¡Buenos días señores! Ahora mismo son las 7,15 de la mañana y me desperté a las 5,30 de la madrugada después de haber soñado ser partícipe en la Convención Constitucional de 1789. Desde que se me despertó en el alma un interés por la Constitución Federal de los EEUU cuando tenía 14 años, estos sueños no son inusuales. En el otoño de 1995, tuve una serie de discusiones con mi profesor de Historia constitucional contemporánea y he decidido desempolvar mi antiguo ensayo con los comentarios en rojo de mi profesor endemoniado y empecinado en suspenderme (no lo logró) por su sectarismo político jeffersoniano. Después de tantos años, mi oposición al Jeffersonianismo se ha cristalizado. Nunca he sido «jeffersoniano» como bien saben mis lectores pero por fin puedo explicarlo y es que por fin he acabado de leer la biografía completa de Alexander Hamilton. Si Alexander Hamilton viviése hoy, seguramente se identificaría con el Liberalismo que defendemos aquí. No exagero para nada cuando digo que en estos momentos, hemos sobrepasado los 6 mil lectores mensuales. ¿Y cómo lo hemos logrado caballeros? ¿Cómo es posible que una humilde bitácora, sin financiación externa, ni plataformas sindicadas, ni apoyo alguno de las instituciones haya tenido tanto éxito en tan poco tiempo? Se debe principalmente a la perseverancia que hemos mantenido todos aquí y a nuestra capacidad de defender los ideales que defendemos. España y el mundo occidental agoniza actualmente.
Hace unos pocos minutos antes de sentarme a escribir, me reconciliaba dentro de mis obvias limitaciones humanas, depravadas y pecaminosas con el Espíritu Santo y miraba por la ventana al jardín detrás de mi casa, desde donde se puede ver parte de la cúpula de la catedral de la Almudena. Permítanme que me dirija a aquellos que están alarmados por los disgustos del momento y les impide ver la esperanza del mañana, sin reparar que la pequeña semilla arrojada en la tierra, al brotar, tiene que romper la uniformidad del suelo para convertirse luego en árbol gigantesco. Que nos abandonen, pues; pero se hundirán ellos mismos en su propia miseria enfangada por la mentira y ensuciada por falta de rigor doctrinal. Por consecuencia, lejos de creer que cumplen con algún deber, creo bajo mi punto de vista, creo que algunos están cometiendo una falta grave al intentar despojar el liberalismo de la Cristiandad y de cualquier tipo de órden expreso, y eso es una falta tan grande políticamente y sólo demuestra la ignorancia de algunos. Bien difíciles son las circunstancias actuales señores. Nos encontramos, por decirlo de alguna forma, entre dos abismos: de un lado, la prudencia y la moderación que imponen los tristes hechos que gravitan con igual pesadumbre sobre todos nosotros; y de otro, las inculpaciones violentas de los progresistas marxistas disfrazados de liberales, que vienen a levantar una verdadera tempestad angustiosa en mi alma. Miro por la ventana y escucho el zuzurro de las manifestaciones encabezadas por agitadores profesionales y elementos neo-marxistas que pretenden destruir el orden económico. El capital tambalea y si no fuera por la gracia de Dios y el orden de la ley, estaríamos sometidos al juicio de estos demonios codiciosos que pretenden apropiarse de lo que no es suyo y nunca será suyo.
Sé que a veces cometo el fallo de repetir conceptos. Y es que la verdad es una y no varia, y, para quienes obedecemos los rígidos imperativos de una convicción, los conceptos que la exteriorizan tienen frecuentemente analogías cuando no coincidencias. Así ocurre por ejemplo con mi defensa reiterada del orden público, como hacía y pretendía Hamilton, y de lo que a él debe la Historia de las libertades constitucionales en EEUU por ejemplo y el orden de la banca central y las instituciones liberales; así ocurre cuando participaba en el coro de mi iglesia y me pongo a leer las obras y a cantar los himnos de los que forjaron la ciencia de deducción en el retiro de los claustros alemanes luteranos o los que con la cruz de Cristo en sus manos llevaron la civilización a los países descubiertos y conquistados por el genio del hombre cristiano y europeo, como bien nos recordó y afirmó Margaret Thatcher en su discurso en Brujas, en 1988.
