Por cualquier medida racional, casi todas las propuestas para «controlar» las armas o prohibirlas son una pérdida de tiempo. El proyecto de ley Brady por ejemplo, no pudo frenar el hecho que Hinckley obtuviera una pistola para disparar contra el ex-presidente estadounidense Ronald Reagan; Hinckley compró su pistola cinco meses antes del suceso, y su historial médico no podría haber servido como justificación para negársela, ya que los registros médicos no son documentos públicos a los que pueda tener acceso la policía. Del mismo modo, la ley californiana que exige un tiempo de espera para comprobar antecedentes penales no tuvo ningún efecto eficaz contra Patrick Purdy — llegó a comprar un fúsil y pistolas que utilizó para asesinar a niños inocentes durante la hora del recreo en un patio de colegio en Stockton, en parte porque se había «reinsertado» (sic) y se rebajaron sus antecedentes de delitos graves a delitos menores. Lo mismo ocurre en España, y con una serie de leyes muchísimo más «duras» contra las armas: ayer mismo, un atracador llegó a disparar contra un señor en su propio domicilio para robarle. Afortunadamente, no lo consiguió. Y eso sin contar la cantidad de sucesos con armas blancas. Por ejemplo, aquí tienen otro.
El caso español es especialmente grave. Casi todas las medidas de prevención que nos ofrece el Estado y su calaña progresista encarnan la misma filosofía. Ellos se son de la creencia de que los ciudadanos respetuosos con la ley son la fuente del problema. Con nuestra impía voluntad de portar armas de fuego, somos los «culpables» de tener una sociedad sumergida en violencia. Esta filosofía, que nos echa la culpa por la ola de violencia, conlleva la implícita absolución de criminales violentos por sus fechorías y por supuesto, nos enfurece. A mi personalmente me enfurece porque es indignante lo que han hecho en este país contra los ciudadanos honrados que solo reivindican su derecho a defenderse. El Código Penal español y los organismos del Estado como el Ministerio del Interior no se cansan de repetir consignas anti-armas y no paran de proponer medidas contra los ciudadanos honrados. Sin embargo, deberían emplear ese fervor en proponer medidas para castigar con más dureza a los criminales violentos que son los únicos responsables de la ola de violencia. Es absurdo esperar que las propuestas del gobierno, o cualquier control jurídico sobre las armas pueda frenar de manera significativa la delincuencia que padecemos. De hecho, si nos mantenemos al tanto de los sucesos, vemos como casi todos los delitos violentos se cometen sin una pistola: tenemos dos casos muy recientes. El portero que asesinó al jóven de 18 años no tenía una pistola y el hijo que degolló a su madre de 83 años en Valencia lo hizo con un cuchillo. Y lo más evidente: casi todas las armas incautadas por la policía se obtienen en el mercado negro. En el caso de EEUU, además, el número de criminales violentos es mínimo en comparación con el número de armas de fuego en ese país. Hay que reconocer que hay un suministro abundante de armas y es fácil conseguirlas. Por lo tanto, siempre habrá un número suficiente de pistolas para aquellos que deseen hacer uso de ellas para fines destructivos y criminales, no importa cuantas prohibiciones legales tengamos contra las armas. Las leyes contra las armas demuestran que el gobierno en realidad no se toma en serio la lucha contra la delincuencia.
¿Libertad en España?
El control de armas se ha convertido en una cruzada moral de parte de unos progresistas iluminados en contra de una ciudadanía ignorante y bárbara (sic). Esto se demuestra no solo por la ineficacia de las leyes anti-armas para prevenir delitos, y por el hecho de que solamente se centra en limitar el comportamiento de los que respetamos las leyes en lugar de detener y castigar con dureza a los culpables, sino también con los estereotipos falsos contra los que tenemos armas. Habitualmente, los progresistas iluminados, que son tan absolutistas como los que ellos llaman «fundamentalistas», nos pintan como personas sin educación, paranoicos y fascinados por la violencia, y por supuesto, sólo un «violento» puede oponerse a los buenos fines que tienen los progresistas para educarnos. En EEUU, las elites progresistas en las universidades, como mi alma máter, a menudo nos caracterizan como cazadores que beben cerveza, que no votamos, y que golpeamos a las mujeres. Hussein Obama, en uno de sus discursos durante la campaña electoral, llegó a decir que en las zonas rurales hay muchos ciudadanos pobres que se aferran a las armas y a la religión. Creo que no hace falta decir que esta declaración ignorante ignora el hecho de que los que mas provocan muertes violentas con armas de fuegos son individuos en los barrios de las grandes urbes, a menudo de raza negra o de origen latinoamericano, entre bandas rivales.
