«Obreros» y déspotas: el caso español

Hay una teoría popular que afirma que el despotismo siempre consiste en el poder arbitrario y opresivo contra la mayoría por uno, o unos pocos, y parece difícil que la gente se dé cuenta de que el único despotismo y tiranía que tenemos actualmente en este país es el despotismo popular. Hemos tenido ocasión reciente para observar un ejemplo de esto. Un caballero empleado, por una empresa «conocida» o famosa en Madrid, contratado como carpintero. Ya sabemos que no hace falta ser un genio para ejercer ese oficio. La empresa le da la madera, los martillos, todas las herramientas, et cétera. Puede haber, por supuesto, un carpintero malo pero a nadie se le ocurriría decir que un carpintero, hoy en día, es «mano de obra cualificada.» Un cliente llama a la empresa porque necesita a un carpintero para hacer una obra en su casa. Bien, cuando le mandan la factura, el dueño se escandaliza del precio que cobran. Indagando sobre el precio, se encuentra con que el carpintero es un miembro de un sindicato, como UGT, y a pesar de protestar por la incoherencia e injusticia de tener que pagarle a él cuatro veces más de lo que cobra un inmigrante ilegal, le dicen que no se puede evitar, que los carpinteros tienen un convenio juntos y están obligados a ese compromiso salarial entre sí, y no se permite el trabajo a precio más barato (a pesar de que los convenios le pagan a todos por igual, independientemente de su rendimiento, lo cual provoca la vaguitis y la baja productividad). Y, el caballero propietario tuvo que sucumbir al robo, inicialmente algo indignante, pero finalmente, robo puro y duro porque ese salario está por encima de lo que es realmente.

Ahora bien, si el capital pudiése unirse para fijar precios «justos» para cosas tan básicas como la harina, el pan, o la leche, o a la inversa, un monopolista fijar precios arbitrariamente sobre las necesidades vitalicias, sin la más mínima referencia a valores morales intrínsecos, nuestro estimado carpintero sindicalizado entendería perfectamente de qué se trata. Es precisamente idéntico a lo que él ha hecho. Uno ofrece su trabajo y lo «vende», el otro tiene harina y leche y azúcar, y ambos son culpables de conductas inmorales, despóticas e inmundas. Yo no conozco, en esta patria, a ningún liberal de bien, con valores morales, que apoye a los especuladores que hemos tenido en los últimos años. No les apoyamos porque mentir y robar es inmoral, contrario a la ley de Dios. El principio que se encuentra en la base de todos los intentos organizados para recaudar dinero fijo de la mano de obra o de mercancías por encima de su valor real, en una competencia libre y capitalista, es uno de los principios del despotismo: robar. Y hoy en día, en España, estamos rodeado de ladrones, de déspotas «populares» — este tipo de tiranía popular es la más extendida y habitual en España hoy en día. Hablo muy en serio: no sé si será la «crisis» como pretexto pero cada vez más tengo la sensación de que me rodean ladrones y mentirosos, y que en su mayoría no son «ricos» precisamente — son los que codician lo ajeno. Cada vez hay más zonas de Madrid con cámaras y edificios con más seguridad debido al aumento de estos déspotas populares que se creen que robar es lo correcto.

Por supuesto, todas las tiranías se equivocan en su naturaleza, y todas las tiranías, al ser fundada en la maldad y el mal, deben ser sostenidas por el mal. Si los sindicatos exigen a la fuerza mediante los convenios un salario fijo y mínimo, entonces se reduce automáticamente el número de trabajadores potenciales y la competencia no es libre. Nunca toman en cuenta los intereses del público y los derechos de los ciudadanos consumidores de ningún modo. Todo se reduce al interés del sindicato y esa minoría mafiosa de trabajadores. De esa oferma, se ajusta todo a la ley de oferta y demanda que ellos quieren para seguir dictando sus propios precios arbitrarios. Qué sinvergüenza habrá que ser para preferir que millones estén condenados al paro con tal de que algunos mantengan sus beneficios y sueldos improcedentes.

En todo esto, es el público el que más sufre de las artimañas sindicalistas pero también llega un momento en el que el propio sindicato se convierte en algo despótico contra sus propios socios e incluso a trabajadores que optan libremente no ser miembros de la «mafia» de UGT o CCOO.

Estamos pasando en España un periodo que roza la depresión económica, no ha habido ningún beneficio en los negocios, y los hombres están encantados de conseguir cualquier trabajo a cualquier precio. Pero hay otros muchos que no han sido autorizados para trabajar a cualquier precio, como los sindicatos, que en épocas pasadas forzaban a sus miembros a la huelga, aquellas huelgas arbitrarias y sanguinarias que todos conocemos en la historia española. De esa forma, tenemos el panorama de miles y miles de hombres honrados y dispuestos a trabajar para ganarse la vida a precio de mercado y no pueden gracias a los sindicatos.

No necesitamos hablar sobre los efectos de ese despotismo «de convenios» que reduce toda la excelencia al nivel del ignorante y de la impericia. Fijar sueldos mediante convenios en España es ofrecer una prima a la imbecilidad, y es un golpe aplastante contra el auto-respeto y contra aquellos que una vez soñaron con ser mejores trabajadores que sus compañeros porque merece la pena.

Es una palabra difícil de pronunciar, pero el sindicato es una representación sombría de aquél monstruo que una vez oscureció a todo París y horrorizó a nuestro ilustre Don Antonio Cánovas: la «Commune». Ahora bien, nada tan sucio, nada tan repugnante, nada tan vil, nada tan inicuo, nada tan injusto e indignante, se haya podido concebir en el vientre del tiempo engendrado por Satanás como «La Comuna». Gracias a Dios hoy en día jamás volveremos a vivir un problema así en Europa, ni tan siquiera un sólo día, pues eso sería un acto de guerra en un país con millones de propietarios. Su breve «reinado» en Francia, además, se limita a París. No tuvo más «progreso» eso ni efectos sobre los propietarios franceses que lo que un fuego haría sobre las olas del mar. El comunismo en Europa, gracias a Dios, está muerto, y todo lo que quiero decir al respecto, en este contexto de los convenios y los sindicatos es que son los herederos naturales de la Comuna, y eso hay que decirlo para demostrar la podredumbre de sus orígenes y su base ideológica.

Los liberales tenemos que poner al sindicato, y al sindicalista, bajo lupa, y desconfiar de la mayoría. Cuidado con la manifestación que se nos avecina el 23-f. Ahí es donde todavía vemos como los jóvenes de ciertos grupos sociales se preparan, se educan y entrenan la mente para engendrar discordia social y agitación anti-capitalista. Creo que en esta época de «crisis» se ha debilitado bastante la resistencia socialista de exigir más y más derechos. Con tantos parados, los sindicatos están débiles y lo saben, saben que no pueden seguir ese camino con el que amenazan a toda la nación. Por lo menos le daré gracias a Dios de que uno de los mejores resultados que nos ha traído esta gran crisis española es que, por fin, se tendrá que reformar el mercado laboral y recortar cláusula socialistas. Esperemos que si hay algo de decencia en el PP, cosa que dudo, no colaboren absolutamente en ningún tipo de reforma que ponga en peligro la libre competencia para que España, por fin, pueda competir con los países del entorno.

