Alfredo, en la Guerra Civil española, ¿qué postura, o en qué bando estaban sus antepasados?
Yo creo que en toda familia española, en un país muy individualista en lo que a cuestiones políticas se refiere, se puede decir que todos teníamos dos facciones dentro de nuestras familias. Algunos de mis ancestros lucharon (por convicción absoluta), contra la República (aunque eso no supone que apoyaran a Franco). Otros eran sindicalistas profesionales, con posiciones bastante destacadas en el bando «rojo». De hecho, uno de mis ancestros fue fusilado por Franco, en Galicia, debido a sus actividades antifascistas y a favor de la libertad.
¿Y esa guerra española ha tenido alguna influencia sobre sus ideas políticas? Quiero decir, ¿ha influido el hecho de que algunos de sus ancestros fueron víctimas del fascismo católico a la hora de usted ser anti-católico?
Bueno, en primer lugar, hablar de «anti-católico» de mi parte no es correcto. Es mejor hablar de ser contrario a lo que emana del catolicismo, sobre todo el actual (y el anterior, pero en otro sentido). Creo que a todos los hombres nos influye algo sobre las guerras, pero no solo la española. A la mayoría de los hombres nos gusta leer sobre las guerras históricas. Es algo con lo que nos identificamos. A muchos nos gusta las películas del oeste estadounidense, con los puñetazos en la barra, arrojar botellas al enemigo, etc. Los chicos somos muy adictos a la guerra y a la violencia, salvo que se trate de chicos muy particulares, especiales o con intereses femeninos. No ha influido en mis ideas respecto a la historia o política española. La Guerra Civil española simplemente creo que es uno de los efectos de la hispanidad posterior al afrancesamiento desgraciado del país y no algo que deba ser referencia política ni mucho menos.
Muchos se preguntan que, a pesar de todos los avances liberales en su proyecto, ¿por qué sigue usted defendiendo la pena de muerte?
Nosotros aquí respetamos a las personas que por motivos religiosos, humanitaristas o personales se oponen a la pena capital. Pero, que sepan que aquí (yo en particular en este caso), aborrecemos más el delito grave y la protección de ciertos bienes jurídicos que nos tenemos que ver obligados a defender la pena capital para determinados individuos. También es verdad que la mayoría de personas ejecutadas en países como EEUU suelen ser de la raza negra o mestiza. No es algo que ignoremos aquí. De hecho, este dato es algo que ha preocupado a mis más fieles lectores. No son pocos los que me escriben correos diciéndome: «Alfredo, el problema con la pena de muerte es que se aplica injustamente». Creo que la pena de muerte se debe aplicar mucho más frecuentemente y más justamente – no es algo que a mí me de «placer» decir, pero poca gente entiende que la pena capital es la pena más humanitaria que existe para un individuo si se trata de elegir entre ejecutarle y encerrarle toda una vida en prisión. Yo no quiero vivir en un país donde la gente se «pudra en prisión» durante toda su vida. Eso ni es democrático, ni es humanitario, ni es liberal, ni es aceptable bajo ninguna óptica. Hay personas que de verdad destruirían este país y matarían a millones de gente inocente. Para su bien y para el nuestro, no nos quedaría más remedio que aplicar la pena máxima, que sería la capital.
¿Usted sabe la cantidad de veces que mis lectores me han escrito diciéndome que no serían capaces de ejecutar a un individuo? ¿Se da cuenta usted de que aquí la mayoría siente repugnancia ante una situación así? Pero hay que mantenerse realistas y ver que en un sistema democrático, la gente no toleraría que ciertas personas, como los terroristas de Al Qaeda, salgan de rositas.
Pero, todo esto ha sido un auténtico dolor de cabeza aquí. ¿Se imagina usted que tuviésemos un Consejo de Estado? Sería complicadísimo ejecutar una orden de ejecución, a la vista de que mis lectores son tan liberales y humanitarios con estos temas.
