El fascismo religioso (I)

Son muchos los jóvenes españoles, claramente preocupados, que me preguntan cosas sobre la «religiosidad» de los EEUU, especialmente visto en algunas prácticas e ideas de Bush II, que es metodista – un sistema que comparte muchas nociones teológicas con el catolicismo-romano: el libre albedrío y la necesidad de «hacer el bien» para obtener «salvación» y poder «ir al cielo».

De hecho, uno de los himnos favoritos de George Bush es metodista y claramente «pelagiano», de Pelagio, se entiende. Creo que hasta un católico-romano que no sea un borracho (cuesta creerlo, pero los hay) criticaría ese himno pero los metodistas, al menos los que son practicantes, no lo hacen. Ellos salvan su propia alma; se «hacen» aptos para Dios. Uno de los métodos imprescindibles para hacer esto es fomentar lo que ellos llaman, como los católicos, «buenas obras» o «hacer el bien». Dicho de una forma más popular: «que seais buenos angelitos». Durante ocho años en EEUU, gracias a la filosofía metodista de George Bush II, esas «buenas obras» recibían dinero público-federal. Lo mismo ocurre en España: con el pretexto absurdo de que «la iglesia educa y da de comer a los pobres», tenemos un contubernio entre Iglesia y Estado que no es aceptable para ningún liberal clásico – aquí tenemos los colegios concertados, por ejemplo. Lo de que «sale más barato» es un pretexto apto para cretinos. Es como si dijéramos lo mismo de la justicia. ¿Alguien se imagina a una persona defendiendo que la Iglesia Católica romana dicte y ejecute sentencias eclesiásticas sólo porque es «más barato para las arcas del Estado»? No, hombre, no.
No creo que ni el carlista más absolutista llegaría a ese extremo.

La teología de George Bush explica muchas cosas sobre algunas de sus políticas. Durante años, no tenía ningún problema con reunirse entre obispos papistas, cardenales, monjas, etc. John F.Kennedy, precisamente porque éste sí era católico, probablemente no hubiese podido salirse con la suya en este tema ni mucho menos convocar audiencias íntimas con obispos católicos como sí hizo Bush con los «representantes» de Roma. Además, Kennedy estaba más interesado en mantener encuentros privados con putas, y por ello el pueblo americano debería sentirse más agradecido a él en ese sentido, pues les ahorró el contubernio fascista religioso que estamos viendo en los últimos 20 años.
Cuando se trata de los vicios preferidos de los gobernantes, las putas zorras, ordinarias, son mucho más preferibles que las putas espirituales.

Tanto George Bush, como su consejero Karl Rove, defendían la idea de que el catolicismo es una mezcla entre la «indiferencia libertariana y la subsidariedad social-solidaria para con los pobres». Bush dijo, en un discurso en la Universidad de Notre Dame (católica y privada): «Mi conservadurismo encaja perfectamente con vuestra doctrina social. Valoramos la importancia de la FAMILIA (énfasis mío) y ayudar a los pobres».

Podría seguir citando muchos otros ejemplos pero no pierdo el tiempo. Central a todo esto es «la fe». Esta fe, a primera vista, parece ser independiente, desprendida de cualquier doctrina, ya que Bush mismo decía que su gobierno iba a dar dinero a «metodistas, mormones y musulmanes». Los esfuerzos «laicos» para reformar los problemas sociales han fracasado, según decía Bush, porque no pueden «cambiar los corazones ni las almas» pero la «gente de fe» (sic) sí puede cambiar corazones y el gobierno les ayudará.

Hay algunos cristianos ignorantes y tontos que piensan que sólo Cristo puede cambiar vidas y entonces predican el evangelio falso ese que a veces vemos: «Cristo me cambió la vida para siempre». No entienden ni la fe cristiana ni entienden lo que significa religión pagana. Lo cierto es que tanto musulmanes, como mormones, como maria-ólatras (católicos) dicen cosas parecidas. «Ohh, el Corán me cambió la vida, ohhh, la Santa Iglesia de Roma me salva, ohhh los santos, tenemos que ser como los santos», etc. Es cierto que un hombre puede creer en una u otra religión y así abandonar sus borracheras, dejar de pegarle a sus novias o «hacer cosas buenas». Pero, nada de esto tiene que ver con ser cristiano. Para los defensores de esta mezcla, mezcolanza mejor dicho, entre Iglesia y Estado, poco importan las almas o la libertad: quieren resultados. Si el mahometanismo produce mejores «ciudadanos», más dinero para las mezquitas.

