Entrevista a Samuel, del Ojo de cristal

En ocasiones, un buen periodista le hace pasar un mal rato al poder. Samuel es un joven y prometedor estudiante de Periodismo, viejo seguidor de la Resistencia, que algún día llegará a esa meta. Desde hace tiempo, dividió su actividad en dos espacios, uno de ellos, El ojo de cristal, centrado en analizar la más rabiosa actualidad; otro, La gacetilla literaria, dedicado a dar a conocer reflexiones más profundas, críticas de películas y relatos salidos de su pluma elegante y nutritiva. Por sus respuestas, se nota que el entrevistado conoce este género periodístico. Esta entrevista ha sido realizada al alimón por Alfredo Valcárcel y un servidor.

Espantapájaros.- Comienzo con una pregunta difícil pero obligada: ¿Qué es periodismo para ti y en qué consiste el deber de un periodista?

Respuesta.- Periodismo se le ha llamado a muchas cosas: a la prensa ideológica del siglo XIX, al llamado Nuevo Periodismo de los años sesenta, también al objetivismo purista y al periodismo de control, que se puso en boga con el caso Watergate. En realidad, yo creo que es una combinación de todo: opinión, porque si el periodista es una persona culta y malpensada, será más difícil engañarle; información, porque al mismo tiempo debemos acercar la realidad al ciudadano de manera imparcial y rigurosa; y literatura, porque además hay que hacerlo bonito, sin faltar al rigor ni a la verdad. Un periodista debe saber manejar todos esos recursos, sabiendo que su tiempo y espacio son limitados. Además debe tener una amplísima cultura general y documentarse muy bien de lo que escribe, pues su práctica habitual consiste en meter las narices en multitud de campos en los que no es experto.

E.- Imagino que no te quedará mucho para acabar la carrera. ¿A qué medio te gustaría dedicarte y en calidad de qué?

R.- A partir de este curso, me quedan dos años más. Me gustaría ejercer de redactor en algún medio escrito, ya sea en la prensa online o en la de papel. No sé tampoco hasta dónde llegaré, pues lo normal –y lo decente– es empezar desde lo más bajo y con el trabajo duro y la experiencia escalar puestos hasta ocupar una posición de mayor responsabilidad y estar más cerca de «los grandes temas». Por otra parte, tampoco me importaría dedicarme a la radio, en la que he hecho algunos pinitos, aunque creo que todavía me hace falta más práctica.

E.- ¿Tienes algún referente entre tus profesores universitarios o prefieres fijarte en figuras más conocidas?

R.- Siempre hay algún profesor que destaca, aunque muchos grandes periodistas no creen en la carrera de Periodismo y se mantienen lo más lejos posible de la universidad. Un ejemplo para mí ha sido el escritor José Luis Ferris, que me impartió Literatura y Periodismo Contemporáneos. Nombraría a alguna persona más, pero… es que… (riendo) no, no puede ser, eso sería muy pelota.

Alfredo Valcárcel.- ¿Cuál es el principal problema, en su opinión, al que tendrá que enfrentarse España como nación de cara al futuro inmediato?

R.- Para mí, la cuestión prioritaria es la crisis económica. España debería aprender de los errores que ha cometido, encarar sin miedo las reformas legislativas necesarias, abrir la puerta a la inversión y ponerse a trabajar para ser más productivos, de manera que pueda generarse riqueza. Hay un problema paralelo: la crisis del Estado central frente a las autonomías.

AV.- ¿Cómo fue que llegó a sus criterios y postulados liberales?

R.- Empecé a pensar por mí mismo a causa de que leí un poco más de lo debido. Cuando empecé a ver las noticias por televisión, me fijé que en el Parlamento no había nada parecido a un debate racional. Todo eran falacias, argumentos ad hominem, retórica enrevesada y vocabulario políticamente correcto. De manera que comencé a desconfiar de nuestra clase política, pues pensaba que si carecían de honradez intelectual era imposible que dirigieran un país como es debido. Con el tiempo, unos autores me han llevado a otros y he observado que la literatura sobre el control de los poderes públicos está muy desarrollada. Lo menos importante, creo yo, es autodenominarse liberal, que últimamente ha venido a ser lo mismo que decir que uno es de izquierdas o mahometano, o sea, una marca para distinguirse de las demás sectas.

AV.- ¿Cuál es el aspecto más negativo de la España constitucional?

R.- Lo peor es que hemos mitificado la Transición y nuestros políticos se han dedicado a aprovecharse de sus puntos flacos para sacar tajada. Los nacionalismos periféricos se han radicalizado y han llevado el Estado de las Autonomías hasta un punto en que resulta insostenible.

E.- En ese sentido, recuerdo tus críticas a Camps por la reforma del Estatuto valenciano… ¿Es posible deshacer los entuertos autonómicos o estamos abocados a un Estado federal asimétrico e imperfecto al servicio de los nacionalistas?

R.- Sería posible si PSOE y PP dieran marcha atrás y llegaran a un acuerdo para reformar la Constitución del 78. Ya desde el principio existía cierta asimetría jurídica, pues el País Vasco poseía un régimen fiscal distinto y Navarra mantenía sus fueros. Pero el problema ha empeorado al dejar la puerta abierta a la negociación de competencias con el Estado central y no ceñirse a límite ninguno en la reforma de los estatutos. Si Camps avala que podamos asumir cualquier competencia que posea otra comunidad autónoma, independientemente de su naturaleza, es incoherente que recurra el Estatuto catalán porque considera que el agua le corresponde al Estado central. En el fondo, la cláusula Camps sólo está siendo un mecanismo de autodefensa para llevarse mayor parte de la tarta. Aunque beneficia a la Comunidad, creo que Camps debería haber obrado con más sentido de Estado.