¿A qué viene todo esto? Que esa es otra diferencia entre nosotros y los «liberales» de sitios como Red Liberal y el Instituto Juan de Mariana. En esos sitios, no me cabe duda que hay gente que disfrutan de la muerte, de la destrucción y de ejecutar a personas que no encajan con sus visiones anarquistas.
A veces tenemos que elegir en un dilema – proteger a millones de personas y ejecutar a secuestradores, terroristas y enemigos de nuestro país, o ser demasiado exquisitos. Le recuerdo que la pena de muerte que yo defiendo es una pena que sería legalmente establecida.
Tiene gracia que algunos socialistas, defensores de asesinatos extrajudiciales como lo que pasaba con el GAL, ahora hablen de que yo soy un «defensor de la pena de muerte» como si fuera un escándalo. Al menos bajo el sistema que yo defiendo, no se ejecutaría jamás a nadie de forma extrajudicial.
¿Cree usted que un pueblo digno se debe quedar con los brazos cruzados? Cuando se trata de proteger la seguridad de un pueblo noble, decididos a luchar hasta el final por un sistema más liberal y mas próspero, en detener a enemigos del país, la pena capital es imprescindible. A veces es necesario aplicar castigos severos, como a los terroristas islámicos que operan con impunidad, deben ser sancionados por los tribunales, de acuerdo con leyes previas, a la pena de muerte.
Usted habla mucho de Alemania y sus abusos contra España y Grecia. ¿No cree usted, siendo tan liberal y monetarista, que Merkel tiene razón cuando defiende la austeridad y la disciplina fiscal? No entiendo por qué eso es «malo» cuando lo dice Merkel, y bueno si lo dice usted.
Lo que me inquieta cada vez más es esta actitud que prescinde totalmente de la democracia y de lo democrático. Se ha proclamado muchas veces esto de «España no es un país serio, Alemania sí y tiene que dirigirnos». ¿Cómo vamos a alcanzar la austeridad si esta es impuesta y así abandonando los más elementales principios de lo que es democrático y liberal realmente? ¿Por qué las llamadas «reformas financieras», tienen que marchar en el sentido que impone Alemania? Yo no quiero que aquí se imponga un liberalismo, en mi patria, a golpe de ejército alemán – el liberalismo en España, si lo habrá alguna vez, se tendrá que forjar por la propia voluntad de los pueblos que componen España, en heroica lucha ideológica, en soberanía y con independencia de lo que apetezca en los pasillos de la canciller alemana.
Hola,
– Generalmente los protestantes estuvieron al lado del gobierno de la república durante la guerra civil (igual que los judíos). ¿Ambas ramas de tu familia eran de confesiones protestantes, Alfredo?
Es bastante cierto que la mayoría de personas tenemos antepasados en ambos bandos. Yo también tenía un abuelo en el ejército sublevado (era guardia de asalto y estaba en Oviedo, que fue ciudad sublevada) y otro que fue llamado a filas por el ejército de la república (vivía en Barcelona y acabó cruzando la frontera y estando durante unas semanas en los campos de concentración del sur de Francia). La guerra, además, produjo consecuencias traumáticas en mi familia porque uno de los hijos de mi abuelo que luchó en el ejército franquista murió a causa del hambre y el deterioro de las condiciones sanitarias en la contienda.
– Ya conocéis mi postura contraria a la pena de muerte, pero llevando el argumento al extremo como ha hecho Alfredo diría que podría considerar como adecuada la eliminación física de alguien en el caso de no haber alternativa (es decir, de no poder ser encerrado). Aunque obviamente esto no aplica en un momento de paz en un estado democrático.
– Celebro la postura expresada en la última respuesta. Si echamos la vista atrás veremos como esta contradicción entre estar de acuerdo con algo y estar en contra de que sea impuesto desde fuera ha sido algo habitual en la historia.
