado otoño. Rechazaron este tipo de autoritarismo central.

Desafortunadamente, el juez federal ha decidido ser partidista y tomar el lado de los «gestores» no elegidos. Ha decidido estar en el bando de un gobernador que jamás ha ganado unas elecciones en Detroit y que representa todo lo que rechazarían los habitantes de Detroit en las urnas.

Esto nada tiene que ver con tener cuentas saneadas. Todos estos temas pueden, y deben, ser corregidos por un alcalde elegido y el consejo de la ciudad.

Esto tiene todo que ver con permitir que burócratas ni elegibles ni elegidos consigan resultados políticos que NUNCA consiguieron en las urnas.

Siempre denunciaré cualquier atropello antidemocrático que además viola la representatividad política de los ciudadanos. Los «liberales» fashion, así como buena parte de la derecha en EEUU dirigida por extremistas me tacharán de «rojo comunista» por afirmar que esto no es aceptable.

Pero, ¿sabéis qué, señores? Llamar a alguien hoy en día «socialista» y «rojo» tiene la misma «fuerza» que llamar a un enemigo «maricón» u «homosexual». Ya no son palabras que asustan a nadie y prueba de ello está en que la ciudad de Seattle, por primera vez en la historia de EEUU, tiene una candidata que obtuvo victoria en las urnas y que se declara socialista ABIERTAMENTE. Ya no asustáis a nadie, ya no podéis argumentar con referencias a la Guerra Fría.

Lo bueno de EEUU es que aún queda mucha gente que tiene herramientas del propio sistema a su disposición para bloquear estos atropellos. En el caso español, me temo que España dejó de ser una democracia hace mucho tiempo y va cuesta abajo, políticamente hablando. ¿Y los culpables? El propio pueblo español que lo permite. Bien por temor, bien por comodidad, bien por ignorancia, lo cierto es que la gente en general tiene lo que se merece.