Bueno, ya habéis visto la notícia.
Y ya os lo digo – no sirve de nada. No puede librarse de Nick Clegg (que ha demostrado no ser leal) y cuyas fantasías frívolas sobre los impuestos contra las empresas para incitar más apoyo (que cada vez tiene menos) dentro de su partido cada vez más irrelevante son una señal de su cerebro atolondrado. Peor todavía, Cameron ha tenido que ceder y permitir que un criminal corrupto como Laws (que fue condenado por hacer trampas en la hoja de gastos personales parlamentarios) y debería haber eliminado a Vince Cable – secretario de «Business» pero en realidad es completamente «anti» business.
Tengo que mostrar mi más firme apoyo a Iain Duncan Smith – ha decidido rechazar ser Ministro de Justicia porque entonces eso permitiría que Osborne diluya las reformas absolutamente necesarias en el Estado de Bienestar. Bajo el mandato de David Cameron, los «wets» (es el término inglés que se refiere a los «blanditos» del Partido Conservador) han tenido demasiada ala y eso no puede continuar así.
Tampoco creo que sea inteligente eliminar a George Osborne (más que nada, porque eso significa concederle el argumento a los laboristas en materia económica). No estoy de acuerdo con mantener a Teresa May en un cargo tan alto como el de Interior – ha sido un desastre absoluto no solo para Reino Unido, sino también para el resto de Europa, ya que gracias a su permisividad con la inmigración, miles, decenas de miles de «estudiantes» falsos penetraron a Europa con visados para estudiar en universidades ficticias del Reino Unido. Como mínimo, Teresa tendría que estar enjuiciada por poner en riesgo la seguridad nacional.
Tampoco tendría sentido cambiar a William Hague de su posición como Ministro de Exteriores ya que está claro que mientras sigan en gobierno de coalición, no habrá una política sobre Europa como Dios manda.
Cameron debería haber dado un giro mucho más derechista en su gabinete – lo de hoy no ha sido suficientemente aceptable. Hay muchos chicos jóvenes en el partido que son mil veces más conservadores que Cameron – y más inteligentes, más patriotas y desde luego, menos europeístas.
Sí que me ha gustado la eliminación de Ken Clarke en Justicia. Es difícil no sentirse a gusto a nivel personal con Clarke, pero no está en sintonía con los sentimientos de la derecha sobre los problemas del delito y los desórdenes públicos, el imperialismo arrogante del Tribunal Europeo de los Derechos Humanos y la creciente tendencia en el «Common Law» de copiar el problema de EEUU – jueces que cada vez más están usurpando el mandato del Parlamento, creando sus propias leyes desde los banquillos. Lo que conocemos como el fenómeno del «activismo judicial» y jueces activistas.
En todo caso, me alegro mucho que Cameron y Clegg no pudieron destruír para siempre la Cámara de los Lores (osea, abolirla).
Quiero ahora pasar a otros temas, más «nacionales».
…
Ha sido muy interesante leer el hilo anterior. Con la excepción de «molondro», parece que ha habido mucho apoyo a las palabras de «Sigfrido». Los españoles que se conviertan al Islam son enemigos, pero los extranjeros cristianizados o «españolizados» siguen siendo extranjeros. Otros han insinuado que la asimilación es genocidio y que ser «autóctono» es genético. Estoy bastante de acuerdo con esos puntos de vista, pero ¿qué diría Sigfrido, que considero mucho más «duro» que yo en este tema, sobre ingleses tan «ingleses» como Disraeli, o Wellington, o muchos de los monarcas británicos de origenes extranjeros?
¿Y dónde ponemos los límites a las generaciones? Por ejemplo – es posible que en el caso de Sigfrido, su familia lleve más de 7 siglos aquí – no puedo decir lo mismo en mi caso, pues es bien conocido que gran parte de los valencianos fueron repobladores alemanes y «nórdicos» y en ese aspecto «mi sangre» lleva menos en Iberia…y en mi rama gallega, pues sí que podríamos decir que llevamos desde los celtas…pero, en fin, ¿cuántos siglos son necesarios para ser «plenamente» autóctono a Iberia? ¿Es que acaso no hay ingleses que son más españoles que algunos españoles y españoles que son más ingleses que algunos ingleses? ¿Qué dirían algunos del famoso ejemplo de Joseph Conrad, famoso escrito inglés que resulta que era polaco de origen y hablaba inglés con un marcado acento polaco?
