El sábado, regresé a mi querido Madrid, tras estar un mes visitando a los EEUU, como suelo hacer todos los años para mantenerme al tanto de las cosas. A pesar de que admiro mucho a los EEUU como país, que no nación (nunca he considerado a los estados americanos como naciones) porque son más bien un conglomerado de diferentes razas y étnias, jamás llegué a acostumbrarme al estílo de vida estadounidense y siempre agradezco poder regresar a Madrid. ¿A qué me refiero con estílo de vida? No estoy hablando del cliché progre que reza “En EEUU se vive para trabajar”, aunque es cierto en muchos aspectos. Me refiero a que soy a veces demasiado cínico como para dejarme arrastrar por la ola idealista que a veces caracteriza a los estadounidenses. Hay liberales españoles que piensan cosas maravillosas de los EEUU, quizás porque nunca han visitado a aquella gran república. Es cierto que hay más libertad económica (de momento) en los EEUU, más individualismo (excepto que ya no es del todo cierto, puesto que el país se ha movilizado como nunca había hecho a favor de Obama), y más oportunidades para trabajar, amén de los sueldos altos. Pero ni Europa es un infierno, ni EEUU es un paraíso liberal en la tierra. A pesar de que EEUU es un país liberal por sus instituciones, no tengo tan claro que el estadounidense medio sea igual de liberal que sus fundadores. Y esto, a mi juicio, se debe a la fuerte inmigración que empezaron a recibir a finales del siglo XIX y con la oleada migratoria de latinos mejicanos que han recibido en los últimos veinte años, procedentes de un país pobre, supersticioso, y acostumbrado a la corrupción masiva en las instituciones. Bien; decía yo que los estadounidenses no son tan liberales a nivel individual y debo una explicación: a pesar de que EEUU ha conservado, hasta ahora, mejor que nadie, el institucionalismo liberal debido al fuerte federalismo, el ciudadano estadounidense, por lo general, dista bastante de ser un liberal en el sentido europeo de la palabra. Es un país compuesto de unos ciudadanos quienes, con mayor o menor excepcion, ven con buenos ojos ciertas prohibiciones que no son, en su esencia, ni liberales ni liberal-conservadoras. Por ejemplo, muchos articulistas han escrito ríos de tinta, especialmente en Europa, sobre el hecho de que en Europa posiblemente de momento no tengamos ningún presidente de raza negra. Los que afirman esa diferencia entre nosotros y los estadounidenses lo achaca a que los estadounidenses son “menos racistas” que los europeos. Esto no lo voy a negar pero no tiene nada que ver con que EEUU sea un país más avanzado que nosotros en ese aspecto. Simplemente, el estadounidense, cuando se trata de cuestiones de moral personal, es bastante más antiliberal y nada individualista, en comparación con un europeo medio. Allí, los medios, junto a los sucesivos gobiernos, se han encargado, al igual que aquí en España, de inculcar en la mente de que cualquier tipo de duda acerca del mestizaje o multiculturalismo, es racismo y que el racismo es algo anatema. En este aspecto, los europeos, salvo los británicos, no nos hemos tragado el cuento de las bondades del mestizaje con el mismo fervor y pasión que lo han hecho en EEUU. Lo que ocurre en EEUU me llama mucho la atención: no hay ninguna ley que regule la expresión como existe aquí, pero, sin embargo, a nivel social, hay ciertos temas que son intocables, como el racismo. Si bien es cierto que allí nadie va a detener a un racista de un grupo como el Ku Klux Klan, hay muchos menos grupúsculos racialistas que en Europa.
Dejando a un lado esa cuestión, hay otras que contribuyen a mi grado de escepticismo cuando se trata del liberalismo del estadounidense medio. Una sociedad verdaderamente individualista no podría sancionar tantas prohibiciones colectivas. No se confundan, señores lectores: yo no tengo nada en contra de las prohibiciones relacionadas con la moral. Pero sí tengo un problema cuando ciertas prohibiciones se convierten en institucionales y que sea éste hecho lo que condicione que un estadounidense piense que fumar tabaco es propio de antisociales, o pensar que la inmigración masiva es negativa sea cosa de nazis, ó, pensar que beber una cerveza antes de las 12 del mediodía sea cosa de borrachos peligrosos. Y en esos aspectos, el estadounidense no es nada liberal.
