Injusticias que preocupan

Señores: Interrumpo la serie sobre los próximos pasos para hablar sobre un tema del que quería comentar desde hace muchísimo tiempo pero hoy, que tengo más tiempo, he podido finalmente enfocarlo y ya quiero «salir del tema» pendiente.

Primero, vamos a los hechos: Se trata del asesinato del turista mormón Brian Watkins, raza blanca, 22 años de edad, año 1990, en la ciudad de Nueva York.

Watkins esperaba un tren en el andén del metro nuyorquino junto a sus padres, hermano y cuñada cuando fueron atacados por un grupo de 6 u 8 jóvenes, todos de raza negra o latinoamericana de origen, el día 2 de septiembre de 1990. Durante un forcejeo en el que su padre fue víctima de un navajazo con un «cutter», y su madre fue pateada en la cara, el hijo Brian Watkins intentó intervenir y fue apuñalado en el pecho, provocando así su muerte definitiva. Ciertamente, un incidente muy grave y bastante habitual en el Nueva York de aquellos años peligrosos. Nueva York, hasta mediados de los 90, era una de las ciudades más peligrosas del mundo. El año 1990 fue uno de los más sangrientos en la historia de Nueva York (aunque tampoco hay que olvidar que el Madrid de aquella época también era notablemente más peligroso que el de ahora).

Como todos mis lectores saben, cada vez que se produce un asesinato de este tipo, sobre todo si la víctima tiene dinero o es «un chico de buena familia» y blanco, la presión política para imputar y sentenciar es insoportable.

En este incidente, y tras la furia periodística exigiendo medidas drásticas contra la delincuencia, no pasaron ni 24 horas cuando ya imputaron a ocho sospechosos. Todos, exceptuando a uno, grabaron sus confesiones en vídeo. El único que no lo hizo quedó libre. Los demás fueron sentenciados entre 25 años de prisión y cadena perpetua. De los siete condenados, hay uno que muy posiblemente, dados los indicios, es inocente. Hoy quiero hablar de él, de Juan (Johnny) Hincapie.

Hincapie sostiene que fue golpeado, engañado y coaccionado por los detectives para reconocer que había jugado un papel menor (el de robo) con la promesa de que no ingresaría en prisión y que le llevarían a casa al día siguiente si seguía esas instrucciones.

Hincapie ha pasado ya casi la mitad de su vida en prisión y a pesar de que se acerca la fecha de que le dejen salir por buena conducta, la ley exige que reconozca el delito. Él no lo va a reconocer, no reconocerá algo que no hizo y prefiere pasarse toda la vida en prisión por ser honesto.

El contexto:

En la noche del 2 de septiembre de 1990, Hincapie y un grupo de sus amigos, en camino a una discoteca, llegaron a la estación de Metro en Manhattan (Nueva York), de la calle 53 y la Séptima Avenida. Ni él ni el resto de los imputados tenían suficiente dinero para ser admitidos a la discoteca, así que se separaron del grupo grande y buscaban cometer un delito de robo en el metro para conseguir dinero. La familia Watkins había visto a un grupo de jóvenes no-blancos y bulliciosos bajando las escaleras al metro. Un nuyorquino o cualquier ciudadano «urbanita» acostumbrado a este tipo de pandillas habría pensado dos veces antes de bajar al metro con esa pandilla. Pero, la familia Watkins era incauta y decidieron bajar al Metro sin inmutarse por la presencia de estos pandilleros. Los chicos, nada más ver a la familia Watkins, decidieron atacarles para robarles el dinero que portaban. Pudieron robarle 150 dólares al padre de Brian Watkins (después de haber apuñalado a Brian). Cuando los detectives interrogaron a Johnny Hincapie, éste decidió (al ser coaccionado), no hacer uso de sus derechos procesales – en EEUU estos se conocen como los derechos Miranda. Hincapie firmó y confesó una detallada participación en el robo. Su confesión también fue grabada en vídeo. En el juicio contra él, intentó introducir la confesión en vídeo de su amigo Ricardo López. En ese vídeo, López dijo lo siguiente: «Johnny y Kevin se fueron [se fueron del grupo que iba a cometer el robo]». López luego repitió que «los dos» se habían ido. López no pudo declarar en el juicio de Hincapie y el Juez Torres excluyó esa prueba como «testimonio de oídas».