Dicen: «la religión reduce los embarazos no deseados, los suicidios, la drogadicción, el alcoholismo y los delitos. Otros, con un sentido absolutista de las cosas, dicen que la «religión» va mano a mano de ser «buen ciudadano». ¿Qué religión? No les importa cuál. Les da igual el morito Mohammed, el Sebastián papista o el mormón Romney. Alá es tan importante como las supuestas apariciones de María para los católicos más fanáticos.
Todo «funciona».

Esta explotación de la religión por parte del gobierno para sus propios propósitos y objetivos ha manchado siempre la historia de la humanidad, desde la caída del ser humano en Génesis hasta el siglo XXI. El FASCISMO no es nada nuevo, no es algo que haya «inventado» Mussolini o Hitler en el siglo XX. Atila, el hombre fuerte, siempre ha fomentado la unión-fusión entre él y algún brujo religioso, supersticioso, para controlar al pueblo y mantener el poder.

El fascismo basado en fe es otro ejemplo más y a mí no me duelen prendas. Los presbiterianos o de esa «tradición» siempre hemos criticado eso – empezando por los que formaban parte del ejército de Cromwell (entraré en ese tema en otro momento más oportuno).

A menudo se dice, «eres lo que comes». Pienso otra cosa: no eres lo que comes – eres lo que PIENSAS. Para un cristiano, nuestro reino viene, llegará – NO a través de la fuerza ni el poder estatal, sino a través del Espíritu Santo, según la Biblia, haciendo lo suyo en nuestras mentes. La vida terrenal es breve y nada es permanente en este mundo.

Los cristianos somos diferentes, no somos «del montón» – no somos superiores a nadie tampoco, todo sea dicho – no tenemos «mejor moral» que un ateo – no tenemos «menos pecado» que una puta – aunque bien es verdad que nuestro comportamiento sí suele ser diferente – cuando nosotros entramos a un sitio, normalmente se sabe que «no somos como los demás» – nos vestimos, normalmente, diferente, hablamos de otras cosas, no miramos las mismas películas que un pagano, no vemos ciertas revistas pornográficas, etc, etc aunque nada de eso nos salvará – es sólo un reflejo de nuestros pensamientos. No me siento superior, ante Dios, al lado de otro pecador, por mucho que sus pecados sí sean distintos a los que yo pueda tener.

Dije esto, en la Universidad de Columbia, hace años, en un discurso que duró 20 minutos sobre una propuesta universitaria para unir todas las confesiones para «combatir la pobreza en Nueva York»:

Dije así:

«Hoy nos dicen que esto tiene que ver con educación cívica, con mejorar nuestro espíritu cívico. Nos dicen que todos los hombres de todas las religiones pueden estar de acuerdo en que hay que ser respetuoso, tener buenos modales, mantener las formas. Dicen que todos los hombres religiosos estaremos en contra de los jóvenes sin modales. Por eso, hay que fomentar lo que tenemos en común. Señores y señoras: Lo que me sorprende de esa propuesta no es que la defiendan, porque encaja con la época que vivimos.
Lo que sí me sorprende es que sus defensores no sepan que un cristiano, de aceptar eso, dejaría de ser un hombre cristiano en ese mismo momento».

Eso de la «justicia social» no es más que otro pretexto para subir impuestos y financiar programas que NO son necesarios. A mí me da igual que la «justicia social» venga en el nombre de la solidaridad o en el nombre de Cristo – a los dos iluminados, con perdón, les mandaría yo a tomar por el culo.

Mañana terminaré explicando estos puntos y hablaré sobre la enorme importancia que tiene la separación entre Iglesia y Estado, así como el deber que tenemos de oponernos a la religión impuesta en los colegios públicos de esta patria. Seguiremos avanzando en las ideas aquí, caiga quien caiga, se ofenda quien se ofenda.

