Bien, como dije ayer, hoy continuamos con el tema de la igualdad.
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A pesar de la nefasta y Jacobina Revolución Francesa, en España ha tardado bastante para que el dogma de la igualdad se empiece a filtrar hacia una aceptación popular en general. Se intenta aplicar a la sociedad con una lógica brutal, a pesar de que el mundo no está regido por la lógica. Nada es tan fascinante en manos del paleto, normalmente afiliado a PSOE o a IU, como un dogma puro, que parece ser la respuesta perfecta para todas las dificultades propias de su fracaso moral y personal.
1. La igualdad absoluta depende de la supremacía absoluta del Estado. La dependencia excesiva al Estado es la característica más destacada de todo socialismo científico. Todas esas propuestas para prohibir las herencias, abolir la propiedad privada y hacer que el Estado administre todo el capital y toda industria nacional es el socialismo en su nivel más desarrollado.
Un ejemplo cutre de este igualitarismo lo vimos este pasado fin de semana: todos los personajes destacables del PSOE vestían con vaqueros y ropa «relajada» para vender la imágen que, por desgracia, le gusta a una mayoría de españoles: «ser como los demás». Y, es verdad que uno se pasea cualquier fin de semana por Madrid o incluso otras partes del país y la gente, por lo general, va mal vestida: no sólo porque ya no se respetan las formas que antiguamente demostraban la división entre las personas, sino porque la intención detrás de vestir mal, más allá del pretexto absurdo de «porque es cómodo», tiene mucho que ver con una pérdida de valores y una marcha hacia el igualitarismo.
El hábito no hace al monje, es verdad, pero llevar ropa informal tampoco te hace pobre o «como los demás» aunque sí lo parezca. Lo curioso de todo esto es que muchos pretenden imitar hábitos propios de los delincuentes: tatuajes por ejemplo, de toda la vida han sido símbolos tribales o de reos. Fíjense señores que la gente «pobre» no es la que desea vestirse bien o a lo clásico: el igualitarismo ha invertido los papeles y ahora es la clase «alta» la que desea ser como «los pobres» (menos en el bolsillo, claro está).
En todas las cuestiones de la economía política, las finanzas, la moral, el hombre ignorante quiere estar a la par con los que tienen mejor formación. Otro ejemplo cotidiano, aunque no menos importante, es la degradación del castellano. ¿Cuantos de nosotros hemos tenido una experiencia en la cual, al utilizar el «usted», nos dicen «háblame de tú» y que muchas veces resulta que no conocemos de nada a esa persona, ni hemos comido juntos, ni seremos amigos? Lo cierto es que, en castellano correcto, no se tutea a desconocidos ni se les habla de igual a igual. En inglés no existe el «usted» pero sí se utilizan los títulos para personas mayores o desconocidas: Los ya conocidos títulos — Mr. y Mrs.
Estas tendencias para exagerar la voluntad del hombre como fundamento de todo gobierno es claramente materialista, es una autosuficiencia que pretende excluir a Dios y a Sus leyes superiores de la naturaleza.
Y, en efecto, si la voluntad del hombre es omnipotente, si Los Estados se diferencian unos de otros sólo por sus límites fronterizos, si todo paisaje nacional se puede cambiar como en un juego con la varita mágica de un sistema, si el hombre puede hacer de manera arbitraria el derecho, el país se convierte en un campo libre para realizar todo tipo de sueños y fantasías* y luego vendrá la tentación para tomar posesión, por la fuerza del gobierno, de los asuntos humanos, para destruir los derechos de la propiedad y los derechos del capital, para satisfacer deseos ardientes y para proporcionar los tan codiciados medios de diversión! No se puede tratar de llegar al cielo y al paraíso sin caer en un materialismo de lo más degradante y puramente especulativo.
Un ejemplo ya lo tenemos en la misma universidad pública española: creo que uno de los errores más graves del acceso universal a la educación superior en España ha sido crear la ilusión a mucha gente de que ya no son pobres o mediocres. El acceso universal ha creado un descontento contra las condiciones en las que una mayoría de ciudadanos vivirán durante el resto de su vida – ser un currito. La propia Inés Sabanés, portavoz de Izquierda Unida en la Asamblea de Madrid, ya lo dijo hace unos días aunque con unas intenciones perversas de pleno empleo: «Mala combinación eso de tener buena formación y trabajar en un empleo mediocre.» Sin que sirva de precedente, la Sra. Sabanés tiene razón – lo triste es que esa misma señora y su partido, es la que más defiende el acceso universal a la educación.
No señores, no: ustedes pueden tener 10 o 20 títulos pero eso no importa porque a la hora de la verdad, lo que vale es el nivel intelectual y los logros/méritos individuales. Hoy en día, en España, ir a la universidad no le hace a usted algo destacable — y ese es uno de los graves fallos del igualitarismo falso.
Pero efectivamente, el acceso para todos a la universidad ha generado una sociedad de jóvenes completamente vagos, que no se dan cuenta que siguen siendo la misma cosa que eran cuando entraron por esas puertas en la Complutense y que seguirán siendo curritos, en el mejor de los casos, quizás escribiendo artículos como becarios en 20 Minutos, donde no se exige buen nivel de castellano o gramática. Hemos creado la falsa sensación de que el trabajo físico es menos «honroso» que el trabajo en un despacho y mucha gente cree que «mejorar la clase obrera» significa salir de esas clases sociales.
La igualdad entre los sexos
Tengo que decir que la educación de la mujer, sobre todo su mejoría en los últimos 100 años ha sido loable y una mujer bien formada y educada puede ofrecer muchos beneficios para la regeneración de una sociedad. Pero aunque este desarrollo de la mujer está todavía en su infancia, sobre todo porque la progresía confunde derechos individuales de cada uno con fines políticos, hay otros problemas.
Ya no es que la mujer tenga derechos políticos, que los tienen, y eso me agrada, es indudablemente una señal de progreso de que hoy en día la mujer pueda abrir su propia cuenta bancaria si así lo desea sin permiso de su esposo. Pero para la progresía, eso no es suficiente y lo que pretenden es que la mujer sea igual al hombre, esto es, hacer todo lo que hace un hombre, borrar toda distinción de género. Una vez más, vemos cómo manipulan la igualdad política y la intentan estirar hacia la uniformidad. La naturaleza se lo pasa muy bien contemplando estos intentos tan absurdos de los progres. A mí muchas mujeres feministas y progres me han insultado. Hace unos días me dijo una: «La mujer libre no tiene por qué tener hijos o quedarse limpiando en casa porque para algunas no es nuestro oficio eso de parir.» Me pregunto, ¿por qué son tan inconsistentes y no se hacen ya un cambio de sexo? Sería preferible ver a una feminista radical hecha un hombre antes que una mujer, puesto que como mujer, no es otra cosa que un hombre de segunda mano.
