La invasión rusa contra una frontera internacionalmente reconocida, su paliza a los militares de Georgia, y su satisfacción por humillar uno de sus antiguos feudos es solo una parte visible del daño que han hecho.
Si ya de por sí, el hecho de ensangrentar a Georgia es grave, las consecuencias son peores. El gobierno de Bush perdió el tiempo entre pito y flauta, mientras que Georgia ardía y ni siquiera alcanzó un nivel retórico correcto en sus declaraciones públicas hasta tres días después de la invasión rusa. Y aun así, por lo menos hasta la fecha, no ha alcanzado el nivel retórico con algo que se aproxime a una acción decisiva para castigar a Rusia. El envío de Condoleezza Rice a Tbilisi es enternecedor, pero apenas me tranquilizó; y el envío de asistencia humanitaria no es nada más de lo que habría hecho si Georgia hubiese sido castigada por un desastre natural en lugar de un desastre causado por el hombre, es decir: por un Estado agresor.
La Unión Europea tomó la iniciativa en la diplomacia, con resultados que aproximan al momento de Neville Chamberlain en Munich: un alto el fuego que menciono la integridad territorial de Georgia, y que poco le faltó para darle la razón a Rusia y el permiso para continuar sus operaciones militares como una operación de «mantenimiento de la paz» en cualquier parte de Georgia. Más preocupante, en el largo plazo, es que la UE considera su tarea como mediador – su papel favorito en el mundo – entre Georgia y Rusia, en lugar de un defensor de la víctima de la agresión. Incluso este lamentable desempeño fue suficiente para relegar a la OTAN a un papel totalmente inferior, mientras que los tanques rusos y aviones irrumpieron en un «país lejano», como Chamberlain observó con «tanto cuidado.» En Nueva York, paralizada por la perspectiva de un veto ruso, el Consejo de Seguridad de la ONU, ese templo para mentes cultivadas, fue tan inútil como lo fue durante la Guerra Fría. Para ser justo con Rusia, por lo menos todavía parece entender cómo ejercer poder en el Consejo, cosa que algunos otros miembros permanentes con frecuencia parecen haber olvidado.
Occidente, colectivamente, fracasó en esta crisis. Georgia perdió sus 15 céntimos al realizar la famosa llamada telefónica a la Casa Blanca a las 3 de la madrugada. Además, la sangre en las garras del oso se notó en otros estados que alguna vez fueron parte de la Unión Soviética. Rusia ha demostrado inequívocamente que podría haber marchado directamente a Tbilisi e instalar un gobierno títere antes de que cualquier líder occidental fuera capaz de alejarse de los Juegos Olímpicos. Se podría, presumiblemente, hacerle lo mismo a ellos.
El miedo es una reacción que Rusia quería provocar, y lo ha logrado, no sólo en el «extranjero cercano», pero en las capitales de Europa occidental. Sin embargo, su principal objetivo era la hegemonía, una hegemonía que ha demostrado con promesas de contribuciones para reconstruir Tskhinvali, la capital de su-ya posesión, Osetia del Sur. El contraste es claro: una verdadera demostración de la utilización de palos y zanahorias, el tipo de «diplomacia» que tanto le encanta a los europeos en general. Por otra parte, Rusia es ahora muy capaz de dominar el oleoducto Bakú-Tbilisi-Ceyhan, la única vía para salir de la región del Mar Caspio. Perder esto sería una gran tragedia si esperamos la continuación de las reducciones en los precios del petróleo mundial, y la dependencia energética en estados hostiles o potencialmente hostiles, como Irán.
No nos da ningún beneficio culpar a Georgia de «provocar» el ataque ruso. Tampoco es grato que los EEUU mande funcionarios anónimos de su Departamento de Estado para decirle a los periodistas, como hicieron poco después de los ataques, que habían advertido a Georgia para que no provoque a Rusia. Este enfrentamiento no es sobre quien violo las normas de un marques en Osetia del Sur, donde la violencia étnica ha sido un hecho diario desde la desintegración de la URSS en 1991 – y, de hecho, mucho antes. Al contrario, nos enfrentamos a una cuestión mucho más amplia: ¿Cómo se comportará Rusia en los asuntos internacionales durante las próximas décadas? Esta violación estaba bien planificada y muy próxima, teniendo en cuenta la oposición manifiesta de Georgia a convertirse en otro peón mas como casi todos los estados de Europa, que no tienen soberanía política ni defensa propia.
¿Qué se puede hacer? Hay tres puntos claves para que EEUU reestablezca su credibilidad: establecer una línea clara para Rusia; conseguir la atención de Europa y comprobar su propia fortaleza intestinal. Si la historia refleja la invasión de Rusia como el primer paso para recrear su imperio depende – fundamentalmente – de si la Administración Bush puede resucitar su característica firme voluntad en estos pocos días que le queda de vida y, fundamentalmente ahora, lo que hará Barack Hussein Obama. Europa también tiene una función vital – por lo que me refiero a la verdadera Europa, sus Estados-naciones, y no las burocracias interminables en Bruselas.