Estos estereotipos son, por supuesto, falsos, como casi todos los estereotipos que intentan mirar a los individuos como colectivos. Los estudios demuestran, al menos en EEUU, todo lo contrario: por lo general, los que tenemos armas tenemos mejor educación y trabajos de más alto nivel que los que no las tienen…también demuestran los estudios que somos mucho menos propensos a la hora de apoyar un acto de brutalidad policial ilegitima, o violencia contra manifestantes que solo quieran ejercer su derecho a la libertad de expresión.
Importante, muy importante: Tenemos que entender que la antipatia que sienten los progresistas en la izquierda contra los duenos de armas es debido, en buena medida, al pensamiento utópico que tienen sobre la función del Estado.
Sólo hay que leer sus orígenes, en «La República» de Platón. En esa obra magistral, Platón dice que una sociedad perfectamente justa es una en la que una ciudadanía desarmada exhibe sus virtudes en paz mientras que el gobierno de filosofo-reyes, por encima de las leyes y protegidos por guardias armados, totalmente leales al Estado, implementa y aplica lo que le da la gana para la sociedad, amparado por los mitos que esconden y justifican su manipulación totalitaria.
Me hace mucha gracia cuando leo a ciertos columnistas progresistas predicando sobre la «violencia» en EEUU cuando casi todos ellos viven con guardaespaldas. Cuando el Presidente Zapatero y otros dirigentes políticos hablan sobre la violencia pistolera, mientras ellos, al mismo tiempo, son escoltados por la policía, armados hasta los dientes y con pistolas semiautomáticas, no es solamente hipocresía. Es el funcionamiento mental de ese habito que poseen todos los seres «superiores» que se han impuesto a si mismos la terrible carga de civilizar a las masas y que entienden, como este gobierno, que las leyes son para otras personas. La elite progresista sabe que son reyes-filósofos. Ellos saben que no se puede fiar, sencillamente, de los ciudadanos, que los ciudadanos no son capaces como para autogobernarse, que abandonados a su suerte, la sociedad será racista, sexista, homófoba, y muy desigual – para eso está la elite progresista, que sabe bien cómo arreglar las cosas. Ellos van a ayudarnos a vivir la buena vida, incluso si tienen que mentirnos y obligarnos. Y detestan a aquellos que se interponen en su camino.
La propiedad privada y el derecho a tener armas de fuego es un reproche contra este celo totalitario. Tener pistolas es afirmar que la libertad no es un «regalo» del Estado; es poder tener una convicción definitiva acerca de si el Estado esta invadiendo la esfera de la libertad, es demostrar que vamos a defender la libertad con algo más que palabras huecas, y que no estamos dispuestos a estar al alcance de la mano totalitaria del Estado.
La filosofía clásica y republicana ha reconocido desde hace mucho tiempo la relación crítica entre la libertad personal y la posesión de armas por un pueblo preparado y dispuesto a utilizarlas. Los teóricos políticos tan disímiles como Niccolò Machiavelli, Sir Thomas More, James Harrington, John Locke y Jean-Jacques Rousseau todos compartieron la opinión de que la posesión de armas es vital para resistir contra la tiranía, y que, para ser desarmados por el gobierno equivale a ser esclavizado por el mismo. La posesión de armas significa que el gobierno gobierna únicamente con el consentimiento de los ciudadanos. En los EEUU, la Segunda Enmdienda es un producto de esta filosofía política como es la experiencia americana en la Guerra Revolucionaria. Sin embargo, los supuestos «liberales» en España han abandonado este aspecto de la teoría republicana y liberal. El problema aquí no es uno de utopía estatal, aunque bien se sabe que los izquierdistas no están solos en la confianza que tienen en la capacidad del Estado para resolver los problemas de la sociedad. Al contrario, el problema parece radicar en ciertos rasgos culturales compartidos por los políticos europeos en general, con la excepción de Suiza. Me explico: son muchos los que piensan que para preservar nuestra libertad, basta con tener libertad de expresión. La historia no es benévola con esa opinión ya que demuestra que sólo los que están dispuestos a luchar por sus libertades a punto de pistola son los que únicamente podrán preservarlas. Las cámaras, el radio, el internet y la prensa solamente son herramientas y, como las pistolas, se pueden usar para fines lícitos o para la maldad. Hitler, después de todo, se aprovechó de la radio y todos sabemos lo bien que explotó todas las oportunidades propagandísticas que ofrece la televisión. Luego, en el caso de España y Europa en general (aunque también en ciertos círculos estadounidenses), hay quienes afirman que una sociedad «cortés» y «civilizada» no debe tener armas. Esta asociación entre la ciudadanía desarmada y el comportamiento civilizado es una de las convicciones más arraigadas en Europa y en los cafetines donde suelen frecuentar esos hippys con rastas, navajas y hachís — esos mismos que hablan de la barbarie de las pistolas aunque sean los primeros que se pongan a quemar contenedores en Malasaña cuando se les intenta decir, con educación, de que en la calle no se puede beber. En los lamentables sucesos de Malasaña, yo no ví a ningún «cowboy» ni a ningún «derechista fundamentalista». Al contrario, los que arrojaron piedras, quemaron contenedores y lanzaron ladrillos eran, en gran mayoría, progre pijos, «muy educados», eso sí, y sin pistolas. Y tampoco eran, por supuesto, cristianos «retrógrados».