Bienvenida sea esta crisis, pues, porque es una gran oportunidad para nosotros los liberales.

27 comentarios

  1. Gallego orgulloso · ·

    Mira, los sindicatos son una mafia institucionalizada. Cobran una mordida estatal que no está justificada ni por su afiliación ni por su respaldo social. Un montón de gente que conozco por mis padres trabajan en lo público y hay un montón de liberados que hace más de un lustro que no trabajan y siguen cobrando el sueldo. Eso es robar como bien dices.

    La mayoría de gente sindicalizada es gentuza, ligada al bajo mundo del crimen organizado y establecen un cartel de precios. Hoy en día no suelen ser violentos ni huelguistas pero porque son estómagos agradecidos, gente apoltronada al sillón, vagos y ladrones. Mis padres tienen una empresa aquí en Coruña y no te imaginas la cantidad de «trabajadores» que no paraban de exigir más y más sueldo cuando lo que hacían, en cuanto a productividad era una mierda.

    Sé que no te gusta la inmigración, y a mi tampoco pero debes comprender el por qué mucha gente finalmente opta por el ilegal, pues sí, te da menos problemas. Lo que hay que hacer creo es romper la voluntad de lucha que quede, y eso se hace no con represión, pues obviamente eso es más bien fascismo autoritario, pero ahora con el aumento del paro tendrán que joderse esos hijos de puta y reformar esa actitud chulesca que tienen de no dar palo al agua. Suena duro y cruel decir cosas así pero al final la peña no aprende si no es con palos y necesidad.

    El New York Times de hoy, si te fijas, ha criticado a los sindicatos españoles y a zETAp. Cuando ves que un diario tan progre como el NYTimes lo hace, es que ya es hora de que de verdad se marche ese HP que está en La Moncloa, que dé paso a Mariano Rajoy y encaminarnos al crecimiento nuevamente.

  2. valcarcel · ·

    Bueno gallego, hay que dejar claro que no tenemos ninguna intención de abolir o prohibir a los sindicatos. Si el país en algún futuro decide que quieren a esos sindicatos, creo que es una cuestión para otras generaciones y otras Cortes, sería una decisión que sólo se podría tomar una vez y no en este ambiente político sino después de un gran acuerdo. Yo personalmente creo que a España le ha ido y le iría mucho mejor sin ellos y que además, el mundo nos lo agradecerá.

    Hay que, como bien dice usted, debilitar la voluntad del militante en el sindicato. No creo que el paro sea lo único a utilizar como arma aunque no está mal pero, también los propios recortes salariales y aumentos de impuesto que se avecinan.

    No leo el NYTimes pero por curiosidad le he echado un vistazo y efectivamente, es bastante duro con el Zapatero.

    Por último, no, no creo que Rajoy vaya a solucionar mucho más tampoco aunque ciertamente sus ministros serían muchísimo más competentes y no tendríamos este gobierno del arco-iris que hace el ridículo por Europa y el mundo y no representa a una gran mayoría de españoles, porque no olvidemos que ganaron gracias a partidos nacionalistas y perdieron lo que yo llamo «el voto español», es decir, el voto del español de bien, del que tiene su PYME, la España del trabajador autónomo, y del asalariado honrado (que también los hay). Zapatero representa, la «otra» España, la España de la pandereta y de la alpargata, la España contra la que intentó levantarse contra el Somatén.

    Con este clima político, no es nada raro que a muchos les entre nostalgia por algo como el Somatén. Pero hay que ir con calma, paciencia y explicar las cosas. Tarde, la realidad se impondrá, lo malo es que llegará demasiado tarde si seguimos con este camino político.

  3. @ Alfredo

    Tengo una curiosidad:

    Cual sería tu España ideal?
    Me gustaría que al responder no te limitaras a ver que sería mejor para ti, y procuraras pensar en la sociedad en general como colectivo y como aglomeración de individuos, familias….

    Qué nos parecen las confederaciones de empresarios?

    Es la mano de obra una mercancía más? Es eso cristiano?

    Por ahora sólo eso pues quiero estudiar el texto con más detenimiento.

    @ Gallego

    Serias muy feliz en Marruecos.
    Anda vete que aquí no queremos desalmados como tu y que Dios te perdone porque nadie más lo hará.

  4. valcarcel · ·

    Bueno, lobo, antes que nada, una puntualización sobre la «sociedad» — nunca he creído que exista una «sociedad» como elemento desvinculado de los individuos y familias, de hombres y mujeres como individuos y sus familias.

    A mí personalmente no me suelen gustar las confederaciones empresariales ni tampoco me gustan los gremios: es interesante lo que usted plantea pues hace años dije que si por mí fuera quitaría los gremios en la farmacia por ejemplo, o el «colegio real de tal o cual» cosa.

    Sobre la mano de obra, mi criterio es completamente bíblico y cristiano aunque no es católico: el Génesis, capítulo 2, habla del día del descanso necesario para todos los trabajadores y toda persona.

    Y mire hay muchos mensajes para los trabajadores, que deben conformarse:

    Filipenses 4:11-12 (Reina-Valera Antigua)

    11No lo digo en razón de indigencia, pues he aprendido á contentarme con lo que tengo.

    12 Sé estar humillado, y sé tener abundancia: en todo y por todo estoy enseñado, así para hartura como para hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.

    En II Tesalonicenses 3:

    «Empero os denunciamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que anduviere fuera de orden, y no conforme á la doctrina que recibieron de nosotros:

    Porque vosotros mismos sabéis de qué manera debéis imitarnos: porque no anduvimos desordenadamente entre vosotros,

    «Ni comimos el pan de ninguno de balde; antes, obrando con trabajo y fatiga de noche y de día, por no ser gravosos á ninguno de vosotros;»

    Una persona bíblica y de fe cristiana no debe estar en un sindicato, Es más, Dios mismo lo dice en la Biblia en una lección:

    El sindicalismo es una práctica de monopolio en la práctica. Sin ese poder de monopolio, se rompería en dos y por completo cualquier «poder» que puedan tener.

    Yo opino que ya que hay legislación anti-monopolios, quizá los tribunales deberían ver si se aplican a los sindicatos aunque esa no es una cuestión que me apasione en demasía.

    Pero, en la actualidad, tanto los empresarios y los trabajadores se enfrentan a un monopolio. Como frecuentemente hay un solo sindicato por empresa, ésta se enfrenta a un monopolio en este campo laboral y no puede funcionar sin un contrato de ese gremio o sindicato de convenios.