En primer lugar, Rusia ha dejado claro que no va a aceptar un vacío entre sus fronteras y la línea fronteriza de la OTAN. Dado que el Pacto de Varsovia y la Unión Soviética se derrumbó, esta ha sido una cuestión central que afectan a las sucesivas decisiones de la OTAN, con el temor de que las naciones en la «brecha» entre la OTAN y Rusia estarían más en una situación de riesgo frente a una agresión rusa que si se unieran a la OTAN. El potencial de inestabilidad y enfrentamiento es evidente.
El rechazo europeo contra la propuesta de Bush para iniciar los tramites necesarios que permitan que Ucrania y Georgia se hagan socios de la OTAN fue la verdadera provocación a Rusia, porque dejo bien claro la debilidad y timidez occidental. Mientras exista esa percepción en Moscú, el riesgo a otros territorios de la antigua URSS – y en regiones peligrosas como Oriente Medio – seguirá existiendo.
Obviamente, no todos los ex estados soviéticos son tan críticos para la OTAN como Ucrania, debido a su tamaño y a la ubicación estratégica, o de Georgia, a causa de su importancia para nuestro acceso a la cuenca del Caspio de petróleo y a las reservas de gas natural. Además, no todos ellos cumplen requisitos previos fundamentales para la OTAN. Pero EEUU debería revisar su relación con todos ellos. Esto, en efecto, no fue lo que hizo la OTAN de la Revolución Naranja y Rosa, dejándonos en esta actual posición insostenible.
Por sus acciones en Georgia, Rusia ha dejado claro que su objetivo a largo plazo es llenar ese «vacío» si no lo hace el mundo occidental. Eso es totalmente inaceptable. Totalmente. ¿Me han leído bien? I-n-a-c-e-p-t-a-b-l-e. En consecuencia, EEUU y otros socios de la OTAN deberían tener una reunión para revertir esa capitulación de primavera en Bucarest, y afirmar que Georgia y Ucrania serán los próximos miembros de la OTAN. Al trazar una línea tan clara, no estamos provocando a Rusia, pero haciendo justamente lo contrario: dejándoles saber que comportamientos agresivos se traducirán en gastos y pérdidas que no desean tener, y de esa forma contribuimos a la estabilización de una separación crítica entre Rusia y el mundo occidental. En efecto, ya se ha hecho esto con Estonia, Letonia y Lituania.
En segundo lugar, Estados Unidos necesita hablar directamente con Europa, que idealmente debería haber ocurrido mucho antes del asalto a Georgia. Rusia no invadió a Georgia con diplomáticos o rublos, sino con tanques. Esto es una amenaza para la seguridad, y el foro adecuado para debatir las amenazas a la seguridad en la frontera de un miembro de la OTAN – Sí, Europa, esto significa Turquía – es la OTAN.
Sé que decir esto puede causar angustia en las capitales de Europa, pero ahora es el momento de averiguar si la OTAN puede soportar un potencial y renovado enfrentamiento con Moscú, o si Europa le da igual que la OTAN se vea condenada a marchitarse. Más nos vale a todos descubrir esto ahora antes de que sea demasiado tarde. Si alguna vez hubo un momento desde la caída del Muro de Berlín, cuando Europa debe estar preocupada, éste es el momento. Si los europeos no están dispuestos a participar a través de la OTAN, será muy revelador en cuanto que podremos ver el verdadero estado de salud de lo que es, supuestamente, una «Alianza Atlántica.»
En cualquier caso, los votantes de los EEUU han demostrado que, por lo menos de momento, prefieren optar por la retirada de Irak y no perseverar en circunstancias difíciles, como quiso McCain. Los imbéciles en Europa, olvidándose de su propio bien, también quisieron que EEUU opte por la claudicación en política exterior. Quizás hasta que no ardan las capitales europeas y, Dios no lo quiera, empecemos a ver victimas, y sangre, los del porro y la litrona seguirán dictando la política exterior durante los próximos años. Que Dios nos salve a todos.
Un artículo bien interesante. Enhorabuena por este trabajo.
¡muchas gracias mike! Hago lo que puedo pero creo que es un tema urgente.
Hola pero es rusia el estado agresor o estados unidos que invade paises sin causa alguna con sus campos de concentracion y su robo de petroleo y bin laden ?y las armas de destruccion masiva de sadam? y la futura tomA de iran? solo pretestos para invadir…… estados unidos no se va a sacrificar por un pais como georgia.y georgia se debe de hacer la idea que estados unidos y rusia nunca iran a la guerra por el miedo mutuo que se tienen. NO LO HICIERON EN LA GUERRA FRIA MENOS VA A SER AHORA por eso debemos no jugarnos la vida por paises grandes que abandonan a sus aliados y que utilizan a los pequeños para sus propios fines buena surte y que se terminen las guerras del mundo
«estados unidos que invade paises sin causa alguna con sus campos de concentracion y su robo de petroleo y bin laden ?»
¿Sin causa alguna? ¿vive usted en el mundo? ¿cuales son esos campos de concentración? Abandone la propaganda izquierdista.
Sobre Iran: es necesario contenerla inmediatamente…si hace falta usar la fuerza, pues que se haga.
Las guerras no se van a acabar. Despierte a la realidad.