Sí, claro que hay un problema serio y grave con la inmigración, pero al igual que ocurre con el matrimonio homosexual, tenemos que mejorar la calidad intelectual de nuestros argumentos para oponernos a esas cosas.
Ni España ni Reino Unido será amenazada por rumanos o polacos – bienvenidos sean, desde luego. Sí que hay una amenaza migratoria de países árabes o de Turquía, ya que pueden utilizar las fronteras de países bananeros como Grecia para llegar aquí.
Muchos me preguntan que cómo es posible rehabilitar un partido claramente en decadencia, como el de David Cameron, que hoy en día no tiene absolutamente nada que ver con la Dama de Hierro. No hay respuestas fáciles – quizá deben unirse al partido y recordar a los diputados que si quieren ganar elecciones, deberían leer el Manifiesto de UKIP. Si no empiezan a comportarse como UKIP, más gente se unirá a las filas de UKIP.
No olvidemos además que el famoso Enoch Powell, por sus principios, pidió el voto para los laboristas – hizo bien, porque unirse a la Unión Europea fue un acto de traición a nuestras ideas, por parte del Partido Conservador.
Por último, quiero volver a reiterar mi firme rechazo a denegarle la atención sanitaria a los «inmigrantes ilegales». Las personas que están a favor de esta medida no son más que peperos que creen que todos los problemas del país tienen que ver con los malvados inmigrantes ilegales. Lo que es peor, sus argumentos no se sostienen con lógica y son incapaces de contestar los argumentos de los demás. He aquí un artículo muy serio al respecto.
Pues yo aún creo en Cameron, al menos en aquel de las elecciones europeas y, luego, de la conformación del actual europarlamento, que tuvo a bien el abandonar el grupo parlamentario del Partido Popular y reivindicar así aquel antiguo espíritu «bandolero».
Por otro lado, todo lo que usted le reclama ( y en especial muchas de las ideas fuerza del UKIP ) estoy seguro que el Partido Conservador las incorporará de cara a las próximas elecciones.
¿Cómo que «los españoles que se conviertan al Islam son enemigos»?
Francisco – quiero decir que al parecer esa fue la «tónica» general del hilo (personalmente no creo que ejercer la libertad confesional sea algo «enemigo» pero a mucha gente le choca que un español no sea católico).
Moli: Como dirian en inglés, lo suyo es muy «wishful thinking!»
Parte de la famillia de Sigfrida es latinoamericana. En Galiza a mas en Pontevedra hay mucho descendiente de indiano mezclado con india de turno. Sigfrido es un tipo de cuarterona venezolana y si no mirenle a la jeta.
Que sea percibido como algo ajeno a la cultura española contemporánea no significa que sea malo ni «enemigo». ¿Si mañana alguien decidiera utilizar palillos en lugar de tenedores para comer arroz también se le consideraría «enemigo»?
No he dicho lo contrario, Francisco.
Es precisamente hacia donde yo voy, Francisco – de alguna manera, algunas personas deben acostumbrarse al hecho de que algunos españoles serán musulmanes, otros ateos, otros budistas, etc. También habrá que acostumbrarse a que los hijos de africanos van a ser tan «españoles» como los de origen en cuanto a lo demás.
Por supuesto, yo no tengo el menor problema con ello. Sin embargo, no considero que el islam forme parte la «cultura española» de los siglos XX-XXI. Guste o no, la cultura española consiste en hacer el ridículo cada Semana Santa pasenado trozos de madera por las calles.
El toreo puede ser otro buen ejemplo. Tradicionalmente se ha considerado como parte de la cultura española, sin embargo, a día de hoy no es que esté cayendo en el olvido, si no que se encuentra con la oposición de un, cada vez mayor, sector de la población.
Francisco: Lo del toreo es muy buen ejemplo de un desarrollo positivo – cada vez somos más los «anti»-taurinos y ojalá pronto esa tortura sea reliquia de un pasado muy negro y primitivo.