    Desde el punto de vista cristiano y bíblica, le doy un ejemplo: un artesano, que desea ejercer su oficio, que no sólo es un derecho trabajar sino un deber bíblico utilizar los talentos que Dios nos ha dado, no puede hacerlo muchas veces por las prácticas sindicalistas (por ejemplo hace poco los guías turistas en Madrid independientes tuvieron que someterse a la furia de los sindicatos apolotronados).

    Los sindicatos crean la aristocracia de los dirigentes como Cándido y los liberados.

    Ya hay una exhortación de Isaías sobre estas cosas, «¡Ay de allí que juntan casa a casa, que estaba un campo a otro, hasta que no haya lugar, para que puedan ser colocados solo en el medio de la tierra «(Isaías 5:8).

    Es el pecado, la codicia, la avaricia y de tratar de monopolizar el mercado y eludir la ley económica de Dios. Así mismo Cristo sufrió latigazos y expulsó a los monopolistas del templo, en una furia divina.

    Podríamos decir muchísimo más sobre lo que dice la Biblia de la economía pero me temo que la mayoría de los lectores no son cristianos bíblicos y por eso no suelo hacerlo.

    Sobre el tipo de España que yo quiero ver:

    quiero una España más independiente, menos ligada a los gremios, más liberal en lo económico, más individualista, menos «zapatero», más «mi cartera es mía» y quiero también una España más educada (en cuanto a formación). La verdad es que considero que es una pregunta muy extensa y le podría escribir tomos sobre el tipo de país que quiero ver en un futuro.

    Un saludo y gracias

  5. mallock · ·

    Alfredo, estoy de acuerdo con usted salvo en la parte donde dice que en Europa ha muerto el comunismo. Ojalá fuera así pero todavía hay gente comunista o al menos, con esos origenes gobernando. Casi toda la generación de los años 60, los cincuentones y sesentones de ahora, tienen ideas marxistas. Los jóvenes en España cada vez menos, pero algo queda. Yo en mi empresa trabajo con muchos y la mayoría pasan de todo pero los que son de alguna ideología suelen ser liberales.

    Jejeje, lo de los gremios es cierto también, parece como una práctica medieval que todavía conservamos.

    Fíjate si aquí está arraigado eso de los convenios que dices que cuando vas a un bar y dejas propina, la propina va para un bote colectivo y se lo reparten entre todos, a pesar de que a lo mejor hay compañeros que hayan trabajado más que otros. En los EE.UU ví como la propina es directamente para el camarero y muchas veces, no sé si en todo USA, pero estuve en Nueva York y allí muchos piden que le sirva fulanito o menganito porque se lo ha ganado.

    En fin, creo que hay mucho por hacer todavía y no comparto su optimismo.

  6. valcarcel · ·

    Hola Mallock: una de las peores generaciones que hemos tenido ha sido la del «baby boom», estoy de acuerdo en eso. La generación que más admiro de la época más o menos moderna es la de nuestros abuelos, la «generación de la II Guerra Mundial», conocida en EEUU como la «greatest generation»: Thatcher, Reagan y seguro nuestros abuelos compartían muchísimos valores de austeridad y responsabilidad en común así como cosas de índole moral-cristiana.

    Lo que quise decir con que el comunismo ha muerto es que hoy ya no es una opción política como en los 80. Es cierto que quedan algunos dinosaurios como Llamazares y esa gente pero no muchos, no son la amenaza más peligrosa que tenemos aunque muchas de las cosas que sí son amenazas tienen raíces marxistas y comuneras.

    Me ha hecho gracia lo de la propina porque es verdad, aquí en España la comparten cuando no todos los camareros trabajan igual ni sirven la copa de la misma forma. Yo eso lo observo mucho y es cierto pero bueno, no podemos cambiarlo todo de la noche a la mañana.

    Sí hay mucho por hacer pero sin optimismo nada sería posible.

  7. Valencianote · ·

    No conocía lo del Somatén, Alfredo, pero lo he investigado y parece interesante. Al parecer mi padre me ha dicho que un abuelo mío era parte de ese somatén en una parte de Cataluña. Soy valenciano pero con origenes muy catalanes.

    He visto este vídeo a pesar de que es un poco rojillo con el tema pero al menos ví al somatén. La verdad es que poco ha cambiado en España jaja, seguimos en lo mismo.

    Creo que de todas formas los que hoy son sindicalistas son una pila de vagos.

    @Gallego orgulloso:

    El ilegal no te da menos problemas, a menudo lo que parece barato sale bien caro y ellos ahora con todos esos derechos que les ha regalado ZP con nuestro dinero pueden denunciar y hay que pagarles por buenos, bonitos y encima victimas.

    Yo no creo que esa sea la solución, porque es que además como ya habéis dicho por aquí, debido al sistema social el inmigrante cuesta un ojo de la cara.

  8. valcarcel · ·

    @Valencianote:

    Yo creo que lo del Somatén hoy en día es improcedente, pues no se dan las mismas condiciones tan brutales pero en su día sí eran necesarios desde luego.

    A todo absolutista hay que enseñarle el machete, como se hizo en su día con la católica radical María Tudor. Hoy, como ya vivimos en tiempos menos convulsos, sólo nos queda el combate ideológico y legislativo.

  9. Gallego orgulloso · ·

    @Lobo estepario:

    Me ha parecido inaceptable que usted quiera que me marche de mi propio país. ¿Qué tiene de malo lo que yo he dicho? ¿Qué tiene de desalmado? Alucinante.

    @Alfredo:

    Eso es porque tú no llegas a entender lo que está detrás de Don Mariano Rajoy. De ganar él las elecciones, te aseguro que todo sería mucho más liberal.

    Por curiosidad, ya que no estuve pero he leído muchos artículos, ¿qué opinas de «el aragonés» no recuerdo su nombre, en el Instituto Juan de Mariana, el que participó como periodista en la conferencia de Santiago?

  10. valcarcel · ·

    @Gallego:

    No, sigo sin fiarme de Mariano Rajoy, lo siento – obviamente hasta un perro sarnoso es mejor alternativa que el desperdicio humano que representa Rodríguez Zapatero pero ¿Rajoy? No tiene ni idea de alternativas tampoco.

    Respecto a la pregunta, bueno, sin dar nombres, sé a quién se refiere y no, no es aragonés, es asturiano, y un carlista de mucho cuidado.

    A ese esperpento siempre le tuve por un hombre sin importancia mental. Es un bohemio de la derecha católica, noctámbulo, le gustan las apuestas, es dormilón y perezoso, cuyo único «mérito» es un estudio que presentó en Santiago, y que vienen explotando con intolerable insistencia cuatro patrioterillos de tres al cuarto y tópicos ridículos sobre los protestantes.

    Más tarde, y dejando aparte su inmoralidad repugnante y su hipocresía interesada, intentó darme «lecciones» a mí sobre mi liberalismo, llegando al extremo de decir que en el Instituto Juan de Mariana me odian por ser yo un «ultra conservador de corte anglosajón.» Es un plagiario y se cree muy graciosillo, y seductor de las mujeres (a pesar de que las chicas en un bar se negaron a servirle copas o a hablar con él, por ir de guay).

