En el hilo anterior iniciábamos una discusión acerca de los principios de Hamilton. Gran parte de la obra de Hamilton la podemos encontrar en:
1. Informe al Congreso sobre el crédito público (1790)
2. Informe sobre el Banco de los EEUU (1790) y…
3. El informe sobre los fabricantes (1791) —
Estas tres obras contienen gran parte del pensamiento «hamiltoniano» y liberal-clásico que aquí tenemos el deber de defender. Hamilton siempre pensó que EEUU era (y siempre debería mantenerse) una nación-estado donde los estados individuales estén claramente subordinados a un gobierno central fuerte pero sin llegar a ser opresivo. El gobierno federal tiene que tener una absoluta fuerza militar — no solo para defender los intereses estadounidenses en el extranjero, sino también para suprimir de inmediato cualquier insurrección interna de manera rápida y efectiva — una lección que aprendió en la famosa «Rebelión de Whisky» que fue rápidamente aplastada por el bueno de Hamilton durante la presidencia de Washington. Para Hamilton y nosotros, el éxito del gobierno federal depende de una rama ejecutiva fuerte y competente, un sistema judicial federal eficiente, y ambos protegidos hasta cierto punto del poder legislativo, que depende más del populacho ignorante. Hamilton escribió: «La prueba de un buen gobierno es su aptitud y su tendencia a producir una buena administración.» Hamilton sabía y defendía que una buena administración necesita administradores con muchísimos años de experiencia y rechazó firmemente la noción jeffersoniana que un buen estado poderoso y eficiente puede ser dirigido por políticos sin experiencia, novatos, y a corto-plazo.
Uno de los deberes del gobierno federal, según Hamilton, es la promoción activa de una economía dinámica, industrial y capitalista — no a través del socialismo ni de «la cosa pública» (Hamilton solo defendía esto para las FFAA) sino a través de unas finanzas públicas sólidas, inversión pública en la infraestructura y la promoción de nuevos sectores industriales poco dados a ser rentables en sus inicios. Decía Hamilton: «El Estado debe excitar la confianza de los capitalistas, que son muy cautelosos y sabios, ayudándoles a superar los obstáculos que todo experimiento implica.» Así lo dijo en su «Informe sobre los fabricantes». Hamilton había estudiado, al igual que muchos de nosotros, la obra de Adam Smith y su «Riqueza de las naciones». Él estaba de acuerdo con casi todo salvo con dos cosas: 1. Rechazó lo que decía Smith sobre la agricultura — para Hamilton, la industria era superior a la agricultura…y 2. Hamilton veía muchos beneficios en el comercio libre, pero pensaba que el comercio libre era algo equívoco en determinadas circunstancias. Hamilton había aprendido en la Guerra por la Independencia que es imprescindible que un país pueda fabricar sus propias armas para defenderse en guerras y no depender de poderes extranjeros. También abogaba por proteger algunas industrias nacientes en EEUU como los textiles PERO DE FORMA TEMPORAL hasta que éstos fueran capaces de poder competir en igualdad con productos extranjeros. Finalmente, Hamilton pensaba que era una estupidez auténtica que un país abra sus mercados a países que protegían los suyos. En otras palabras, a Hamilton le interesaban más los resultados que un dogma concreto.
Con su muerte en 1804, el Partido Federalista se derrumba y su filosofía de gobiernos federales fuertes, y la promoción del capitalismo unido a una fuerte capacidad militar nacional fue eclipsada durante muchos años en el siglo XIX — sobre todo en la primera mitad antes de la liberación de los esclavos por el heroico Abraham Lincoln. En esta época conocida como la época «antebellum», los conceptos jeffersonianos dominaban: «states rights», agrarianismo, aislacionismo, milicias locales, et cétera — es decir, reinaba el desórden, la anarquía y la tiranía. Los «National Republicans», como John Quincy Adams y luego los «Whigs» como Daniel Webster y Henry Clay, pudieron mantener la esperanza Hamiltoniana viva. Los Whigs se fusionaron con los Demócratas Jacksonianos para luchar contra la esclavitud en los 1850s y así nace el moderno Partido Republicano de EEUU que todos conocemos. Pocos liberales de por aquí se dan cuenta hasta qué punto ha llegado a degenerar el Partido Republicano de antaño — un partido que nada tuvo que ver con el jeffersonianismo que hoy en día caracteriza a gran parte de la derecha estadounidense de las bases. Bajo la dirección de Lincoln, el Partido Republicano aplastó a los confederados, abolieron la esclavitud, y nació un EEUU fuerte e industrial enlazado por una infraestructura viable.