Por último, y esto es pura vanidad mía, considero que el americano carece de un sentido “sofisticado” a nivel personal. No, no es que sean maleducados: en eso, le superamos con creces. Pero, al ser un país tan inmenso y diverso, nos podemos encontrar con personajes veraderamente paletos en todos los aspectos. No, no estoy hablando de que no sepan dónde está España en el mapa, porque eso me importa poco y no todo el mundo tiene que saber geografía. Aquí mismo en España, son pocos los jóvenes de mi edad que conocen algo de nuestra Historia o hablar castellano correctamente. No: hablo de que muchos americanos carecen de sofisticación personal al ser mucho más “personales” con desconocidos que un europeo. Por ejemplo, es muy raro que un camarero español, en un bar de copas, le pregunte a un desconocido su nombre o que le haga preguntas sobre su trabajo. Sin embargo, en EEUU es bastante normal que a uno le pregunten, en un bar, sobre nombres, procedencia y otras cosas de índole personal. En NY, al ser una ciudad más “europea” en ciertos aspectos, no es tan frecuente. Pero aun así, el nuyorquino suele darse cuenta cuando ven a un “europeo.” En las fiestas o reuniones de mi universidad, era bastante habitual oír comentarios hacia mí como “you look european.” Un día le pregunté a un conocido sobre el por qué me decían eso y no se me olvida su respuesta: “because you look more sophisticated than the average American.” Bueno, no sé, en España la mayoría de los jóvenes de mi edad tampoco es que lleven corbata a diario, pero sí que es cierto que un americano paleto se notaría mucho más al lado de un español paleto; quizás porque estos últimos ya se han extendido mucho y nos damos cuenta. Bueno, lo importante de todo esto es que quiero recuperar un punto muy importante que creo que se nos ha olvidado.
Pues, llegué el sábado por la mañana a mi gran Madrid señorial. Ya, en el aereopuerto de Barajas, pedí un café con leche en condiciones, con mi habitual vaso de agua, y me senté en una de las cafeterias. Casi justo a mi lado, veo a un melenudo homosexual con lo que parecía ser su novio, de pelo corto y barbudo, con aspecto desaliñado, urbano, postmoderno, y ateo: vamos, el súbdito ejemplar perfecto para la España de Zapatero. Estaban los dos sumergidos en una discusión sobre diversos temas que poco me interesan. Pero, lo que sí me llamó la atención, y es por lo cual escribo esta entrada, es que cuando comentaban un relato de un amigo que, según ellos, “admira al General Franco” (lo dijeron en tono asombrado, como si fuera un pecado el hecho de que a alguien le guste otra cosa que no sea postmoderna), soltaron la palabra “nostálgico.” “¡Uf, es que ese tío es un nostálgico.” Y, bueno, soy de la opinión de que si los liberales queremos reiniciar nuestra batalla contra la situación actual, que es trágica, deberíamos recuperar un sentido nostálgico. Me explico.
El liberalismo de corte conservador ha sido arrollado pero no conquistado. Más, ¿qué ha sido de sus adversarios? Las esperanzas de los jacobinos fueron quebradas por el Directorio: cayeron ante Napoleón, y su espíritu fue exorcisado en 1848 y 1871. El benthamismo fue eficazmente refrenado por los escritores románticos. El positivismo sucumbió a sus propios absurdos, y aunque aún se agita en la conciencia popular, sobre todo en la España de Zapatero, se asemeja a una tórtola que, decapitada, sigue arrastrándose. En Norteamérica, ni un solo hombre público de importancia reconoce ser socialista. A pesar de todas estas verdades históricas, no olvidemos que los liberal-conservadores hemos retrocedido mucho desde que comenzó la Revolución francesa: una y otra vez huyeron precipitadamente, pero no desesperaban cuando eran derrotados. Los radicales han sabido despertar el deseo de la novedad y la pasión de la envidia entre los pueblos modernos, mientras nosotros hemos sabido fortificarnos en la inercia y en las tradiciones del hombre, y estas últimas todavía son muros poderosos. ¿Hay alguien en su sano juicio que crea que la mayoría de nosotros los españoles ya consideramos el matrimonio homosexual como algo normal? No: los guettos siguen ahí, y a pesar de todos los observatorios y enmiendas de todo tipo para hacernos creer que la inmigración masiva, que la avalancha de africanos negros, moros y otras nacionalidades es algo “que debemos aceptar” o tragar, no funciona. Sólo hay que darse una vuelta cualquier fin de semana: los inmigrantes con los “suyos”, los gays con su gente en su barrio particular, los punks en Tribunal, los puteros en Montera y Sol, y la gente de buen vivir, en otros lares.