    Luego, ese señorito es un europeísta fascista, debido a su catolicismo recalcitrante.

    El día de la Conferencia en Santiago, si: El día ese dijo algo. Claro que lo dijo sin oportunidad, sin posibilidad de ejecución, estúpidamente vacuo, trocando en un dislate lo que debiera ser una noble esperanza de todo español de bien, recto y moral.

    Nos dijo en una charla (después de su presentación) que el triángulo de las aspiraciones exteriores españolas, son: Gibraltar, Portugal y Marruecos, con el aditamento «espiritual» de América.

    Nosotros sabemos que meses antes habia recibido en su casa el donativo de un libro. Ese libro, escrito por uno de los escritores españoles más eruditos y más originalmente orientados, contenía ese programa, entero y palpitante. Nosotros sabemos que esas ideas católicas alcanzaron la caverna de su cráneo hueco.

    Fué plagiario ese señorito. Pero además fué un dilapidador esterilizante de la propiedad ajena.

    Que España desea, ó debiera desear, a Gibraltar, a Portugal y a Marruecos es indiscutible.

    Que si un día saliésemos de esta miserable postración papista y socialista en la que vivimos, a tales horizontes debiéramos mirar, es indiscutible. La diferencia es que yo quiero realizar esos ideales de una manera humana y legítima, por medio de nuestro mejoramiento individual, y unidos estrechamente a los países occidentales, en cuyas manos se halla el porvenir de la patria española. Este señor quiso lanzarnos fuera de esa órbita, aliándonos con un
    país bárbaro y vencido, entre cuya agonía sucumbiríamos como una especie de Turquía.

    Nosotros podremos aspirar a Gibraltar en armonía con los ingleses, cuando la entrega de las llaves del Estrecho a España sea una entrega a manos amigas, y cuando Inglaterra obtenga por esa cesión un cambio aceptable. ¿Acaso supone ese papista radical que Britannia caería tan bajo que permitiría conquistar el Peñón con unos soldados amariconados en manos de la ministra Chacón? Vamos, un horror.

    No. Inglaterra, porque así Dios lo ha dispuesto, ó porque sus hijos cuentan con una organización liberal, inteligente, pulcra, atinadísima, ó por lo que fuere, será durante muchos años, y aun siglos, la nación de eficacia militar más poderosa de Europa. Tiene el poder en Europa, y no abusa del
    poder pero es un pueblo noble, protestante, y libre.

    Pero este individuo pervirtió mi doctrina sobre Alemania y pretendió decirnos que sólo debiéramos aliarnos con Germania.

    Sí, Gallego, como se lo digo: con ¡Alemania! Ese pueblo de chiflados y de imitadores que habita Berlín quiso una vez derribar el poderío inglés.

    Ya sabemos lo que la flemática Inglaterra hizo con Alemania: un poquito más de guerra, Alemania. ¿No quisistes guerrear? Otro, otro poquito más de guerra. Ya hablaré yo sobre Alemania y España por estos lares, es algo que tengo pendiente, vista la actitud afrancesada de algunos comentaristas que se pasan por aquí de vez en cuando.

    El único sitio donde ese señorito debe estar es encima de un edredón, sólo, abandonado, sin ninguna esperanza: los que pretenden llevarnos al carlismo merecen ese castigo.

  11. Gallego orgulloso · ·

    vaya, no sabía todos esos detalles. Yo pensaba que él había dicho que Alemania podría ayudar a España a invadir Portugal. Estoy de acuerdo en que Portugal debe ser una aspiración territorial junto con Marruecos pero a los españoles no se nos suele dar bien esas hazañas solos. Y que conste que te entiendo, ya me gustaría a mí ser como los ingleses que tienen las Malvinas. Si yo fuera inglés me excitaría poner a los argentinos en su sitio. Pero lo que no he entendido es lo de Marruecos, ¿por qué eso debe ser una aspiración española?

    ¿Te acuerdas del desastre con lo del Perejil, que recuperamos gracias a Aznar y a Bush?

    La izquierda española jamás apoyaría algo que nos beneficie en nuestro porvenir territorial y administración del Estado.

    Saludos

  12. amartinoro · ·

    Sigue el debate con Cuadernos Keynesianos, y ha dejado unos comentarios para usted: http://amartinoro.wordpress.com/2010/02/11/debate-con-cuadernos-keynesianos-origenes-crisis-y-politica-monetaria/#comments

  13. valcarcel · ·

    Gracias, parece interesante y me provoca, así que luego pasaré para barrer un poco la doctrina socialista.

    @Gallego:

    Sí, dijo que tendríamos que aliarnos con Alemania para eso. Es cierto que hay que mirar el mapa-mundis y ver algunas cuestiones territoriales que yo por lo menos siempre he tenido pendiente.

    Veamos:

    hay que tomar en cuenta que la maldita Francia siempre ha aspirado a estar en posesión del Estrecho, arrastrando a Argelia hacia el Atlántico. Por eso en parte repugno cualquier acercamiento a Francia en nada. Tenga en cuenta que el Estrecho para cualquier español patriota debe ser lo que fue el Canal de Panamá para los estadounidenses en su época más gloriosa. Ciertamente que el Estrecho no es toda nuestra política y de alguna forma necesitamos dominar más en Marruecos para preservar a Ceuta y Melilla y tener agallas cuando Francia intenta meter las narices en nuestro país. Me han tachado, por decir eso, de xenófobo, algo que me enorgullece porque por lo menos mi «xenofobia» se reparte igualmente por Europa, no sólo hacia los que vienen allende los mares. Una España unida a Portugal, y luego aliada en algunas cuestiones marítimas a la Inglaterra nos iría muy bien y pondría en su sitio a la «France» y su «egalité , fraternité » y otras estupideces ajenas a países como España, Reino Unido, o incluso Alemania. Ya hablaré sobre España y Alemania en otro momento, pues estoy terminando de arreglar mi máquina de escribir que es lo que uso para redactar textos importantes.

    Saludos

  14. Necroyeyo · ·

    Usted habla de despotismo jeje, ¿por qué no se pronuncia sobre su querido Aznar y la peineta? ¿No es eso despotismo? Ahora que lo pienso, igual no, seguro que es lo que usted piensa de las clases populares del país.

    Menos mal que no todos los liberales son tan elitistas y han condenado la peineta:

    http://www.anclaos.com/el-dedito-de-aznar/

  15. valcarcel · ·

    Hombre necroyeyo, no es el tema de este artículo en realidad pero ya que lo saca a colación, a mí lo que diga un extranjero nacionalizado español y sinvergüenza como el anclaos no me importa: anclaos debería quedarse calladito a la hora de criticar a nuestro ex-presidente porque gracias a la reforma de Aznar en materia de nacionalidad, ese individuo vive aquí con nacionalidad y ni siquiera es español, presumiendo ser «liberal» cuando es progre y un topo de los socialistas afincado en Red Liberal. No pierdo el tiempo leyendo lo que diga un escupitajo como anclaos – no porque sea progre, que lo es, sino porque es un hipócrita más falso que Judas.

