(recuerden que esto es en realidad algo que escribí en el 2006)
Se accede a la universidad por una callejuela estrecha que desemboca a una pequeña plaza: el Patio de Escuelas. En los dos lados se encuentran las entradas principales, y en el centro hay una estatua moderna, alrededor de dos veces mayor que la mismísima vida y ciertamente mucho mayor que el valor moral de un socialista europeo moderno. No hay ningún distintivo de la vestimenta del estudiante, y apenas un rastro de cualquier estudiante con modales y costumbres. Una caída muy similar hemos observado en Oxford y Harvard, por supuesto. La diferencia es que siguen con un proceso de selección mucho más selectivo que el español. Grande será el día en el que a un alumno lo admitan a la universidad por su capacidad intelectual y méritos y no por su raza, religión o género.
Hubo un tiempo cuando el estudiante de Salamanca vestía con chaqueta bordada, ropa pequeña, un buen sombrero y una espada a su lado (bueno ahora llevan navajas). Pero todo esto es tan del pasado que uno se olvida incluso de la fecha de su desaparición. Oh, hay una forma de vestir, pero es demasiado indigna para que sea digna de un «estilo»: pantalones vaqueros rotos, camiseta del Che Guevara y sandalias en verano. Son vestimentas absolutamente peyorativas para una universidad con una historia tan grandiosa.
¿Cómo se llegó a establecerse aquí una universidad? ¿Por qué-en el año 1200-Salamanca fue elegida por encima de todos los otros sitios? Don Alfonso el Sabio, su fundador, dio como su razón: Salamanca es saludable, siempre con agua de buena calidad, y abundancia de todas las cosas. Era el rey de León, el primer reino cristiano que se liberó del yugo de la represión de los moros, que habían interrumpido el curso normal de la historia española mediante la ocupación de España por un tiempo. Contrario al mito perpetuado por los hippies que fuman marihuana, los moros no dominaron a toda España durante ocho siglos, ni vivían en el esplendor … no todo el esplendor que los izquierdistas nos venden.
En una charla ayer con un joven izquierdista, éste me dijo: «bueno al menos los moros sabían lo que era un baño.» Le respondí a su comprensión «profunda» de la historia y le pregunté: «si los moros sabían lo que era un baño, ¿por qué el agua y el jabón es tan ajeno a ellos hoy en día? El joven no tuvo respuesta, y entonces procedí a ponerle en el lugar que le corresponde por tonto y por rojo. Eso, señoras y señores, es otro ejemplo de un alma joven y pobre destruida por una educación mediocre y propagandista del estado socialista. Sí, los moros sólo gobernaron durante «ocho siglos» y no del todo … en Granada sí pero … habían otras partes de España, sin embargo, que afortunadamente no tocaron. Y en cuanto a los que me dicen «Ohh … y la Alhambra es bella y mora!» Sí, lo es, y me pregunto por qué ningún país árabe ha construido algo así … lo que me lleva a creer que la Alhambra fue realmente construida por los cristianos como mano de obra esclava para los islámicos liberticidas.
Una vez que la universidad comenzó, se aprovechó de su posición protegida en la parte trasera, lejos de las guerras fronterizas para la recuperación del territorio, poco a poco, hasta que los moros fueron finalmente expulsados de la península, por la gracia de Dios. A eso le sigue la época dorada de España.
Cada familia de aquella época se habrá beneficiado del saqueo de Granada y de los tesoros que comenzaron a entrar desde América, y así enviaron a sus hijos, a caballo o a pie, a Salamanca. Entre los siete mil estudiantes se encontraba la flor y nata de la nobleza. Los privilegios reales permitían a los licenciados estar exentos de pagar impuestos, y se les convertía en hidalgos. Los estudiantes socialistas de la universidad de hoy me dicen «acabamos con los privilegios». Yo les digo, de hecho, que se han eliminado privilegios sólo para instituir la mediocridad universalmente compartida y más impuestos.
Pero, la decadencia comenzó ya hace mucho con el reinado del hijo de Felipe II. Ya en el año 1862, sólo habían 300 estudiantes en la USAL.
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