La verdad es que todo esto es retro, ¡no es progresista! Me explico:
El movimiento feminista, siempre confundiendo el concepto de la igualdad, es retro porque pretende cambiar ciertos deberes reproductivos o biológicos del género. En la Historia eso no es NADA nuevo. Vemos primero como las naciones en decadencia son testigos de este igualitarismo falso de género, y después se intenta igualar las capacidades intelectuales. Mientras más «masculinas» las mujeres, más hombres afeminados. Así ocurrió, por ejemplo, en los reinos Helénicos y en la edad de los Césares. Señores: lo que ha liberado en el buen sentido a la mujer ha sido su vida familiar y la Civilización capitalista-cristiana. Esos teóricos que predican un socialismo e igualitarismo falso, en realidad puede que lo que pretendan sea compartir nuestras mujeres, visto lo físicamente feas que son las suyas, las mujeres de izquierdas. No conozco a casi ninguna mujer de izquierdas que sea mínimamente guapa y eso se debe, puede ser, al feminismo radical que las convierte más y más en hombres, tanto en comportamiento físico como en aspecto. No olvidemos, tampoco, que en las sociedades más tercermundistas y bárbaras, apenas hay diferencia en la vestimenta entre hombres y mujeres – en los países árabes, si ignoramos el «burka» de la mujer, no hay mucha diferencia en lo demás.
Debemos aspirar por un ideal al menos y lo que requiere una sociedad libre es un aumento de diferencias entre las personas. Precisamente lo que nos hace enamorarnos de una mujer es su belleza física, entre otras cualidades. El disfrute de la vida social se basa en gran medida en el encuentro y el juego sutil de las peculiaridades que marcan los dos sexos, y la sociedad, en el sentido limitado de la palabra, no menos que toda la estructura de nuestra civilización, requiere el desarrollo de estas peculiaridades. Es en la diversidad, y no en una igualdad que tiende a la uniformidad, que hemos de esperar los mejores resultados.
El tema racial
Sé que es un tema muy controvertido pero a estas alturas de mi vida, ya no le temo a nadie ni a nada.
La tendencia de estos nefastos tiempos es la uniformidad. Los nuevos transportes y medios de comunicación, los nuevos aparatos electrónicos, etc, conllevan relaciones más estrechas y uniformes y provocan la desaparición de las características nacionales y de las peculiaridades de cada raza. Los hombres, en todo el mundo, están llegando a vestir igual, comer igual y a no creer en Dios. Es la queja más habitual de aquellos viajeros que saben que lo pintoresco es cada vez más difícil de encontrar. Hoy en día, por ejemplo, no hay grandes diferencias entre las urbes y en el caso español, incluso, vamos a llegar a ser totalmente devorados por el antitabaquismo, lo que significaría otra pérdida de identidad en nuestros bares. El humo, desde hace más de un siglo, es indispensable en cualquier punto de reunión entre españoles.
Otro ejemplo notable lo viví el otro día, hablando con un paleto de izquierdas. Decía que «la solución contra el racismo es mezclar todas las razas para que al final, el negro pueda ser totalmente absorbido por el blanco.» Tal vez el placer de ser absorbido no es igual al placer de la absorción, pero todavía estoy por ver a un país con fuerte grado de mezclas, como Brasil, libre de problemas.
CONCLUSIÓN
Hay una igualdad, pero no es de cara a la galería, sino que es independiente de la condición, ni destruye la propiedad, ni ignora las diferencias de sexo, ni pretende borrar los rasgos raciales. Se trata de la igualdad de los hombres ante Dios, de los hombres ante la ley, es el honor igualitario de todos los trabajadores honrados. No hay noción más perniciosa que la de la uniformidad. Esa que enseña que para «el ascenso en el mundo» es necesario cambiar la «condición». Pido que haya felicidad con la condición individual de cada uno, y descontento con la ignorancia individual y la imperfección. «Queremos», decía Emerson, «no un agricultor, pero un hombre en una granja.» ¡Qué idea tan atrevida decir que el trabajo manual es vergonzoso! Tiene que haber algún defecto en la teoría de la igualdad que hace que algunas personas eviten ciertos empleos como si fuera una desgracia.
Es preciso señalar, además, que el dogma de la igualdad no se satisface con lo que defendemos en Liberalismo Democrático: la igualdad de derechos y oportunidades, Sin embargo, estamos radicalmente en contra de la teoría formulada por socialistas y comunistas. Ellos nos dirán que la igualdad de derechos y oportunidades no es posible sin igualdad de condiciones y que la propiedad y la constitución artificial de toda la sociedad exigen la desigualdad de condición. Confunden oportunidad con condición.
Sería absurdo y ridículo defender la desigualdad como teoría o dogma. Pero, debemos reconocer que existe, es un hecho, Debemos plantear mejorías de acuerdo a ella, favoreciendo su desarrollo en algunas cosas, y restringirla de injusticia en otros ámbitos. Obrando así, vamos a evitar el espectáculo de proyectos que terminan en el despotismo y en la anarquía.
**Puse asterisco después de la palabra «fantasía» debido a un sueño/pesadilla que tuve la otra noche.**
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Me encontraba ante San Pedro y las Puertas Celestiales.
Avancé humildemente y rogaba admisión. San Pedro me miraba con curiosidad.
«¿Cómo te llamas?», «¿y de dónde vienes?»
Le contesté y me miraba con cara de confundido, como si jamás hubiera oído la frase «soy español.»
«Dáme», me dice, «un resúmen completo de tu vida entera.»
Le dije toda la verdad, detallando todo tipo de eventos, experiencias, tentaciones, etc. Temblaba yo al contar mi relato.
«¿Te has acostumbrado a incumplir el día del Señor verdad?», me pregunta San Pedro.
Le dije que estuve demasiado relajado con eso, sobre todo en la Universidad. Muchas veces me dormía durante el Sermón, o leía algo entretenido.
Me preguntó por el nombre del reverendo y cuando se lo dije, me comentó que quizás yo no tenga tanta culpa como él había pensado al principio.
Continuaba:
«¿Alguna vez has robado o dicho alguna mentira?»
Pude decirle que no, salvo con lo primero, que yo llamaba «transferencias titulares» en la universidad y alguna ocultación a ciertos profesores. Me dijo que se me perdonaba por cosas de la juventud. Pero a continuación me pregunta: «¿Qué es una transferencia titular?» Le dije que no he robado en mi vida pero que las transferencias titulares se referían a que en muchas ocasiones me confundían con un profesor titulado y yo nunca los desmentía.
«Has ido a muchas juergas hasta altas horas de la noche Alfredo?»
A veces.
«Se perdona también, por cosas de los jóvenes.»
«¿Cual ha sido tu conducta respecto a la mujer?»
No voy a elaborar pero basta con decir que esta pregunta me hizo temblar.