Hemos sido derrotados en estas últimas elecciones españolas y americanas y nos hemos visto forzados a retroceder desde las trincheras a las empalizadas, pero no nos debemos rendir nunca. Y hoy, cuando las filas del radicalismo están diezmadas, atemorizadas y afligidas por una ferocidad sin cuartel, nosotros tenemos una oportunidad de recuperar terreno desde hacía mucho tiempo, desde que los melenudos de las universidades decidieron empezar a lanzar dardos contra nosotros. Los próximos años nos brindarán muchas oportunidades y el camino será largo y difícil. Que no nos quepe la menor duda de esto: el camino será largo y difícil y, desgraciadamente, vamos a tener muchas bajas y muchos heridos. Por lo que a mí me corresponde decir, sólo les digo, a mis lectores , que vayan afilando los cuchillos y almacenando la pólvora ideológica. En EEUU, se rumorea que los republicanos “reaganistas”, emprenderán una guerra sin tregua contra la obamanía que amenaza con alterar, de forma mortífera, los cimientos fundacionales de aquél país. En España, más difícil lo tenemos, al no tener una oposición seria a nivel de partido. Por eso, la guerra tiene que comenzar desde los “grassroots” como dicen en América, es decir, desde abajo. A pesar de que España sufre las consecuencias de ciertas regiones como Andalucía, Cataluña, y País Vasco, juntos, podemos derrotar el socialismo en este país.
Espero que haya tenido un buen viaje de regreso. Siempre que salgo al extranjero, la vuelta a Madrid me resulta algo deprimente, es una ciudad en muchos aspectos degradada y capital de un país en descomposición.
Ésta ha sido una larga e imponente reflexión. Aquí en Europa puede que no exista esa moral norteamericana y su religiosidad, que seamos, en efecto, más cínicos (yo lo soy, y mucho), pero una dosis razonable de la misma no nos vendría mal, junto con esa capacidad para ilusionarse de los americanos. Opino que tal capacidad encierra un valor en sí misma.
De todos modos, por más que se diga y predique del laicismo, en lugares como Holanda el avance del Islam parece inevitable e imparable, y va recortando libertades y amenazando a los detractores. Y lo mismo se puede decir del relativismo moral: todo es muy relativo, excepto que a los musulmanes no se les puede criticar. Ante eso, casi prefiero un retorno a un conservadurismo de corte occidental.
Por lo que respecta a la situación en España, seguramente ahora mismo, entre nosotros, esté formándose el líder liberal-conservador del mañana, pero, de momento, no tenemos dónde combatir. El PP está desnortado y va camino de la derrota. Sus más decentes dirigentes, como Esperanza Aguirre, son ya muy mayores como para poder renovar la corriente liberal y sacar del poder a los sempiternos socialistas. Y UPD, aunque tenga sus cosas buenas, es un partido de izquierdas. Rosa Díez me cae bien y me emociona su defensa de la unidad nacional y de la igualdad ante la ley, pero llega tarde.
Tengo una visión personalista de la política. Me gusta que, en Estados Unidos, el partido no sea tan omnipresente como aquí. Cada vez veo más claro, por eso, que lo importante en política es el liderazgo. Si éste no es sólido y arrollador, por fuerte que sea el partido no saldrá adelante. El ejemplo es el PP: todos los medios y recursos, 700.000 militantes, presencia en toda España… y no es capaz de despegar en las encuestas contra un Gobierno incompetente y mentiroso. Porque, entre otras cosas (el problema de comunicación), Rajoy ya no vale como jefe de la oposición.
No sé si en España se necesita un Sarkozy o un David Cameron –si es que consigue ganar las elecciones–, pero con Rajoy y compañía como referentes no se va a ningún lado.