    Respecto a la peineta, pues la verdad no me pareció el mejor gesto 1) porque es inmoral 2) porque de haber sido yo, les habría enseñado un folio en forma de nómina y unas tijeritas. Eso les molestaría mucho más porque los izquierdistas odian cuando hay recortes y a mí una de las cosas que más placer me dan es el tijeretazo.

    Sobre lo de las «clases populares» (sic), no, no se vanaglorie así hombre, la verdad es que yo ni pienso en ustedes más allá del presupuesto general del Estado y las huelgas. Ustedes no son tan importantes como para que yo me pase todo el día pensando en eso de las «clases populares».

    Es más, la mayoría de los que sí pagamos impuestos en vez de robar como hacen ustedes a diario tenemos mejores cosas que nos ocupan como para ponernos a pensar en si la peineta les lastimó o no o si ustedes son x o y. No pensamos en ustedes la verdad, yo por lo menos no.

    Ustedes los que van de «obreros» y votan PSOE no tienen ideas, ni argumentos, ni tesis, ni idealismo, ni orientación. Todos vuestros «ideales» o mejor dicho, toda vuestra capacidad mental cabe en algo más pequeño que una ensaimada.

  16. Hola,

    Vamos a ver, dejando de lado pasajes de la biblia, voy a rebatir esa idea de la «mafia de los convenios», que queda muy bien sobre el papel pero que es una frase absurda si se entiende mínimamente cual es la realidad social.

    Lo primero que hay que tener claro es que los convenios colectivos, sean cuales fueres, es algo que está autorizado y pactado bien con los empresarios, bien con los poderes públicos. Nadie autoinventa un convenio y obliga a los demás a cumplirlo.
    La razón fundamental de la existencia de convenios colectivos es evitar la explotación del trabajador por el empresario o por quien requiere de esta fuerza laboral. En un mundo de paro estructural en las sociedades, y sobre todo en momentos de crisis como la actual, si no existiesen los convenios nos encontrariamos en una situación de bajada continua del precio de este trabajo. El precio del mercado, que don Alfredo tanto desea, sería en este caso un precio de miseria con el que el trabador no podría ni vivir.
    Quizá en momentos de apogeo económico este precio de mercado podría ser decente, pero hoy no lo sería. Siempre estaría quien trabajase por miserias (pues quizá eso sea lo que necesita para vivir por propias circunstancias personales: Vivienda en propiedad, rentas, pensiones, etc) y eso bajaría el precio del trabajo para todos: La conclusión sería que muchísimos profesionales se verían obligados a trabajar por menos dinero del que necesitan para vivir provocando miseria, paro, etc.

    Otra cosa es que haya convenios o ciertas regulacions (también podriamos hablar de los colegios profesionales) que sean abusivas y/o excesivas. Pero insisto mecanismos para cambiar esto los hay (está el poder político) y ese es el camino a seguir. Las teorías kamikazes de que para evitar el abuso hay que destruir los convenios son disparatadas, no mejor, están hechas al tamaño y al interés de quien las propone, como ha dicho Lobo estepario.

    ¿Y por qué no es aplicable a los monopolios? Obviamente lo que en el papel y en la mente de algunos puede parecer cosas parecidas la realidad social indica que no lo es.
    Si dejamos a una decena de productores que fijen el precio de algo obviamente esto subirá. De hecho, y aunque las leyes digan que esta prohibido, esto está de facto pasando en casi todas partes, aunque de forma no muy acusada para que no los «pillen».
    Un convenio colectivo es algo regulado por ley, que proviene de un pacto o de una autorización legal, y un monopolio no lo es. Igual que aceptamos cuando se fija el precio de algo por una «tasa» (existe en muchas cosas como en los productos estancados, electricidad, etc.), si un precio fuese fijado por un estado sería algo a cumplir, con lo que obviamente se puede estar o no deacuerdo.
    Esta es la diferencia fundamental, pero hay otra tanto técnica como moral que es fundamental. El «productor» es generalmente alguien privilegiado que gana mucho dinero con lo que hace. El productor no está en peligro de hundirse económicamente y caer en la miseria porque no se le permitan prácticas monopolísticas. De hecho quien está en peligro de esto es el consumidor en el caso en que el producto en cuestión sea básico para la vida (alimentos, combustible, electricidad etc).
    Esta es una diferencia obvia que no se puede desconocer para hacer argumentos frívolos y/o interesados.

    Por cierto, alguien ha hablado de las propinas. Las propinas, por lo que sé, no están contempladas en los convenios colectivos pues realmente es algo «alegal»(que no ilegal), en tanto en cuanto son ganancias que no cotizan ni las que les practica retenciones. El ejemplo, pues, no es adecuado.

  17. Respecto a lo que se ha dicho de Aznar voy a dar mi opinión también.

    A mi Aznar me parece una persona con una personalidad repulsiva. Es soberbio, vanidoso, ridículo, está endiosado, etc.
    Creo que la imagen que trasmite es lamentable, y si observamos a todos nuestros expresidentes es con diferencia del que me siento más avargonzado por sus comportamientos y palabras (y creo que es algo común a nuestra problación, incluso en personas que le han votado alguna vez).

    Aznar es una persona que no sabe llevar los honores de expresidente del gobierno, y actua como le da la gana sin darse cuenta (o sin que le importe) que él no es sólo José María Aznar, es el expresidente del gobierno de España, y no puede comportarse como el resto de personas. Dignidad de cargo es algo que Aznar no conoce.
    Fuera de ahí quiero decir que a José María Aznar, como persona, le entiendo, pues yo seguramente hubiese hecho lo mismo si entro a un sitio y tengo a decenas de personas llamándome asesino (claro, yo tampoco apoyé la la guerra de Irak). La actitud de los estudiantes me pareció improcedente, sobre todo por unos gestos en exceso agresivos y sobreactuación. De poco vale eso y de nada ayuda a las ideas de la izquierda.

  18. valcarcel · ·

    Hola Pedro: respecto a su primer comentario, sólo le pido una cosa — mándeme 10 puntos (o los que estime oportuno) de lo que usted cree que sean derechos necesarios para los llamados «trabajadores.» Como ya le dije en otro momento, estoy dispuesto a dialogar con usted pero primero necesito saber de qué base ideológica parte en esta materia.

    En segundo lugar, no sé si se refería a mí pero en general siempre he considerado malo que gente como usted piense que no me interesan los trabajadores. De verdad que lo considero como algo de lo peor que se pueda decir de mí: de ser así, yo no intentáse contratar a trabajadores españoles, ni abogaría por defenderles en sus salarios ante el extranji.