Respecto a lo de Semana «Santa», completamente de acuerdo con usted. La verdad es que un hombre «blanco» se siente muy incómodo ante un espectáculo tan primitivo y «ceremonial». No puede uno evitar sentir cierta vergüenza al estar rodeado de gente vociferando con fanatismo a unos trozos de madera.
¿Qué opinión tiene de Daniel Hannan?
Hannan me parece un señor muy interesante, reformista, un fichaje valorable para el Partido. Creo que su crítica a Obama, que éste ha hecho daño a la relación especial entre RU y USA tiene mucha razón.
No comparto sus ideas sobre legalizar las drogas.
Sin embargo, creo que ha sido inteligente a la hora de intentar forjar una suerte de «equilibrio» respecto a la cuestión migratoria, ya que por un lado es admirador de Powell y por otro, sabe que hoy en día, aquél discurso no se materializó.
El partido necesitaría más gente como Hannan, menos como Cameron, que ni es conservador, ni es liberal en lo económico ni es honesto. Cameron necesita dimitir inmediatamente y de no hacerlo, los «hardcore» tienen que ayudarle y darle un «empujón».
Precisamente es lo que Daniel Hannan defiende ( un posicionamiento ideológico en la frontera entre el UKIP y el Partido Conservador de hoy ) lo que me hace tener aún ilusión por un futuro gobierno conservador auténticamente conservador, una vez que los social liberales pierdan fuerza en las urnas.
Alfredo,
ha hecho usted un comentario muy acertado y digno de admiración:
«…algunas personas deben acostumbrarse al hecho de que algunos españoles serán musulmanes, otros ateos, otros budistas, etc. También habrá que acostumbrarse a que los hijos de africanos van a ser tan “españoles” como los de origen en cuanto a lo demás».
Lástima que un poco más tarde lo haya estropeado con otro comentario respecto a las procesiones de semana santa:
«La verdad es que un hombre “blanco” se siente muy incómodo ante un espectáculo tan primitivo y “ceremonial”.
Moli: Eso lo veo muy difícil porque dudo que el gobierno de Cameron llegue ileso al 2015.
Molondro: Era un comentario «jocoso» y nada de lo que usted piensa – se refiere más bien a eso, a que un hombre «no católico» se siente incómodo ante algo tan primitivo. Disculpe si le he ofendido, no era la intención. Retiro el comentario si me lo van a malinterpretar porque detesto que me malinterpreten. Además, se ve que el comentario sobre españoles musulmanes no le ha gustado nada a determinado personajillo neo-nazi que suele espiar el foro. SÉ QUIÉN ERES.
Tranquilo Alfredo, no me ha ofendido. Yo no soy católico; como usted sabe, soy ateo.
También me molestan los actos «primitivos y ceremoniales» pero creo que el «hombre blanco» (sea o no católico) es tan dado a ellos como cualquier otro, en el terreno religioso, político o incluso deportivo.
Fíjese, por ejemplo, en los hooligans ingleses; reunidos en las gradas, con las caras pintadas de colores, gritando consignas y comportándose como un rebaño de energúmenos. Ceremonias más primitivas no creo que las haya…
Respecto a los españoles musulmanes, pues claro que cada vez hay más. Es uno de los efectos de la inmigración, pero muchos de ellos ya han nacido en España e incluso sus padres han nacido aquí. También es cierto que algunos de los casos de islamismo más extremista surgen en occidente como reacción (como algunos de los terroristas del WTC o de Londres o Madrid, que residían en estas ciudades). Sin embargo creo que el islam se moderará en los países occidentales en un futuro próximo, gracias a las nuevas generaciones de musulmanes europeos que son educados en convivencia con otras culturas y religiones.
Un saludo.
Buenas tardes, don Alfredo.