El triunfo de la Unión sobre el sur realmente fue una vindicación de Hamilton y de su visión así como también lo demuestra el nacimiento de un EEUU fuerte y una potencia mundial después de la guerra contra España en 1898. Si la idolatría fuera lícita, podríamos decir que Hamilton es un personaje digno de endiosar. Tampoco debemos olvidar que los grandes magnates del siglo XIX no eran Hamiltonianos: gente como JP Morgan, Jay Gould y Edward Harriman seguían la filosofía de Herbert Spencer, el filósofo inglés que defendía una especie de darwinismo social «laissez-faire». Es más, muchos empresarios americanos eran pacifistas declarados y pensaban que el capitalismo internacionalista relegarían las guerras a un estado obsoleto. ¡Qué equivocados estaban!
Los heredores intelectuales y políticos de Hamilton trabajaban fuera del mundo empresarial. El famoso politólogo de Harvard, Samuel P.Huntington en su libro «El soldado y el Estado» (1957) habla del auge del Hamiltonianismo entre 1890 y 1920. Incluía a políticos admirables como Theodore Roosevelt y el famoso senador de Massachussetts Henry Cabot Lodge así como intelectuales como Herbert Croly, Brooks Adams, y Alfred Thayer Mahan — el profeta de la escuela naval americana y de la política realista entre superpotencias. Este montón de hombres dignos unieron la filosofía conocida como «realpolitik» en la política exterior con apoyo a ciertas reformas «progresistas» en EEUU — pero más por interés de ser eficientes que por esa estupidez abstracta que conocemos como «justicia social.» Estos hamiltonianos rechazaron la filosofía de la Edad Dorada jeffersoniana a favor de un ideal mucho más espartano. Dice Huntington en su libro que «Brooks Adams hasta llegó a defender que América debería sustituir los valores de West Point por los valores de Wall Street.»
A principios del siglo XX, el hamiltonianismo alcanzó su punto álgido. El escritor más prestigioso de la época para esta tarea hamiltoniana fue Herbert Croly, el fundador de la famosa revista «New Republic». Croly decía que el jeffersonianismo era utópico y asumía que los seres humanos somos buenas personas. Para Croly, el jeffersonianismo era algo obsoleto para la época moderna de multinacionales, transnacionales y capitalismo financiero. Para Croly, era importantísimo mantener cierto orden social. El político ideal para Croly fue Theodore Roosevelt. Para Croly, Roosevelt «liberó la democracia americana de las cadenas jeffersonianas.» Después de la I Guerra Mundial, vuelve a morir el hamiltonianismo en el Partido Republicano y surge una oleada de aislacionistas que toman el partido y lo sigue afectando hasta nuestros tiempos. Quizás no debo siempre decir que todo lo jeffersoniano es malo: pero, hay que tener en cuenta que es nuestra responsabilidad intentar alcanzar esos ideales jeffersonianos utilizando medios hamiltonianos.
Mañana, la tercera parte y nuestras conclusiones — siento dedicarle tanto tiempo a esto pero es muy importante ir por partes y así no nos ahogamos con datos.
Algunos datos de interés sobre algunas personas del artículo:
Henry Cabot Lodge:
Nace en 1850 y en 1872 termina su carrera en Harvard. Escribió su tésis doctoral sobre los origenes antiguos germánicos de los gobiernos anglosajones. Durante toda su vida, Lodge defendió la superioridad de la raza Anglo-Sajona por encima de todas las demás.