En otras ocasiones he abogado por un tipo de líder concreto, estilo primer Aznar (1989-1996). Es decir, una persona joven, limpia de polvo y paja, con una buena preparación y capaz de despertar adhesiones y esperanzas. Quizá Aznar no fuese muy carismático, pero lo compensó trabajando muy duro (cosa que no hace el perezoso Rajoy) y mejorando sin parar. Además, era más joven, más presentable y sabía hablar y debatir. Aún tengo pesadillas con los tics de Rajoy en sus debates con Zapatero…
En fin, seguiremos combatiendo desde abajo aunque no haya nada arriba.
Lo que a mí me deprime de Madrid es su juventud. A consecuencia de esa profunda decadencia, se les nota en el espíritu. Hablo, como siempre, en términos generales.
Tengo claro, al igual que usted, de que ya es hora de que Rajoy se marche.
Yo opino lo mismo también acerca de la religiosidad americana, pero también soy realista y no creo que esa estrategia funcione aquí, por el cinismo que ya, para bien o para mal, está muy arraigado.
El europeo en general es mucho más cínico (me incluyo en eso a pesar de ser cristiano), pero noto, cuando hablo con muchos estadounidenses, que carezco del idealismo espiritual que les caracteriza.
En cuanto al laicismo: yo no abogo por el laicismo de ninguna manera porque hace falta hacerle frente al Islam, y eso requiere cristiandad — como aquí hay pocos cristianos ya, lo que sí creo es que hace falta alzar la espada de la cultura cristiana, porque todavía hay una mayoría que se considera «cristiana culturalmente». Pero el Islam y su expansión en el continente europeo es una tarea pendiente para ellos y nosotros debemos frenarlo…si las circunstancias lo requiere.
Saludos
Pues nada! Feliz regreso!
Hoy tengo bastante prisa y aún tego que ayudar en labores domésticas. Mañana paso.
Saludos.
1º. «[…] veo a un melenudo homosexual con lo que parecía ser su novio, de pelo corto y barbudo, con aspecto desaliñado, urbano, postmoderno, y ateo: vamos, el súbdito ejemplar perfecto para la España de Zapatero. […]»
Eso es tener prejuicios y lo demás son tonterías oiga
2º. «En Norteamérica, ni un solo hombre público de importancia reconoce ser socialista.»
Bernie Sanders, senador por Vermont lo es.
De todos modos, tú sabes perfectamente que la palabra «socialista» no significa lo mismo en EEUU que en Europa…
Diré más, así les va, la primera potencia del mundo tiene millones de habitantes sin seguro médico.
3º. «¿Hay alguien en su sano juicio que crea que la mayoría de nosotros los españoles ya consideramos el matrimonio homosexual como algo normal? No…»
Lamentablemente. Precisamente porque para la mayoría aún no es lo normal (que también depende de que significado le demos a normal) es por lo que muchos como yo vamos a seguir peleando, le pese a quien le pese, para que más pronto que tarde lo sea.
4º «…los gays con su gente en su barrio particular»
No le tolero que hable de esa forma sobre las personas homosexuales bajo ningún concepto, yo lo soy y le aseguro que demuestra usted una falta de conocimiento sobre el asunto total y absoluta. Esa frase dice muy poco de usted.
5º. «A pesar de que España sufre las consecuencias de ciertas regiones como Andalucía, Cataluña, y País Vasco, juntos, podemos derrotar el socialismo en este país. »
¿A pesar? ¿sufrir?. Sin comentarios. España somos todos, todas sus regiones, todas sus lenguas y todos sus ciudadanos. Si usted sufre mucho, busque un lugar donde no haya regiones que le incomoden. Menudo demócrata oiga.
Saludos!
Juan:
1º — sí, eso es tener prejuicios: es lo que tiene ser un ser humano normal.
2º — Bernie Sanders NO es un hombre público de importancia…y mucho menos el estado de Vermont. Mal ejemplo.
3º — Por mucho que ustedes sigan con las batallas contra cultura, la Historia tiene más peso que todos ustedes juntos. No obstante, no tengo nada en contra de que sigan en su lucha, pues es propio de una sociedad democrática. Eso sí: no le laven el cerebro a los colegiales, por favor.