Hoy en España, la libertad está eclipsada por el estruendo de laicistas radicales varios y del socialismo relativista que convive con las pervertidas vibraciones que producen los bailoteos de chicos progres amariconados y embrujados por el consumo de hachís y al ritmo nocturno de música house en las perversas discotecas de la capital del Reino de España.
La experiencia en aquellos años difíciles de la universidad me llevó a desarrollar ciertas aptitudes, desde mi punto de vista, que me han ayudado mucho. Esto es: la fácil memoria, la energía ciceroniana del apóstrofe, el ático gracejo que el humorismo irónico proporciona y, sobre todo, una autoridad moral, debido a que soy consistente, algo que era indispensable en un campus progre como Columbia, que desde el maldito 1968 se había arrodillado ante el comunismo mundialista e internacionalista de estos tiempos, de ese mundialismo incauto y absurdo tan evidente en los europeístas baratos de turno como el descerebrado Zapatero & Zerolo y sus ministras Vogue. Además de eso, he logrado desarrollar condiciones físicas como la resistencia firme y la capacidad para dormir entre 5-6 horas diarias, a pesar de fumar una cajetilla diaria de Ducados o la pipa de turno cuando procede. Tengo claro que dejaré de fumar tabaco cuando yo quiera y NUNCA NUNCA cuando quiera la aldeana Trinidad Jiménez. Escúcheme bien Sra. Jiménez: sobre mi cuerpo muerto me prohibirá usted fumar en un espacio privado y si hace falta que los propietarios de cafetines cobren a la entrada y hacer que todos los clientes sean socios, que así sea: téngalo claro Sra. Jiménez — no toque a los propietarios, ni se le ocurra darnos a ninguno lecciones sobre tabaquismo porque me importa un bledo lo que usted opine sobre el tema.
Y yo lo que quiero ahora es ir a por mas en el 2010: yo no sé hasta qué punto, yo no sé hasta qué cifras, yo no sé en qué medida; pero tengo fe en que vamos a tener un buen futuro. Tengo fe en que esta revolución por la libertad y la restauración de los derechos y del individualismo y de la limitación del estado a su esfera legítima aumentará nuestra riqueza y nuestra importancia; porque no hay más ciencia, ni más virtud, ni más saber, ni más dignidad que la dignidad, la virtud y el saber que tengamos cada uno de nosotros. Y yo sé que cuando una nación esta envilecida, el hombre no tiene dignidad; yo sé que cuando una nación carece de riqueza; los ciudadanos son pobres; yo sé que cuando una nación está corrompida, el individuo no es virtuoso; yo sé que cuando una nación no es ilustrada, los ciudadanos son ignorantes; y si no tenemos más ciencia, ni más fortuna, ni más virtud, ni más dignidad que la que guardamos en nuestras almas y lo que forma nuestras fortunas particulares, claro está que la revolución, ennobleciendo al hombre, crea ciudadanos, y trayendo riqueza, crea contribuyentes, y creando contribuyentes, se engendra la responsabilidad individual y la exigencia de la transparencia financiera del estado, y dando libertad a la conciencia y al pensamiento, hace cristianos y pensadores, y proclamando la libertad de conciencia, produce más hombres religiosos. Y cuando haya todo esto, y cuando todo esto haya recibido el conveniente desarrollo, seremos más ricos, muchísimo más ricos, porque tendremos mas ciudadanos que dependientes, porque cada uno de nosotros nos sentiremos mas grandes; y para conseguirlo es menester que al individuo le vayamos reintegrando y garantizando en el ejercicio de sus derechos y sus libertades de conciencia. Por eso hoy toca hablar sobre Alexander Hamilton y el concepto que tengo del Republicanismo versus la anarquía repugnante de Thomas Jefferson.