Fue un fuerte defensor de la guerra contra España en 1898.
Se opuso a la Liga de las Naciones Wilsoniana porque eso iba a destruir la soberanía de los EEUU. La Liga de las Naciones era algo parecido a lo que es hoy la Unión Europea (la idea).
Lodge era un imperialista de los buenos, en el buen sentido de la palabra y defendía el 100% Americano. Dijo:
was a supporter of «100% Americanism.» In an address to the New England Society of Brooklyn in 1888, Lodge stated:
«Let every man honor and love the land of his birth and the race from which he springs and keep their memory green. It is a pious and honorable duty. But let us have done with British-Americans and Irish-Americans and German-Americans, and so on, and all be Americans…If a man is going to be an American at all let him be so without any qualifying adjectives; and if he is going to be something else, let him drop the word American from his personal description.»
Totalmente de acuerdo.
Herbert Croly: (ojo, no comparto todas sus ideas económicas)
http://en.wikipedia.org/wiki/Herbert_Croly
Viñetas graciosas y MUY acertadas:
Una viñeta contra los antifederalistas jeffersonianos.
Esto es sátira en estado puro y aquí se demuestra que muchos federalistas pensaban (y sabemos) que los jeffersonianos son miembros de una secta atea que promueve revolución y gobierno de las turbas. En esta viñeta sale Jefferson encima de una mesa invocando al mismísimo diablo, un borracho obeso maldiciendo el gobierno federal, un ciudadano negro-americano «Ciudadano Mungo», y un ministro francés, Edmond Genet indagando.
La verdad es que poco ha cambiado: hoy la mayoría de los antifeds sí son sureños obesos y borrachos, ciertos ateos universitarios, y revolucionarios alocados de todo tipo.
http://explorepahistory.com/displayimage.php?imgId=1904
Hola Alfredo, te saludo desde Canadá y soy un español que llevo aquí 10 años ya. La verdad es que a pesar de no estar siempre de acuerdo contigo, tengo que agradecerte por esta web. Tu forma de impartir y los temas que tocas así como la moral rígida que defiendes me recuerda muchísimo a mi infancia cuando todavía no existía la LOGSE y la gente tenía ideales. Eres, realmente, un clásico y ojalá sigas muchos años más en esto. Lamento tu decisión de no entrar en la política española aunque comprendo que la cosa está mal por allí. No es que yo sea un viejo, tengo 36 años, pero soy de aquella generación que maduró en la década de los 80 y la temática de este blog me recuerda mucho al clima político anticomunista de la Guerra Fría, cuando Thatcher se comía a Europa y Reagan el mundo y EEUU era una potencia respetada. No teníamos internet pero los profes eran o rojos o derechistas como tú, sin complejos.
Trabajo muchas horas al día pero este blog siempre me impacta y me llena ese vacío que tengo antes de irme a la cama. Escuché tu discurso el otro día y creo que te devorarías a los politicastros actuales que chupan la sangre como parásitos de los españoles.
Por aquí parece que tienes un nutrido grupo de gente joven inteligente en general.
Descubrí tu blog porque tengo un amigo en Columbia que me comentó que allí estudió un español derechista que todos los de su quinta recuerdan por su implacable firmeza contra la progresía del campus y fui a investigar en julio en unas vacaciones a N.York. Me quedé impresionado con tus intervenciones en el senado de la universidad. Creo que, en mi humilde opinión, has cometido un fallo en regresar a España: en EEUU tenías una buena carrera política y podrías haber sido político allí. En España veo serias dificultades para el futuro y no creo que se valore la calidad ni la gente que dice la verdad. Lo digo por muchas cosas y por ver la reacción de los cobardes que te atacaron por decir un par de verdades sobre el tal Santos Villanueva.
¿Con que eres protestante? ¿Cómo lo llevas en España siendo bíblico? Me imagino lo duro que tiene que ser vivir en una sociedad como la española actualmente y ser moralmente recto. Aquí también han prohibido predicar contra los gays pero los predicadores siguen a pesar de que les detiene la policía fascista canadiense que se parece mucho a la española.