Los propios liberales en la guerra de independencia española estuvieron ante esta contradicción, y prefirieron apoyar la causa patriota. También ha sido algo habitual en el mundo comunista (muchos comunistas se revelaron contra las imposiciones de Moscú) y en muchos países que se han opuesto a la imposición de una superpotencia.
Saludos,
Hola Pedro:
«Generalmente los protestantes estuvieron al lado del gobierno de la república durante la guerra civil (igual que los judíos). ¿Ambas ramas de tu familia eran de confesiones protestantes, Alfredo?»
No – siempre ha habido un lado/bando completamente «ateo» o en todo caso agnóstico – y al margen de eso, tenían cierta simpatía por el falangismo (que no hacia el General Franco necesariamente). Si lees las obras de Onésimo Redondo por ejemplo, entre otros autores, hay mucha «carne» interesante en esos textos, aunque sean anatema para cualquier concepto liberal del mundo.
Sabía que te iba a interesar este tema porque sé que estudias mucho el tema y en cierto modo te «afecta» (o eso pienso), más que a mí.
«Ya conocéis mi postura contraria a la pena de muerte, pero llevando el argumento al extremo como ha hecho Alfredo diría que podría considerar como adecuada la eliminación física de alguien en el caso de no haber alternativa (es decir, de no poder ser encerrado). Aunque obviamente esto no aplica en un momento de paz en un estado democrático».
Este dilema es uno de los principales, ya que hay situaciones de «riesgo» o anormalidad que requieren la eliminación física de una persona. Pero fíjate si yo soy cuidadoso con el tema de la pena capital – más cuidadoso que cualquiera de los que dicen estar en contra de forma fanática, que aún en esas circunstancias, apelo por la vía judicial – y por supuesto la via judicial también tiene que preveer situaciones de conflicto extremo en el cual el Jefe de Estado tiene que dar una orden para hundir una embarcación o derribar un avión enemigo. Son situaciones muy extremas que probablemente ni tú ni yo veremos, pero nunca se sabe hasta qué punto puede llegar una situación de riesgo en nuestro país en algún futuro.
Pero, insisto – mis lectores – tú incluido – son tan cuidadosos, que por eso me asombra todavía ver como hay ciertas personas que insinúan que yo impongo ideas aquí o que yo quiero establecer de forma unilateral la pena capital en nuestro país, como si yo no consultara nada con nadie. Lo cierto es que probablemente, en el sistema que tengo en mente, mucha gente quedaría sentenciada a muerte, pero no se ejecutaria la pena. De hecho, esto es simbólico – ya existe cuando vemos que el fiscal pide 2000 años de prisión para una persona.
«Los propios liberales en la guerra de independencia española estuvieron ante esta contradicción, y prefirieron apoyar la causa patriota.»
MUY BIEN DICHO. A mí me han acusado de ser de los que decían «vivan las caenas» pero prefiero eso antes que ser un Esquilache o sus esbirros.
«También ha sido algo habitual en el mundo comunista (muchos comunistas se revelaron contra las imposiciones de Moscú) y en muchos países que se han opuesto a la imposición de una superpotencia.»
Sí, esto es verdad – esos países no tuvieron una revolución espontánea sino que fue impuesta por Moscú. No es de extrañar entonces que hayan tenido dicha reacción.
La cuestión que ahora me viene a la cabeza es la siguiente: ¿Qué pasos seguir ahora, hacia dónde vamos y qué vamos a defender en tanto que la coyuntura geopolítica actual ha prácticamente dinamitado todo lo que tenga que ver con la voz y voto de los pueblos en España? Si ya estos pueblos de las Españas no pueden decidir sobre su propio futuro, en democracia, ¿qué nos queda? Es ahí donde ahora tenemos que centrarnos, y no tanto si la prima es de riesgo o de Enriqueta.
Sr. Coll: ¿por qué España puede defender su soberanía y otros países no? Formulo la pregunta, porque desde hace un buen tiempo observo cómo reniega del yugo alemán, cuando sus amados EEUU, directamente, o a través de organismos multilaterales, aplican la misma receta a muchas naciones del Tercer Mundo (afortunadamente algunas han logrado zafarse del influjo).