    Respecto a Aznar:

    ya dije que el gesto me ha parecido inmoral. Yo he sido abucheado con cosas peores y jamás lo he hecho ni lo haría, pues cada uno se retrata por como es.

    Me ha gustado su última línea bastante: a mí no me va ni el extremismo fanático de mis correligionarios ni la falta de educación en la izquierda. Tenemos un problema, Pedro: vivimos en un país de fanáticos que no asben dialogar. Usted y yo lo hemos aprendido a duras penas, pero al final nos ha ido bien la jugada, y vamos a intentar ver que en el futuro nuestra generación intente dejar esas cosas tan infantiles atrás. A mí todo eso que han hecho en Asturias me ha parecido infantil y ojo: todos tenemos momentos así, yo lo confieso — todos en algún momento, o al menos yo, hemos sentido ganas de decirle a un «rojo» que es un guarro asqueroso hijo de la gran putísima madre. Pero eso no resuelve absolutamente nada. Yo ya he aprendido a pasar de los insultos, de izquierdas o de derechas, a mí me insultan por igual y ya saben que me da lo mismo, pues siempre puedo contar con gente excepcional como usted, o Samuel, o Gallego, o Lobo o mi compañero Sergio Doncel.

    Saludos

  19. Alfredo,

    Respecto a los derechos de un trabajador. No sé si listarlos, porque seguramente me dejaría algunos, pero básicamente un trabjador necesita poder comer, tener una vivienda digna, tener sanidad, educación para sus hijos, alimentos para mantenerse él y a su familia, un trabajador debe tener una jornada de trabajo adecuada y no abusiva, debe tener una pensión para cuando no pueda trabajar, debe tener cierta protección cuando se quede sin empleo y no pueda encontrar uno.
    Una sociedad civilizada, una sociedad que podamos considerar adecuada debe otorgar estos derechos a sus ciudadanos. Si no lo hace esa sociedad no es buena y hay que intentar mejorarla.

    No sé le importan los trabajadores, sé que por lo menos algunos de ellos sí, lo que pasa es que sus propuestas llevarían justamente a ponerlos a muchos de ellos en dificultades mayores que las que tienen ahora.
    Será por egoísmo y por defensa de sus propios intereses, o bien porque está ensimismado con ciertas teorías y modelos de sociedad, pero lo cierto es que algunas de sus teorías me parecen peligrosas y regresivas, y así lo hago constar las veces que puedo.

    Respecto a lo de Oviedo mire. Tener este tipo de actitudes (tanto las de los estudiantes como la de Aznar) siempre lleva a que la otra parte se pueda hacer la víctima y va contra tus intereses.
    Puedo excupar algo a los jóvenes, por juventud y esa radicalidad propia de la edad, pero no a un hombre de casi 60 años que ha ocupado el máximo poder de la nación.
    Lamentablemente pienso que estos jóvenes, en cuanto salgan de la universidad y entren en el mundo laboral, comenzarán a experimentar las tristes realidades que les esperan: Paro, mileurismo, precariedad laboral, tremendas dificultades para la emancipación. Algunos progresarán con los años, otros se quedarán ahí casi indefinidamente.
    Seguramente en ese momento contextualizarán más las cosas y adquirirán la madurez e inteligencia para no hacer este tipo de cosas. Otros, en cambio, parece que morirán con la misma actitud.

  20. valcarcel · ·

    Pedro, yo no creo que nadie en su sano juicio esté «a favor» de abofetear a los trabajadores ni dejarles sin ningún tipo de protección. Y si es así como usted comprende lo que es el liberalismo, me temo que todavía tiene mucho que estudiar.

    Usted dice:

    «pero básicamente un trabjador necesita poder comer, tener una vivienda digna,»

    Que yo sepa, todos los trabajadores pueden comer: por algo es que trabajan en primer lugar. Poca gente optaría por trabajar si no fuera porque tienen algo a cambio. Pero por favor, eso de «vivienda DIGNA» y cosas como «sanidad» y esa lista que usted da necesita una profunda remodelación.

    Usted continúa:

    «un trabajador debe tener una jornada de trabajo adecuada y no abusiva,»

    Esto ha sido así entre los empresarios morales de toda la vida, no es un descubrimiento socialista por mucho que nos quieran vender que ese «progreso» ha venido gracias a ustedes. No Pedro, eso ya estaba estipulado no sólo en la propia Biblia, sino también imprimido en el corazón de la mayoría de los empresarios occidentales. Es cierto que hace 100 años por ejemplo, las jornadas eran brutales pero eso también se debe a que la vida en general era bastante dura, no tenían los avances tecnológicos que hoy disfrutamos.

    «Una sociedad civilizada, una sociedad que podamos considerar adecuada debe otorgar estos derechos a sus ciudadanos. Si no lo hace esa sociedad no es buena y hay que intentar mejorarla»

    Una «sociedad», es decir, una patria, no se mejora gastando más dinero del que se ingresa. Es cierto que, como ya hemos dicho, hace falta un mínimo de red de seguridad social básica para los casos más extremos pero ni mucho menos el imperio de derechos «sociales» que ustedes quieren.

    Usted afirma que «lo cierto es que algunas de sus teorías me parecen peligrosas y regresivas, y así lo hago constar las veces que puedo.»

    ¿Como cuales? ¿Cuando he hablado yo de eliminar las pensiones o cargarme la sanidad? He dicho que son pasos para el futuro cuando ya haya suficiente prosperidad y la gente en general NO quiera tener esas cosas.

    Más o menos de acuerdo con los acontecimientos de Oviedo. Yo he sufrido cosas peores del rojerío radical marxista pero me lo tomo a como lo que es: cosas de jóvenes inmaduros. Y siempre he abogado por resolverlo de la misma forma, una sonrisita y que los guardias de seguridad hagan lo suyo con discreción: un par de patadas fuera del recinto, ficharles, y si hay destrozos o lo que sea, la denuncia correspondiente. No requiere más que eso.

  21. Siempre acabamos afrascandonos en los mismos debates.

    «eso de “vivienda DIGNA” y cosas como “sanidad” y esa lista que usted da necesita una profunda remodelación»

    Fíjese lo peligrosa que es su afirmación. Habla en primer término que obviamente los trabajadores pueden comer (Ah bueno, gracias por el detalle), pero luego viene a decir que eso de la sanidad y la vivienda digna es algo excesivo.
    ¿Entonces que pretende usted? ¿Que las ganancias de un trabajo den para comer pero no den más que para vivir en una chabola? ¿Quiere usted que a quien esté enfermo se le niege un tratamiento o una operación si no puede pagársela?
    Me temo que sí me quedan bastantes cosas que leer sobre el liberalismo, porque viendo estos argumentos debe ser peor de lo que yo pensaba.