4º — Usted sabe que los gays siguen en su barrio…no sé qué tiene de malo reconocer una realidad.
5º — España somos todos, sí: pero leyendo su página, no es ud la persona más adecuada para hablar sobre España y mucho menos sobre una unidad que usted rechaza…no me diga eso porque yo defiendo una España plurilingüe, sí, sí, se lo aseguro…máxime, cuando yo he rechazado el famoso «manifiesto por la lengua.» Abogo por una España federal, de hecho.
No hay regiones que me incomoden, pero sí hay gobernantes y CCAA socialistas, como la andaluza, que me irritan muchísimo. Los gobernantes en este país a veces tienen muy poco que ver con sus ciudadanos.
Ah, y un apunte más:
yo no defiendo un sistema público de salud así que fíjese que lo que me dice de EEUU no tiene ningún efecto puesto que ellos tienen un sistema sanitario que promueve la responsabilidad y las opciones para los ciudadanos. No obstante, el grave problema de EEUU, que conozco bien, es el precio de los fármacos…y eso no tiene nada que ver con el capitalismo sino con los gremios de médicos y agencias de seguros…ahí sí le doy la razón.
Por otra parte, yo no privatizaría el sistema público en España pues, nos funciona bien y ya es muy tarde para reformarlo. Sí abogo por reestructurarlo. Gracias por venir por aquí…a pesar de ser usted homosexual o lo que sea, siempre abogo por el respeto hacia los demás cuando me respetan, como ud. ha hecho. No se sienta ofendido porque cuando yo digo «homosexuales» estoy hablando de conceptos y para nada creo que Zerolo representa a todos los gays en España (Gracias a Dios). Conozco a algunos gays y no se sienten ofendidos con lo que digo…a veces, ocurre que por escrito la cosa se pone más áspera.
3º y 4º. Le repito que usted no tiene ni idea sobre lo que las personas homosexuales hacen o dejan de hacer. No lavamos el cerebro a nadie, predicamos la Igualdad y la Tolerancia. Es la Iglesia la que lleva lavando cerebros a sangre y fuergo durante toda su historia.
5º Que yo no defiendo la unidad de España? Siempre la he defendido, milito en un partido que lleva 130 años defendiendo la España democrática y a los españoles. Ahora bien, creo también que debe poder ejercerse el derecho de autodeterminación de los pueblos/naciones que democráticamente lo decidan (mi voto sería NO en esos hipotéticos referendums)
Pues si se predica la igualdad y la tolerancia (este último punto es muy importante y defiendo la tolerancia que no significa aceptar sino tolerar sin agredir a nadie), cosa que no lo dudo en muchos homosexuales, yo no veo esa tolerancia en algunas manifestaciones gays contra la Iglesia y las familias por ejemplo. Ah y yo NO soy amigo de la Iglesia Católica…y abogo por cortar toda la financiación estatal que recibe…al igual que haría con cualquier grupo ideológico o religioso.
¿Que el Partido de Pablo Iglesias llevo más de un siglo defendiendo nuestra unidad? Es un tema muy espinoso y lo voy a analizar más pero…no estoy de acuerdo con eso…con que el PSOE lleve defendiendo la unidad de esta nación durante tanto tiempo.
Yo no estoy a favor del derecho de autodeterminación bajo ninguna circunstancia puesto que daría pie a que se acabe despedazando la nación.
El 1898 fue nefasto para España y eso que perdió colonias lejanas…no quiero una repetición de ese fatídico y trágico siglo para los intereses españoles.
Analicelo por favor, pero el 2 de mayo de 2009 se cumplirán 130 años de la fundación del PSOE y siempre, hemos luchado a favor de España, y de sus gobiernos democraticos. Otros no pueden decir lo mismo
Dígame una sola manifestación contra la Iglesia que se haya producido, pongamos por caso, en Madrid, que hasya estado convocada o apoyada por algún grupo LGTB, le reto a que lo haga.
Y contra las familias ya sería hasta absurdo, puesto que mal que les pese a mucho, lo nuestro también son familias, no familias católicas (gracias a dios, en esas el % de terrorismo machista es mayor) pero familias a todos los efectos civiles y legales.