*Nota: El texto en cursiva son los comentarios de mi ex-profesor.*
¿Cómo reconcilia sus comentarios textuales acerca del significado de «bien regulada» con lo que dice Hamilton en su libro el Federalista: «Si una milicia bien regulada es la defensa más natural de un país libre, sin duda debe estar bajo la regulación y bajo la disposición de ese cuerpo que
constituye el guardián de la seguridad nacional?» Bueno señor, eso significa que sin orden no hay libertad. Sospecho, estimado profesor, que si le preguntásemos a George Mason si su unidad miliciana en Fairfax estaba bien regulada, habría insistido en que sí, y (2) si entonces usted le dice, «eso demuestra que Virginia como estado puede tener una milicia bien-regulada voluntaria, e independiente del Estado central, a usted le habría dicho, «¿pero de qué vas?» y además se lo hubiera dicho en un tono de macarra. Creo que sobra decirle a estas alturas que en el siglo XVIII y para cualquier hombre sensato, la frase «bien regulada» conlleva «bien regulada por el Gobierno.»
1. Es verdad que una milicia es absolutamente necesaria para mantenernos libres. De ahí a que una ciudadanía bien armada no es necesariamente sinónimo de sociedad conflictiva o anárquica.
2. Pero precisamente tiene que estar regulada por el Estado ya que, dados a elegir, los individuos encontrarían otros asuntos con los que ocupar su tiempo o pasatiempo. No es nada raro: lo mismo podríamos decir de pagar impuestos.
Desde la óptica liberal, se pueden tener milicias bien reguladas pero no demasiado bien reguladas. Toda libertad que no esté regulada y/o protegida por la ley es un fantasma engañoso.
De hecho señores, a ver si nos enteramos de una vez de algo importante aquí: el movimiento republicano y liberal clásico de los EEUU no se centraba tanto en la libertad en sí, sino más bien en virtud cívica y personal, ambos elementos que un Estado tiene que aplicar contra aquellos díscolos que pretendan desestabilizar el país. El hombre como individuo es corruptible y caótica (cf. Calvino). En el pensamiento anárquico y alocado de Jefferson, el individuo pasa a ser visto como virtuoso por sí solo y corruptible por culpa del gobierno de turno. Quizás algunos piensen más en esos términos pero después de hablar con padres de familia que tienen hijos pequeños, me inclino más al punto de vista clásico y republicano.
Decir que la frase «bien regulada» no tiene nada que ver con regulación o control legal es difícil encajar con el contexto de la época. Los milicianos que participaron en una rebelión de whisky estaban bien disciplinados pero NO bien regulados.
Los buenos jeffersonianos no pueden entender que cualquiera de los que admiramos la Inglaterra de Guillermo Pitt y Edmund Burke en contra de la Francia de Mirabeau y Robespierre somos los amigos de la libertad.
Y sí, me gusta muchísimo la Declaración de Independencia escrita por Jefferson pero es difícil pretender que ese documento tenga más validez, importancia y circulación que el dólar americano – vivimos, gracias a Dios, en un mundo Hamiltoniano. Alexander Hamilton es el ejemplo del sueño capitalista: nació bastardo, tenía pocos recursos, y se hizo un hombre importante por sus propios esfuerzos, a diferencia de Jefferson, un campesino agrario y pijo esclavista, filo-revolucionario afrancesado. Gracias a grandes hombres como Alexander Hamilton y John Adams, EEUU no habría sido durante muchos años el faro de la libertad y el capitalismo. Lamentablemente para nosotros los liberales españoles clásicos, en nuestro país hay mucho Aaron Burr y poco Hamilton. Gracias a este proyecto, todo eso está cambiando.
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*Alexander Hamilton es antiguo alumno de mi Universidad – la Universidad de Columbia en Nueva York. Hay una estatua de Hamilton a la entrada de Hamilton Hall (un edificio donde se dan las clases de filosofía, Historia, y arte).* Que la sombra de Hamilton pese sobre todos nosotros.
No tengo un conocimiento suficiente de la historia americana como para rebatirle, pero de lo poco que sé me he sentido atraído por Jefferson más que por Hamilton.
¿Ha visto la serie que HBO produjo sobre el tema, llamada ‘John Adams’? Estaba muy bien, creo que le gustaría.