6 comentarios

  1. Adán · ·

    Alfredo.

    Ha elegido usted un título muy significativo, ha hablado usted de varios temas muy interesantes y con los que comparto casi totalmente su punto de vista. Como sabrá no soy religioso, pero respeto todas las religiones, igual que existen fascistas religiosos, también existen fascistas anti-religiosos (los «estudiantes» universitarios de la Complutense que hicieron un espectáculo bochornoso en una Capilla de la Universidad, por ejemplo). Todos nos movemos por intereses, unos saben muy bien qué defienden y otros no saben ni por qué actúan de forma disparatada (el caso es hacerse el «nota» y si se «trinca» algo pues mejor).

    No sé en qué contexto daría usted ese discurso en la Universidad de Columbia, pero cuando la gente se une por la «fe» en algo, me pongo a temblar (son capaces de lo mejor en contadísimas ocasiones pero también de lo peor). La fe está bien para educar modales y hábitos saludables dentro de la familia o con amigos, pero cuando se amplían esas agrupaciones otros intereses que no son precisamente muy «nobles» pueden hacer acto de aparición de forma inesperada para cambiarnos al interés de algún fin perverso. Por tanto, totalmente de acuerdo con usted, el Estado que no se inmiscuya en temas religiosos, pero que tampoco los elimine, «laissez faire» es lo mejor.

    Me interesa también muchísimo el tema JUSTICIA SOCIAL. Ahí es donde podemos discrepar un poco usted y yo, por supuesto estoy en contra totalmente de impuestos para este fin y no digamos de subvenciones….
    pero habría que buscar esa vía HUMANA de la política para que por ejemplo no sucedan cosas como las que están pasando en Somalia, Tanzania, etc, y también en las periferias de las grandes urbes de los paises «civilizados», donde la pobreza es extrema, el analfabetismo, etc, en fin, este tema también está candente en EEUU. No me gusta la demagogia ni lo políticamente correcto, pero se podría hacer mucho más y sin tener que quitarle ni un céntimo a nadie, sólo sabiendo gestionar mejor los recursos y haciendo que los bancos no estén al servicio del de monopolios u oligopolios. El objetivo no sería otro que hacer que los bancos fueran más «aburridos» y tuvieran menos beneficios y que el dinero no estuviera al servicio de la usura, sino del ciudadano.

  2. Me gustaria añadir sobre el tema que cada persona ve el mundo de una manera ,todos somos distintos porque pasamos por unas experiencias distintas y nadie puede afirmar que tiene la verdad absoluta ,en el cualquier tema de la vida.
    Dicho esto ,cada persona ha nacido dentro en una familia distinta,en un grupo distinto tanto religioso como político o empapado de un conocimiento de datos que a traves de ellos le hace pensar de una manera o de otra.Con ello quiero decir que todo es relativo y nadie puede afirmar en cualqueira de los campos que su opinión es la verdad absoluta.
    Por todo ello respeto a cualquier persona sea religioso o no ,amante de un partido político o de otro y lo que verdaderamente tiene importancia para mi es que cada ser humano respete las ideas de los demás aunque no las comparta.
    Metiendo más a fondo sobre el tema del cristianismo o de cualquier otra religión ,pienso que la religión que cada persona tiene como centro de su vida ,tendria que estar totalmente al margen del poder pólitico y por ello creo que cada grupo religioso tendria que costearse sus gastos y no implicar y hacer participes a los demás de su fe en su Dios y eso lo escribe alguien que intenta ser seguidor de Cristo ,metiendo a él en cada momento de mi vida.
    Solo me gustaria añadir que hay personas autenticas en todas partes del mundo y en todas las religiones y formas de pensar.
    Es mi opinión
    Saludos cordiales
    Miguel Estaña

  3. molondro · ·

    Estoy de acuerdo en el tema de fondo, es decir, en la necesidad de la separación entre iglesia y estado, algo que en teoría forma parte de la esencia de las sociedades occidentales, aunque en unas se da más que en otras.