En el caso de que usted lea la literatura española o británica del siglo XVI hasta el XIX, descubrirá numerosas referencias al hecho de que un caballero, sobre todo si viajaba por la noche, solía ir armado con una espada o una pistola por la posibilidad de encontrarse con un ladrón u otro depredador. Esto no parece haber conmovido a las damas que los acompañaban. Es cierto que, en su mayor parte no había policía en aquellos tiempos como ahora, pero ya hemos abordado la idea de si la presencia policial absuelve a las personas de su responsabilidad personal de velar por su seguridad y, en cualquier caso, la existencia de la policía no ha hecho mucho para reducir la delincuencia a niveles insignificantes.
No me resulta fácil encontrar una razón sobre por qué es más «civilizado» permitir que uno se convierta en presa fácil de la violencia criminal, y permitir que los delincuentes se encuentren sin obstáculos a la hora de realizar sus fechorías perversas. Si bien es posible que una sociedad en la que la delincuencia es tan rara que nadie debe portar armas, una sociedad que estigmatiza a los ciudadanos honrados – porque desconfía de ellos mas que de los violadores, asesinos y ladrones, desde luego no puede denominarse como «civilizada.» Tal vez la idea de que la defensa personal con fuerza letal no es «civilizado» surge de la opinión de que la violencia es siempre mala, o de la opinión de que cada ser humano tiene un valor intrínseco y por eso es malo matar a nadie bajo ninguna circunstancia. La necesaria implicación de estas proposiciones, sin embargo, es que la vida no vale la pena defender. Lejos de ser «civilizados», las ideas de que la defensa con violencia es siempre «mala» son una invitación a la propagación de la barbarie. Tales convicciones anuncian, en voz alta y clara, que aquellos que no respetan la vida y los bienes de los demás podrán enseñorearse de todos nosotros.
La verdad es que los que están en contra de que los ciudadanos tomemos medidas contra la violencia criminal, muestran su desprecio al regalo de la vida que nos ha dado Dios, no esta a la altura de sus responsabilidades a su familia y a la comunidad, y se proclama a si mismo mentalmente y moralmente deficiente, porque no confia en si mismo para comportarse de una manera responsable. Un Estado que priva a sus ciudadanos de los medios para poder defenderse de manera efectiva no es otra cosa que un Estado bárbaro, convirtiéndose en cómplice de asesinos, violadores y matones y revela su naturaleza totalitaria por su admisión tácita de que la desorganización, el caos aleatorio creado por los delincuentes es mucho menos «peligroso» que los hombres y mujeres que se creen libres e independientes, y actúan en consecuencia. En realidad, como bien sabemos, no vivimos en una «sociedad armada.» Vivimos en una sociedad en la que los delincuentes violentos y agentes del Estado habitualmente portan armas.
Nuestra sociedad sufre por creer que la única acción oficial y legítima es la que proviene del Estado, y ven al Estado como una fuente de nuestra salvación. Mientras los ciudadanos no asuman su responsabilidad personal a la hora de combatir los delitos violentos, el Estado no podrá contenerlos. Los delitos no tienen nada que ver con la propiedad o el genero y si todo que ver con la vida, la libertad y la dignidad. Un gobierno que no se fíe de nosotros los ciudadanos no se merece nuestra confianza. Aquellos que dicen que hablar de este derecho es perder el tiempo porque no existe en la Constitución traicionan un principio básico del liberalismo de origen cristiano: una carta de derechos fundamentales no nos «da» o «quita» derechos. Los derechos fundamentales son los derechos inalienables, que nos ha dado Dios como seres humanos hechos a su semejanza, que definen lo que significa ser un ciudadano libre e independiente — los gobiernos únicamente son legítimos cuando gobiernan con el consentimiento de los ciudadanos. Un gobierno que deniegue estos derechos inalienables, con o sin mayoría parlamentaria, actúa ilegítimamente, se convierte en un estado totalitario, y pierde cualquier derecho moral para gobernar.
Termino con un aviso a los socialistas de turno: podréis quitarme la pistola cuando me la arranquéis de mis manos frías, y muertas. El liberalismo depende en gran parte de nuestra devoción para proteger nuestros derechos inalienables. Espero que con ese mismo fervor, los progresistas digan lo mismo de sus editoriales, columnas y medios de comunicación.
off topic: ¿Donde esta la web del nuevo instituto?
No se lo he dicho a nadie ya que la inauguración es para enero. No te preocupes que avisaré. Por otro lado, creo que al menos en el tema de las armas, sí estamos de acuerdo.
(Sin querer he pegado el comentario en el post equivocado, mejor lo discutimos aquí que viene más a cuento, lo siento)
Hola de nuevo.