¿Conoce los escritos de, por ejemplo, Thomas DiLorenzo acerca de las discusiones Hamilton vs. Jefferson? P.ej aquí: http://www.lewrockwell.com/dilorenzo/dilorenzo151.html En libro: http://www.amazon.com/Hamiltons-Curse-Jeffersons-Revolution-Americans/dp/0307382842
Saludos
Sí, la he visto — a mí me ha encantado la serie de HBO aunque la he visto por el youtube ya que no tengo tele.
Y sí, también conozco los escritos de DiLorenzo pero no los comparto — si le parece, me gustaría que me ponga algún punto que le atrae de Jefferson y así le puedo hablar/discrepar con más propiedad porque hay ideas jeffersonianas que puedo compartir pero casi ninguna me atrae mucho.
«Nunca he sido “jeffersoniano” como bien saben mis lectores»
jajajajajajajajajajajajaja y tanto que lo sabemos, sabemos que usted no es muy amigo de ciertas libertades que hoy la mayoría asume como necesarias, como por ejemplo, lo que usted llama sodomía.
Ahora sí que lo entiendo todo que conste – ahora entiendo su afán por suspender el Habeas Corpus para detener a gente de forma indefinida y también queda claro que usted valora más la moneda y los intereses del capital antes que la protección contra ciertos abusos.
No conozco mucho la Historia de EEUU pero leyendo bien las bios de Jeferson y Hamilton, se podría decir que Hamilton era un fascista de mucho cuidado. Usted encaja perfectamente no lo dudo. Quizás tanto tiempo en Columbia acabó consumando su odio hacia la gente que se atreve a discrepar.
Hamilton era arrogante, elitista, y se interesaba mas por la autoridad moral que por la libertad.
Por cierto, dicen que Hamilton tenía tendencias «sodomitas» por eso también me soprende que usted sea tan defensor de un hombre con tantos rumores a su alrededor.
Qué comentario tan ridículo Adrilón. Lo de las «tendencias sodomitas» de Hamilton es tan estúpido que ni merece la pena contestar a esa basura propagandística de la progresía.
¿Mi afán por suspender el HC? En fin…
¿fascista Hamilton? Vaya, debe ser que está usted tan drogado o alcoholizado que ignora que Jefferson sí que era bastante «fascista», esclavista y muy racista. Jefferson pensaba que los negros no debían tener ningún derecho más allá de lo que diga cada estado individual en su legislatura.
Desde luego que valoro la fortaleza monetaria: sin capital no hay libertad.
Qué suerte Alfredo de haber ido a la misma institución donde fue Hamilton. Es cierto que Hamilton siempre estuvo en contra de la esclavitud y se mofaba con impunidad contra Jefferson que era esclavista y racista.Además segun he leido en la bio en una referencia, Hamilton dijo que no hay ninguna diferencia cognitiva entre un hombre blanco y libre y un negro.
Sí que discreparía sin embargo con la economía Hamiltoniana que era proteccionista cosa que le hizo entrar en conflicto con su presbiterianismo.
Saludos
Carles, no considero a Hamilton como un proteccionista en el sentido sociata y moderno de la palabra.
Si te refieres a proteccionismo presidencial, sí, y eso es bueno, de la misma forma que la figura de un monarca es necesaria en Europa o el caso español. Mira lo que dice Hamilton en el Art. 2, Secciones 2-3 de la Constitución:
Sección. 2.
El Presidente será Comandante en Jefe del Ejército y la Armada de los Estados Unidos y de la Milicia de los distintos Estados cuando esta sea llamada al Servicio activo de los Estados Unidos; …………Y…(énfasis mío) estará Facultado para SUSPENDER la Ejecución de las Sentencias y para conceder Indultos por Delitos contra los Estados Unidos, excepto en los casos de Acusación por Responsabilidades oficiales.