Independientemente de su responsabilidad en esos delitos, está claro que constitucionalmente, se le violaron varios derechos procesales – incluidos los de la VI Enmienda que dice así:

«En toda causa criminal, el acusado gozará del derecho de ser juzgado rápidamente y en público por un jurado imparcial del distrito y Estado en que el delito se haya cometido, Distrito que deberá haber sido determinado previamente por la ley; así como de que se le haga saber la naturaleza y causa de la acusación, de que se le caree con los testigos que depongan en su contra, de que se obligue a comparecer a los testigos que le favorezcan y de contar con la ayuda de un abogado que lo defienda».

Al excluirse del juicio el vídeo de López, en el que se confiesa que Hincapie no tuvo mucho que ver con el robo, se produce indefensión.

Ojo, que nadie se llame al engaño – no estoy diciendo que esto sea ilegal. Por mucho que algunos liberales en España sueñen con EEUU, y piensen que aquello es un «paraíso liberal», lo cierto es que en EEUU, la policía tiene permiso legal para engañar a un sospechoso e incluso hacerle promesas falsas para obtener una confesión. Los tribunales, incluido el Tribunal Supremo de EEUU, han expresado que no les gusta la práctica, pero que mientras la policía no use la fuerza física o la tortura, puede engañar a los reos. El uso de la mentira por parte de la policía en este caso y en otros, reduce las garantías constitucionales y da un poder extraordinario al estado, sobre todo teniendo en cuenta el perfil socioeconómico de gente como Johnny Hincapie. Independientemente de su participación en el delito, ¿alguien de verdad piensa en serio que este joven tenía el conocimiento o el dinero en aquella época como para hacerle frente a los detectives? No todo lo que sea legal es necesariamente justo y este es un ejemplo.

En este caso Watkins, varios detectives declararon sobre cómo lograron detener a los imputados – los llevaron a la comisaría y les interrogaron sin detenerles (de esta forma, usando este truco, no tuvieron que leerles sus derechos Miranda, al no estar oficialmente detenidos). Sólamente después de tener una certeza más que razonable de que los sospechosos iban a declarar lo que quería la policía, se procedía a su detención y se les volvía a interrogar – esta vez delante de una cámara de vídeo.

Cuando los detectives llegaron a la casa de uno de los sospechosos, un tal Fernández, le dijeron a su familia que estaban investigando sobre un coche robado. Mintieron, según ellos, para que la familia del sospechoso no se preocupara sobre una acusación de asesinato. Lo cierto es que mintieron para impedir que la familia llamara a un abogado, así violando la Sexta Enmienda de forma descarada.

Durante el juicio contra Hincapie, uno de los detectives que había interrogado al guatemalteco Montero y al colombiano Hincapie fue interrogado por un abogado defensor sobre su relación con Montero (este guatemalteco sí confesó haber apuñalado a Brian Watkins):

P: ¿Recuerdas que durante tu interrogatorio a Montero él te dijo «véte a tomar por el culo»?

R: Sí, eso fue cuando le estábamos llevando detenido a comisaría.

P: ¿Y qué le dijiste a Montero después de que te haya dicho eso?

R: Le dije, «Si quieres, sabes, vuelve en otro momento y podrás hacer una declaración. Si quieres decirnos qué pasó, déjanoslo saber».

La idea de que la policía nuyorquina diga algo tan «light» y amistoso a un joven de origen latinoamericano, pobre, que encima les haya insultado así es absolutamente risible y esperpéntico que se admita la declaración en un juicio. Hay que tener una imaginación ilimitada y elástica para creer la versión policial. Sin embargo, el abogado defensor lo dejó así.

Casi nadie cuestionó ni las declaraciones ni los métodos de los detectives y en las raras veces que lo hacían, el Juez Torres no lo permitía o les decía que modificaran su pregunta. Obviamente, el jurado declaró que todos eran culpables – se tardaron solamente cinco horas para tomar esa decisión. Todos fueron condenados por asesinato por robo.

Recursos

Después de la sentencia, los padres (gente pobre) de Hincapie pagaron una buena cantidad de dinero para presentar recursos, sin éxito. Ninguno de esos recursos ha presentado la pregunta principal en todo esto: si su confesión fue fruto de la coacción policial. Una de las abogadas estaba tan convencida de la injustica, que decidió trabajar de gratis para la familia de Hincapie. Sin embargo, la ciudad de Nueva York, en vez de darle el caso a un investigador ajeno e imparcial, volvió a presentárselo al mismo FISCAL que había perseguido a Hincapie en 1991. LÓGICAMENTE, el fiscal no vio ninguna irregularidad en un caso que él mismo llevó a juicio.