Muy interesante lo que dice usted sobre los cambios en el gobierno de Cameron, aun cuando no estoy de acuerdo con usted en varias cosas. Pero me gustaría pegar aquí un artículo escrito por Fernando Luengo hoy en Público.es, y con el que estoy de acuerdo al 100%, al igual que creo lo estarán algunos usuarios de esta web como Molondro y Pedro. Creo además que lo que dice es interesantísimo, y me apetece pegarlo aquí para ver si usted o algún otro neoliberal usuario de esta bitácora refuta lo que se dice en el mismo con sus propias opiniones:
Los desempleados no son culpables. (De Fernando Luengo, Profesor de Economía Aplicada en la Universidad Complutense de Madrid, investigador del Instituto Complutense de Estudios Internacionales)
“Recortamos las prestaciones por desempleo para estimular la búsqueda de empleo” Así se pronunciaba el presidente del gobierno el día que anunciaba el programa de recortes más drástico de las últimas décadas. Como leía un texto, suponemos que redactado a conciencia, es difícil imaginar que dicha afirmación se haya colado por descuido, o por error. Debemos suponer, en consecuencia, que ha sido deliberada y que se quería decir lo que se dijo.
En muchos de los manuales de economía laboral que se enseñan en nuestras universidades se sostiene una tesis parecida: Las personas en edad y dispuestas a trabajar (lo que los economistas llamamos población activa) se enfrentan al dilema de trabajar o permanecer ociosos. En la resolución de ese dilema ocuparía un lugar central la relación entre el salario percibido por desempeñar un trabajo, por un lado, y el nivel y duración de la prestación por desempleo, por otro lado. Cuanto más generosa sea ésta, menores serían los estímulos para buscar activamente un trabajo, de modo que los trabajadores se inclinarían por disfrutar de su ocio, eso sí, protegidos por la cobertura pública. Llevados por este razonamiento, la existencia de una relación inversa entre empleo y prestación, los economistas neoliberales con posiciones más extremas defienden que un adecuado sistema de estímulos es incompatible con la existencia misma de la prestación, por lo que debería ser suprimida. No podemos aceptar, sin embargo, este relato, por varias razones.
Empecemos por lo más evidente, que también es lo más urgente. La prestación por desempleo es un mecanismo anti cíclico que se activa en periodos de crisis económica. Esto quiere decir que, si existe el derecho a la prestación (derecho que, no lo olvidemos, se disfruta porque el trabajador ha cotizado a la Seguridad Social a lo largo de su vida laboral), la pérdida del empleo permite recibir una compensación monetaria, la cual, junto a otros rubros de gasto público, contribuye al mantenimiento de un determinado nivel de demanda agregada. En un contexto como el actual, caracterizado por una brusca y continuada caída de la misma, recortar el importe de la prestación (y más en general, entregarse a una política encaminada a reducir de manera drástica el gasto público como la que se está aplicando en la actualidad) supone cercenar aún más las posibilidades de recuperación económica.
Conviene aclarar (¡¡tener que aclarar esto, a estas alturas!!) que la responsabilidad del desempleo no es, con carácter general, de quien lo padece. La crisis económica ha destruido millones de puestos de trabajo, sin que las políticas aplicadas hasta el momento hayan creado las condiciones para recuperarlos; todo lo contrario, han agravado la situación. Y un problema que se superpone a este, y que acaso lo oculte, es que durante las últimas décadas, incluso en contextos de mayor crecimiento, las economías europeas no han sido capaces de absorber la oferta de fuerza de trabajo disponible. Añadamos que la calidad (la decencia, utilizando un término usado por la Organización Internacional del Trabajo), esto es, los salarios y los derechos laborales, han experimentado una merma continua en el conjunto de la Unión Europea, no sólo en los países del Sur.
Se supone, asimismo (aunque no se diga de manera explícita… por ahora), que la persona que está desempleada prefiere mantenerse en esta situación a desempeñar un trabajo. Su inclinación natural (reforzada por el estímulo perverso que representa la prestación) sería situarse fuera del sistema productivo. Se ignora así que el trabajo, además de proporcionar un salario con el que cubrir las necesidades, es una fuente de derechos individuales y colectivos y refuerza la autoestima; al contrario, el desempleo genera frustración, desconfianza y desmoralización, además de ser un factor de descualificación. Téngase en cuenta, por otro lado, que la supuesta comodidad de vivir de la “sopa boba” que supone la prestación omite (¿deliberadamente?) que su importe no ha dejado de reducirse con las sucesivas reformas laborales introducidas en los últimos años y que, transcurrido un periodo de tiempo (que también se ha recortado), el trabajador deja de recibirla, pasando a depender de las crecientemente precarias redes de asistencia social. Una cosa más, reducir la prestación por desempleo o el salario mínimo no crea puestos de trabajo, del mismo modo que tampoco los crean las políticas que no tienen otro objetivo que aminorar los costes de las empresas presionando sobre los salarios. En este sentido, diferentes estudios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (el club de referencia de la ortodoxia económica) ofrecen resultados muy dispares, en absoluto concluyentes e incluso opuestos a las tesis más liberales.