«Hemos terminado, puedes entrar al paraíso eterno.»
La alegría me superaba y nos acercamos a la puerta de oro. Ví esplendores de todo tipo.
«¡UN MOMENTO DON ALFREDO!», gritó San Pedro, tocándome el hombro derecho. «Tengo una pregunta más.»
«Joven, ¿alguna vez has fumado tabaco?»
«Sí San Pedro, fumaba en mi vida terrestre, sé que no debo, porque el cuerpo es el templo de Dios pero…»
«¡PUES AL INFIERNO CONTIGO!» me gritó y me ví rodeado de truenos y relámpagos.
De forma inmediata, se me cerró el portón celestial y me veía caer en un abismo profundo.
Me rodeaba la humedad, olor a hachís de los militantes de izquierdas que lloraban desde el infierno y la oscuridad y finalmente ví al enemigo de la humanidad, a nuestro enemigo más peligroso: a Satanás. Me miró como si me conociera de toda la vida y de una forma que me asqueaba, como si fuéramos amigos. No me iba a tratar como caballero.
«Vaya, vaya, Alfredo, ¿qué te trae por aquí?»
«Por usar tabaco», le contesté.
«¡JOJOJOJO!», se reía en una manera peculiar, propia de diablos,…»la mayoría hoy en día acaba aquí conmigo por eso o por haber militado en partidos de izquierdas.»
No puedo describir más porque no quiero atormentar a mis lectores con los horrores del infierno, habían cosas muy desagradables, ví al presidente Zapatero ardiendo en llamas, y a todos los lectores que me insultan o amenazan.
Haec fabula docet: lo dejo a mis lectores – una pista: tiene que ver con fantasía.
😉
«habían cosas muy desagradables, ví al presidente Zapatero ardiendo en llamas,»
¿eso es desagradable? Yo más bien diría que es justicia divina contra el impío.
Me gusta lo que has dicho respecto a la mujer y la vestimenta. Antes la gente se vestía bien por orgullo y hasta para ir a comisaría la gente vestía con decoro. Hoy no pero no tiene nada que ver con la liberación. Tiene que ver con una falta de respeto generalizada hacia los demás.
No sé qué es lo querrás decir con la pesadilla pero supongo que te referirás a algo ¿teológico?
“la solución contra el racismo es mezclar todas las razas para que al final, el negro pueda ser totalmente absorbido por el blanco.”
Semejante razonamiento me ha dejado clavado en el sofá. No se me cae el portátil de las piernas porque se habrá pegado a mis rodillas…
Con semejantes razonamientos, vale más no seguir conversando con quien los defiende. Desgraciadamente, es muy habitual encontrar opiniones de tan corto recorrido…
Hace poco tiempo alguien me justificó el comunismo represor de Cuba como un sistema más recomendable frente a la democracia, débil por naturaleza.
En fin…
Coincido completamente con el escrito.
Saludos!
¡Gracias por pasarse Mike! Efectivamente, hay cosas que nos dejan de piedra.
@Adela:
No, no es muy «teológico» lo que planteo con esa mala fantasía – inténtalo de nuevo.
Y bueno me refería a ZP como desagradable, no al hecho de que estuviera ardiendo.
Alfredo:
creo que sí he entendido el significado de la fantasía.
¿No será una ridiculización de los antitabaquistas progres?
Tiene vd razón y yo también me opongo a la anarquía y al falso igualitarismo. Una idea de Estado que no conlleve en sí misma impresos los derechos inalienables de los ciudadanos cae en el panteísmo y pretende sustituir el orden divino con el orden humanista, que siempre nos conduce al fatalismo de las dictaduras personalistas.
Los derechos deben emanar de la personalidad humana y el Estado sólo ha de ser un instrumento para nosotros, nunca un fin.
La anarquía jamás se ha sostenido porque siempre necesitamos de un instrumento para limitar el absolutismo en los derechos individuales.
El Estado hace falta para mantener a cada persona en sus justos límites dentro de las leyes establecidas de forma democrática. Por eso necesitamos de la ley, un elemento consuetudinario y común a todos. Las leyes son pactos comunes que limitan debidamente las acciones injustas de algunos contra otros. La libertad sólo es posible bajo un Estado fuertemente constituido pero no amplio. Lo malo del Estado socialista es que tiende a crecer ramas y ahogarnos por todas partes. Hace falta el tronco pero no tantas ramas, e incluso a veces hay que cortar ciertas ramas que obstruyan la libertad.
No creo que haya un sólo anarquista capaz de rebatir todas estas cosas. Recuerde Alfredo que el anarquismo es una moda que se ha penetrado en el liberalismo español pero que es ajena a nuestra tradición como liberales españoles.
Paso a analizar algunas cosas más.
«que no se dan cuenta que siguen siendo la misma cosa que eran cuando entraron por esas puertas en la Complutense y que seguirán siendo curritos»
Sí pero esto es muy duro de tragar para muchos. Recuerde que vivimos en una sociedad anestesiada que ya no está acostumbrada a pasarlo mal ni al dolor.
Para un «tontito» de Aluche sale más rentable políticamente hablando darle la ilusión de que puede tener un título universitario, independientemente de su incapacidad intelectual. Lógicamente no pienso que todo el que viva en Aluche sea un tonto pero normalmente en las zonas más pobres abundan los más imbéciles. Y eso es porque hoy en día la mejoría personal es posible para cualquiera con un minimo de ambición personal.
Sobre el tema racial no tengo mucho que añadir. No le voy a negar que es preocupante el aumento brutal de personas de procedencias tan distintas a España. En el caso español no hemos tenido una inmigración puramente económica. Se ha utilizado al inmigrante como arma política para mancillar los cimientos de la nación y desestabilizar al electorado en pro del socialismo. Es obvio que hay inmigrantes que son bellísimas personas y con capacidad intelectual pero a los políticos españoles les ha interesado más importar carroña delincuente porque esos siempre acaban votando a favor de la izquierda.
Buenas Noches
«yo también me opongo a la anarquía y al falso igualitarismo»
Depende de qué anarquía. No creo que Stirner estuviera nada a favor del igualitarismo.
Es verdad snake pero si se fija me refiero a las dos cosas separadas. Creo que la anarquía es un error así como el falso igualitarismo, sea éste de izquierdas o de derechas.
Si, tiene razón. Me di cuenta ayer de que se refería a las dos cosas por separado, xo no podía editar el comentario.
Un saludo.
@Endicott:
Estoy de acuerdo con usted y si nos fijamos, en el caso español, gran parte de los afiliados al PSOE y a Izquierda Unida (omito a los intelectuales y artistas oportunistas) son, por lo general, intelectualmente inferiores.
Tenemos una gran masa de personas adscritas a las ideas criminales de Proudhon, y lo que pretenden es que cada de nuestras acciones individuales estén sometidas a la colectividad de envidiosos que son ya una plaga en este país.