La primera mitad la voy a obviar ya que aparte de juicios de valor, ataques ad hominem y 4 anécdotas (ya me dirá que tiene que ver que un joven mate en su casa a una anciana de 84 años con el derecho a llevar armas de fuego) no hay nada que comentar.
“Estos estereotipos son, por supuesto, falsos, como casi todos los estereotipos que intentan mirar a los individuos como colectivos”
Dice que los estereotipos son falsos, sin embargo, cita “estudios” -los cuales me muero por ver- que llegan a la conclusión de que la mayoría de los que portan armas en EEUU son justicieros cristianos como usted. No digo que no, oiga, pero sin fuentes para contrastar sus afirmaciones simplemente no me lo creo. Es lo que tienen los pijiprogres, por fe no me creo nada.
Otra cosa, los “hippys con rastas, navas y hachís” que queman contenedores en Malasaña no representan a la ciudadanía, tampoco lo hacen a los que abogan por el control de armas y es más, ni siquiera representan a los hippies, no se trata más que otro estereotipo.
“la existencia de la policía no ha hecho mucho para reducir la delincuencia a niveles insignificantes.”
Tampoco lo hizo la libertad de armas en el intervalo que usted señala(S. XVI hasta el XIX), ni lo ha hecho en EEUU o Finlandia -países donde el Estado apenas controla las armas de fuego- si no más bien todo lo contrario.
“Un gobierno que deniegue estos derechos inalienables, con o sin mayoría parlamentaria, actúa ilegítimamente, se convierte en un estado totalitario, y pierde cualquier derecho moral para gobernar.”
Retraigamonos al post que me comentaba ayer:
El juez Scalia toma una postura claramente positivista en el caso que usted comenta. Hay una ley general para todos que todos estamos obligados a cumplir. Si los derechos que consideramos inalienables (poligamia, matrimonio infantil, ablación del clítoris) por motivos religiosos entran en conflicto con la “ley general”, la que prevalece es la ley. Usted se muestra de acuerdo con el juez Scalia pese a ser naturalista al no haber “mejor alternativa”
Ahora: usted trata de imponer al resto de los españoles la libre circulación de armas puesto que de lo contrario se violarían “derechos inalienables” otorgados por su dios. Todo pese a que la mayoría de los ciudadanos nos mostamos abiertamente en contra y, para colmo, ni siquiera profesan la misma religión que usted. Creo que no me quedo corto cuando digo que es una postura totalmente incoherente
Y eso por sin hablar de que aquí los ciudadanos de bien también pueden hacerse con un arma para su defensa, usted es un ejemplo de ello… digo yo.
Muy bien, usted quiere «fuentes» y hay muchos estudios. La mayoría de los que tengo son libros pero hay una página que ofrece un resumen de lo mismo:
http://www.catb.org/~esr/guns/aiming.html
Por ejemplo, en esa página, dos profesores afirman esto:
«Gun owners are not, in fact, more violent than citizens who do not own guns. Indeed, the evidence suggests that they tend to be a bit less prone to violence. Gun owners are better-educated, more middle-class, more affluent, and somewhat older than average Americans. Gun owners have roughly the same personality characteristics as non-owners, and indeed it would be strange if they did not. As psychologists Edward Deiner and Kenneth Kerber put it:
Since about one-half of the households in the U.S. contain a gun, it seems somewhat unrealistic to attribute severe abnormal characteristics to the average gun owner (unless one is willing to see considerable pathology in most people).»
Y sí: hay más delincuencia en los EEUU en comparación con España pero eso, como ya dije antes, no tiene nada que ver con las pistolas y sí todo que ver con la composición demográfica de la nación. Cuando EEUU era casi o igual de homogenea que España, no habian los delitos que hay ahora. Pero le recuerdo otra cosa: cada vez hay más violencia en España debido a que estamos creciendo como país y porque la sociedad ya NO es homogenea. Eso también es un hecho objetivo: si comparamos los números de muertes violentas en Madrid, por ejemplo, son mucho más que hace 30 años…o incluso 20 años, y usted lo sabe perfectamente.
Pero hay más estudios, dentro de EEUU, que afirman también lo mismo de esa página: Aquí tiene otros comentarios de los expertos:
«According to Danial Polsby,Law professor at Northwestern Law School in Chicago and Dennis Brennan,Professor of Economics,at Harper College in Palatine,Illinois «Gun owners are not,in fact,more violent than citizens who do not own guns.Indeed,the evidence suggests that they tend to be a bit less prone to violence.Gun owners are better-educated,more middle-class,more affluent,and somewhat older than average Americans.Gun owners have roughly the same personality characteristics as non-owners,and indeed it would be strange if they did not.»After all as psychologists Edward Deiner and Kenneth Kerber put it «Since about one-half of the households in the U.S. contain a gun,it seems somewhat unrealistic to attribute severe abnormal characteristics to the average gun owner (unless one is willing to see considerable pathology in most people)»
Somos menos violentos ya que los que concientemente compramos armas también nos interesa la formación y por lo general somos ciudadanos responsables precisamente porque valoramos nuestra vida y no se la dejamos en manos de personas ajenas. Siento mucho pero no, no me fio de que un policía me «protega.» No lo hará…y MUCHO menos en España donde después de vivir en los EEUU durante un buen tiempo, la policía aquí me parece como agentes de tráfico en comparación con un «sheriff» en los EEUU.