Sigue adelante con tus escritos que me traen muchos recuerdos de mi infancia y las lecciones que aprendí cuando aun quedaba eso que conocemos como moral y disciplina. Con la compañia que tienes por aquí, comentaristas como Javier y demás, creo que tienes la obligación de seguir adelante con tus doctrinas.
Saludos
«Se opuso a la Liga de las Naciones Wilsoniana porque eso iba a destruir la soberanía de los EEUU. La Liga de las Naciones era algo parecido a lo que es hoy la Unión Europea (la idea).»
Que yo sepa Wilson impulsó la Sociedad de Naciones, que se instituyó en 1920 como antecedente directo del Consejo de Europa y de la ONU. La Unión Europea es una organizacion internacional de integración con rasgos confederales y alguna que otra marca de estado federal -moneda y aplicación de normativa comunitaria-, la Sociedad de Naciones no era más que una organizacion internacional de cooperación. Dicho esto la SdN no podía arrebatar soberanía alguna, por que sus competencias eran delegadas por los estados parte, que en último término eran los soberanos. El modelo de la SdN no es más que una versión contemporánea de lo que eran las ligas o las coaliciones de naciones en el mundo pre-westfaliano.
Sí Andrés — a lo que me refiero es que el Artículo X era un artículo profundamente rechazado por el sector «hamiltoniano»…mira lo que dice:
http://en.wikipedia.org/wiki/Article_X_of_the_Covenant_of_the_League_of_Nations
Ni Henry Cabot Lodge ni Theodore Roosevelt apoyaban esto porque comprometía a EEUU a intervenir por razones «humanitarias» en vez de limitarse a operaciones de seguridad. Los Republicanos «de los míos», es decir, antes de la oleada aislacionista de la «old right» que llegó a dominar ese partido tras la I GM, interpretábamos el Artículo X como nocivo precisamente porque comprometía a EEUU a las otras naciones.
Adán: agradezco muchísimo su comentario y me alegro que disfrute de esta web. En cuanto a lo de haberme quedado en EEUU, yo creo que lo correcto es luchar dentro del país de cada uno.
Un saludo y gracias de nuevo.
Algo que siempre me ha llamado la atención ha sido el comportamiento del GOP post primera guerra mundial. Posiblemente el tono aislacionista haya predominado, pero me resulta curioso ver como, en realidad, el partido casi siempre defendió el aislacionismo. Y tan mal no le fue.
Leak: no es exacto eso — el P.Republicano con el que yo me identifico es el de T.Roosevelt — a finales del XIX y principios del XX. Después de la I GM, los jeffersonianos tomaron el partido hasta ser desmontados con el auge de Reagan a finales de los 70 — ahí es cuando los «progresivos», que no progres, como yo, volvieron a dominar el P.Republicano y se intervino en Granada, en partes de Centroamérica y se mantuvo una línea anticomunista — esto, con la ayuda de Thatcher, que en la práctica era muy hamiltoniana, volvimos a las raíces liberales de principios de siglo. Ahora hay un problema: ha vuelto la batalla entre los jeffersonianos tipo los Ron Paulistas y todas esas sectas, y los que queremos un partido republicano como el de Theodore Roosevelt y Lincoln y Reagan y Bush I, que es en realidad cuando mejor nos fue y más se nos respetó. Recuerde que la «Old Right» en realidad no es «old» en el sentido que es más bien la continuación de una tradición jeffersoniana del sur antebellum: agrarianismo, confederados, sectarios, austriacos, revolucionarios milicianos y toda esa gente es lo que era y es la «old right» — que no los «whigs» tipo Henry Lodge. El Partido Republicano no era aislacionista en su punto álgido — eso vino tras la I GM hasta que recuperamos las raíces con Reagan y Bush I.
Así es .Las teorías de Hamilton sobre la autosuficiencia de un país para generar su propia riqueza deberían ser tenidas en cuenta por los macacos neoliberales globalistas .
Mucho más importante que la riqueza en sí , es tener la capacidad de generarla .