Pero siempre se impone una realidad contra la que nadie puede combatir: si Dios nos ha dado superioridad por encima de otro, en nuestras capacidades intelectuales, físicas o de propiedad, no hay nada que pueda cambiar eso, sea un monarca absolutista o un gobierno socialista y progre.
Lo cierto es que muy al pesar de los «pobres», la única solución eficaz que tienen es intentar mejorarse y en el sistema liberal tienen muchas más oportunidades para poder hacerlo si así lo desean. Pero, en el fondo, la gran mayoría no opta por mejorarse y prefieren que otros paguen las carencias individuales.
Mucha gente «pobre» en cualquier país está en esa situación por su inmoralidad personal. No digo que todos, pues he conocido a gente pobre victimas del comunismo y socialismo. Pero nadie me podrá negar que lo que hoy consideramos como totalmente pobre, los «sin techos» por ejemplo, tienen problemas de otra índole, ya sean mentales o emocionales. No están así por culpa del capital sino a pesar del capital.
Mientras más capital haya en un país, más prosperidad para todo el mundo y menos pobreza.
esta entrada me ha recordado a lo que pasó hace dos años en mi Colegio Mayor en Madrid.
Resulta que hace dos años yo ya estaba en segundo curso de Derecho aquí en Madrid y ese año el Colegio Mayor tenía algunas habitaciones vacantes. En enero entró un tío sudamericano bastante «pureta» pero no en el buen sentido de esa definición. Era el típico que si fumabas en alguna zona prohibida se chivaba de los compañeros además de no ser un tio muy listo, tenía una beca creo que de la CAM o del Estado no recuerdo bien. Bueno resulta que un día estábamos en el salón donde se reunía la peña para hablar, leer prensa y alguien de broma le dijo que se parecía un poco a Apu de los Simpsons. Lo primero que hizo fue empezar a insultarnos con cosas que no venían a cuento y que se iba a chivar al subdirector de que se fumaba en el salón.
A partir de ese momento casi todo el mundo le retiró la palabra y el tio iba de víctima por todos lados. Ya casi a finales de curso, un día dejó la portátil en la sala de informática y unos le borraron todo el disco duro.
Pataleó y gritó, por supuesto y tuvimos todos una reunión con el subdirector que obviamente estaba cabreado. Moraleja del cuento que no se pudo probar quiénes fueron los responsables y el tio, a pesar de todas las ayudas que tenía de becas, trato preferente por ser inmigrante, y cosas por el estílo acabó suspendiendo casi todo y se marchó del colegio no sólo por tonto sino porque ya la gente no lo aguantaba. Estoy de acuerdo con Alfredo en que por muchas ayudas que una persona tenga, el tonto es tonto.
Siguiendo con el tema, Alfredo, me gustaría que me diga algo acerca de eso porque he estado estudiando un poco el tema de reacción y quería ver si tiene alguna opinión acerca de imponer cierto criterio mayoritario en un ámbito privado contra una persona rara o un tio díscolo. Es un tema fascinante y me gustaría ver si tiene algo que decir porque tengo entendido que conoce esos ámbitos residenciales, etc.
Saludos
Muy interesante su comentario «Clásico.»
Paso a responderle:
Yo no considero que esa situación sea «reaccionaria» en un sentido político, aunque sí tiene dimensiones sociales nada despreciables.
En un ámbito así, creo que es necesario preservar la dominación del grupo interesado. En este sentido, me imagino la situación – Colegio Mayor, mayoría española, un díscolo y encima extranjero.
Todo dependería de qué «intereses» pretendieron ustedes defender. Si se trataba simplemente de un intruso molesto, no tengo nada que condenar.
Si se pretendía encubrir otros problemas, no sé hasta qué punto eso sea loable. En inglés existe una palabra que me gusta: «outsider» y creo que este es un caso de un «outsider» desestabilizando ciertas costumbres que ustedes practicaban con arraigo.
Suelo simpatizar con el grupo homogéneo aunque como no estuve allí para ser testigo, no puedo afirmar todo con 100% de seguridad.
En una situación así, lo mejor siempre y preferible es evitar cualquier tipo de conducta ilegal tipo «acoso» del que esté penado por ley. Sin embargo, nada prohíbe que ustedes no le dirijan la palabra, y me parece, dada esas circunstancias, una «solución» eficaz y sensata.
Normalmente la gente de ese tipo acaba mal porque desestabilizan, con o sin intención, el orden establecido y pactado.
Yo creo en la igualdad de derechos y obligaciones, así como en la igualdad de oportunidades para todas las personas, independientemente de su condición económica o social.
J.Ferrer:
Eso me parece perfecto – es lo que defendemos aquí en Liberalismo Democrático, tanto yo como mis colaboradores y mayoría de lectores. Creemos en la igualdad de derechos pero no en la igualdad de condiciones ni en la uniformidad.
Lo que hay ahora es más bien desigualdad de derechos y más desigualdad en las obligaciones: la discriminación positiva es un ejemplo así como por ejemplo eso de reservar plazas para discapacitados en la Administración Pública, porque los derechos deben ser iguales para elementos iguales en cuanto a su capacidad para ejercerlos.
@ J.Ferrer
«Yo creo en la igualdad de derechos y obligaciones, así como en la igualdad de oportunidades para todas las personas, independientemente de su condición económica o social.»
Venga, que el discursito esta muy bien pero la pregunta es ¿Qué entiendes por «derechos», «obligaciones» y sobre todo «oportunidades»?
Porque según lo que se entienda por esas palabras podemos estan en total acuerdo o desacuerdo.
Endicott: se me olvidaba decirle que, respecto a su interpretación de mi pesadilla, sí, más o menos.
Alfredo,
Sus artículos son tan largos que me resulta imposible comentarlos porque, como ya le dije una vez, rebatiría prácticamente cada línea.
De todas formas le diré, como resumen, que lo que usted propone es simple y llanamente el inmovilismo y el rechazo a los cambios que se pueden realizar desde la tradicional sociedad clasista y conservadora. No creo que tenga que dar tantos argumentos, francamente, ni vestir el clasismo con otros ropajes.
De todas formas comento alguna cosa en concreto:
– El asunto de la ropa cómoda: No es más que clasismo por su parte, no hay argumento lógico o científico que sostenga que esto sea pernicioso o inconveniente, por lo menos no lo ha dado.
– Respecto al tuteo: Podría decir lo mismo que en el caso anterior. A mi, por ejemplo, me gusta que me hablen de tú. Trabajo con grandes clientes y el trato de «tú» suele ser el habitual entre nosostros. Creo que genera confianza mutua y mas sinceridad. Convertir una forma gramatical en un problema social me parece sacar las cosas de quicio.