130 años de… corrupción a mansalva, por ejemplo. Un tiempo bien aprovechado para el PSOE. En su fundación, un partido revolucionario, peligroso y proterrorista, dispuesto a destruir la estabilidad y progreso de la Restauración y cuyo líder llegó a amenazar de muerte al Presidente del Consejo de Ministros en sede parlamentaria. Un partido que durante la dictadura de Primo Rivera colaboró con éste a cambio de prebendas y favores. Un partido que durante la II República organizacó la insurrección del 34, contra un gobierno elegido en las urnas, y que después llamó a la guerra civil y a demoler un orden que ya no les interesaba. Un partido desaparecido durante toda la dictadura franquista (es bien sabido que muchos de sus miembros fueron confidentes policiales), para después renacer gracias a subvenciones de la CIA y de la socialdemocracia europea. Un partido que durante 14 años de poder casi absoluto empleó el terrorismo de Estado, se corrompió no sólo él, sino también las instituciones democráticas, hasta casi provocar su colapso y desprestigio total, y que ni siquiera entonces quería dejar el poder. Y un partido que, tras haber negociado irresponsablemente con ETA y haber impulsado con sectarismo y ánimo destructor estatutos como el de Cataluña, no es más que un enorme aparato de propaganda, similar a una organización militar, sin más principio ni final que la consecución y mantenimiento del poder, al precio que sea. Eso es el PSOE. Esos son sus 130 años «de honradez» (sic).
Y esto hay que decirlo alto y claro: el PSOE ha sido el partido más corrupto de la Historia de España.
Si así se defiende, tanto ahora como en el pasado, «la España democrática y a los españoles», señor Pérez, tal vez usted debería revisar sus ideales y su pertenencia a semejante partido de caraduras. Por cierto, eso de la unidad de España no se lo cree ni usted. Le pregunto: ¿Hay PSOE en Cataluña o hay PSC? ¿A usted qué le parece?
Es usted una caradura de manchar la memoria de Pablo Iglesias ahora que no puede defenderse. Si no fuera por los socialists usted no podría estar aquí difamando y exhibiendo su espíritu demagógico libremente.
En Cataluña existe el PSC, Partit dels Socialistes de Catalunya, partido federado al PSOE, ahora bien, no se qué tiene que ver esto con la unidad de España.
Yo creo que el problema viene de que ustedes sólo aceptan su visión de la Unidad de España, el problema es que hay más visiones de la unidad de España, no solo la suya.
Respecto al resto de demagogia, que haría vomitar a cualquier Licenciado en Historia, no pienso defender a mi Partido, porque sería tanto como asumir que existe cierta verdad en su exposición; y no es así.
No no soy un «caradura de manchar». En todo caso, seré un caradura por manchar. Y por supuesto que lo hago, con toda libertad y con todas las razones. Pero no mancho ni deshonro, sino que exhibo. ¿No se puede defender el pobre Pablo Iglesias? Qué absurdez. ¡Le tiene a usted, su ínclito turiferario! Por esa regla de tres, ustedes no podrían criticar ni a Franco ni a ningún otro personaje histórico.
Mucho me temo que sin socialistas también habría libertad de expresión, así como la hay en Estados Unidos y otros países sin necesidad de su presencia. De hecho, mi opinión es que, en general, son expertos en lo contrario: en coartarla en sus tan queridas democracias populares. Es más, había libertad de expresión en España cuando Pablo Iglesias decidió lanzar sus amenazas con las siguientes palabras:
“El PSOE viene a buscar aquí, a este cuerpo de carácter eminentemente burgués, lo que de utilidad pueda hallar, pero la totalidad de su ideal no está aquí. La totalidad ha de ser obtenida de otro modo. Mi partido está en la legalidad mientras ésta le permita adquirir lo que necesita; fuera cuando ella no le permita alcanzar sus aspiraciones. […] Debemos, viendo la inclinación de este régimen por S.S, comprometernos para derribar ese régimen. Tal ha sido la indignación por la política del Gobierno del Sr. Maura en los elementos proletarios que nosotros hemos llegado al extremo de considerar que antes de S.S. suba al Poder debemos ir hasta el atentado personal” (DSC-CD, 7 de julio de 1910, pp. 439-443).