Sección. 3. Periódicamente, deberá proporcionar al Congreso Informes sobre el Estado de la Unión, recomendando a su Consideración las Medidas que estime NECESARIAS y oportunas; en Ocasiones de carácter extraordinario, podrá convocar a ambas Cámaras o a cualquiera de ellas, y en el Supuesto de que discrepen con Respecto a la Fecha en que deban entrar en Receso, podrá SUSPENDER sus Sesiones, fijándoles para que las reanuden en la Fecha que considere conveniente; recibirá a los Embajadores y otros Ministros públicos; velará porque las Leyes se ejecuten puntualmente y asignará las Comisiones de todos los Funcionarios de los Estados Unidos.
Y en cuanto al tema económico: digamos que gracias a Hamilton, el capitalismo hoy es internacionalista y existen organizaciones como el GATT, OMC, y los bancos centrales que fijan los tipos de interés y deberán controlar la moneda ya que de esa forma, el capitalismo se convierte en un arma de interés nacional para proteger intereses patrios.
Thomas Jefferson era un anarquista puro y duro de mucho cuidado con estos temas además de sí, un esclavista, y de origen masón y luego profundamente laicista afrancesado. Hamilton era presbiteriano y anglosajonizado — dos elementos buenísimos para el liberalismo clásico.
Bueno, pues en principio me atraería de Jefferson su defensa de las libertades individuales, su máximo recelo hacia el poder político y el gobierno, su oposición frente a Hamilton a la creación de un banco central, su oposición a la centralización, su crítica a la deuda pública como algo inmoral…
Esto no quiere decir que luego Jefferson hiciera de las suyas, que cuando subiera al poder renegara de sus principios, etc. etc.
Yo soy más o menos Jeffersoniano precisamente porque no me gustan los bancos centrales. Después de haber vivido varias hiperinflaciones (y me refiero a inflaciones del 300%) y varios otro incidentes monetarios no me han quedado de demasiadas ganas de confiar en políticos bancarios.
Incluso en Estados Unidos han habido sus inconvenientes monetarios causados por los bancos centrales. Esta y otras crisis pueden ser un buen ejemplo.
Claro que hay matices, pero yo no confío más en bancos centrales mientras sean los humanos quienes lo manejan.
Un saludo.
En gran parte de acuerdo con amartinoro. Si nos fijamos en el caso español, la centralización es defendida por los fascistas. No diré que Hamilton lo era pero Jefferson era mucho menos autoritario.
Salud & anarquía
Bueno Alfredo antes que nada le agradezco el debate que mantuvimos el otro día a raíz de los misiles. Ahora le comento que como es habitual no estoy de acuerdo con vd ni con la variante de liberalismo que vd defiende. No le hace eso menos liberal que otros pero sí lo hace distinto y repugnante, con perdón.
1. Hamilton era vanidoso (si él no podía dirigir algo, entonces nadie, según el pensamiento engreído de Hamilton que, una vez más con perdón, usted también comparte). También era vengativo contra Francia y Aaron Burr, destrozó su propio partido, y después de la muerte de su hijo en un duelo (heredó la mala leche del padre), intentó formar un partido político cristiano como buen reaccionario que era.
2. Odiaba a Francia como todo buen hijo del dinero en aquella época. Aunque es verdad que Hamilton no lo heredó, sí que tenía pasta. Hamilton despreciaba a todo aquél que admiraba Francia, atacándoles como «afeminados», en otras palabras, maricones. Según la bio que yo tengo, no autorizada desde luego, Hamilton llegó a decir que Jefferson era afeminado por amar tanto a Francia.
3. Es verdad que Hamilton no era tan racista como Jefferson y que apoyó a los revolucionarios en Haiti. Cabe preguntarse si ese apoyo no se debe más bien al golpe que eso suponía contra Francia y Jefferson. Comparto con usted de que Hamilton no era tan hipócrita como Jefferson.
4. Como Hamilton nunca pudo ser elegido democráticamente, dado su origen de bastardo, su desprecio a la democracia del pueblo se amplió. Sí, desde luego que Hamilton apoyaba el poder ejecutivo, dado que él tenía más influencia en el ejecutivo que en el Congreso, órgano de la plebe según él. Su página debería titularse: Liberalismo monocrático porque usted tiene de democrático lo que Aznar tiene de honesto.