¿Por qué la contradicción? ¿Qué diferencia al Reino de España del resto de la manada?
P.D. de continuar el ajuste estructural en su estado, éste acabará depauperado, afiliado al nada popular club de los marginados. ¿Qué pasará con el rey Juan Carlos I y demás ralea?
Qué pregunta tan ridícula hace usted, sociata latinoamericano (siempre igual).
En ningún momento me opongo a que países defiendan su soberanía – sea contra «los malvados yanquis» o contra saturno.
Y si no digo nada de esos países es porque como comprenderá, ¿quién soy yo para decirle a sus países qué deben hacer respecto a los EEUU? Yo no soy mexicano, por ejemplo, así que no puedo hablar sobre lo que el pueblo de Méxic debe hacer respecto a EEUU – sí sé que tengo preferencias, y mi preferencia es que los países como el suyo sean aliados de EEUU. Ser aliado de EEUU es algo muy positivo y no tiene por qué ser servil – cuando la UE era la CE – (Comunidad Europea), todos éramos amigos pero no había servilismo ni España era el vasallo de Merkel.
PD: Ya está prácticamente depauperado. Tanto así que los propios inmigrantes del «tercer mundo» aquí se están yendo en masa.
Mira qué curiosa casualidad, Pedro – un preso español en Florida, condenado a la cadena perpetua, dice que es «muerte en vida»: Y efectivamente, aquí tienes un ejemplo de lo que supone la cadena perpetua para un ser humano – aquí todos podéis ver por qué la pena capital es mucho más generosa que cualquier pamplina que cuenten algunos.
http://www.abc.es/20120603/espana/abci-espanol-preso-florida-201206020055.html
Por lo menos ya admite que su país está entrando a la miseria. Eso sí, aún pueden salir adelante.
Lo del español encarcelado es una pena. Un testimonio desgarrador, como dice la noticia. Una pena que no estemos exigiendo su excarcelación inmediata y devolución a España. Así nos luce el pelo, siempre lamiéndole el ojete a las potencias y encima sin nada a cambio.
¡VIVA LA LIBERTAD! FUERA ALFREDO, FUERA JAVIER DE LA VOZ «LIBERAL». Alfredo, Sergio Doncel y Javier, lo más horrible de aquí. FUERA SIGFRIDO, FASCISTA. FUERA PEDRO, SOCIALISTA DE MIERDA.
TODOS VOSOTROS SOIS DE LO PEOR QUE PUEDE PARIR UNA MADRE. HIJOS DE PUTA.
Rubén tenía razón y menos mal que se dio cuenta a tiempo antes de que las garras de Alfredo acabásen ahorcándole.
CERDOS.
Alfredo: Qué ganas tendrás de aplicar pena de muerte, ¿verdad? Si te tuviera cerca y no existieran leyes, te pegaría un par de tiros para eliminarte porque no haces más que daño, CABRÓN.
Soy anarquista y tu sistema vale una puta mierda, no es más que más opresión y tiranía. ME NIEGO A OBEDECER TU SISTEMA. ¿Qué me tienes que decir ahora, gilipollas?
Alfredo,
No pongo en duda que desde el punto de vista de muchas personas es mejor la muerte que permanecer en una cárcel toda la vida. El problema es que eso no deja de ser un concepto subjetivo y extrapolarlo hacia quien debe imponer la pena no es posible, pues estamos generando un autoconvencimiento irreal de forma interesada para poder hacer lo que nos repugna hacer.
Al final creo que el concepto que debe prevalecer es el de reversibilidad. Condenar a un inocente es algo irreversible, una cadena perpetua no lo es.
Ah, ya entiendo, eran Falangistas «de primera hora» o «camisas viejas» ¿no?