Sin duda, muy ejemplar, democrático y tolerante. Me encanta cómo el PSOE respetaba la legalidad de entonces. Ésta es la memoria de Pablo Iglesias (que tiene una avenida en Madrid muy bonita, por cierto).
Lo del PSC tiene que ver con la unidad de España en cuanto que éste no se comporta como un partido español que actúa en una determinada Comunidad Autónoma, sino como un partido nacionalista catalán que actúa en un «país» inventado. ¿O qué cree que pasó con el tema de la financiación autonómica? El PSC llegó a amenazar al Gobierno del PSOE. Es poco el control que éste tiene sobre el primero. Reconozco que la organización militar del PSOE está fallando en las periferias.
No sé si yo tendré una visión de España muy particular, quizá usted lo tenga todo muy claro. Más bien, tengo una idea de España basada en la Historia y en lo que veo a día de hoy. En el caso de PSC, PSG, etcétera, ellos tienen más que clara una visión de su Comunidad Autónoma y, para ellos, España sólo existe como Estado español, en rebuscada expresión franquista. No sé si al PSOE, por tanto, se le puede llamar partido nacional.
Finalmente, no sé qué tiene que ver con la demagogia los datos históricos (vaya a libros de Historia de los diferentes períodos -casi da igual el autor-, no a libros de texto adulterados por la LOGSE) que yo he aportado con buena fe y que, como supongo sabrá, son perfectamente demostrables (el primero ya lo ha sido aquí mismo). Demagogia es otra cosa bien distinta. Pensaba que alguien del PSOE lo entendería sin problemas, pues es una de sus armas favoritas.
Creo que no hace falta un licenciado en Historia (que, por lo demás, no tiene por qué saber de estos temas ni más ni menos que nosotros; sería como si, para leer el texto de una ley, hubiese que haber cursado la carrera de Derecho) en este debate, sino más honestidad y más capacidad de diálogo. Si usted no puede rebatirme con argumentos y datos y tiene que recurrir a la descalificación sistemática, entonces dígalo abiertamente y déjese de vómitos, licenciados y verdades. Que ustedes hablan maravillas del diálogo y la tolerancia, pero cuando se les pone en duda cualquier cosa, se salen por la tangente y no saben ni qué decir.
¿Está usted dispuesto a sostener que el PSOE mantuvo una oposición activa al franquismo, igual a la del PCE? ¿A que no hubo terrorismo de Estado ni escándalos de Filesa, Ibercorp, Roldán, Juan Guerra, etcétera, todo ello probado judicialmente? Si no es capaz, no se ponga tan digno, por favor, que el Partido con mayúsculas, como usted dice, no se lo va a tener en cuenta.
Le diré aquí y donde usted quiera, con las sentencia judiciales contra Vera, Galindo y tantos otros en la mano, que en ninguna de ellas quedó probado el terrorismo de Estado.
Concrétamente, el juicio a Vera, fue declarado IMPARCIAL por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Léase las sentencias por favor y no siga la estela de otros infames como Pedro Jota y Ansón.
¿Escándalos? Si. Los ya demostrados fueron juzgados y sus ejecutores están pagándolo en la cárcel.
«Analicelo por favor, pero el 2 de mayo de 2009 se cumplirán 130 años de la fundación del PSOE y siempre, hemos luchado a favor de España, y de sus gobiernos democraticos. Otros no pueden decir lo mismo»
El PSOE se fundó con el propósito de representar y defender los intereses de la clase trabajadora nacida de la revolución industrial con el objetivo declarado de la toma del poder[cita requerida], y la consecución del socialismo, propio del marxismo que inspiraba el programa del Partido. — fuente muy mala pero me vale, la wikipedia.
Eso no me suena muy democrático que digamos, Sr. Pérez…sobre todo por el objetivo. Marxismo y democracia no son compatibles, como no lo sería el fascismo.
«Dígame una sola manifestación contra la Iglesia que se haya producido, pongamos por caso, en Madrid, que hasya estado convocada o apoyada por algún grupo LGTB, le reto a que lo haga.»
Muy bien aquí tiene usted una:
http://www.hazteoir.org/node/16008
Y tampoco hace falta convocarla explícitamente: cada verano, con el «orgullo» gay, se insulta con impunidad a los cristianos y a las familias tradicionales.