Conociendo (parcialmente, pues tan sólo emerge la punta del iceberg) las retribuciones que se auto asignan los directivos de las grandes corporaciones, las indemnizaciones que reciben cuando abandonan sus cargos (a menudo, tras enriquecerse llevando a sus empresas a una situación financiera límite o directamente a la quiebra), cuando se sabe que las grandes fortunas apenas tributan, cuando se acaba de amnistiar, a cambio de una mínima penalización, a los defraudadores… resulta obsceno y cínico, además de ineficaz, meter la tijera en la prestación por desempleo y pretender mejorar el balance ocupacional a través de este “estímulo”.
Reducir la prestación, en un contexto de desempleo masivo y de desequilibrio en las relaciones de poder, en beneficio del capital, sólo servirá para reducir todavía más los salarios, de los que tienen la suerte de trabajar, reduciendo asimismo la muy limitada capacidad de presión de las organizaciones sindicales. Si no hay suelo o éste se tambalea (porque se recorte el importe de la prestación o se rebaje el salario mínimo), las empresas jugarán, como ya lo están haciendo, la baza de los bajos salarios, perjudicando sobre todo a los colectivos más vulnerables.
La derecha política y los mercados, liberados de complejos y prevenciones, superadas todas las líneas rojas, arrumbados los muros de contención que aún quedaban en pie, ponen sobre la mesa su gran apuesta: someter los derechos sociales al escrutinio de los mercados. Esos mismos derechos por los que muchos hemos peleado, que tanto tienen que ver con la democracia, el ejercicio de la ciudadanía, la dignidad y el progreso.
Buenas tardes, don Alfredo,
Me gustaría conocer su opinión sobre lo que se dice en este artículo, con él que yo estoy de acuerdo al 100%, al igual que creo lo estarán algunos otros usuarios de esta bitácora como Molondro y Pedro:
http://blogs.publico.es/otrasmiradas/326/los-desempleados-no-son-culpables/
Muy de acuerdo con lo que dice usted aquí, Alfredo:
«Francisco: Lo del toreo es muy buen ejemplo de un desarrollo positivo – cada vez somos más los “anti”-taurinos y ojalá pronto esa tortura sea reliquia de un pasado muy negro y primitivo».
Aunque parece que vamos hacia atrás, como los cangrejos:
http://news.yahoo.com/bullfights-back-spanish-public-tv-ban-131522162–spt.html
Dice Molondro:
«Sin embargo creo que el islam se moderará en los países occidentales en un futuro próximo, gracias a las nuevas generaciones de musulmanes europeos que son educados en convivencia con otras culturas y religiones».
Veamos, Molondro, yo creo que esta moderación sólo tendrá lugar cuando el racismo, la xenofobia y la discriminación sean algo muy residual, cosa que ahora mismo no ocurre, y cuando no haya ya nadie, o casi nadie, que tache a todos los musulmanes de terroristas.
Peter,
por lo que a mi respecta, estoy de acuerdo con el artículo que ha enlazado.
Hay una cuestión que parece que normalmente se olvida (aunque este artículo la menciona): la prestación por desempleo no es un «regalo» que el estado otorga generosamente a los parados. La prestación por desempleo YA LA HAN PAGADO ANTES los beneficiarios que la cobran, cotizando cuando tenían trabajo.
Recortar esa prestación me parece, no ya solo contraproducente, sino directamente un robo a los trabajadores. Y hacerlo con la excusa de estimular la búsqueda de empleo es una muestra de cinismo sin límites.
Sobre los musulmanes, bueno, ya se verá. Está claro que el racismo y la discriminación contribuyen a su radicalización, como usted dice. Mi esperanza es que avancemos hacia un modelo de convivencia, no de conflicto.
Saludos.
Molondro:
Ah vale, ya estoy más tranquilo entonces, porque si hay algo que debemos evitar aquí si se puede cumplir con el reto es intentar no ofender gratuitamente. Es un reto que me he impuesto y creo que mejora la calidad de los hilos.