«Otra cosa, los “hippys con rastas, navas y hachís” que queman contenedores en Malasaña no representan a la ciudadanía, tampoco lo hacen a los que abogan por el control de armas y es más, ni siquiera representan a los hippies, no se trata más que otro estereotipo.»
Efectivamente sé que no representan, gracias a Dios, a la ciudadanía en general pero muchos de esos mismos son los que se ponen a criticar el hecho de que hay armas en los USA. Esta gente no debe hablar de violencia cuando también son violentos. Es simplemente: hipocresía. Yo no digo que los que abogan por controlar las armas son hippies, pero muchos hippies sí abogan por lo mismo. Por cierto, creo que usted se confunde en otra cosa: yo NO he dicho que NO debe haber NINGUNA ley anti arma. Simplemente que creo que es un derecho portarlas. Pero obviamente yo NO estoy a favor de cualquier arma (por ejemplo una bomba) o un tanque, o un misil. Me remito al derecho histórico, constitucional, y bíblico. Es un derecho y lo fue durante siglos en occidente: el principio de la auto defensa.
«Tampoco lo hizo la libertad de armas en el intervalo que usted señala(S. XVI hasta el XIX), ni lo ha hecho en EEUU o Finlandia -países donde el Estado apenas controla las armas de fuego- si no más bien todo lo contrario.»
Finlandia es un país mucho más seguro que España. Y no sea tramposo: me omite a Suiza, un país lleno de armas y MUCHO más seguro que España. Es usted muy selectivo con sus datos. Y da igual que reduzcan la delincuencia o no: yo no he dicho que ese sea mi objetivo. El objetivo es tener una herramienta para que nos podamos defender los ciudadanos.
«El juez Scalia toma una postura claramente positivista en el caso que usted comenta. Hay una ley general para todos que todos estamos obligados a cumplir. Si los derechos que consideramos inalienables (poligamia, matrimonio infantil, ablación del clítoris) por motivos religiosos entran en conflicto con la “ley general”, la que prevalece es la ley. Usted se muestra de acuerdo con el juez Scalia pese a ser naturalista al no haber “mejor alternativa”
Sí, porque yo prefiero una ley antes que la anarquía. Pero en ese mismo artículo abogo para que se use la Biblia como una fuente jurisprudencial. Y fíjese si no es algo «fuera de órbita» esa opinión personal que uno de los jueces, Clarence Thomas, ha abogado por lo mismo en reiteradas ocasiones. Scalia es cierto: es un poco más positivista y como digo, si hay una ley «general» pues es mejor alternativa que «todo vale» — como el caso del peyote. En cuanto a eso y las armas: usted no tiene argumento ahi ya que una ley contra las armas para uso personal y defensa (insisto: para defensa) contradice la 2ª Enmienda de los EEUU…de su const. Y, de hecho, este verano pasado, el TS afirmó que es un derecho inalienable y PERSONAL no colectivo.
«Ahora: usted trata de imponer al resto de los españoles la libre circulación de armas puesto que de lo contrario se violarían “derechos inalienables” otorgados por su dios.»
No. Yo no he dicho que hace falta una ley que OBLIGUE a portar armas sino de que los que no la portan son en parte responsables por lo que ocurre en muchas ocasiones donde se puede evitar un mal mayor. En el caso de los porteros, yo no digo que hacía falta disparar contra ellos y matarles sino que estoy seguro de que apuntándoles con una pistola estoy seguro que no hubieran matado a Ussía. Se les podria haber apuntado con la pistola mientras otros llaman a la policía que es el cuerpo adecuado para imputar delitos.
«Todo pese a que la mayoría de los ciudadanos nos mostamos abiertamente en contra»
Esto es verdad: nunca lo he negado — vivimos en una nación donde se piensa que la policía sabe «más» que nosotros. Es lo que tiene la falta de arraigo liberal.
«y, para colmo, ni siquiera profesan la misma religión que usted. Creo que no me quedo corto cuando digo que es una postura totalmente incoherente»
Insisto: yo no abogo por imponer una ley de armas sino que me reconozcan ese derecho —
«Y eso por sin hablar de que aquí los ciudadanos de bien también pueden hacerse con un arma para su defensa, usted es un ejemplo de ello… digo yo.»