Los falangistas camisas viejas se sumaron a la rebelión por la órden de José Antonio y un poco por instinto, pero conforme pasaron los meses se dieron cuenta de su error (muchos, otros se adaptaron y se convencieron del franquismo oficial). El propio Jose Antonio dejó un testamento totalmente crítico con Franco y los sublevados y fue partidario de una negociación para acabar la guerra y crear un gobierno de concentración nacional. Otros, como Manuel Hedilla, acabaron muchísimos años en la cárcel por rebelarse contra Franco.
Respecto a tu última pregunta…pues en eso estamos. Últimamente siempre que hablo de esto con la gente mis interlocutores acaban la conversación con frases como «la globalización es una mierda». Me parece que es una percepción que se está generalizando, también en gentes de derechas.
Esto de «desglobalizar», en manos responsables, puede ser un buen camino:Hay que volver a cierto proteccionismo, hay que volver a dar poder a los gobiernos electos sobre campos económicos, hay que poner en cuarentena muchas de las relaciones mundo financiero-economía productiva, hay que repensar enteramente el papel del sistema bancario, hay que devolver la soberanía a los pueblos (bien intengrándolos en una soberanía mayor, que hoy no existe, o bien devolviendo la antigua).
Y respecto a lo que hay que combatir, mira mi última entrada.
Saludos,
@anarquista:
«Alfredo: Qué ganas tendrás de aplicar pena de muerte, ¿verdad?»
Nunca he sentido ganas de «aplicar» la pena de muerte, sino que exista en el CP.
«Si te tuviera cerca y no existieran leyes, te pegaría un par de tiros para eliminarte porque no haces más que daño, CABRÓN.»
Inténtalo. No creo que tengas el coraje como para llegar a eso, porque tu no eres más que un aborto residual. Yo no te tengo miedo, idiota. Sigue haciendo el ridículo, mariposa. No te preocupes, que si no obedeces, porrazo contra ti y prisión tras un juicio. Igual hasta disfrutas de los porrazos, vicioso de mierda.
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Pedro:
«El problema es que eso no deja de ser un concepto subjetivo y extrapolarlo hacia quien debe imponer la pena no es posible, pues estamos generando un autoconvencimiento irreal de forma interesada para poder hacer lo que nos repugna hacer».
Es subjetivo, ciertamente, aunque más objetivo es ver lo que dice la mayoría de víctimas de este sistema de cadenas perpetuas.
«Al final creo que el concepto que debe prevalecer es el de reversibilidad. Condenar a un inocente es algo irreversible, una cadena perpetua no lo es.»
En algunos países es irreversible, aunque entiendo que desde este punto de vista, se «podría» liberar posteriormente a alguien con vida. Lo que ocurre es que hoy con el ADN y tantos adelantos, es casi imposible condenar por error a alguien.
«Ah, ya entiendo, eran Falangistas “de primera hora” o “camisas viejas” ¿no?Los falangistas camisas viejas se sumaron a la rebelión por la órden de José Antonio y un poco por instinto, pero conforme pasaron los meses se dieron cuenta de su error (muchos, otros se adaptaron y se convencieron del franquismo oficial).»
Correcto.
«Esto de “desglobalizar”, en manos responsables, puede ser un buen camino:Hay que volver a cierto proteccionismo, hay que volver a dar poder a los gobiernos electos sobre campos económicos, hay que poner en cuarentena muchas de las relaciones mundo financiero-economía productiva, hay que repensar enteramente el papel del sistema bancario, hay que devolver la soberanía a los pueblos (bien intengrándolos en una soberanía mayor, que hoy no existe, o bien devolviendo la antigua).»
Este párrafo lo comparto absolutamente – no sé si diría o usaría la palabra «desglobalizar» pero sí me gustaría ver la recuperación de la democracia que hemos perdido o estamos perdiendo lentamente pero sin pausa.
«Y respecto a lo que hay que combatir, mira mi última entrada.»
De acuerdo.