    Dice usted «Esto ha sido así entre los empresarios morales de toda la vida», pero luego dice «Es cierto que hace 100 años por ejemplo, las jornadas eran brutales», lo cual es una contradicción, ¿Es que hace 100 años los empresarios no eran morales y ahora sí?.
    Su argumento de que «no es un descubrimiento socialista por mucho que nos quieran vender que ese “progreso” ha venido gracias a ustedes» no tiene sentido y es arrimar el ascua a su sardina. Bueno, voy a puntualizar, no es que sea sólo cosa de la izquierda y de los «socialistas». En España, por ejemplo, la primera limitación de jornada laboral la hizo el conservador Eduardo Dato. Pero lo que sí es cierto es que lo hizo por presiones sociales.
    Acogerse a la «moral» del empresario llevaría a que las jornadas abusivas se apoderasen de todo. El empresario «moral» tendría menos ventajas competitivas que el «inmoral», por lo que la inmoralidad acabaría extendiéndose, lo diga la biblia o no.
    La única manera de garantizar las jornadas decentes es la ley, no la «moral» del empleador. Parece mentira que pueda discutir esto.

    «hace falta un mínimo de red de seguridad social básica para los casos más extremos pero ni mucho menos el imperio de derechos “sociales” que ustedes quieren»

    Su mínimo consite, al parecer, en una pensión de jubilación, y caridad para quien no tenga que comer y para quien necesite un hospital.
    Eso es volver al siglo XIX, que parece muchas veces que es lo que usted quiere.
    El «imperio de derechos sociales» que yo le digo es lo mínimo que se puede esperar de una sociedad civilizada. Si usted quiere una sociedad incivilizada ahí contará con mi más radical oposición.

    «¿Como cuales? ¿Cuando he hablado yo de eliminar las pensiones o cargarme la sanidad?»

    Usted alaba muchas veces el sistema sanitario norteamericano, critica el sistema público europeo, y es un defensor del sistema de pensiones privado.
    Quequiera estableces un periodo de «transición» no es más que un planteamiento lógico y pragmático para evitar conflictos sociales de características gravísimas que acabarían con esa sociedad que usted quiere crear. Pero la idea, la visión de sociedad, está ahí.

    En lo de Oviedo veo que no hay mucho más que comentar.

    Un saludo.

  22. valcarcel · ·

    «Fíjese lo peligrosa que es su afirmación. Habla en primer término que obviamente los trabajadores pueden comer (Ah bueno, gracias por el detalle),»

    de nada: le recuerdo que comer no es un derecho para mí pero bueno…

    «pero luego viene a decir que eso de la sanidad y la vivienda digna es algo excesivo.
    ¿Entonces que pretende usted? ¿Que las ganancias de un trabajo den para comer pero no den más que para vivir en una chabola?»

    En absoluto, no es eso lo que dije — y usted lo sabe. Lo que me molesta es la palabra «digna»: oiga, ¿quién es el Estado para determinar la dignidad de una vivienda? ¿Qué tiene de indigno una casucha pequeña? Qué atrevimiento para los trabajadores que viven en esas casas.

    «¿Quiere usted que a quien esté enfermo se le niege un tratamiento o una operación si no puede pagársela?»

    ¿Cómo? Esto no lo voy a contestar porque es más de lo mismo.

    «Dice usted “Esto ha sido así entre los empresarios morales de toda la vida”, pero luego dice “Es cierto que hace 100 años por ejemplo, las jornadas eran brutales”, lo cual es una contradicción, ¿Es que hace 100 años los empresarios no eran morales y ahora sí?.»

    No señor, no señor, no señor: lea — dije que antes las jornadas eran peores debido a las carencias tecnológicas y no tanto a los empresarios «malvados», amén de que usted parece olvidar que en aquella época no se consideraba nada raro trabajar excesivamente. Eso era tan normal como abofetear a una mujer por impía. Era cultural.

    Me da mucha pena comprobar una vez más su desprecio a los empresarios. Tiene usted un odio irracionalmente increíble contra los empresarios y una fobia difícil de superar.

    «La única manera de garantizar las jornadas decentes es la ley, no la “moral” del empleador. Parece mentira que pueda discutir esto.»

    Hombre claro pero yo dudo mucho que si no existiera esa ley, dada la cultura actual, se les obligaría a trabajar así como usted dice. No sea demagogo.

    «Su mínimo consite, al parecer, en una pensión de jubilación, y caridad para quien no tenga que comer y para quien necesite un hospital.»

    Ningún trabajador que cobre un sueldo tendrá esas carencias y usted lo sabe: le repito. ¿cree que la gente trabajaría a cambio de no tener nada?

    «Usted alaba muchas veces el sistema sanitario norteamericano, critica el sistema público europeo, y es un defensor del sistema de pensiones privado.»

    Correcto.

    «Quequiera estableces un periodo de “transición” no es más que un planteamiento lógico y pragmático para evitar conflictos sociales de características gravísimas que acabarían con esa sociedad que usted quiere crear.»

    Yo lo que digo es que una vez que tengamos la prosperidad suficiente NADIE va a querer el sistema público, lógicamente no. Ahora no tenemos esas condiciones pero por supuesto que me gustaría morir siendo responsable por desmantelar algo tan retro como el sistema público pero ni lo haré yo ni posiblemente se hará en mis tiempos. Tengo otras preocupaciones más agudas que esa.

    «Pero la idea, la visión de sociedad, está ahí.»

    Hombre claro que hay una idea, y un mensaje. Menos mal.

  23. le recuerdo que comer no es un derecho para mí pero bueno»

    Creo que perfectamente podriamos acabar la discusión aquí…resulta difícil discutir con alguien que se basa en estos planteamientos.
    El ser humano nace en un mundo salvaje, donde la comida, dada por la naturaleza, está ahí. La sociedad privatiza campos, deforesta bosques, etc. y elimina en parte importante la posibilidad de obtener el alimento de la naturaleza. Pero en cambio, el alimento no es un derecho, y el poder obtener alimento cuando la sociedad no te lo permite tampoco…francamente increible.

    No obstante respondo alguna cosa:

    «oiga, ¿quién es el Estado para determinar la dignidad de una vivienda? ¿Qué tiene de indigno una casucha pequeña?»

    Como juega usted con las palabras. ¿Qué es una casucha pequeña? ¿Un piso de 60 m2 acondicionado? Eso puede ser una vivienda digna si esté en buenas condiciones, aislada del frio, y tiene acceso a los servicios básicos.
    El argumento es escalofriante. Como no se puede definir que es una vivienda «digna», pues que no haya derecho a la vivinda digna. Su apego hacia los planteamientos de blanco o negro son continuos e increibles.

    «Tiene usted un odio irracionalmente increíble contra los empresarios y una fobia difícil de superar»

    Eso no es cierto y usted lo sabe. Lo que tengo odio es hacia las inercias de competitividad extrema a las que nos lleva sus teorías, que son las que llevan a algunos empresarios a comportarse como malvados.