Esto es verdad pero en parte: gracias a Dios el Código Penal es coherente — pero ponen muchísimas trabas para conseguir un arma. Yo las he conseguido, de forma legal, por supuesto porque como cristiano, me tengo que someter a las leyes del país hasta que no haya mejor alternativa. Y otra cosa: podemos tener armas para nuestra defensa pero hay un concepto de «proporcionalidad» que entra en conflicto ya que no es lícito matar a un atracador dentro de mi propiedad privada como ocurrió en un caso el año pasado en Valencia.
Gracias por pasarse por aquí: me da muchísimo placer hablar de estas posturas con una persona contraria a ellas y que parte de otra filosofía. Siempre será bienvenido por aquí aunque no estemos de acuerdo en casi nada.
Buenas de nuevo.
“Y sí: hay más delincuencia en los EEUU en comparación con España pero eso, como ya dije antes, no tiene nada que ver con las pistolas y sí todo que ver con la composición demográfica de la nación. Cuando EEUU era casi o igual de homogenea que España, no habian los delitos que hay ahora.”
De acuerdo, pero ojo, no tiene nada que ver con la homogeneidad racial o religiosa, si no con la económica. En un país con una diferencia de renta tan amplia entre las clases bajas y medias es normal que prolifere el crimen de la forma que lo hace. Una prueba de esto es Finlandia, pese a sus altísimas tasas de crimen apenas el 6% de sus convictos son extranjeros (en España llega al 25%)
“Somos menos violentos ya que los que concientemente compramos armas también nos interesa la formación y por lo general somos ciudadanos responsables precisamente porque valoramos nuestra vida y no se la dejamos en manos de personas ajenas”
De nuevo, una generalización. El problema como dije antes, no es el que personas educadas y responsables puedan hacerse con armas fácilmente, el problema es que personas desequilibradas o con fines corruptos tengan la misma capacidad de acceso.
“Siento mucho pero no, no me fio de que un policía me “protega.” No lo hará…y MUCHO menos en España donde después de vivir en los EEUU durante un buen tiempo, la policía aquí me parece como agentes de tráfico en comparación con un “sheriff” en los EEUU.”
Sí, y no lo veo problemático en absoluto, más bien todo lo contrario. Aquí un policía puede entrar en casa de alguien por un altercado domestico sin miedo a encontrarse con un energúmeno con una automática, lo mismo en una persecución a un camello o a un ladrón de poca monta, se sienten mucho más seguros debido a que el riesgo que corren es mucho menor. Para colmo aquí la policía es mucho más eficiente en términos de tiempo de respuesta, etc.
“Efectivamente sé que no representan, gracias a Dios, a la ciudadanía en general pero muchos de esos mismos son los que se ponen a criticar el hecho de que hay armas en los USA. Esta gente no debe hablar de violencia cuando también son violentos. Es simplemente: hipocresía”
De acuerdo, pero es exactamente la misma hipocresía que gastan algunos que guardan un fusil de asalto con mira telescópica en su casa y afirman que es para autodefensa. Un apunte: los hippies que fuman hachís no suelen ser violentos, no se trata más que de otro prejuicio.
“Me remito al derecho histórico, constitucional, y bíblico. Es un derecho y lo fue durante siglos en occidente: el principio de la auto defensa.”
No es un buen argumento. En España la constitución no reconoce el derecho a portar arma; considerar el derecho histórico me abriría las puertas a exigir un esclavo o a casarme con una niña de 10 años ; y el bíblico… bueno, podría exigir apedrear a homosexuales hasta la muerte entre otras cosas.
“Finlandia es un país mucho más seguro que España. Y no sea tramposo: me omite a Suiza, un país lleno de armas y MUCHO más seguro que España. Es usted muy selectivo con sus datos.”
Finlandia es un país bastante más inseguro que España de forma objetiva, es decir, con los datos sobre la mesa (la percepción de seguridad es algo completamente distinto). Por ejemplo: el 5’3 por 1000 de los fineses sufrieron un asalto el último año, en España 2’24, la mitad. Los robos con allanamiento ascienden a 16’7×1000, en España no llegan al 0’59×1000. Una vuelta por cualquier web que muestre las estadísticas comparadas entre países se lo va a confirmar.
Otro dato interesante es el número de policías per capita. Más del doble en España que en Finlandia (y aunque no he dado con datos per capita de EEUU, seguramente no pasen de 1)
Suiza se encuentra en una situación excepcional, no se puede comparar (sería como si le pusiera como ejemplo a Somalia como paradigma de la libertad de armas). Se trata de un paraíso financiero con leyes de extranjería muy pero que muy restrictivas, alguna abiertamente racista. Como dije antes no se trata de la inmigración, si no de controlar la pobreza. Suiza lo hace a base de restringir la población y gestionar los beneficios de la banca de forma correcta. En resumen, en un país sin apenas pobreza, sin apenas crimen, el libre tráfico de armas es tan irrelevante como inútil. El problema es que muy pocos países disfrutan de esta situación (España y EEUU desde luego, no).