Sea como sea, creo que dejando de lado que Brian Watkins murió apuñalado, los que de verdad han perdido en este caso han sido los imputados – la familia de Watkins quiso incluso ganar millones de dólares en una demanda contra la ciudad de Nueva York por la inseguridad aunque finalmente tuvieron que aceptar, forzosamente por los tribunales, 300.000 dólares durante la alcaldía de Giuliani.

Deberíamos estar preocupados por situaciones de indefensión como estas, ya que al margen del delito que estos jóvenes hayan podido cometer, mucho más preocupante nos debe resultar el método empleado contra ellos y que una persona ha pasado ya casi 25 años de su vida en prisión por una confesión que fue, casi con absoluta certeza, fruto de la coacción. En un juego, las normas son importantes y a pesar de que sé que muchos lectores quisieran ver este resultado o piensan «que se pudra el hijo de puta ese», yo no voy a entrar en ese populismo barato y desde ahora declaro que todos deberíamos defender el caso de Johnny Hincapie. Mañana, podrías ser tú e igual no te gustaría las llamadas al linchamiento gratuito.

11 comentarios

  1. capitalsmoke · ·

    Hola:

    La verdad es que todos los sentenciados fueron «puteados» por el proceso penal ya que lo único que buscaba la «Justicia» de Nueva York era condenar a un montón de gente para que parezca que estaban haciendo su trabajo. Como resultado, de ese grupo de sentenciados, igual 2 o 3 sí participaron en el apuñalamiento aunque tampoco se merecieron ese trato. El chico que reconoció apuñalar a Watkins sigue en prisión a pesar de que por lo general y salvo ese incidente no tenía antecedentes penales y se vio arrastrado por el grupo.

    Sí que me ha sorprendido lo de que la policía en Estados Unidos puede engañar para obtener una confesión. Considero que eso es algo tan negativo que me quedo de piedra pensar que eso se permite allí.

    Saludos

  2. Alfredo · ·

    Capitalsmoke: Efectivamente, «justicia» se busca muy poco hoy en día. Los medios de comunicación se centraron en estos individuos porque evidentemente es mucho más lucrativo vender el titular de que una manada de negros y latinos se «abalanzan» sobre una familia «honrada y blanca» pero nadie habla de las decenas de casos de atropellos perpetrados por el gobierno contra el pobre pringao que paga impuestos y piensa que vive en un país libre.

    Hay cosas que venden más que otras. Es como el tópico de que el «español» siempre llega tarde o no es serio. Pues mira por donde, hoy había quedado yo con un inglés para un tema de negocios y el hijo de puta no me avisó que no podía llegar (tuvo que ser su secretario el que me lo dijera, y claro, perdí el viaje y 8 euros en comida, por comer fuera de mi casa al tener que desplazarme). Los ingleses son tan poco serios como los españoles (peor casi, porque se las dan de más serios y «civilizados) pero tiene mucho más morbo decir que los españoles somos perezosos y poco honrados. Lo más gracioso del caso es que su asistente me dijo «ah es que él no tenía tu número». ¿Y cómo fue que me llamó el viernes entonces? Muy poco profesional y nada fiable.

    Volviendo al tema principal, como cada vez hay menos libertad y menos democracia, es normal que se den casos como estos donde se produce la indefensión absoluta. La gente mayor siempre decía lo de «hay que ser amigo de la policía» pero lo cierto es que la policía hoy en día es casi igual de macarra que los propios delincuentes. No hay más que ver a la Policía Municipal de Madrid para ver las prendas conduciendo coche patrullas…

  3. El Moli de Getafe · ·

    ¿ Es usted de los que definen aquellos tiempos como los de «La Dictadura de Giuliani» ?

    No estoy muy de acuerdo con el espíritu de su escrito, yo sería más de los que piensan «que se pudra el hijo de puta ese», pero sí que últimamente estoy bastante sensible con respecto a la actuación «macarra» de la policía y de otros funcionarios del «más «Estado ladrón» que nunca».

    No, no me gustan nada esas campañas tan publicitadas de control en las carreteras, ni que a mi negocio acudan más de lo que era habitual antes de la crisis con un declarado interés por encontrar faltas e imponer multas, ni que a mi esposa la paren por la calle y la pregunten de donde viene y a donde va si regresa de madrugada a casa ( casualmente volvía tras haber estado reunida con Soler, es decir, con el político del que esos agentes aquí en Getafe dependen ).

    No, no soy sospechoso, en el pasado he tenido una estrecha relación con el que hasta hace poco era el responsable político de la Policía Municipal de Madrid, y aún hoy me mantengo atento e intento seguir de cerca el gobierno «pepero» de mi Getafe, pero por eso mismo no me siento muy a gusto con lo que yo llamo «complejo de Torrente».