Tema aislacionismo :
hay un matiz importante que hay que hacer , al señalar las diferencias entre Teddy Roosevelt y Reagan con los neocons y los demócratas .
Reagan sólo actuó en el exterior , cuando los intereses norteamericanos en el exterior eran directamente atacados .(Granada , Líbano , Libia , Centroamérica ).
Aún así , Reagan no invadió Libia .Les lanzó un par de pepinazos y los tranquilizó para siempre .Idem en el caso del Líbano , aunque allí tuvieron que salir por patas .Tampoco invadieron Nicaragua , sino que se limitaron a mandar asesores militares y algún que otro boina verde para apoyar a la Contra .La invasión más grande fue la de «Grenada » .
Teddy Roosevelt , tb se limitó a pequeñas operaciones de Castigo .
Así es Sigfrido: el intervencionismo que yo defiendo es del primer tipo: sólo si es por motivos de seguridad nacional, no por «razones humanitarias.» Las operaciones de castigo son las más eficaces. Un par de bombas y se le bajan los humos a esos terroristas. Es lo que deberían haber hecho HACE TIEMPO en Irán…
Me refería a un aislacionismo general don Alfredo. Como bien ud. dice, las intervenciones por motivos de seguridad nacional existieron, pero EE.UU con la anuencia del GOP no ha sido nunca un estado globalista. Siempre le interesaron primordialmente sus intereses en el mismo suelo estadounidense y está bien que así sea. De hecho, eso, a mi juicio, sigue siendo la esencia estadounidense.
Ah, claro, sí leak: ahora sí jeje, ahora entiendo — ese es el objetivo — libertad y defensa de los intereses nacionales — métodos Hamiltonianos, nada de idealismos abstracto-anárquicos de los jeffersonianos.
Alfredo;
Como síntesis de mis comentarios he redactado lo siguiente;
http://cronicasgallegas.blogspot.com/2010/08/jeffersonianismo.html
para Don A.A.F.:
Me ha parecido interesante tu artículo aunque en tu web parece que hay que tener una cuenta para comentar. Bueno, yo llevo un tiempo siguiendo algunos debates y tras leerlos, sobre todo estos últimos, me pregunto: ¿cómo es posible que alguien diga ser «progresista» o «progresivo» y a la vez ser jeffersoniano? Hay algo que no me cabe en la cabeza. He ido buscando por la web y lo único que he visto es que hay, dentro del jeffersonianismo, dos tipos: los que valoran las libertades sexuales, sociales, etc y otros que solo valoran los derechos a la propiedad privada, como derechos negativos, es decir, inalienables.
Creo que también cometes un error al insinuar que Reagan fuera Jeffersoniano: quizás parte de su administración pero ¿él como individuo? Cuando Reagan, precisamente fue cuando más se volvió a intervenir, para bien o mal, en el exterior de EEUU: Iran-Contra, Líbano, todo eso que ha mencionado Sigfrido.
Lo que yo veo es que los «hamiltonianos» son mucho más consistentes mientras que los jeffersonianos sí que parecen una colección de todo tipo de loco como sale en esa viñeta. No lo digo por ti en particlar, sino por sus seguidores como los del «tea party» que Alfredo ha criticado y los extremistas del Mises Institute.
En definitiva e igual me equivoco pero aquí en Lib.Dem veo mucho CATO, y en ti veo mucho Misesismo.
PD: Bueno debo matizar: el CATO se horrorizaria con las doctrinas migratorias de Alfredo pero hablo de la economía y las posturas.
PDD: Yo también, Alfredo, disfruto de esta web pero no disfruto a veces de su actitud. Creo que su sarcasmo hacia quienes no compartimos 100% su forma de pensar deja mucho que desear. Admiro que no censure, pero creo que usted es demasiado prepotente y arrogante. Está bien que usted sepa de todo, y que haya estado en política ¿no será que es eso? Siempre me comentan que los más liberales, una vez metidos en políticas, se hacen más estatistas.