    En EEUU la separación es menor que en Europa, como muestra el hecho de que en los dólares pueda leerse «In God We Trust». La presencia del elemento religioso en algo tan «oficial» como el dinero es sintomática, pero hay otros ejemplos, como las constantes alusiones a Dios en los discursos de los políticos norteamericanos y la presencia de la religión en muchos actos oficiales. Por algo la influencia de la derecha religiosa es mayor en EEUU que en Europa.

    También creo que el argumento de que las obras sociales de la iglesia católica son más baratas que las que hace el estado es absurdo. Es el estado quien debe garantizar el bienestar social, no una iglesia determinada. En España todavía ocurren cosas que son anacrónicas en este sentido, por ejemplo, en no sé qué pueblo se indulta, con motivo de la Semana Santa, a un preso todos los años. Esto es una injerencia de la iglesia en una de las funciones del estado; ¿a qué viene que se indulte a alguien con motivo de una festividad religiosa? Es algo completamente incompatible con el principio de la separación entre iglesia y estado. Pero repito que esas injerencias son más evidentes en EEUU (recuerdo que en no se qué estado se propuso que a algunos delincuentes sin delitos de sangre se les atenuara la pena si acudían a una iglesia, sinagoga o mezquita. Si no me equivoco, aquí se habló del tema y usted estaba a favor de eso).

    Lo que no comparto es que su fe sea distinta de las demás:

    «Los cristianos somos diferentes, no somos “del montón” – no somos superiores a nadie tampoco, todo sea dicho – no tenemos “mejor moral” que un ateo – no tenemos “menos pecado” que una puta – aunque bien es verdad que nuestro comportamiento sí suele ser diferente – cuando nosotros entramos a un sitio, normalmente se sabe que “no somos como los demás” – nos vestimos, normalmente, diferente, hablamos de otras cosas, no miramos las mismas películas que un pagano, no vemos ciertas revistas pornográficas, etc, etc aunque nada de eso nos salvará – es sólo un reflejo de nuestros pensamientos. No me siento superior, ante Dios, al lado de otro pecador, por mucho que sus pecados sí sean distintos a los que yo pueda tener».

    El comportamiento de los cristianos es, en esencia, idéntico al de los musulmanes o al de los creyentes en cualquier otra religión, porque el cristianismo es una religión como las demás. También los musulmanes creen que no son «del montón», creen que son especiales, que su dios es el único verdadero, se visten diferente y hablan de cosas distintas. En teoría, como los cristianos evangélicos, tampoco los católicos o los musulmanes miran revistas o películas porno, y si lo hacen luego lo niegan. O sea que, ¿dónde está la diferencia?

    Saludos.

  4. Alfredo · ·

    Adán:

    «Como sabrá no soy religioso, pero respeto todas las religiones, igual que existen fascistas religiosos, también existen fascistas anti-religiosos (los “estudiantes” universitarios de la Complutense que hicieron un espectáculo bochornoso en una Capilla de la Universidad, por ejemplo)».

    Totalmente de acuerdo, señor.

    «el caso es hacerse el “nota” y si se “trinca” algo pues mejor».

    Es uno de los graves problemas de España.

    «No sé en qué contexto daría usted ese discurso en la Universidad de Columbia»

    Fue en el contexto de mi discurso sobre la necesidad, en lo personal, de mezclar fe con razón, orden con libertad, y gobierno con sus adecuadas funciones.

    «La fe está bien para educar modales y hábitos saludables dentro de la familia o con amigos, pero cuando se amplían esas agrupaciones otros intereses que no son precisamente muy “nobles” pueden hacer acto de aparición de forma inesperada para cambiarnos al interés de algún fin perverso».

    Exáctamente caballero – esto es lo que denunciaba Cromwell aunque de otra manera – precisamente por eso los presbiterianos siempre fueron recelosos de los obispos y las «grandes ideas eclesiásticas». La fe ha de ser algo completamente voluntario, de libre asociación y punto.

    «Por tanto, totalmente de acuerdo con usted, el Estado que no se inmiscuya en temas religiosos, pero que tampoco los elimine, “laissez faire” es lo mejor».

    Sí.