  4. Alfredo · ·

    Moli:

    Buena pregunta me hace – sí, soy de los que piensan que aquella época de a partir de los mediados de los 90 hasta ahora (peor incluso ahora) fueron «dictatoriales» por Giuliani. Había cosas de Giuliani que me gustaba – por ejemplo, fue mucho más duro contra el tráfico de drogas y el consumo de las drogas en la vía pública y me gustó muchísimo lo que hizo con los Parques de NY.

    Giuliani, digamos, «limpió» aquello bastante pero a un precio terrible para la libertad. Tanto así, que hoy en día Nueva York es una de las ciudades menos libres del mundo. Yo lo notaba cuando salía de aquella ciudad e iba a una ciudad más conservadora como las del sur – en el sur profundo de USA, que tan «mala fama» tiene entre algunos personajes, se podía hacer muchas más cosas sin problemas que en la «progre» Nueva York.

    En el tema fiscal Giuliani también fue mejor – reducía impuestos.

    Su segundo párrafo es muy revelador, Moli, y es algo que estoy notando cada vez más. He notado que los inspectores ahora visitan más los comercios con el único objetivo de poner multas frívolas y el centro de Madrid está lleno de policías – parece una ciudad ocupada y francamente, como hombre libre, estoy muy incómodo con tanta presencia policial que es innecesaria y puesta ahí para «intimidar».

    Los que amamos la libertad nos estamos cansando más y más de estos abusos. Un día, la cosa tendrá que estallar.

  5. No quiero salirme del hilo, pero me gustaría que leyeseis este artículo de Joschka Fischer, ex-ministro de exteriores alemán de los verdes, que es la primera voz sensata que que oigo proveniente de Alemania.

    http://elpais.com/elpais/2012/07/06/opinion/1341598034_311235.html

    Parece que alguien comienza a decir, dentro de ese país, que la locura Merkeliana está arrasando Europa. Ojo a la comparativa que hace entre el viraje nacionalista actual y el de los años 30 en Alemania.

    Saludos,

  6. Alfredo · ·

    Pedro:

    Curiosamente ayer, una señora muy mayor dijo: «Me preocupa lo que veo. La Guerra Civil española comenzó en Asturias». Se refería obviamente a que lo de los mineros le ha hecho recordar todo eso y que lo que está haciendo Alemania con Merkel es absolutamente peligroso. Técnicamente, la G.C. empezó en Marruecos con el alzamiento de Franco, pero no hay que negar que el clima social estalló por la zona de Asturias primero.

  7. Yo no creo que la guerra civil comenzase en Asturias. Es cierto que era la zona con más conflictividad social pero Asturias no tiene capacidad para generar una guerra a nivel peninsular. La guerra civil comenzó por multitud de razones políticas, religiosas y regionales que sería muy largo relatar.

    Fíjate en lo de los mineros y como la gente ha salido a la calle a recibirlos. Tengo la sensación de que mucha gente piensa «Estos tienen los «cojones» que los demás no tenemos», y por eso salen a apoyarlos.
    Tú y yo estamos de acuerdo en que en España hay una rabia contenida de rebelión social. No ha llegado a cuajar y tan solo ha dado un par de ramalazos (15M, primavera Valenciana), pero el fondo está ahí y cualquier cosa puede catalizar este descontento masivo. Mira los recortes de hace media hora, IVA al 21%, descenso del 7% del sueldo de los funcionarios públicos (porque quitar una paga extra es sencillamente eso)…
    Yo estoy a la espera de ese catalizador de la rebelíon (parcial) social. Y francamente no creo que tardemos mucho en verla, aunque de ahí a la guerra civil hay un trecho.

    Saludos,

  8. Sí, muchísima gente comenta eso de que «los mineros son los que tienen los cojones» para plantar cara – a diferencia de lo que ocurrió en el Reino Unido de 1984, en el que no disfrutaron de mucho apoyo, aquí se les está apoyando bastante a nivel de calle porque existe la sensación, correcta, de que el país ya está intervenido y no hay democracia.

    Eso sí, lamento decirte algo porque sé que a ti te duele bastante: El Estado del Bienestar español ha muerto hoy.

  9. Bueno, la preparación del entierro del estado del bienestar se comenzó en los 90, se contrató el sepelio en 2010 y, hoy, vamos camino del tanatorio. No es nada nuevo ni nada que no fuese previsible en la lógica de los acontecimientos.