– Me resulta curiosa su obsesión con la imagen. Mi experiencia en la vida (y en los negocios) me demuestra que los que suelen tener esta visión suelen carecer de algo que sí me parece fundamental: La cultura. Por eso me extraña que una persona culta como usted defienda estos pensamientos.
– Respecto a su comentario sobre la universidad, y que el tener una titulación no convierte a alguien en culto le doy la razón. Pero echar la culpa de esto a la universidad pública es arrimar el ascua a su sardina.
Le recomiendo (quizá ya lo haya leido) el ensayo de Ortega y Gasset «La barbarie del especialismo». Creo que ahí define bien la situación actual.
Aunque creo que hay otro motivo de este boom de incultos titulados, y es esta filosofía que muchas veces te inculca la sociedad y los padres de que quien tiene una carrera es y debe ser un trunfador, a nivel sociointelectual. Necesitamos una cultura social de la formación continua a nivel intelectual, en mi opinión.
– Respecto a la uniformización de la sociedad: Me desagrada. Pero son cosas de la sociedad de masas. Que todo el mundo vista igual o haga las mismas cosas no es más que el reflejo de que el marketing y el capitalismo lo ha invadido todo.
Al final, creo que el problema es de valores, de relativizar esta sociedad «de la imagen», y darle valor a una individualid bien entendida.
Una vez más, mezclar esto con el igualitarismo social de esencia económica me parece un disparate. Aquí estamos en un terreno intelectual.
De todos modos, me alegro que hoy, por una vez, hayamos estado de acuerdo en algo.
Un saludo.
Pedro: Mire, reconozco que algunos de mis artículos son un poco largos, pero ¿sinceramente cree que este artículo es largo? Yo sé cual ha sido el problema y es algo que no soy capaz de controlar: el tamaño de la fuente. Si lo pone en 12″ en Microsoft Word, verá que no es nada largo.
Paso ahora a responder sus puntos que merecen mi atención y la de mis lectores:
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«De todas formas le diré, como resumen, que lo que usted propone es simple y llanamente el inmovilismo»
No – todo lo contrario – propongo que el movilismo surja de forma espontánea, no con un Estado. El Estado, cuando intenta «movilizar» para forjar cambios, siempre fracasa.
«y el rechazo a los cambios que se pueden realizar desde la tradicional sociedad clasista y conservadora.»
No, no se trata de rechazar los cambios per se. Rechazo intentar iniciar cambios revolucionarios que siempre van a compaginarse con totalitarismo de Estado.
El Progreso de verdad nunca ha nacido del Estatismo. Fíjese en los países «revolucionarios» como Cuba o la URSS – estancados en el tiempo hasta que no entró el capitalismo libre en la URSS y ojalá pase lo mismo en Cuba.
«El asunto de la ropa cómoda: No es más que clasismo por su parte, no hay argumento lógico o científico que sostenga que esto sea pernicioso o inconveniente, por lo menos no lo ha dado.»
No he dicho que sea pernicioso o «inconveniente». He dicho que es una señal de pretender igualar lo que no es igual para mostrar una imágen de igualdad falsa. ¿De verdad usted cree que porque Bill Gates vista de vaqueros ya eso lo haga igual que cualquier currito que vista ropa usada y tenga aspecto desaliñado?
«- Respecto al tuteo: Podría decir lo mismo que en el caso anterior. A mi, por ejemplo, me gusta que me hablen de tú. Trabajo con grandes clientes y el trato de “tú” suele ser el habitual entre nosostros. Creo que genera confianza mutua y mas sinceridad. Convertir una forma gramatical en un problema social me parece sacar las cosas de quicio.»
No lo he convertido en un problema social porque eso sería exagerado. De hecho, su comentario me ha mostrado algo más: el tema de la «sinceridad.» Ahora está de moda «ser natural» y de ahí a que se vaya abandonando la corbata por ejemplo o el «usted.» Yo no acepto que, en persona, un desconocido me hable de «tú», y suelen hacerlo los más jóvenes, a los que siempre corrijo, tanto como si me lo hacen a mí como a otras personas mayores. Si usted se siente más cómodo con sus clientes hablándoles de «tú», por mí estupendo, pero sepa que no todos aceptamos eso y si a mí un proveedor, por poner un ejemplo, me tutea de esa forma tan «familiar», me pasa al revés: pierdo la confianza en esa persona, porque no me fío de los que usan una familiaridad excesiva. Eso sí lo veo falso, porque como ya dije, ni somos amigos, ni hemos comido juntos, ni nos conocemos de nada.
«- Me resulta curiosa su obsesión con la imagen. Mi experiencia en la vida (y en los negocios) me demuestra que los que suelen tener esta visión suelen carecer de algo que sí me parece fundamental: La cultura. Por eso me extraña que una persona culta como usted defienda estos pensamientos.»
No exactamente, no se trata de «la imagen por encima de todo» pero los hechos son hechos y ahora vaya usted a una entrevista en vaqueros o pantalón corto y verá la reacción. ¿Usted cree que un hombre vestido de pantalón corto y chanclas en un banco va a generar confianza entre los clientes? Yo, desde luego, no. ¿Es algo absurdo? Puede ser pero existe, y gran parte del problema que tienen ustedes en la izquierda es no reconocer que existen esas realidades, igual que existen los sentimientos racistas, y machistas y todo tipo de cosas de la misma índole. No podemos cambiar los sentimientos humanos, ni pegando miles de carteles en el metro contra la violencia de género. Existe, está ahí, son hechos y hay que trabajar a partir de ahí, a partir de ellos.
Para mí la imagen sí es importante: dice algo, aunque no siempre sea cierto, de la persona y del nivel de respeto que tiene esa persona. Siempre me ha parecido muy curioso que tantos chicos jóvenes se perfumen y se vistan «bien» para ir a la discoteca pero sin embargo, para ir a la Iglesia, visten con una total falta de respeto (todo esto es, claro está, según yo considero lo que es respetuoso) y para mí ir a la casa de Dios en «cuero» no es respetuoso.
«Respecto a su comentario sobre la universidad, y que el tener una titulación no convierte a alguien en culto le doy la razón. Pero echar la culpa de esto a la universidad pública es arrimar el ascua a su sardina.
Le recomiendo (quizá ya lo haya leido) el ensayo de Ortega y Gasset “La barbarie del especialismo”. Creo que ahí define bien la situación actual.»
Lo he leído, sí. No, no le echo la culpa a la universidad pública: las instituciones en sí mismas no pueden ser culpables de nada. Achaco el problema a ciertas políticas como eso del acceso universal a la universidad, que a mí me parece un grave error.
«Aunque creo que hay otro motivo de este boom de incultos titulados, y es esta filosofía que muchas veces te inculca la sociedad y los padres de que quien tiene una carrera es y debe ser un trunfador, a nivel sociointelectual. Necesitamos una cultura social de la formación continua a nivel intelectual, en mi opinión.»