La gente como usted o Hamilton saben que para que los EEUU sea un imperio asesino
como lo fue Gran Bretaña, es necesario un poder ejecutivo duro como usted mismo defiende.
Es cierto que Jefferson como Presidente se hizo Hamiltoniano pero eso es otro tema.
Luego está el tema de su locura propietarianista. Ya conozco su defensa del trabajo infantil y conociendo su deseo intimo de revertirnos al siglo XIX, no es una teoria desencaminada que tengo.
El comportamiento de Hamilton en una cena contra Burr, acusándole de follar a su propia hija, provocó el duelo. Lo que pasa es que Burr, al ser muchísimo más liberal que vosotros o Hamilton, era un feminista del siglo XVIII y crió a sus hijas en igualdad.
Así que efectivamente entiendo su identificación con el elitista de Hamilton. Algo debe tener el agua en las universidades de élite que hace que hasta la persona con las mejores ideas, y no niego que usted tenga muy buenas ideas y escribe muy bien, hace que al final se corrompan. Lo digo de una forma mas sincera: usted ahora es «liberal» pero si gobernáse, poco del socialismo real cambiaría. Todavia tendriamos un Banco Central fijo, y seguro que no elimina la Sanidad Pública por completo.
Por eso no me gusta participar en movimientos porque ustedes todos son traidores a los intereses de la gente de a pie.
Espero no se ofenda pero me gusta decir lo que pienso.
@todos los que me han comentado contra Hamilton: voy a responder en cuanto pueda hoy pero diré, sobre todo respecto a lo que acabo de leer de «agorista» que me hace mucha gracia su jeffersonianismo. Jefferson ni se acerca, ¡ni de lejos! a la influencia que ha tenido Hamilton. Me parece curioso que algunos valoren más a un hombre que es recordado principalmente por plagiar las palabras de John Locke y que no tiene absolutamente nada que ver con el funcionamiento del capitalismo ni de EEUU como superpotencia dirigida por Wall Street.
Creo que «algunos» y no diré quiénes porque los pervertidos políticos merecen mi silencio, se pasan demasiado tiempo fantaseando sobre Jefferson. También me hace gracia que la progresía adore tanto a un machista de tomo y lomo que dijo en pleno finales de los 1700s que la función de una mujer era consolar a su marido cuando llegue de sus debates políticos.
Muy interesante y revelador…luego voy a responder más detalladamente a los ataques que he recibido.
Señores jefersonianos y anárquicos:
En primer lugar, el Banco de América creado por Hamilton era concertado: mitad y mitad. Él NO ES el padre del entramado actual.
¿Olvidan ustedes que fue TAFT el que creó la famosa reserva federal?
Hamilton se negó, en repetidas ocasiones, a rescatar a los bancos o a interferir contra el mercado. Su plan era pagar la deuda, y tener una tesorería estructurada es impecable.
Hamilton sólo apoyaba la deuda si era necesaria para el crecimiento económico de América y dejó una estructura para poder PAGAR por la deuda, que sí funcionó.
Por ejemplo, Hamilton apoyaba la construcción de carreteras federales porque trae recaudación pero nunca estaría de acuerdo con lo de hoy: esto es, derechos sociales a coste del contribuyente.
Cabrit0 y Amartinoro:
El problema NO es tener un Banco Central, sino la gente que los dirige. Milton Friedman ya lo ha dicho: la depresión y el crack se debe no a la acción sino a la inacción.
Y Hamilton sólo era proteccionista en esos temas porque sabía que era necesario para construir la base industrial americana.
Sin eso, América no se hubiera convertido en un poder industrial. Lógicamente no apoyo eso hoy en día y creo que tampoco Hamilton ya que siempre se mostró a favor de los empresarios, propietarios, etc.
Y eso hoy en día conlleva apoyar el comercio libre y no el proteccionismo. Antiguamente el proteccionismo, no olvidemos, era lo empresarial.
Era difícil competir con industria extranjera cuando no se tenía industria propia.
Respecto a la democracia: ya he dicho que soy democrático pero no democratista: yo no creo que es prudente entregar el futuro de un país a la plebe sin ningún control.