    «pero habría que buscar esa vía HUMANA de la política para que por ejemplo no sucedan cosas como las que están pasando en Somalia, Tanzania, etc, y también en las periferias de las grandes urbes de los paises “civilizados”, donde la pobreza es extrema, el analfabetismo, etc»

    Creo firmemente que esto es una preocupación de muchos españoles – jóvenes sobre todo – pero pienso que la solidaridad debe partir del individuo (y también del gobierno en limitadas circunstancias). Por ejemplo, para mí no es aceptable que el Gobierno pague todos los costes sociales de todo tipo de persona – una cosa es ser mayor de edad, mujer, indefensa, enfermos, minusválidos, refugiados, gente realmente necesitada, y otra es pretender ampliar un abanico de derechos «sociales» que no acepto como liberal clásico.

    «El objetivo no sería otro que hacer que los bancos fueran más “aburridos” y tuvieran menos beneficios y que el dinero no estuviera al servicio de la usura, sino del ciudadano».

    Son buenas intenciones, Adán, pero mucho me temo que no es algo práctico en este caso puntual.

    Miguel Estaña:

    Agradezco su comentario respuetoso – vaya por delante que me ha parecido muy positivo aunque no comparta muchas cosas que dice. Yo sí creo que hay verdades absolutas – otra cosa es que podamos «saber al 100%» que SON «la verdad de Dios» y ahí es donde sí puedo entender su punto de vista.

    Molondro:

    TOTALMENTE de acuerdo con su ejemplo sobre el indulto – es patético y repugnante – ¿quién demonios es la «iglesia», en este caso la papal, para indultar a nadie? Sin embargo, espero que eso le ayude a entender el por qué dije que por muy «salvado» que alguien esté, si el Estado le tiene que aplicar la pena de muerte, eso de que sea «salvado por Cristo» es irrelevante. Como ve, yo sí entiendo muy bien la separación entre Igl. y Est.

    Tema delincuencia y acudir a la sinagoga, mezquita, etc – Lo que dije – y sigo diciendo – fue que en casos de delitos no graves, me parecía una medida positiva, siempre y cuando estos programas no recibieran DINERO PÚBLICO.

    Tema «somos parecidos» – bueno en primer lugar, molondro, le vuelvo a repetir como ya he dicho en decenas de ocasiones, que «cristianismo» no es una «religión» – son creencias – hay muchas «religiones» alrededor del «cristianismo» (yo NO reconozco el cristianismo, porque no aparece en la Biblia en ninguna parte).

    Además de esa aclaración, usted no me ha entendido – no sé si sabiendo en el fondo lo que digo o de verdad no lo ha querido entender: lo que digo es que los cristianos NO somos del montón – esto es, que si nos ve usted por la calle, no vestimos «igual» que la gente «normal» o «común» – y sí, tampoco los musulmanes visten normalmente igual al montón laico. ¿Lo entiende ahora? La diferencia está respecto a ustedes que no tienen creencias – y para mí, obviamente, tanto musulmanes como gente como usted son «del montón». No veo ninguna diferencia respecto a la relación con Cristo entre usted y Bin Laden – los dos reniegan de Cristo.

  5. Creo que Molondro se equivoca aquí:

    «En EEUU la separación es menor que en Europa, como muestra el hecho de que en los dólares pueda leerse “In God We Trust”. La presencia del elemento religioso en algo tan “oficial” como el dinero es sintomática, pero hay otros ejemplos, como las constantes alusiones a Dios en los discursos de los políticos norteamericanos y la presencia de la religión en muchos actos oficiales. Por algo la influencia de la derecha religiosa es mayor en EEUU que en Europa.»

    La separación entre Iglesia y Estado es mucho mayor en USA que en Europa, otra cosa es que la sociedad estadounidense sea más religiosa y por tanto, las personas que trabajan para el Estado o en Gobierno, actuan y piensen -a titulo individual- de una forma más religiosa.

  6. […] públicas tenga mucho apoyo entre ellos), han adoptado una postura muy similar (interesante el artículo de Alfredo la semana pasada, acerca de este asunto), en base a una difusa idea de “valores comunes a […]

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