¿Cómo? Yo soy más de la otra escuela: esto es, o se tiene éxito o se fracasa. ¿Qué es una cultura social de formación continua? No podemos exigirle eso a todo el mundo: ¿cree usted que un carpintero va a querer ir a clases de formación intelectual si no le gusta ese tema? Ya de por sí tenemos un problema con la educación de secundaria obligatoria hasta los 16 años…que hace que muchos chicos sean simplemente delincuentes en las aulas porque tienen otros intereses.
«- Respecto a la uniformización de la sociedad: Me desagrada. Pero son cosas de la sociedad de masas. Que todo el mundo vista igual o haga las mismas cosas no es más que el reflejo de que el marketing y el capitalismo lo ha invadido todo.»
Sí y no, pero yo no suelo mezclar «globalización», que para mí no es mala, con mundialización uniforme que es lo que critico de esa uniformización. Una cosa es que todos usemos ordenadores, y otra es que todos bebamos las mismas cosas. Sí, es cierto que hay algo de marketing detrás, y eso requiere un análisis más profundo del que hice aquí.
Yo he hablado del igualitarismo uniforme a nivel social, no del igualitarismo económico, que creo que a estas alturas está más que comprobado que es y siempre será un fracaso.
«De todos modos, me alegro que hoy, por una vez, hayamos estado de acuerdo en algo.»
Pedro, si es que muchas veces podemos estar de acuerdo en muchísimas cosas. A veces es una cuestión de formas. Lógicamente estamos en las antípodas ideológicas pero siempre se puede coincidir en algunos aspectos puntuales.
Da gusto debatir así con una persona de izquierdas que no me insulte ni me amenace.
Gracias por venir
Respondo un par de cosas si me lo permite copiando su estilo, que me esta empezando a gustar.
«Rechazo intentar iniciar cambios revolucionarios que siempre van a compaginarse con totalitarismo de Estado»
¿Cree usted realmente que el uso del tuteo o delos vaqueros lo ha generado el estado? Me parece una opinión increible.
«¿De verdad usted cree que porque Bill Gates vista de vaqueros ya eso lo haga igual que cualquier currito que vista ropa usada y tenga aspecto desaliñado?»
¿Igual en qué? ¿Por qué no puede usar Bill gates vaqueros? ¿Qué es lo malo que Bill gates quiera vestirse con vaqueros o el mindundi con traje? No entiendo esta mezcla de conceptos entre el vestir cómodo y lo de Bill Gates.
«si a mí un proveedor, por poner un ejemplo, me tutea de esa forma tan “familiar”, me pasa al revés: pierdo la confianza en esa persona, porque no me fío de los que usan una familiaridad excesiva. Eso sí lo veo falso, porque como ya dije, ni somos amigos, ni hemos comido juntos, ni nos conocemos de nada»
Hombre, ahí entra la habilidad de quien hace los negocios, en saber a quien hay que hablar de tú y a quien de usted. Pero le digo mi experiencia. Sobre el 80% de las personas menores de 50 años prefieren el trato de tu, y son ellos quienes incitan a ese trato. Es un hecho social.
«Achaco el problema a ciertas políticas como eso del acceso universal a la universidad, que a mí me parece un grave error»
¿Qué quiere decir? ¿Qué si el acceso a la universidad fuese restringido por cuestiones económicas esto no pasaría? Obviamente esto es un disparate.
Si lo que está pidiendo es un selección por nivel, digamos, intelectual, otro, porque generariamos un déficit de profesionales terribles, y condenariamos a la persona a fijar su existencia por lo cómo son con 17 años.
«Yo he hablado del igualitarismo uniforme a nivel social, no del igualitarismo económico, que creo que a estas alturas está más que comprobado que es y siempre será un fracaso»
¿Si fuese Sueco o Noruego pensaría igual?
«Da gusto debatir así con una persona de izquierdas que no me insulte ni me amenace»
Lo mismo digo.
Puede utilizar mi «estílo» de réplica sin problemas, agradezco, de hecho, que me lo elogie.
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«¿Cree usted realmente que el uso del tuteo o delos vaqueros lo ha generado el estado? Me parece una opinión increible.»
No, claro que eso no lo ha generado el Estado. Lo que ha generado esa «degradación» ha sido una combinación de factores como por ejemplo, la educación pública y carente de valores. No digo que haya que inculcar valores de ningún tipo en el ámbito del colegio público pero es que ya lo hacen a la inversa, inculcando un egalitarismo falso. Ha tenido que ver con el complejo español de ser más papista que el papa, de ser más demócrata que un sueco, y, francamente, no cuela en un país como España, queda cursi de hecho, en nuestro país.
«¿Igual en qué? ¿Por qué no puede usar Bill gates vaqueros? ¿Qué es lo malo que Bill gates quiera vestirse con vaqueros o el mindundi con traje? No entiendo esta mezcla de conceptos entre el vestir cómodo y lo de Bill Gates.»
Quiero decir que por mucho que Bill Gates o un político como ZP intente vestirse «como los demás», sin formalidades, no le hace igual al otro. Es sólo una cuestión de imagen que el «currito» quiere ver, porque el «currito», y ya usted mismo lo ha dicho, prefiere esa familiaridad, no le gusta las distancias.
«Hombre, ahí entra la habilidad de quien hace los negocios, en saber a quien hay que hablar de tú y a quien de usted. Pero le digo mi experiencia. Sobre el 80% de las personas menores de 50 años prefieren el trato de tu, y son ellos quienes incitan a ese trato. Es un hecho social.»
Efectivamente, lo sé bien. Depende de qué negocios estémos hablando claro que sí. Pero es un error pensar que todos aceptamos el tuteo.
«¿Qué quiere decir? ¿Qué si el acceso a la universidad fuese restringido por cuestiones económicas esto no pasaría? Obviamente esto es un disparate.»
No, simplemente que el valor del título sería mucho más alto de lo que es ahora. Un ejemplo es EEUU: allí lo que vale es el nombre de la universidad por la reputación que tienen las mejores de acceso muy restringido.
«Si lo que está pidiendo es un selección por nivel, digamos, intelectual, otro, porque generariamos un déficit de profesionales terribles, y condenariamos a la persona a fijar su existencia por lo cómo son con 17 años.»
¿Cuantos profesionales necesitamos Pedro? ¿Ya los hay reales con titulación? Recuerde lo que dijimos antes – tener el título no le hace más profesional, es simplemente una cuestión de capacidades. Es cierto que la educación es necesaria independientemente de todo eso, pero el buen abogado siempre va a destacar por encima del abogado mediocre. No es lo mismo que un tal Pepe Ruiz tenga el título de derecho a que lo tenga, yo qué sé, un tal Mario Conde (sus delitos al margen), hablo de capacidad intelectual/cerebral.