Era un genio y lejos de ser un fascista,
su legado perdurará y me inspira a destripar a los anarquistas.
Ah y sí: al igual que los ancaps, Aaron Burr quiso vender el país. Menudo «liberal»…
Que conste que yo no tengo nada contra Hamilton ni nada especial con Jefferson. Solo que en esa parte del banco simpatizo con las ideas de Jefferson.
«El problema NO es tener un Banco Central, sino la gente que los dirige. »
El problema es que visto lo visto tarde o temprano siempre llega la persona equivocada a dirigirlo.
No sé si eso me convierte en anarquista.
Cabrit0 — lo de anarquista no iba necesariamente por vd.
En cuanto al Banco Central — ya escribiré más adelante un artículo sobre los b.centrales y su necesidad.
Saludos
«Que la sombra de Hamilton pese sobre todos nosotros.»
Que pese sobre ti, hijo de puta.
Yo sin ninguna duda soy jeffersoniano. Las ideas que Jefferson mantenía sobre la República, los Estados, la libertad ciudadana y la particpación del pueblo en el gobierno, y muy importante, el papel de éste en la política monetaria me parecen sumamente acertadas. Claro que no deja de parecerme interesante la formulación que sobre el gobierno hizo A. Hamilton en The Federalist Papers, pero su defensa de las barreras arancelarias, su proteccionismo/nacionalismo militante en lo económico y su decidido apoyo a la creación del primer National Bank me parecen absolutamente contrarias al liberalismo que inspira la Constitución de 1787.
La figura de Hamilton me parece con todo de lo más controvertida, casi comparable a la de otros presidentes como Andrew Jackson -ídolo para muchos, no tanto para otros, servidor entre ellos-.
«Milton Friedman ya lo ha dicho: la depresión y el crack se debe no a la acción sino a la inacción.»
Y por eso defendió el mayor protagonismo de los bancos regionales como contrapeso al poder de la Junta de Gobernadores.
Yo entiendo que el Banco Central puede ser un peligro, como soy monetarista estoy a favor de un banco central libre de influencias políticas, que sólo responda a las señales inflacionarias o deflacionarios que le lleguen a través de la información de los mercados. Y sin duda apoyo la adopción del patrón-oro como medida para lograr un valor estable de la moneda.
Comparto solo en parte lo que ha dicho Andrés. En lo que respecta el Banco Central, 100% de acuerdo, que sea un banco independiente a pesar de que eso puede ser difícil dado el clima de intervencionismo socialista que hay ahora en nuestros países, incluido EEUU.
Sin embargo, pienso que Jefferson tiene un lado oscuro, o varios en su legado. Se entusiasmaba por la Rev. Francesa, y apoyaba la esclavitud en el sur.
Apoyó a varias insurrecciones dentro de EEUU y no condenó para nada el reino de terror en Francia.
De hecho se podría decir que era hasta un conspirador contra Washington por apoyar
a individuos que querian bloquear o debilitar la politica de neutralidad de washington.
Jefferson ademas era muy racista.
No sé pero pienso que no es prudente tener como modelo a un esclavista.
@Gallito:
qué nivel macho, no sabes que decir y te da por insultar a Alfredo. Que vida tan triste debes tener que solo se te ocurre insultar a un gran hombre que está luchando a diario para difundir las ideas liberales sin ningún apoyo externo.
@Gallito:
¿Se siente mejor ahora después del desahogo, elemento putrefacto? Ni caso le hago.
Andrés:
Tema Banco Central: apoyo uno independiente pero pienso que defender el patrón oro a estas alturas no es práctico. La única cosa que se podría parecer y es mucho más viable es un control férreo del abastecimiento monetaria con subidas del tipo de interés vamos, algo parecido a lo que ya viene haciendo el BCE con Trichet. Para España es duro pero es mucho mejor que nuestra moneda, a pesar de que yo no considero el euro como algo «mío», tenga más valor. Con Zapatero controlando la moneda tendría el mismo valor que un peso cubano.