“Y da igual que reduzcan la delincuencia o no: yo no he dicho que ese sea mi objetivo. El objetivo es tener una herramienta para que nos podamos defender los ciudadanos.”
Ese es el punto en el que estamos totalmente en desacuerdo. Si el libre tráfico de armas (pequeñas, se entiende) no reduce la delincuencia es completamente inútil. Lo único que garantiza es una ilusión de seguridad al ciudadano responsable mientras que da poder al ciudadano malintencionado para poder violar los derechos de sus semejantes.
“No. Yo no he dicho que hace falta una ley que OBLIGUE a portar armas sino de que los que no la portan son en parte responsables por lo que ocurre en muchas ocasiones donde se puede evitar un mal mayor”
El problema es que la libre circulación de armas OBLIGA de facto a los ciudadanos contrarios a las armas a hacerse con ellas. El famoso efecto carrera armamentística, si tus vecinos tienen un arma, aumenta tu sensación de inseguridad y al final también acabas haciéndote con un arma.
“En el caso de los porteros, yo no digo que hacía falta disparar contra ellos y matarles sino que estoy seguro de que apuntándoles con una pistola estoy seguro que no hubieran matado a Ussía. Se les podria haber apuntado con la pistola mientras otros llaman a la policía que es el cuerpo adecuado para imputar delitos.”
¿Y si los porteros también estuvieran armados?. Le recuerdo que esta gente amenazó a un juez que presenciaba la escena cuando trató de parar la paliza.
“Y otra cosa: podemos tener armas para nuestra defensa pero hay un concepto de “proporcionalidad” que entra en conflicto ya que no es lícito matar a un atracador dentro de mi propiedad privada como ocurrió en un caso el año pasado en Valencia”
Me llama mucho la atención que usted, que se declara abiertamente cristiano (y supongo contrario a la eutanasia, aborto…) trate la vida humana de una manera tan frívola. Es decir, ¿exige el derecho a matar a una persona por el mero hecho de haber entrado en su vivienda sin permiso? ¿la Biblia defiende eso?. No me malinterprete, es una pregunta sincera, soy el último que debería imponerse aquí como paladín de la moral y, la verdad, en temas bíblicos soy bastante inculto.
Gracias por contestar, poca gente está dispuesta a debatir en estos términos con gente tan contraria a su postura. Un saludo.
«De acuerdo, pero ojo, no tiene nada que ver con la homogeneidad racial o religiosa, si no con la económica.»
Pues en el siglo XIX las desigualdades eran aun mucho más agudas que ahora y había menos violencia. ¿Razón? El respeto generalizado a Dios en el país, y la ausencia de relativismo.
«De nuevo, una generalización. El problema como dije antes, no es el que personas educadas y responsables puedan hacerse con armas fácilmente, el problema es que personas desequilibradas o con fines corruptos tengan la misma capacidad de acceso.»
Es que ya tienen capacidad de acceso: no cumplen con la ley. Los ciudadanos honrados somos los que la cumplimos y tenemos que lidiar con la burocracia. ¿Ud de verdad cree que un mafioso va a pedirle un permiso de armas al Estado?
«Aquí un policía puede entrar en casa de alguien por un altercado domestico sin miedo a encontrarse con un energúmeno con una automática, lo mismo en una persecución a un camello o a un ladrón de poca monta, se sienten mucho más seguros debido a que el riesgo que corren es mucho menor. Para colmo aquí la policía es mucho más eficiente en términos de tiempo de respuesta, etc.»
En cuanto a lo de «eficiente», pues eso no es lo que dicen las victimas de la delincuencia. Yo estoy dispuesto a poner la mano en el fuego y afirmar que si yo llamo a una pizzeria y pido una pizza y llamo a un policía y pido socorro, el repartidor llegará antes. Es cierto, por otra parte, que de momento corren menos riesgo: insisto, de momento, porque me temo que omite la creación en Madrid de los centauros, un cuerpo que se ha tenido que crear debido a la gran violencia de las nuevas mafias extranjeras integradas en el país. Y eso no es nada: yo le aseguro que de aquí a una generación de más, España será incluso mucho más violenta que ahora.
«No es un buen argumento. En España la constitución no reconoce el derecho a portar arma; considerar el derecho histórico me abriría las puertas a exigir un esclavo o a casarme con una niña de 10 años ; y el bíblico… bueno, podría exigir apedrear a homosexuales hasta la muerte entre otras cosas»
Efectivamente: la const. española no reconoce ese derecho (muy a mi pesar y es uno de los muchos defectos de esa const).
Y sí: el derecho bíblico exige apedrear a homosexuales. Nunca lo he negado ni he renegado de la biblia por exigir que se cumpla toda la ley de Dios. Precisamente por eso escribí mi último artículo en relación con la ley de Dios y su aplicación.