Yo no me defino todavía aunque me inclino más al Alfredismo liberal que otra cosa. Y lo curioso de todo es que he votado PSOE en las elecciones del 2004 y antes era de IU.
Un saludo
Pues soy de Cato y no de Mises, soy más de Friedman que de Mises y totalmente de Jefferson y no de Hamilton.
Sobre lo del progresismo;
Realmente los hamiltonianos eran los conservadores de la Revolución Americana; querían cambiar la Corona por una presidencia fuerte, y que los estados se disolviesen dentro de un nuevo nacionalismo. Los Jeffersonianos eran partidarios del gobierno local que confluyese con los estados y la federación, y promovían el librecambismo. Jefferson fue el redactor de la Declaración de Independencia, Madison el de la Constitución. Tanto Jefferson como Madison eran antifederalistas.
Ocurre que los hamiltonianos tienen su partido, el Republicano, y los jeffersonianos acabaron dispersos dentro del Republicano -Republican Libertarians o «republitarians» (Friedman, por ejemplo)-, del Demócrata -Libertarian Demócratas-, del Constitucionalista y del Liberal (Libertario).
Respecto a lo que dices de Reagan, no, no era progresista, pero asume el discurso del derrotado Goldwater que en cierto modo era una vuelta a la Old Right. Reagan tuvo sus intervenciones el exterior -que yo apoyo, salvo el asunto de los contras nicaragüenses-, igual que Calvin Coolidge mantuvo una política arancelaria proteccionista. Y sin embargo fueron políticos liberales.
Saludos.
¡Lo que hay que leer!
Jaume: ¿prepotente? ¿Para qué entonces viene usted aquí a comentar? ¿Qué tenía usted en esa cabecita cuando me escribió esa estupidez de que soy arrogante y prepotente? Y no, no me de una respuesta de mariquita: hábleme, hábleme como una persona normal. Ud habla de muchas cosas a la vez: ¿es ud consciente de lo que dice y por qué lo dice? Debe ser que estar dentro del PSOE o IU corrompe absolutamente el cerebro.
¡ohhh DISCÚLPEME! ¡QUÉ MALO SOY! SOY PREPOTENTE: IDIOTAS COMO USTED QUE NO SABE ABSOLUTAMENTE NADA SOBRE LO QUE DICE PERO QUE REPITE LO QUE OTROS DICEN.
Si soy tan «arrogante» y «prepotente» le recomiendo que váyase a hacer sus gárgaras con cerveza del Mercadona a otro sitio PORQUE AQUÍ NO NOS INTERESA SU OPINIÓN SOBRE MÍ.
Andrés: bien, creo que resumes el jeffersonianismo bastante bien aunque no entiendo muy bien ¿qué es lo que quieres decir? Sí, precisamente la última frase de tu artículo es lo que vamos a tocar próximamente, pues está claro que muchos liberales son los nuevos Abbie Hoffmans de la derecha — y eso yo no lo quiero.
En efecto , Alfredo .Las guerritas tipo Irak y Afganistán fueron y son una auténtica chapuza organizada por majaderos .
La primera fase de la invasión afgana , fue perfecta , y hay un libro llamado «Soldados a caballo» que la narra perfectamente .
Lo que no se puede , es invadir un país cuando todavía hay un frente abierto y ese frente se llama Afganistán .
Tema Irán :
yo creo que el Shah fue el mejor gobernante que tuvieron en todo el Siglo XX y odio a los ayatollahs , pero reo francamente que jamás se les ocurrirá lanzar una bomba atómica a otro país porque saben que eso significaría una respuesta nuclear sin parangón en los anales de la Historia del siglo XX-XXI .
Ni siquiera en la época del tarado de Jhomeini iniciaron guerra alguna contra otro país , así que , no creo que lo vayan a hacer ahora . Pajarracoss sí , pero tontos no .
Por lo demás , los que tradicionalmente han sido más intervencionistas en el sentido globalista , han sido los demócratas .El GOP cambió su tendencia tradicional cuando los asquerosos neocons se hicieron con las riendas del partido .