«¿Si fuese Sueco o Noruego pensaría igual?»
Bueno, los datos nos demuestran que el tan cacareado socialismo sueco está a prueba ahora y lo van abandonando. Gracias a que se mantuvieron neutrales en la II GM, pudieron tener algo de estado socialista que ya no es tan sólido como usted y otros piensan.
Además de ese detalle, hay otros:
Espaá no es Suecia y el «éxito» temporal del socialismo en esos países se debe a su población que es, suele ser, ordenada y dada a la disciplina y a la obediencia ciega al Estado, justamente como los alemanes con Hitler. Nosotros no somos un país de personas disciplinadas de esa forma, ni siquiera Inglaterra, la Gran Bretaña es así tan «ordenada», homogenea y militarista. No podemos importar cosas que aquí no han funcionado y usted lo sabe perfectamente.
Por último, el éxito en Suecia, insisto, temporal porque ahora se pone en duda, tampoco contradice el fracaso del socialismo en países como Cuba, la URSS o Corea del Norte o, ahora, España.
Saludos
Alfredo, no estoy de acuerdo con la gente que le insulta porque me parece contraproducente pero es que usted representa la cara más amarga de la derecha liberal y eso va a provocar reacciones. Admiro que usted no pretenda vender nada ni que sea lo más amable del mundo no sé si es así en el trato personal pero sepa que en mi «currito» algunos leemos ciertos escritos suyos y aunque admirables sus posturas por dar la cara, es por eso que algunos reaccionan con insultos. Usted es el lado más amargo del capitalismo radical y de la desigualdad. No niego que usted tenga razón en que existen las desigualdades. Lo que nos asquea es precisamente que no le interese cuando los hechos demuestran que mucha gente sí está preocupada por el nivel de desigualdad en la sociedad y cada vez más.
En Suecia el igualitarismo es algo más que la propia política fuertemente socialdemócrata del estado.
En la propia empresa sueca, en la nórdica generalmente, hay un cierto igualitarismo en la jerarquía laboral. Las relaciones laborales son más humanas, al trabajador se le permite más proactividad, tiene más fuerza en las decisiones de la empresa.
Es un modelo económico que ha funcionado bien, aunque obviamente no es una cooperativa.
Dice usted que los Suecos están dejando ese modelo. Hombre, es cierto que la derecha ha ganado y está aplicando políticas de reducción de impuestos, etc. Pero como usted sabe bien los partidos que llegan al poder en los estados democráticos no entran nunca con políticas de cambios bruscos. Se producen reformas sobre el modelo existente en cuentión generalmente no muy agresivas.
Por mucho que la derecha gobierno en Suecia, será un país mucho más igualitario que la «socialista» España.
Por último cierto que España no es Suecia. Usted dice que es por obediencia y disciplina (la comparación con el III Reich es demagógica), pero creo que hay un factor mucho más importante para que este modelo no pueda funcionar en España, y es el mismo que comentaba en mi post de ayer.
España es un país tramposo y tiene un alto índice de fraude fiscal. Una política como la Sueca, o mismamente la Alemania, sería complicadísima en España por esta razón y por otras similares.
De hecho uno de los graves problemas que tenemos para encarar una reforma del mercado laboral que no represente una pérdida de derechos sociales sin más, es que las idiosincrasias Españolas (tanto de la empresa, del trabajador, del autónomo o del estado) hacen difícilisimo pensar que puedan funcionar cosas que sí funcionan en nuestro entorno.
Una cosa más, la comparación de Suecia con Corea del norte o Cuba es también demagógica (Lo de España, en fin caballero, necesitariamos una palabra de más empaque de demagogia para definirlo).
Podriamos hablar de todos los países europeos occidentales hasta los años 80, que tenían un cierto grado de socialismo incorporado. Hoy, queda poco de eso, gracias a aquellas filosofías neoliberales que usted defiende, cuyo éxito, si es que se puede calificar así, es igual de temporal que el socialismo sueco, porque todo en este mundo es temporal, aunque a nuestra mente occidental unida a nuestra corta vida le cueste aceptarlo.
No Pedro, a mí desde luego no me cuesta aceptar que todo es temporal. Lo he dicho por aquí muchas veces, lo único que está asegurado es la muerte. Ni siquiera nuestras pensiones están aseguradas a personas de nuestra edad y supongo que ya lo sabía.
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«En Suecia el igualitarismo es algo más que la propia política fuertemente socialdemócrata del estado.
En la propia empresa sueca, en la nórdica generalmente, hay un cierto igualitarismo en la jerarquía laboral. Las relaciones laborales son más humanas, al trabajador se le permite más proactividad, tiene más fuerza en las decisiones de la empresa.
Es un modelo económico que ha funcionado bien, aunque obviamente no es una cooperativa.»
Ha sido gracias al capitalismo que los suecos viven, de momento, con esa comodidad.
Recuerde que ellos no tuvieron que enfrentarse a la destrucción de dos guerras mundiales. Todo el éxito material que han disfrutado y que todos disfrutamos hoy en día poco tiene que ver con el socialismo sueco y sí mucho que ver con el capitalismo y sobre todo, el capital en sí.
Es cierto que en Suecia hay una mezcla. Pero últimamente la base emprendedora está creciendo cada vez más.
Recuerde además que el socialismo sueco ha destrozado a la familia sueca, con una tasa de ilegitimidad de más del 50% y bueno eso quizás lo trataré en una entrada porque hay mucha carne con el tema sueco.
«Dice usted que los Suecos están dejando ese modelo. Hombre, es cierto que la derecha ha ganado y está aplicando políticas de reducción de impuestos, etc. Pero como usted sabe bien los partidos que llegan al poder en los estados democráticos no entran nunca con políticas de cambios bruscos.»
Claro, y así debe ser: nunca cambios bruscos.
«Por mucho que la derecha gobierno en Suecia, será un país mucho más igualitario que la “socialista” España.»
Sí, pero como ya acordamos, no somos suecos.
«Por último cierto que España no es Suecia. Usted dice que es por obediencia y disciplina (la comparación con el III Reich es demagógica),»
Demagogia no, era sólo un ejemplo.
«pero creo que hay un factor mucho más importante para que este modelo no pueda funcionar en España, y es el mismo que comentaba en mi post de ayer.
España es un país tramposo y tiene un alto índice de fraude fiscal. Una política como la Sueca, o mismamente la Alemania, sería complicadísima en España por esta razón y por otras similares.»
Exacto, esto también es cierto: ¿y cree usted que eso va a cambiar? Yo no. No podemos cambiar la naturaleza de cada país.
«De hecho uno de los graves problemas que tenemos para encarar una reforma del mercado laboral que no represente una pérdida de derechos sociales sin más, es que las idiosincrasias Españolas (tanto de la empresa, del trabajador, del autónomo o del estado) hacen difícilisimo pensar que puedan funcionar cosas que sí funcionan en nuestro entorno.»