«Fíjese, por ejemplo, en los hooligans ingleses; reunidos en las gradas, con las caras pintadas de colores, gritando consignas y comportándose como un rebaño de energúmenos. Ceremonias más primitivas no creo que las haya…»
No creo que eso sea una ceremonia, molondro – eso más bien yo diría es un acto humano normal – solidaridad grupal, pero no tiene nada que ver la solidaridad de grupo con un acto ceremonial porque éste se guía por el espíritu religioso y el primero por un instinto más bien carnal. Ojo, no me gusta tampoco ninguna manifestación de «hooligan», sean españoles o británicos, pero no confundamos las cosas.
«También es cierto que algunos de los casos de islamismo más extremista surgen en occidente como reacción (como algunos de los terroristas del WTC o de Londres o Madrid, que residían en estas ciudades).»
Estoy completamente de acuerdo con usted aquí, molondro.
«Sin embargo creo que el islam se moderará en los países occidentales en un futuro próximo, gracias a las nuevas generaciones de musulmanes europeos que son educados en convivencia con otras culturas y religiones»
Estoy preparando un artículo sobre esto, igual es posible que estemos de acuerdo en esta cuestión espinosa que inquieta a mucha gente.
@Peter Foran:
Acabo de leer el artículo y mi parecer sigue siendo por supuesto, el mismo: nadie en su sano juicio está a favor de echarle la «culpa» a los parados y creo que es un debate rebuscado. Creo que el artículo peca de muchos «clichés» como en el tema de los derechos «sociales sometidos al mercado». Sencillamente, no podemos pagar por todos los «derechos» y si un derecho cuesta dinero a terceros, ya no es un derecho realmente – un derecho no debe costar dinero a terceros, porque si no es así, es más bien una imposición política a cambio de votos. Tenemos que alejarnos de este modelo actual en el que el Estado tiene que darnos todo tipo de cosas.
Ahora bien, yo no estoy a favor de eliminar los subsidios por el desempleo y creo que el gobierno español debería ser mucho más cauteloso con ese tema- por un lado, manteniendo dentro de lo que más se pueda, la paga de los 400 euros e incluso aumentarla para familias con hijos menores de edad, sean españoles o no. Por otro lado, el Estado sí podría invertir algo para construir bloques de viviendas baratas para esas personas, a las afueras de las ciudades hay mucho espacio.
Saludos
«Juaquín Vigo»:
A ver , pequeña basura que no llega al nivel de «troll» .
Difícilmente puedo tener sangre cuarterona , cuando ningún familiar mío procede de Iberoamérica .
¿Que me mire al espejo , dices? .¿Que «me mioren la jeta? .Ni tú me conoces a mí , ni yo te conozco a ti , semoviente asqueroso . Sí , ya sé que cuando tú te miras al espejo sólo ves a un enano renegrido y con el pelo ensortijado ,para tu desgracia . Si eres más feliz pensando que los demás son como tú , pues que te sea leve….
pobrecillo…
«En Galiza a mas en Pontevedra hay mucho descendiente de indiano mezclado con india de turno»
Cualquiera que conozca galicia , sabe que esto es sencillamente falso . estos cruces fueron rarísimos en la emigración gallega , puesto que el gallego , junto con el vasco y el valenciano , es el español más refractario a mezclarse con ethnics . No en vano el nordicista madison Grant tenía en gran estima a los gallegos .
Todavía tiene más gracia que una afirmación tan ridícula la haga alguien oriundo de la polvorienta y moranganizada meseta . JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA .
Fíjese lo que decía Grant, Sigfrido – muy al pesar de los castellanos que en su mayoría tienen mucha influencia genética norteafricana:
«A certain amount of Nordic blood still persists to-day in northern Spain, especially in Galicia and along the Pyrenees, as well as generally among the upper classes».
Sigue siendo así – obviamente. Grant además subraya que fue precisamente el elemento «ibérico» lo que degradó a España posteriormente, a partir del siglo XVII. ¿Y dónde más predomina el ibérico? EN CASTILLA + Andalucía + Extremadura.
Lo diré siempre – el peor enemigo de España es ser hispana-ibérica.