Por cierto , que Hamilton tenía toda la razón también en el tema de los Partidos políticos .
Son una lastra para cualquier Nación , un foco de corrupción , y sus miembros anteponen sus intereses partidarios a los de la Nación .
En Europa , el problema es mucho mayor que en los EE.UU , donde los partidos no son castas cerradas , y donde en su seno existen tendencias de lo más diverso .
Lo del «populacho ignorante» a través del legislativo es otra de las cosas que pueden sonar un poco duras pero en las que tiene toda la razón, también estoy a favor de la democracia como medio, no como fin, el democratismo. Es una de las cosas que me interesan sobre todo de Hamilton, la preeminencia del Ejecutivo, pequeño pero fuerte en las cuestiones concretas que sean de interés nacional, como la defensa, fundamentalmente, la lucha contra el crimen, la justicia, etc., y del Judicial, a través de la preeminencia de la Constitución sobre las demás leyes, al contrario del modelo europeo continental, la voluntad general (de la mayoría) roussoniana. Creo que desterrar la democracia directa fue su mayor aportación, es cierto, junto con otras sin las cuales posiblemente EEUU no habría llegado a ser lo que es, como su realismo y pragmatismo a la hora de sentar las bases de la expansión económica norteamericana. Realismo como, por ejemplo, al entender que para amortizar la deuda que habían adquirido los EEUU para financiar la guerra contra la metrópoli la única posibilidad era
permitir a la autoridad federal decretar nuevos impuestos que fueran reduciendo la deuda pública, ello aparte de las medidas para incentivar la confianza de quienes tenían la capacidad de generar riqueza.
Las intervenciones exteriores, como ustedes dicen, por otro lado, puntuales y donde haga falta, donde estén en juego los intereses y la seguridad del país, como Reagan en Granada o Nicaragua, para evitar tener dos Cubas más a las puertas, o en Libia, para tranquilizar a Gadafi.
Creo que no le falta razón a Sigfrido sobre Irán. Con la bomba, posiblemente, su intención más bien sería consolidarse como potencia hegemónica dentro del Islam mediante el escudo nuclear. No estoy tan seguro de que la dictadura islámica incluso se arriesgue a suministrar armas nucleares a grupos islamoterroristas puesto que, en el supuesto de un hipotético atentado, el origen del material empleado podría ser conocido, teniendo esto nefastas consecuencias para los ayatolás. Y en caso de un ataque contra Israel, si no llegara a destruirlo por completo, la represalia israelí podría ser terrible para la nación persa, al ser bombas termonucleares la mayoría de las 200 cabezas atómicas con que cuenta el estado hebreo.
Así y todo, no me tranquiliza que Obama no tenga preparados uno o dos misiles, solo por si las moscas, por si hay que bajar algunos humos.
Javier: no se trata de una cuestión de misiles, necesariamente: a lo que me refiero es que hace tiempo tendrían que haber bombardeado las fabricas iraníes donde producen uranio y donde están desarrollando sus capacidades militares y nucleares. Algo así como esto:
Hamilton tiene toda la razón .es un defensor acérrimo del Ejecutivo , al igual que Carl Schmitt .
La democracia siempre ha de ser un medio , jamás un fin , porque cuando se convierte en un fin , como hoy en día , se convierte en la más abyecta tiranía liberticida .
Democracia directa :
en Suiza funciona muy bien , al igual que en las pequeñas comunidades .La Memocracia parlamentaria suele ser muy corrupta .
El problema es que en España , tan garrula y anárquica , la democracia directa se convertiría en una feria .
Bomba contra Israel :
incluso aunque el país fuera destruido por un ataque nuclear iraní (físicamente imposible) , tendrían capcidad para destruír Irán desde un simple submarino nuclear .
Aquí en Lib.Dem siempre hemos dicho que la democracia es solo un instrumento — no el fin. El fin es otro. Ya tenemos tiranía en España precisamente por el igualitarismo y el democratismo.
Así es , Alfredo .siempre he dicho que el Igualitarismo es el mayor de los despotismos