Tema Jefferson:
Para mí el problema principal de Jefferson no es su localismo — yo defiendo el localismo y que los estados tengan más soberanía por encima del poder central. Pero, sí que me mosquea sus tendencias revolucionarias a lo francés y su teoría sobre las elecciones. Abogo más por la postura de Hamilton, hoy en vigencia, del Colegio Electoral.
Lógicamente no comparto al 100% todo lo que decía Hamilton, sobre todo su oposición a tener una Carta de Derechos incluida en la Constitución Federal. Pero pienso que su política monetaria respondía a los intereses nacionales de la época y que hoy en día no apoyaría el proteccionismo.
Bueno, sobre lo del racismo de Jefferson, diré dos cosas. En primer lugar, Jefferson, como la mayoría de los Founding Fathers, intelectuales y ciudadanos del momento no eran abolicionistas. De hecho hasta la Declaración de Emancipación de 1863 el voto de un negro liberto valía la quinta parte de lo que le correspondía a un blanco. Por otro lado, Jefferson representaba los intereses de los latifundistas de los estados sureños, su partido, el Demócrata-Republicano estaba compuesto por latifundistas del rural y burguesía media dedicada al comercio del algodón y demás productos agrarios que los esclavos recolectaban en las grandes plantaciones del Medio Este y de las dos Carolinas, principalmente. El mismo Jefferson era propietario de enormes propiedades en las que trabajaban esclavos.
¿Qué a Jefferson le entusiasmaba la Revolución Francesa? Quizá en el primer momento, hasta la caída de Luis XVI en 1791 y la expansión a todo el territorio francés del terror jacobino, pero dudo que se mostrase entusiasmado con los hechos producidos en el período de la Convención, momentos en los que se encarceló a los disidentes políticos con el Régimen -los girondinos y los realistas, por ejemplo-, se constituyó el Comité de Salud Pública y Robespierre, Marat & Co. dirigían las riendas del gobierno. Tampoco creo que le gustase la figura de Napoleón Bonaparte una vez que renunció a su republicanismo en pro de la corona imperial. Vamos, supongo que adoptaría una postura no tan beligerante como la de Burke pero realista y nada complaciente con los excesos y los defectos que en Francia se dieron desde 1789 a 1815, más o menos siguiendo a Thomas Paine; que pese simpatizar en parte con los revolucionarios franceses se le considera un gran liberal y un patriota.
Sobre lo que dicen de la neutralidad useña en la contienda europea, Washington no era en absoluto nada neutral en materia de política exterior. Washington tuvo prisa en querer extender la guerra a los dominios británicos del Canadá nada más iniciarse la guerra en Europa, lo impidió el plantón, por decirlo de manera clara, que le dieron las milicias compuestas por ciudadanos reacios a participar en una agresión internacional que no se justificaba en la legítima defensa de la nación. En cambio Jefferson es considerado el principal símbolo de la neutralidad americana ante los acontecimientos que por aquel entonces se daban en Europa.
Ya sé que el racismo de Jefferson les parecerá un punto negativo en contra del personaje, pero hasta el propio Lincoln era racista y sin embargo aprobó dos años después del inicio de la Guerra Civil la Declaración de Emancipación. Y paradójicamente hoy en día es tenido como uno de los principales promotores de la abolición de la esclavitud y de la igualdad racial.
De acuerdo con Andrés en casi todo y no debemos olvidar, por mal que les pese a «algunos», que en España es verdad que la mayoría de los liberales somo Jefersonianos.
No olvidemos que los herederos de Hamilton son los que no tienen ningún problema con suspender derechos civiles básicos, abogan casi por una monarquía, como el propio «presidente?» de Liberalismo Democrático y su compañero. Si hay un ejemplo bueno hoy en dia de un Hamiltoniano ese es BUSH hijo y padre.
Recuerda Andrés que estos neocones en realidad lo que les interesa es el poder más que la libertad y si tienen que tirar de leyes socialistas lo harían sin ningún problema.
Andrés toca varios temas importantes y contenciosos que trataré en el futuro próximo.
@Edu:
No haga el ridículo por favor, ¡qué repugnante su comentario!