    Pero nada es definitivo en la vida. El estado del bienestar es un «medio» pero que persigue un fin, que es la justicia social y la repartición económica de un progreso del que (casi) todos somos partícipes. El estado del bienestar morirá, pero estas reivindicaciones no, así que las cosas evolucionarán por nuevas vías y nuevos caminos para dar un cauce y un sistema a estos valores sociales.
    Y mejor para todos que sea así, porque como se quiera condenar a las poblaciones a desigualdades brutales y al sometimiento a la dictadura de agentes económicos apátridas volveremos a una época de negación del estado liberal en alguna de sus formas extremas. Y esto no le preocupará al capital apátrida pero sí debería preocupar el capital productivo nacional que está en el mismo barco que estamos todos.

  10. Alexander · ·

    Pedro:

    «El estado del bienestar es un “medio” pero que persigue un fin, que es la justicia social y la repartición económica de un progreso del que (casi) todos somos partícipes. El estado del bienestar morirá, pero estas reivindicaciones no, así que las cosas evolucionarán por nuevas vías y nuevos caminos para dar un cauce y un sistema a estos valores sociales.»

    Yo no lo veo de esa forma «romántica». Lo veo más bien como un gasto que algunas naciones pueden darse el lujo de tomar. Si las condiciones cambian, como cuando los gastos superan a los ingresos, se tendrá que prescindir de él. No sé porqué hay gente que ve esa lógica tan simple como una «lucha de clases», «destrucción de las conquistas sociales», y otras mamadas parecidas, como si el dinero fuera un derecho como la preservación de la vida, que el dinero crece en los árboles, o cosas parecidas Tampoco creo que esos días no regresarán, ya que un aumento de la productividad podría hacer que los cuidados a la salud y otros gastos sean tan baratos como esas campañas de vacunación masivas (el ejemplo es extremo, pero da una idea mejor del asunto).

  11. Alexander,

    Creo que debes de verlo desde un punto de vista más amplio. El estado del bienestar es (o era) un parche o un paliativo que intenta solucionar una deficiente distribución de la renta y en definitiva de la riqueza. La riqueza se crea mediante una cadena productiva en la que están emprendedores, propietarios del capital, trabajadores y consumidores. Todos ellos tienen un papel y reciben algo de este proceso. El problema es el mercado no distribuye justamente los beneficios de esta creación de riqueza y hoy esta distribución está muy escorada hacia los propietarios del capital, como antaño lo estaba a los empresarios (que antaño solían ser propietarios del capital también más que ahora).
    Si la distribución primaria de beneficios y riqueza fuese justa y óptima el estado del bienestar no sería necesario, pero se convierte en necesario al no existir esta justificia y al existir posiciones de fuerza entre los distintos actores que provocan acaparamiento injustificado e ilógico.

    Una nación tiene un PIB per cápita determinado. El de España es algo más de 30.000 dólares anuales, y ese es el nivel de riqueza que hay que redistribuir paricalmente para corregir lo comentado.
    No se trata de permitirse «un lujo» eso es una falacia, hay que basarse en la riqueza producida para proceder a un reparto más justo de la misma.
    ¿Que los gastos superan a los ingresos? Claro, pero eso pasa porque no hay ingresos suficientes y porque no se ingresa coherentemente. Mientras las rentas del trabajo y las cotizaciones sociales están sobrecargadas hay sectores enteros que viven con cargas fiscales bajísimas. Mientras un ciudadano medio paga el 21% de las mínimas rentas bancarias que recibe, un 20% de IRPF, un 21% de IVA sobre lo que consume, un 6,5% en cotizaciones sociales (o sea, mientras le estiran por todas partes) hay otros que tienen dinero en paraísos fiscales, que hacen operaciones especulativas por las que pagan una miseria, que tienen sociedades fantamas que les sirven para pagar muchos menos impuestos…¿Es esto justo? No, este es el problema de la supuesta insostenibilidad.

    Aquí no se trata de hacer planteamientos románticos. No vamos a pedir un apartamento en la playa para todo el mundo ni servicios insostenibles, pero sí tenemos y debemos pedir cosas lógicas dentro del nivel de riqueza que genera el país.
    Y en un país como el nuestro con 30.000 dólares de renta per cápita lo mínimo es pedir unos sueldos dignos por generar parte de sta riqueza, una protección ante el desempleo decente, una sanidad y una educación de buen nivel (sobre todo porque repercute directamente en el bienestar económico de la siguiente generación) y unos servicios que, si hasta ahora eran sostenibles (porque lo eran), lo tienen que seguir siendo por eso y porque el nivel de riqueza del país así lo dice.

    Espero haberme explicado bien.

    Saludos,

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