    » pero yo dudo mucho que si no existiera esa ley, dada la cultura actual, se les obligaría a trabajar así como usted dice»

    ¡Pero hombre! ¡No sea usted cínico! ¡Si estaba defendiendo ayer que había demasiados días de vacaciones y que en España había que trabajar más! ¿Cómo cuenta ahora que no se aumentarían las horas de trabajo?
    Se aumentarían de forma general y usted lo sabe, y si no lo sabe es gravísimo que no lo sepa.
    Primero lo aumentaria la empresa que compitiese con china y tuviese dificultades, después lo harían las de su sector. Después otros sectores verían que así tendrían una ventaja competitiva y lo harían también.
    En tiempos de crisis como el actual sería fácil hacerlo para las empresas, porque hay un 19% de paro. Y lo harían, por supuesto que sí. Igual no todas, pero si un amplio porcentaje de ellas.

    «¿cree que la gente trabajaría a cambio de no tener nada?»

    No, pero a la gente se le daría lo mínimo para que aceptase un trabajo, y este mínimo, en momentos como el actual, es muy poco.
    Este mínimo llevaría a algunos a tene suficiente para vivir, pero ese mínimo no sería suficiente para otros (por ejemplo quien tuviese una vivienda heredada podría vivir con eso pero quien tuviese que pagar un alquiler no). Pero si unos aceptan eso, el precio de mercado para ese trabajo sería ese.
    Conclusión: Llevarían ustedes a la miseria a gente que no está en ella.
    Y yo ahí me voy a oponer ardientemente.

  24. valcarcel · ·

    Hombre Pedro, ya lo sabe bien: «el que no trabaja, no come.»

    No sé qué tiene de increíble: en la propia Europa que usted tanto adora, si no tienes dinero, no comes. Existen comedores privados de las iglesias, no obstante.

    «Eso puede ser una vivienda digna si esté en buenas condiciones, aislada del frio, y tiene acceso a los servicios básicos.»

    Claro — y más del 90% de los trabajadores tienen eso ya.

    «El argumento es escalofriante. Como no se puede definir que es una vivienda “digna”, pues que no haya derecho a la vivinda digna. Su apego hacia los planteamientos de blanco o negro son continuos e increibles.»

    Es que la «dignidad» es algo subjetivo: para mí un tio que se abre huecos en la nariz y en la oreja no tiene dignidad pero a él sí le parece bien. Hay gente que vive de costumbre mal, gentes de mal vivir…y no tiene nada que ver con que trabajen o no.

    «¡Pero hombre! ¡No sea usted cínico! ¡Si estaba defendiendo ayer que había demasiados días de vacaciones y que en España había que trabajar más!»

    Tener demasiados días vacaciones y querer eliminarlos no implica que me quiera cargar todo día festivo.

    «Primero lo aumentaria la empresa que compitiese con china y tuviese dificultades, después lo harían las de su sector. Después otros sectores verían que así tendrían una ventaja competitiva y lo harían también.
    En tiempos de crisis como el actual sería fácil hacerlo para las empresas, porque hay un 19% de paro. Y lo harían, por supuesto que sí. Igual no todas, pero si un amplio porcentaje de ellas.»

    Sigo dudándolo: los propios trabajadores no lo tolerarían — de hecho, por algo en parte tenemos tanto paro — porque muchísima gente se niega a aceptar lo que hay disponible. Cuidadín con decirle a un jovenzuelo titulado que se pong a fregar suelos de bares.

    Bien, entonces discutimos sobre «el mínimo» — y yo creo que con lo que hay sobra. Sobre su penúltima frase: no conozco a ningún trabajador que viva en la miseria en España. Lo siento pero es así: nadie en su sano juicio trabajaría si supieran que iban a estar en la miseria absoluta. No tendría valor ni sentido trabajar y la mayoría preferiría no hacerlo. Un pobre desgraciado trabaja porque tiene que, lógicamente, comer y dormir y tener ciertas comodidades. Si trabajar no le alcanzaría ni para comer, no trabajaría obviamente. A la mayoría de las personas su trabajo les resulta detestable pero lo hacen porque saben que tienen todas las de ganar.

    De todas formas ya le dije alguna vez que estoy dispuesto a ceder cosas y entonces ahora lo que le pido es que me diga qué cree usted que debo modificar sustancialmente para por lo menos llegar a un mínimo de acuerdos con ud.

  25. Bien Alfredo,

    Básicamente usted debería aceptar la sanidad y la educación pública, y unas prestaciones asistenciales mínimas: Pensiones, prestaciones por desempleo y subsidios en casos necesarios. Además, un salario mínimo adecuado que evite la explotación.
    Fuera de ahí podemos discutir los métodos, formas de evitar el fraude en el cobro de prestaciones, formas de evitar el abuso de lo público, donde podemos recortar gasto, etc.
    No creo que se pedir demasiado un consenso en este sentido.

    Su siguiente artículo es muy interesante, a ver si le puedo responder ahora.

  26. valcarcel · ·

    No, no me pide demasiado y omití, por error, decirle en su artículo que yo soy un gran defensor de eso de los 400 euros para parados de larga duración: de hecho, España tiene en ese sentido unas prestaciones raquíticas si comparamos a lo que existe en el UK y lo peor de todo es que usamos como pretexto «la familia» lo arregla todo cuando hoy en día ya eso no es tan así.

    Acepto la sanidad Pedro, pero creo que usted y yo pues deberíamos enfocarnos ahora a cantidades y casos que merecen esas prestaciones y otros que no: para mí un tio drogadicto no se merece eso, por ejemplo. Creo que me gustaría ver más vínculos entre los subsidios y el comportamiento del ciudadano y las decisiones que toma.

    Respecto a la educación pública, claro que la acepto, es una «realidad» y tampoco quiero un país en el medievo. Pero, también me gustaría ver ahí mejor profesorado, más formado, y más calidad. Los colegios que no lo hagan, me gustaría que cierren y den paso a otros que sí cumplan con ciertos objetivos.

  27. ¿Se acuerda de mi propuesta probablemente absurda de condicionar un subsidio estatal a unas cuantas horas semales en ciertos trabajos para la comunidad?

    La idea básica de esta idea era evitar el fraude del cobro de prestaciones de quien también trabaja en negro, por un lado, y crear una red de seguridad potente para todos aquellos que quieran trabajar pero que no puedan por condiciones del mercado de trabajo.
    Como ve yo valoro mucho también la voluntad del cuidadano y su comportamiento para la protección estatal. Yo no pretendo darle regalos al que abusa, si no darle seguridad al que la necesita.

    Respecto a los drogadictos desconozco el porcentaje de éxito que tienen los programas de desintoxicación y me es difícil hablar de esto. De todos modos yo parto de que las personas de pueden equivocar. Mucha gente cae en la droga muy joven, y creo que deben tener una segunda oportunidad.
    Más allá de esto creo que necesitariamos conocer más datos sobre esta realidad en concreto (afortunadamente la época de la heroína y los «yonkis» ya pasó) para establecer un debate más coherente.

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