AV.- ¿Qué criterios sostiene respecto de la Unión Europea?

R.- No soy europeísta vocacional, sino circunstancial. Por lo que sé, la Unión Europea permite la libre circulación de bienes y capitales entre los países miembros y eso es beneficioso para el empresario y el consumidor. Quedarse fuera nos dejaría en desventaja. Pero por otro lado, nos obliga a ser proteccionistas con respecto a otros países y eso beneficia al empresario subvencionado –aunque bien podría pasarse a otro sector si su negocio no es rentable y obtener mayores ingresos– pero no al consumidor. En cuanto a la estructura del poder, posee una dudosa legitimidad democrática, aunque se han hecho algunos avances. De todos modos, creo que la solución no sería abandonar la UE, sino criticarla desde dentro y reformarla.

E.- Como periodista, ¿eres de lo que piensa que el periódico de papel desaparecerá a corto plazo y será reemplazado totalmente por lo digital?

R.- Es, ciertamente, una pregunta que los periodistas no dejamos de formularnos. Yo creo que sí, pero es necesario que los periódicos consigan adaptarse de una vez a internet. Al igual que otras empresas, han puesto muchos reparos al nuevo medio y hasta hace muy poco algunos aún no habían volcado los contenidos del papel al periódico digital. Mientras Google, Yahoo y otras empresas se las apañan para ganar dinero con la publicidad y ofreciendo todo tipo de servicios, muchos periódicos han seguido aferrándose al formato de papel. Desde luego, la empresa que no sepa ajustarse, es probable que tenga serios problemas.

AV.- ¿Cree que la juventud española es pasiva respecto a cuestiones políticas? Si es así, ¿por qué?

R.- A mi juicio, los jóvenes españoles se muestran rebeldes desde la adolescencia hasta que se integran en un grupo de su agrado y entonces se vuelven profundamente inmovilistas. Creo que si a los jóvenes no les interesa la política es básicamente porque en unos casos carecen de suficiente cultura y en otros porque son demasiado listos –aunque no muy individualistas– como para preocuparse por los políticos.

E.- Si te diesen la oportunidad de entrevistar a un político o líder de opinión, ¿a cuál escogerías?

R.- Difícil pregunta. Algunos dicen que les gusta entrevistar más a personas con las que no están de acuerdo en nada y así poder ser más independientes, aunque a veces uno también quisiera mantener una conversación con una persona a la que admire. De los primeros, a uno siempre le quedan preguntas en el tintero para políticos como De la Vega o Rubalcaba y periodistas como Gabilondo. De los otros, hay muchos: Pérez Reverte, Arcadi Espada, Jon Sistiaga, Luis María Ansón, por citar algunos, y luego infinidad de personajes anónimos de esos que suelen darte alguna sorpresa.

E.- Escribes muy bien, y he leído buenos relatos tuyos. ¿Has pensado en escribir una novela o ya hay alguna en tu cajón?

R.- Tengo algunas ideas, pero hasta ahora no he podido dedicarles mucho tiempo. Creo que hace falta mucha soledad para la escritura creativa y hasta ahora sólo he encontrado algunos instantes, pues vivo dedicado a mis estudios, a la lectura y, de cuando en cuando, a mis blogs.

E.- Tuya es la última palabra.

R.- Gracias a ti y a Alfredo por esta espléndida entrevista.

5 comentarios

  1. Bien. Con nuevas generaciones así, aún queda esperanza.

  2. Carles · ·

    «Pero por otro lado, nos obliga a ser proteccionistas con respecto a otros países y eso beneficia al empresario subvencionado –aunque bien podría pasarse a otro sector si su negocio no es rentable y obtener mayores ingresos– pero no al consumidor.»

    Un ejemplo de esto es el tema de las verduras y otros productos agrícolas.

    «Hay un problema paralelo: la crisis del Estado central frente a las autonomías.»

    Estoy de acuerdo aunque en un país como España, creo que el modelo más «centralista» puede ser problemático.

    Saludos

  3. Endicott · ·

    Bonitas ideas la del jóven — estoy de acuerdo con Mike.

  4. Adrilon · ·

    Samuel, mira es verdad que la juventud española no es muy individualista como se creen. La gente una vez integrada en su grupo es bastante conformista y pasa de todo.

    Mucha gente se cree que por fumar porros ya son super rebeldes y guay. Pero, por otra parte hay mucha gente que dice que la juventud española es mas «irrespetuosa» que la juventud de otros paises como en sudamérica y eso no me lo creo.

    Creo que somos mas libres que la juventud en sudamérica y quizas por eso parezca que somos así.

    Saludos

  5. Carles:

    no defiendo tampoco un excesivo centralismo, más teniendo en cuenta la historia española. Simplemente critico que las comunidades autónomas controlen cada vez más cosas y el estado central menos. Ahora bien, la descentralización funciona cuando podemos controlar bien al poder y en los ayuntamientos y comunidades de aquí no tienen nada que ver con lo que hay en Estados Unidos.

    Adrilon:

    no sé exactamente cómo es la juventud sudamericana, pero hablando a grandes rasgos creo que hay muchas diferencias entre gentes de un nivel económico y otro y que por lo general son ligeramente más respetuosos con las costumbres y tradiciones que los europeos. España ha pasado en las últimas generaciones de ser un país con una moral cerradamente católica a la cultura del botellón. No diré la consabida fórmula de que libertad no es libertinaje, pero me parece un tanto decadente que el único objetivo de la vida de un hombre sea esconderse de sí mismo. ¡Y lo peor es que encima lo hacen sin estilo ni gracia!

    Saludos.

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