«Otro dato interesante es el número de policías per capita. Más del doble en España que en Finlandia (y aunque no he dado con datos per capita de EEUU, seguramente no pasen de 1)»
Ya, pero es que yo no quiero un estado policial, sino todo lo contrario. Quiero un estado bien limitado…y mientras menos centralismo, mejor.
Re: Suiza.
Si no se trata de la demografia, ¿por qué entonces dice esto?:
«Se trata de un paraíso financiero con leyes de extranjería muy pero que muy restrictivas, alguna abiertamente racista.»
Re: Pobreza. No se puede «controlar la pobreza» sin agrandecer el Estado y obligar que unos pocos paguen por otros que no producen. Hace falta menos socialismo.
«Lo único que garantiza es una ilusión de seguridad al ciudadano responsable mientras que da poder al ciudadano malintencionado para poder violar los derechos de sus semejantes.»
Reconozco que aquí esto es un criterio muy individual y desde luego que no comparto el suyo al igual que no comparte el mío. Y es que, yo no siento tal desconfianza como usted hacia mis co-ciudadanos — la solución para usted se resume en: ya se encargará la policía. Y no, de hecho, es que NO lo hace. Yo no sé si usted vive en un sitio muy alejado de la delincuencia (yo también de momento) pero estoy seguro que, dado el nivel de sus intervenciones, no está ciego a los sucesos diarios que ocurren. Para mí, las armas de fuego son tan efectivas en manos de un delincuente que en manos de una persona honrada. ¿usted cree que todos los delincuentes saben usar bien las armas? Hay algunos que ni siquiera llegan a apuntar bien.
«¿Y si los porteros también estuvieran armados?. Le recuerdo que esta gente amenazó a un juez que presenciaba la escena cuando trató de parar la paliza.»
Bueno, hay muchas posibilidades: no podemos adivinar lo que hubiera ocurrido y atribuir cosas «porque sí» sin saber todos los detalles. Le recuerdo que SIN pistola, mataron a un chico. Usted dice: «bueno, pero al menos solo fue uno y no mas» — lo cual es una afirmación ilógica porque como ya he dicho, «pistolas = violencia» no es necesariamente correcto. ¿Cómo es que nadie siente «miedo» por tener un cuerpo de policía armado hasta los dientes en las manifestaciones? ¿Es que la policía debe tener ese derecho y los ciudadanos no? Me parece vergonzoso que usted dé tanta autoridad a los cuerpos de seguridad «del estado» claro.
«Me llama mucho la atención que usted, que se declara abiertamente cristiano (y supongo contrario a la eutanasia, aborto…) »
Sí, soy contrario a la eutanasia y al aborto porque así lo exige la Biblia.
«¿exige el derecho a matar a una persona por el mero hecho de haber entrado en su vivienda sin permiso? ¿la Biblia defiende eso?»
Pues sí, y ya que le gustan las referencias:
Exo 22:2(aquí matan a un ladrón por allanamiento de morada)
Lucas 11:21 («cuando un hombre fuerte y ARMADO guarda su palacio, sus bienes están en paz») (énfasis mio)
Lucas 22:36 — aquí Cristo le dijo a sus discípulos que compren una espada.
Como verá, nada de pacifismos. El pacifismo no es bíblico.
Muchas gracias a usted por pasarse por aquí para dialogar conmigo — yo jamás le cierro las puertas a nadie que quiera debatir conmigo desde el respeto como ud ha hecho.
Saludos;
escribo para mostrar mi complacencia con tu página y con buena parte de tus principios y argumentos, dado que también me considero liberal y admiro algunas cosas de la cultura norteamericana (hay otras que evidentemente no, ¿pero qué país es perfecto?)
El asunto de las armas es interesante, de hecho estoy pensando en adquirir una de fogueo, para intimidar (de momento es lo más fácil dentro del marco legal español; un arma falsa se puede incluso portar sin problemas, según me ha dicho la policía); sé que supondrá un problema en el momento de usarla en una situación de necesidad real, pero menos es nada.
Personalmente, aunque creo en Dios y admiro y respeto la Biblia y sus enseñanzas -no así la manipulación que de ella hacen algunos pseudo-pastores-, no creo que pueda ser fuente de derecho en Occidente, debido paradójicamente a los mismos principios que fundamentan la grandeza de la democracia, bellamente establecidos en la Constitución americana, como es la libertad y responsabilidad individual y de conciencia. Sé de sus grandes aportes al Derecho individual -pese a que algunos le atribuyen el mérito a un listo autoproclamado amigo de los pobres que se hizo famoso casi un siglo después de la Rev. americana-, pero la Biblia y la Ley divina tenía su contexto, el Estado de Israel en la Edad del Bronce, y este no era precisamente el occidente actual.
gracias por su comentario Jailón. Siempre contemplo todos los comentarios de mis lectores y le deseo las bendiciones del Señor.