«Y contra las familias ya sería hasta absurdo, puesto que mal que les pese a mucho, lo nuestro también son familias,»
Eso también lo dicen las «familias» monoparentales, pero no, siguen sin ser familias tradicionales, fuente del progreso y desarrollo de una nación. Sin ese tipo de familias tradicionales, morimos. Y a mí no es que me pese que Pepe se bese con Juan en Chueca y llamen lo suyo «matrimonio». Lo que me pesa es que sin familias tradicionales, que cada vez son menos, el país muere. La promoción descarada de la homosexualidad es señal de la decadencia de una nación. Ojo, ojo, ojo: antes de tacharme de «antigay» lea bien: LA PROMOCIÓN. Sé perfectamente que siempre hemos tenido a personas homosexuales…pero no por ello se tiene que promover con fondos públicos, como ustedes hacen con ExCiudadanía y otros intentos totalitarios del poder público a la hora de asumir roles que corresponde a las familias. Los colegios deben instruir y los padres, educar. Son dos cosas distintas.
Y, lo siento, pero «el terrorismo machista», donde más tiene su arraigo, es dentro de la comunidad de inmigrantes…sobre todo musulmanes, sí, sí, esos que su partido piensa que son «iguales» y que quieren una Alianza de Civilizaciones…y que, tras el 11 M, el PSOE, premió a sus aliados con papeles para todos. Osea, nos asesinan, y el PSOE, su partido, lo premia con papeles. ¿es esa la unidad socialista? Pues como decía yo y otros en mis tiempos de radicalismo juvenil: prefiero una España rota antes que roja.
Por lo demás, no me queda más remedio que apoyar lo que ha dicho el caballero Espantapájaros.
Me niego a seguir esta conversación, me ha decepcionado Sr Valcarcel
No se decepcione al no tener argumentos contra lo que se dice aquí,
Sr. Pérez. Le hemos retado y usted se queda sin argumentos…a veces, en la inercia, la persona se revitaliza.
Quedó probado no sólo el terrorismo de Estado de la mano del GAL (otra cosa es hasta qué nivel estaba implicada la Administración, pues no se llegó a juzgar a González y a otros altos cargos) sino también el uso de los fondos reservados del Ministerio del Interior para fines privados (comprarle regalos a la mujer del señor Vera, por ejemplo). Y lo de Roldán, mejor ni hablar. Ignoro si a usted le caerán bien estos señores o sus acciones. Por suerte, parece que no y me alegro por ello. A Zapatero, dicho sea en su favor, tampoco, pues cortó los pagos que el partido hacía a sus abogados. La etapa felipista tiene sus luces y sus sombras, y no hay que negar ni unas ni otras.
Ciertamente, esa gente, esos villanos, fueron castigados y supuestamente el PSOE se medio limpió. Pero no fue porque él quisiera o lo patrocinara internamente. Se defendieron con uñas dientes, con todo tipo de malas excusas y persecución de los discrepantes (hasta se quería modificar la «exceptio veritatis» del delito de calumnias del el CP para tipificar una suerte de delito de opinión contra los poderes públicos). Casi hasta se enorgulleció en su momento. Y González posó con Vera y los suyos a la puerta de la cárcel. Como comprenderá, ésa es una mancha demasiado grande en el historial de cualquier partido democrático y no puede ser tomada a la ligera.
Supongo que se ha equivocado con lo del TEDH. Declararía que no fueron juicios imparciales, como hizo, por cierto, con el del juez Gómez de Liaño, enemigo de PRISA-PSOE.
Me ha emocionado enormemente la grandeza de su final: «Me niego a seguir…». A enemigo que huye…
Ese gran final, «me niego a seguir», es precioso. No le quepe la menor duda, Sr. Perez, que por mi parte, no hay tregua en la lucha por la libertad y por España. No merece la pena, Sr. Pérez, seguir con el socialismo. No funciona para nada. Le recomiendo que deje las pancartas socialistas y súmese al reto de defender la libertad y las oportunidades para todos los españoles. Por lo demás, contra nosotros, quien pueda.
Plas, plas, plas, menudo post Valcárcel. Hay que ser muy valiente para decir eso. Un saludo.
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No, no es gratis.