¿Derechos sociales? Yo sólo reconozco derechos inalienables como el de propiedad, y el de trabajar y el de la libre contratación. No podemos, por otro lado, cambiar las idiosincracias nacionales. Me enorgullecen esas diferencias, son precisamente esas diferencias las que, de momento y cada vez más diluidas, hacen una Europa más rica en cultura. No vamos a cambiar con discursos elegantes sino con golpes y la realidad. Con «golpes» duros y tragos amargos de lo que nos espera.
«Hoy, queda poco de eso, gracias a aquellas filosofías neoliberales que usted defiende, cuyo éxito, si es que se puede calificar así, es igual de temporal que el socialismo sueco, porque todo en este mundo es temporal, aunque a nuestra mente occidental unida a nuestra corta vida le cueste aceptarlo.»
Recuerde que en países como EEUU, donde ahora Obama está intentando convertirlos en un país como Bélgica o Suecia, la realidad se volverá a imponer en 2010 y no hará absolutamente nada.
Lo único que funciona es la alternativa de la libertad, el liberalismo. No hay, por mucho que pretendamos soñar, alternativas. Y es fácil caballero, muy fácil: no podemos gastar más de lo que ingresamos sin incurrir en un déficit brutal. Como ya dijo Trichet: algunos países están a punto de perder toda credibilidad. Cuando aquí decidan no invertir más, entonces vendrá el lloro y el crujir de dientes.
¡qué cosas! Porque siempre pasa lo mismo Pedro: los socialistas dejan al país al borde de la ruina y del desastre, y siempre regresamos los liberales a recoger los tiestos, destripar lo que no funciona y volver al crecimiento económico. Ahora yo le pregunto, ¿cual es su alternativa? Ya sabe que ya no hay dinero, ¿alternativas?
Gracias
Marcos: ya y mucha gente también en su día se preocupaba por la liberación de los esclavos negros en EEUU. No se puede gobernar a golpe de sondeos. A mí la verdad es que me importa bien poco la «opinión pública.» Para eso están las urnas.
Buenas Noches
Dos cositas Alfredo para no convertir el debate en eterno.
Habla usted de que el Suecia viven bien por el capitalismo. Eso es tan falso como decir lo contrario, que viven bien sólo por una política redistributiva fuerte. Los factores sociales, culturales, económicos, etc. crean en su unión la realidad de un país.
Suecia es, como dice, una mezcla. Una especia de economía mixta a la nórdica, que ha sabido combinar bien lo mejor del mercado con lo mejor del socialismo.
Y con eso creo que ya puede ver cual es mi alternativa. No se trata de gastar lo que no se tiene, se trata de generar como recurso lo que se necesita gastar. No es una cuestión de multiplicar dinero, es de distribuir bien el que se tiene.
Economía mixta: Realidad privada sin explotar, y realidad pública sin parasitar. Permitir la desigualdad en aquellos casos que se considere que el beneficio de este hecho es positivo, limitar los beneficios a quien aprovecha su relativo monopolismo o las burbujas económicas. Aplicar mecanismos de empresa privada en el sector público sin que deje de ser público. Atención social a todo el mundo que lo necesite siempre que esté dispuesto a aportar a la sociedad. Lucha contra el fraude y la corrupción…
En fin, ¡Para escribir un libro! Como usted me lee, verá lo que defiendo conforme pasen las semanas, dentro de mi limitado dominio de muchas áreas. Pero le diría, si puedo aclarar algo, que si tengo que elegir uno de los modelos que han existido en el último siglo como mejor sociedad eligiría, como intuirá, los modelos socialdemócratas nórdicos, aunque creo que buscar ese tipo de mecanismo no es muy viable hoy.
«Habla usted de que el Suecia viven bien por el capitalismo. Eso es tan falso como decir lo contrario, que viven bien sólo por una política redistributiva fuerte.»
Yo me refería a «vivir bien» respecto al disfrute o usufructo de los avances en medicina y tecnología que han nacido del capitalismo de emprendedores. Dicho de otra forma, no disfrutamos de ordenadores y otros medios tecnológicos por el socialismo sueco sino a pesar del socialismo sueco.
Claro que «vivir bien» es una frase muy amplia pero creo que todos estarán de acuerdo en que hoy vivimos mejor, con más medios, que hace 100 años.
«Y con eso creo que ya puede ver cual es mi alternativa. No se trata de gastar lo que no se tiene, se trata de generar como recurso lo que se necesita gastar.»
Sin embargo, todos los medios que tengo a mi disposición en un archivo de recortes de prensa respecto a Suecia apuntan a que los suecos están hartos de tanta burocracia. Puede que, como los españoles, sean trágicamente demasiado pacientes.
«No es una cuestión de multiplicar dinero, es de distribuir bien el que se tiene.»
El problema con eso es que la mayoría siempre opta por sacar todo el provecho que puede de la redistribución pero no está preparada para aceptar todas sus consecuencias.
No podemos, simplemente, hacer eso en España: ni somos Suecia ni podemos ser como Suecia. Mire, cada persona que defende un ideal es loable, pero yo respondo a un instinto mucho más español, liberal, y realista: me lo llevo.
Simplemente, España no produce lo que producen otros países y pretender modelar este país según el modelo sueco es soñar y soñar.
Seguirán las desigualdades sí – el talento es algo que nunca se reparte de forma equitativa y cuando permitimos que las personas puedan ejercer esos talentos al máximo de su potencial, siempre tiene beneficios para los más pobres porque hace que mejore, si ellos quieren tomar las oportunidades, su situación personal. A más talento empresarial en libertad, más recursos y opciones para todos.
Recuerde que, tal y como decía Thatcher, nadie se acordaría del Buen Samaritano de no haber sido porque también tenía dinero.
Habla usted de las burbujas económicas y ahí tiene razón: le recuerdo que el capitalismo que yo defiendo es el austero, el monetarista, no el burbujista a golpe de crédito y tarjetazos insostenibles. Me da mucha pena que tanta gente confunda a los liberales-monetaristas con las burbujas socialistas. No olvidemos una cosa: la expansión crediticia fue una medida socialista.
«Atención social a todo el mundo que lo necesite siempre que esté dispuesto a aportar a la sociedad. Lucha contra el fraude y la corrupción»
Esto ya puede ocurrir en un sistema liberal clásico: mire el ejemplo de EEUU, donde de momento no hay Sanidad Pública y existen algunos de los mejores hospitales del mundo para niños sin recursos económicos gracias a la caridad privada y la labor de las iglesias.
Y sí, no es viable importar el modelo nórdico a España: ni somos nórdicos, ni el espíritu de nuestro país se conformaría a eso o con eso.